Contradicciones, miserias y pequeñas grandezas

Tan solo consigo expulsar el vacío que me hunde en mi propio laberinto los días que soy capaz de olvidar los desengaños, mis derrotas, la fugacidad del tiempo, y se filtran en mi memoria la luz de tu mirada y aquel beso clandestino que juramos decir que nunca nos dimos.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

33 comentarios :

  1. Carmelo Carrascal6/12/18, 13:31

    Aproximación a la condición humana, cuando cabe en un micro. No es fácil lo que has hecho aquí, Pablo. Enhorabuena!

    Laberinto de emociones.
    Contradicciones insalvables.
    Vacío de explicaciones suficientes.
    Fracasos y derrotas.
    La fugacidad del tiempo que anuncia la propia inconsistencia...
    Olvidos indeseados.
    Recuerdos que duelen.
    Y sí, mucho, mucho más.

    Pero en medio de este retablo de lo que ofrece la vida dolorida, se alza, poderosa, ella. Su mirada, su sonrisa, su todopoderoso encanto, su luminosidad, su AMOR. ¡Uf!

    Un abrazo!

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    1. Carmelo, hay veces que uno se pregunta por qué escribe y una respuesta es que para recibir un comentario como el tuyo que, bajo mi punto de vista, supera al micro.
      Muchísimas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.
      Pablo

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    2. Carmelo Carrascal7/12/18, 13:23

      Pablo, tanta generosidad, afabilidad y elegancia espiritual de tu parte, lo acepto como un verdadero regalo. Sabes llegar, supongo que no sólo cuando escribes, de eso doy fe, porque eres. ¡Qué envidia!
      Felices fiestas y año nuevo!

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  2. Vamos que todo mejora mucho como cuando leemos un micro de un tal Pablo.

    Muy buen relato, me quedo con esas pequeñas grandezas del título, no se pueden definir mejor.

    Un abrazo.

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    1. Yo me quedo con la gran grandeza de haberte conocido en persona. Todo mejora cuando conozco a la buena gente y este fin de semana todo mejoró, y mucho.
      Gracias, José Antonio.
      Un abrazo.
      Pablo

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  3. Cuánta historia en tan poquito sitio... Y ¡qué buen final! Bravo Pablo.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias, Nuria. Me alegra mucho que veas muchas historias. Al final menos mal que el recuerdo del amor lo cura todo.
      Un beso fuerte.
      Pablo

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  4. Magnífico tu relato a medio camino entre la poesía y la prosa. Tienes una sensibilidad enorme, Pablo. Al final es siempre el amor el que nos da fuerzas para avanzar, hasta en el camino más difícil. Con tu relato y un café, lo tengo todo para que el día sea perfecto!
    Un abrazo, Au.

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    1. Pues después de leer tu comentario a mí se me va a quedar una sonrisa el resto del día.
      Mil gracias por pasarte por aquí y dejarme un buen trozo de felicidad.
      Un besote.
      Pablo

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  5. Buscamos la felicidad, que desearíamos permanente, pero por mucho que queramos engañarnos, gran parte del tiempo vivimos carcomidos por preocupaciones, tareas impuestas y sufrimientos varios. Por suerte, hay momentos mágicos, siempre demasiado fugaces, que dan sentido a una existencia, que insuflan ánimo y esperanza. Ese beso clandestino, que nadie más que los portadores de esos labios deben conocer, que apenas duró unos segundos, es un recuerdo imborrable. El que probablemente no vuelva a repetirse le otorga más valor aún.
    Un mundo de sentimientos condensado de forma magistral en cincuenta palabras.
    Un abrazo fuerte, Pablo

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    1. Muchísimas gracias, Ángel, por tu siempre magnífico comentario.
      La felicidad completa no existe, pero sí momentos mágicos de pocos segundos, o en este caso una mirada y un beso, que duran toda la eternidad.
      Un abrazo fuerte, genio.
      Pablo

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  6. Qué bonito, Pablo. Hacía tiempo que no pasaba por aquí; leyendo este micro tan hermoso lamento todo lo que me he perdido. Magnífico.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Fernando. Me alegra mucho que te guste y se te perdona el que no te pases por aquí porque sé que tienes en el fuego ciertas lentejas a las que estoy deseando hincarle el diente 😉.
      Un fuerte abrazo colchonero.
      Pablo

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  7. Josep Maria Arnau7/12/18, 23:20

    Gran relato, Pablo. Poético y lleno de significados. Muchas veces la habilidad de olvidar no es suficiente, hay que llevar algo en la mochila. Esas cajitas mágicas en las que guardamos nuestras reservas más preciadas de energía, que hacen el alma indestructible.
    Un saludo.

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    1. Muchas gracias, Josep Maria. Qué razón llevas. Para seguir adelante es necesario apartar de esa mochila las amarguras y coger los momentos que hacen que la vida merezca la pena ser vivida.
      Un fuerte abrazo, señor comensal 😉.
      Pablo

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  8. Solo el amor nos salva de nuestras pequeñas miserias y nuestras tribulaciones diarias de adultos cargos de contradicciones y responsabilidades. Aunque fuera un contacto fugaz, tan solo un beso clandestino.
    Un micro muy hermoso, Pablo. Un fuerte abrazo.

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    1. Como bien dices, siempre nos queda el amor, y no solo el del enamoramiento, sino el que nos hace querer y sentirnos queridos, una de las terapias más efectivas ante la depresión. Y, por supuesto, los buenos recuerdos.
      Me alegra que te parezca hermoso el micro, Carmen.
      Un beso y gracias por pasearte por aquí.
      Pablo

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  9. Pilar Garrido Aláez8/12/18, 16:50

    Que romántico me resulta ese final....que bien contado, con palabras evocadoras. Amor y derrota van de la mano.
    Un abrazo casi casi navideño, Pablo.

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    1. Muchas gracias, Pilar. El amor que queda en el aire, será siempre recordado, pero está lleno de dolor y nostalgia.
      Un beso.
      Pablo

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  10. "Adónde irán los besos que guardamos, que no damos..." canta Víctor Manuel. Seguramente al mismo lugar que ese beso clandestino que juramos decir que nunca nos dimos.
    Cada uno de esos besos robados vale una vida en el recuerdo. La que ya vivimos, pero que permanece latente y su valor emocional es tanto como el del tesoro más preciado. Tan es así, que sólo él y la luz de su mirada pueden salvarnos del desencanto del mundo.
    Es bello, es romántico y es apasionado.Es inconfundible. Sello de Don Pablo Núñez.
    Un disfrute, genio.
    Esto,y un fuerte abrazo, amigo Pablo.

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    1. Mi querido Manuel, esos besos quedan en la memoria y se guardan como un tesoro. Una imagen potente que siempre quedará, como quedan tus maravillosas pinturas en la retina de todos las que las apreciamos, aunque sea de forma digital. Ojalá tengas alguna exposición por aquí abajo.
      Un abrazo.
      Pablo

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  11. Sin duda los amores ocultos lo son generalmente por prohibidos, y lo prohibido, ya se sabe… Cuando se hace algo que no se admite, pero no se puede olvidar, es que algo grande subyace, y al protagonista le sirve la luz de la mirada de su amada y aquel beso clandestino como sirvió a Teseo el ovillo de hilo que le dio Ariadna para en este caso salir de su propio laberinto.
    Magnífico relato que nos introduce en el mayor de los secretos del protagonista, gracias por tu micro.

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    1. Acertadísimo tu comentario sobre lo que atrae lo prohibido. Y para salir del laberinto no hay nada mejor que seguir la luz. Gracias por tus palabras, Irreverente. y dale recuerdos a "Magic". ;-)
      Pablo

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  12. Se necesita maestría para escribir un 50 con una sola frase y que se lea así de bien.
    Nos pintas el mundo oscuro en el que se hunde el protagonista hasta que se filtra esa luz. Quizá nunca lo dijo, tal como juraron, pero cierto es que lo sigue sintiendo dentro y le da fuerzas.
    Un beso (no clandestino ;-)

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    1. El sentimiento de algo así perdura para siempre, mi querida Carme. Me alegra mucho que hayas apuntado que el relato está compuesto por una sola frase, cosa que me generaba algunas dudas, pero al final me decidí, porque hay que arriesgarse a veces, ¿verdad? Me encantan tus palabras y me las guardo.
      Miles de besos.
      Pablo

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  13. Enrique Angulo16/12/18, 19:59

    Vaya por delante aclarar que este comentario tiene un valor doble, no por su calidad, sino por el trabajo, dado que, ayer, cuando tenía uno casi acabado, sin querer, toqué una tecla en el ordenador –no sé cuál- que hizo que se reiniciara, y perdí todo lo escrito hasta ese momento, lo que me sirvió para practicar mi arameo, versión juramentos.
    La noche que cenamos en El Camarote, cuando salíamos, vi a un niño en un cochecito manipulando con una viveza sorprendente un teléfono móvil –supongo que de alguno de sus padres-, entonces comprendí que la tecnología me ha superado y que debo de ser algo así como un iguanodon paseándose por mundos que ya no son los suyos.
    Pero vayamos al texto, de entrada, me recuerda ese verso de Víctor Jara: “La vida es eterna en cinco minutos”, que el malogrado cantautor chileno cantaba en su preciosa canción Te recuerdo Amanda.
    Y suele ser así, en la vida hay momentos de tal intensidad que, como un Everest anímico, sobresalen sobre el resto de la cadena montañosa de nuestros días. Pues luego está toda esa ganga de horas vacías en las que nos vemos obligados a hacer tareas ingratas, generalmente para eso que llaman ganarse la vida, o de esos días tristes por diversas circunstancias; además de ese rosario de decepciones y adversidades con respecto a muchas personas, por no hablar de las que, directamente, sin que lleguemos a comprender por qué, nos odian e intentar perjudicarnos de todas las maneras, y hasta causarnos grandes males.
    En tales momentos de desánimo, aquellos otros de gloria y plenitud se anhelan casi con desesperación, eso es lo que parece sucederle al protagonista de tu microcuento, que está en un momento bajo en el que desengaños, derrotas y la propia fugacidad del tiempo se acumulan ante su ventana como pájaros de mal agüero para hacerle ver un panorama negro de cara al futuro.
    En cuanto a ese momento que evoca con nostalgia y tristeza, dejas un campo abierto de preguntas, cómo la de por qué aquel beso tuvo que ser clandestino y por qué esos amantes circunstanciales tuvieron que jurar que negarían tal suceso. ¿Qué impedimentos había para que tal situación tuviera que ser sólo esos cinco minutos en los que vivir una vida, como cantaba Víctor Jara, y no el inicio de una relación con aspiraciones a prolongarse durante toda la existencia?
    Con ese pellizco anímico nos dejas, Pablo, tras tu poético y melancólico relato.
    Un abrazo, amigo.

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    1. Ante todo, muchas gracias por tan magnifico comentario, y para colmo tuviste que rehacerlo, eres grande, amigo Enrique. Como bien dijo Víctor Jara, la vida puede ser eterna en cinco minutos y hay momentos eternos, tanto malos como buenos.
      Respondo a tu pregunta: ¿por qué ese beso clandestino? La respuesta la tenéis cada uno de los lectores. En mi caso, imaginé a dos personas que en ese momento tienen vidas paralelas, hechas, junto a una familia que quieren y que los quieren, pero, por un momento, dejan que afloraren sus sentimientos y se besan. Un beso inolvidable que juraron que mantendrian en secreto, pero que siempre quedará en sus corazones, al que jamás se puede engañar. Hay veces que es muy difícil romper con todo, hacer daño a seres queridos. La vida es complicada y hay amores que aparecen pronto y se diluyen por el devenir de los acontecimientos, o que aparecen demasiado tarde, cuando te gustaría dar marcha atrás al tiempo, lo que es imposible. Esos amores que te dan un pellizco en el alma y nunca se podrán olvidar, por intensos, aunque durasen tan solo cinco minutos, una mirada y un beso eterno.

      Un abrazo y aprovecho para desearte unas muy felices fiestas.
      Pablo

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  14. Yo lo que leo aquí es una certeza. Una seguridad de que el amor verdadero ha pasado por la vida de tu protagonista y de que esa luz de una mirada, también cargada de amor, es el brillo que le permite vivir y sentir. Y, como en toda historia de amor verdadero que se precie (no sé por qué me estoy yendo a ¨La princesa prometida¨y su maravillosa banda sonora"), la guinda del pastel, en este caso del relato, es un beso nada más y nada menos que clandestino, ¿puede haber una historia más bonita? Puede que sí y seguro que saldrá de tu puño y letra.
    Querido ahijado, me siento muy orgullosa de ti, este es el típico caso del pequeño que supera a sus mayores, así me siento yo, orgullosa y henchida por haber descubierto tu forma de escribir, tus historias y todo lo que conlleva.
    Un beso grande, mi querido Paul. Enhorabuenas miles.
    Malu.

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    1. Mi querida madrina, das en el clavo. El amor verdadero ha pasado por esas vidas y se transmite con una mirada, un gesto y, como no puede ser de otra manera, con un beso clandestino, que les durará toda la vida. El protagonista es un hombre solitario, pero que se agarra a aquel recuerdo para poder seguir sintiendo aquel momento irrepetible e interminable.
      Me alegra que te parezca una historia bonita, pero se puede mejorar y, desde luego, no con mi puño y letra, sino con tu forma de narrar, esa que convierte tus latidos en relatos que respiran, los que hacen sentir a los que te leemos y nos sacude por dentro.
      Estoy de acuerdo contigo en que el pequeño supera al grande, o, más bien, la pequeña supera al grande. No olvides que eres más joven que yo, y mejor, mucho mejor.
      Besazo fuerte y te deseo felices fiestas y que el nuevo año te traiga todo lo bueno que mereces, que es mucho.

      Pablo

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  15. Tu historia nos hace conscientes del peso del vacío cuando se enmaraña en el lindero del caos y la mentira, en la profunda estela del tiempo transcurrido, para después sentir que podemos ser remontados por los detalles que escupen a la cara del infortunio y nos devuelven el orden que descansa bajo la piel que nos espera.
    Tus relatos son un archipiélago de pequeñas grandezas que han destacado en este océano de 50 palabras, islas con tesoros que hemos tenido la suerte de descubrir. Como éste último, deslumbrante.
    Un fuerte, muy fuerte abrazo, Pablo. Y felices fiestas.

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    1. Antonio, hasta tus comentarios son pura poesía, una delicia. Tienes un don maravilloso a la hora de transmitir. Me quedo embobado leyéndote una y otra vez. En Madrid hablamos del respeto que te daba, o pudor, pensar siquiera en publicar un libro, con la de gente profesional y genial que ya se dedicaba a ello, mientras nosotros somos meros aficionados (y en esto último te doy la razón).
      Pues amigo mío, ya quisieran muchos de esos profesionales tener tu cuidado, sensibilidad, maestría e imaginación que tienes tú a la hora de escribir. Si alguna vez se te quita ese pudor, no dudes que aquí tendrás a alguien deseoso de leer un libro de un aficionado o profesional, eso me da igual, que disfrutaré tanto como disfruto de tus relatos y comentarios. Hasta García Márquez empezó siendo un aficionado, pero dentro tenía lo que los elegidos: sensibilidad y una capacidad extraordinaria para contar de una forma más que bella cualquier tipo de historia. No exagero si te digo que tú eres un elegido.
      Muchísimas gracias por las palabras que dedicas a mi relato y a mi persona, que las guardo en el corazón.

      Un abrazo y felices fiestas, amigo Antonio.

      Pablo

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