Impaciente
Tras el obturado ventanal vislumbra el beso del mar y la ensenada, amantes en perpetuo tira y afloja. El tránsito del sol por el lienzo celeste nunca le ha parecido tan exquisito. Ni qué decir del ocaso: sublime. Suero, calmante, palabras de aliento... hacen el resto.
Mañana regresará a casa.
Mañana regresará a casa.
Hola, Loli. Sin esfuerzo, consigues que nos pongamos en la piel de ese paciente impaciente por retomar su vida, puede que "aparcada" para una puesta a punto durante un tiempo que seguramente se le haría eterno. A mí, tu relato también me parece, como ese ocaso que se vislumbra tras los cristales, sublime. Y lo que creo tiene de homenaje a alguien querido para ti, también lo demuestra. Yo también he tenido cerca a un impaciente paciente ansioso por recuperar ese mar y ese sol. Y que ese ocaso, aunque poético y sublime, tarde en llegar. Un beso y suerte, Loli.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Jesús, por esas palabras que a mí, en esta ocasión, me dejan sin palabras. Un abrazo enorme para ti, y mucho sol para tu paciente impaciente.
EliminarLoli, esa poesía que inunda tu relato me encanta. Que retrato más bonito has dibujado con tus palabras. Hace que el lector se sienta muy bien.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Pablo, me alegro mucho de haber provocado, de algún modo, ese bienestar. El mismo efecto han surtido en mí tus cálidas palabras. Muchísimas gracias!
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