Jump and drop

Me encanta que tengas miedo al vacío. El miedo tiene la función de evitar tonterías. Yo me creía superior a los demás mortales sólo porque estaba dispuesto a arriesgar. Y arriesgué demasiado... 

Ahora no sé si he vivido este último año 365 días, o he vivido ese día 365 veces.
Escrito por Olga Noya

5 comentarios :

  1. "El miedo guarda la vida", no cabe duda. Aunque también es verdad que cada refrán tiene otro que le hace réplica y no es menos cierto, por ejemplo; "El que se arriesga no gana", aunque en el caso de tu protagonista no sería aplicable, porque ha quedado atrapado en el bucle de su imprudencia para siempre, tras cumplirse la peor de las consecuencias.
    HA sido una alegría encontrarse con ese colibrí amigo tuyo en esta querida página. Espero seguir leyéndote.
    Un abrazo, Olga

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  2. Calcular el alcance de cualquier decisión arriesgada es casi imposible; a veces se gana, otras se pierde, pero si el riesgo es mucho y la pérdida grande, el pesar y el pensar que podría haberse hecho de otra forma nos condena a un cuestionamiento sin fin de nuestros actos.
    Ante el riesgo de la reflexión nos colocas con este bien construido micro, Olga.
    Espero encontrarme con tus historias por otros lugares.
    Un abrazo.

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  3. Olga, tu cuentito es mucho más que eso. Una síntesis de toda una filosofía de alguien que necesita vivencias nuevas. El final sobre el número 365, es muy interesante.
    Suerte y un besito virtual.

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  4. El miedo tiene una doble cara: nos salvaguarda ante el peligro, pero también nos paraliza e incapacita para la acción. Tu protagonista se halla, al parecer, en grave riesgo, o se ha lanzado al abismo sin medir las consecuencias.
    Un estupendo micro para reflexionar, Olga. Espero que nos sigamos leyendo y encontrando en la vida real. Un beso enorme.

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  5. Mientras la suerte nos haga sentir que somos irrompibles, podemos disfrutar de la sobredosis de adrenalina que el riesgo regala. El problema es que la suerte no es infinita, pero sí lo es el arrepentimiento.
    Un placer haber disfrutado de tus historias, Olga.
    Un abrazo.

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