La estatua

El escultor logró otro premio. Su virtuosismo con el cincel era indiscutible. El realismo que mostraban esos cuerpos marmóreos estremecía.

Pero tras su ambición ocultaba su secreto. ¡Qué habilidad para inocular melancolía a sus modelos! Si miraban atrás, quedaban petrificados y surgía otra obra de arte... con sabor a sal.
Escrito por Francisco Rubio Yepes - Web

2 comentarios :

  1. ¿Su primera modelo fue Edith, esposa de Lot y el escultor Yahvéh? Si fue así, yo creo que fue la curiosidad lo que la traicionó, aunque probablemente un poco de melancolía también al dejar atrás Sodoma, la ciudad que se adelantó a su tiempo.

    Una enigmática historia (para mí, al menos) pero escrita con ese suspense que te caracteriza.
    Un fuerte abrazo, amigo Paco.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Isidro. Excelente documentación sobre el Génesis. En parte, estoy de acuerdo contigo. Esa curiosidad, a veces, insana, se vuelve dañina. Aunque mi incipiente relato busca reflexionar sobre lo perjudicial que puede resultar volver al pasado, sobre todo, como antídoto para no mirar al futuro y sentir el presente.
      Decía Billy Brandt que el futuro no pertenece a aquello que están atrapados en el pasado.
      Creo que anhelar el regreso a un mundo en el que ya no se puede vivir y estar descontento con las circunstancias actuales es el pecado de la esposa de Lot. Recuerdo una parte del Nuevo Testamento donde Pablo se dirige a los Filipenses y dice que su juventud (llena de privilegios) sólo fue "basura", comparada con su nueva vida de conversión al cristianismo.
      Lo que destacas de enigmática lo valoro muchísimo por que en cada relato me gusta encontrar algún misterio. Ese escultor conocía el alma humana y aprovechaba la fragilidad para pulir la piedra. Por cierto, ahora tendremos que mirar hacía delante con la despedida de 50 palabras.
      Otro abrazo fuerte para ti.

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