Hay que hacer algo

Papá volvió de vacío, cabizbajo. Hacía dos años que buscaba empleo sin éxito. Su hermana mayor tuvo que dejar la universidad. Mamá siempre se escondía para llorar. Estaba enferma. No salían las cuentas. "Hay que hacer algo", pensó inquieto un instante. Los nervios le atenazaron hasta que... ¡¡¡GOOOOOOOOOL DE MESSI!!!
Escrito por Faroni

Una nueva vida

Lo había logrado. Me encontraba en el vestíbulo de la mayor empresa energética americana; olía a limpiacristales y la temperatura era agradable. Mi padre habría estado orgulloso de mí, pero reconozco que estaba nervioso. Me relajaría con un grito seco, pensé. Dos segundos más tarde todo volaría por los aires.
Escrito por Tuso - Web

Protección

Berto caminaba por el casco antiguo, de la mano de su madre. Era de noche y tiritaba de frío pese a ir tan abrigado que apenas podía girarse. Reparó en un vagabundo que gemía junto a un portal, acurrucado entre cartones. Su madre lo tiró del brazo: "¡Aléjate, es peligroso!".
Escrito por Álex Garaizar

La enfermera

Volvió el dolor. Pulsé el botón y vino una a ponerme la anestesia, pero no era la que buscaba. Sólo me calmaría verla a ella. Una hora después lo volví a pulsar y apareció. Tras una conversación angelical me sentía en el cielo. Hasta que me preguntó si había depositado.
Escrito por Van Assche

Cuando (casi) nadie quiere hacer nada

UNO... Ya empezamos
DOS... Cada vez duran más
TRES... Me estoy meando
CUATRO... Me aburro
CINCO... Por el culo te la hinco
SEIS... Jaja, me parto
SIETE... Mi abuela tiene mal color
OCHO... Rufo, ahora no
NUEVE... Pedo
DIEZ... Mi hermano me ha visto
ONCE... Jaja, alucina
DOCE... ¡FELIZ AÑO!
Escrito por Ocuséyul

Noches húmedas al sur de California

Mi vecino de dos metros cultiva cuando mamá lo ve. “Está desnudo”, susurra. “Es nudista”, contesto. “Sale siempre al atardecer”. El sudor resbala por su piel cobriza y el cielo es de color calabaza. Mi madre parece agitada. Le doy dos uvas. Ahora, de cuando en cuando se pasea al atardecer.
Adaptado de Wendy Haskett - Ver original

Una canita al aire

La jornada había sido dura, y L. se sentía débil, solo, triste y hastiado de su trabajo. Al llegar a casa quemó los papeles, se desnudó, bailó, correteó por la habitación mientras cantaba, dio varias volteretas, saltó en el sofá, gritó… y observó con estupor que la ventana seguía abierta.
Escrito por Pentapolín

Una nueva mirada

Se puso azul, luego púrpura. Al hincharse se percató de que los números primos hacen bailar a las tortugas en celo. Münchausen viajó a Nebraska durante el Ramadán, y todo cobró sentido cuando el Dragón del lago esmeralda iluminó el horizonte para intentar arrancarle los ojos.

Doctor: Mmmm... Pupilas dilatadas.
Escrito por Faroni