Brindis
Nicolás sabe muy bien que la gravedad es un invento divino para controlar las ilusiones; y cuando alguien levanta su copa para brindar, él levantaba su mentón mirando al cielo. Después, lo deja caer sobre su pecho y vuelve a dar un nuevo impulso a las ruedas de su silla.
Luis tu protagonista tal vez por vivir experiencias e ilusiones tuvo una caida y por eso está en silla de ruedas, pero creo que ese brindis al cielo que hace él cada vez es como agradeciendo que aún está vivo y puede disfrutar de la vida.
ResponderEliminarBuen relato Luis.
Un abrazo.
Luis, el comienzo, hablando de que la gravedad es un invento divino para controlar las ilusiones ya es una obra arte. Si además tu protagonista es un luchador que reta a la gravedad desde esa silla de ruedas, el resultado un micro antológico. Que ese protagonista siga mirando hacia arriba, porque es un héroe de los que hay que aprender. ¡Cuánto me ha gustado!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Buenísimo, hay que brindar, pero teniendo en cuenta también lo que puede pasar, como nos muestras tan hábilmente a través de tu personaje. Viva, Luis!
ResponderEliminarDichosas leyes físicas que aferran al suelo como un lastre e impiden volar. Frente a lo inevitable, resistencia, aunque sea inútil, nunca bajar los brazos. Y la cabeza alta, siempre. Muy emotivo, Luis
ResponderEliminarUn abrazo, artista
Las ilusiones no pesan.
ResponderEliminarBuen relato.brindemos por ellas.
Saludos.
La cabeza en alto bien pudiera ser un brindis a la esperanza, a todo aquello capaz de sobreponerse a cualquier contratiempo. Un brindis que debería querer decir: sea lo que sea, no podrá conmigo.
ResponderEliminarBuen relato, Luis. Enhorabuena.
Un saludo.
Luís, que tu protagonista se llame Lázaro me hace pensar que espera un milagro y mira al cielo por eso, recordándome al Lázaro de la Biblia que fue curado y volvió a andar.
ResponderEliminarViendo que no se produce vuelve a la realidad de su silla de ruedas.
Enhorabuena!
Besos
¿Donde llegarían nuestros sueños si no fuera por la gravedad? Un abrazo para todos. Y efectivamente, Pilar: lo de Lázaro no fue una puntada sin hilo.
ResponderEliminarBesicos.
1) Discúlpame, Álex, ¿la dislexia en el título es intencional?
ResponderEliminar2) Luis, me uno al brindis por el protagonista de tu relato. ¡Todo un ejemplo para nosotros!
Un abrazo a ambos.
Pues no, Vicente, metedura de pata propia, que en lugar de copiar los títulos los escribo directamente de mi dedo y tecla. ¡Gracias por el aviso!
Eliminar¡Ostras! ¡Ostras! ¡Ostras! ¡Ostras! ¡Ostras!
ResponderEliminarExcepcional relato, Luis.
¡Excepcional!
Me gusta ese reto, con la cabeza alta y el impulso de sus brazos.
ResponderEliminarMagnífico, Luis.
Creo que no he conseguido expresar con exactitud lo que pretendía, aunque pensé que al bajar el mentón cuando todos levantan su copa debería valer... Déjame, Álex, otras 50 palabras para decir que no hay ningún optimismo en mi personaje. Curioso. Quizás mi torpeza, quizás que un primer comentario condiciona los siguientes... Seguramente lo primero.
ResponderEliminarAprovecho para decir lo que pienso sobre los micos, aplicable seguramente a otras cosas que no vienen a cuento: no pueden ser ambiguos en el mensaje. Con una idea vertebral tan derrotista y lapidaria como la inicial, mal invento sería no aprovecharla e irme por los cerros de la superación y fatuos optimismos. Siento que mi personaje no comparta ese optimismo vuestro. Lo que está claro es que no lo he conseguido. Podría estar bien como decís, pero mi idea era la de un absoluto y definitivo derrotismo. ¿Podemos, acaso, obviar la gravedad?
ResponderEliminarY puestos a diseccionar y aprender y, a pesar del hundimiento de su mentón, creo adivinar dónde está mi error: está en una sola palabra; sí, una sola, y me gustaría tener la venia de Álex y la vuestra para cambiarla.
Entra Nicolás al terreno de juego en sustitución de Lázaro.
EliminarLa verdad es que es una lástima que sea un poco ambiguo, porque en este caso no le hace mucho bien. Yo la primera vez también lo interpreté de forma derrotista, igual porque para mí es un tema recurrente enlazar lo divino con el sufrimiento.
Sí que hay otros casos en los que la ambigüedad le aporta riqueza al relato, más que nada cuando es intencionada (como un final abierto). En esto casos el título suele despejar dudas, y como en tu relato alude a algo optimista, es posible que eso condicionara toda la interpretación. Quizá con algo de una manzana habrías podido aludir tanto a que cae y se separa de las demás con la gravedad (por lo de Newton) como al tema religioso del pecado original. Bueno, quizá se me haya ido un poco la olla ahí.
Hola Luis, percibo amargura en este hombre rebautizado que encuentra en la alegría de los otros, carbón para atizar la hoguera de su resentimiento. Aunque la imagen que proyecta es muy física por su discapacidad evidente, creo que va más allá y hace metáfora de todos nosotros, que somos siempre un poco menos felices cuando la alegría de los otros es grande y se desborda, si damos pábulo al descontento interior de las frustaciones y despertamos la envidia. Creo que has acertado al rebautizarlo, porque Lázaro le prestaba un halo milagrero que para nada tiene el relato (confieso haberme beneficiado de tus anteriores aclaraciones para mi comentario). Es un estupendo micro. Felicidades.
ResponderEliminarSi, Pilar, aunque lo de Lázaro fue premeditado, creo que fue un error al no ser fiel a lo que pretendía. Me reafirmo en mi creencia y mi obsesión por la palabra precisa. !Dios mío, qué bello es el lenguaje! Y una vez mas vengo a decir que los sinónimos no existen, porque toda las palabras tienen una carga adicional. Nombres como Lázaro, Narciso, Magdalena... Por hablar de nombres propios...
ResponderEliminarUn abrazo a cada uno.
La de vueltas que ha dado el relato, Luis. Gracias por guiarnos en la interpretación. El cambio de nombre del protagonista lo aleja de toda posible esperanza. Y nos deja a todos pegados a la dura realidad.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Un abrazo.
Siento llegar tan tarde a comentar tu micro, Luis. Ahora sabemos que ese brindis está cargado de amargura. Un micro algo “accidentado” pero con mucha carga emocional. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarLuis, yo que llego tarde a dejar mi comentario no entendía nada de los anteriores donde aparecía un Lázaro...
ResponderEliminarEl micro que leo yo muestra una gravedad que se lleva por delante las ilusiones de Nicolás, incluso puede ser que vaya en silla de ruedas por efecto de "un brindis" - un accidente por demasiado alcohol, por su propia culpa o por la de alguien en el otro vehículo (quizá me inclinaría por esta segunda opción, y mira al cielo echándole las culpas?). Bueno, creo que me estoy inventando otro micro paralelo.. ;-)
Un beso Luis.
Carme.
Todos somos esclavos de ese tirano que nos atrae irremediablemente hacia su centro, pero han dejado un cabo suelto, la imaginación, que sobrevuela esa fuerza, como con tú con este genial micro nos has demostrado, Luis. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, y gracias a todos. Cualquier interpretación valdría, aunque insisto en que han de ser las palabras precisas para conseguir lo que se quiere.
ResponderEliminarQuerido Luis, hay que ver lo exigente que eres contigo mismo. Yo que llego ya bastante tarde y no he leído a Lázaro como protagonista, sino a Nicolás, sí que he percibido ese tinte pesimista de tu personaje principal.
ResponderEliminarMe quedo con esta frase: "la gravedad es un invento divino para controlar las ilusiones". No puede ser más acertada y creo que ahí es donde está la clave para que nos inclinemos a pensar en el punto negativo de la historia.
Sea como sea, a mí me ha parecido una buen relato. Raro hubiera sido lo contrario siendo tus letras de las que estamos hablando.
Te mando un beso y un poquito de optimismo.
Malu.
Querida Malu, mi inspiración. Un besote
EliminarLlegar tarde a los comentarios te deja sin nada para decir que no se haya dicho, me uno, con el permiso de Malu, al suyo. Un beso.
ResponderEliminarPues sea como sea, creo que tanto tu relato como todo lo que habéis ido creando a su sombra ha contribuido a enriquecer mis nociones de creación literaria. Así que, Luis, muchas gracias por compartir tus letras y por transmitirnos esta actitud tuya tan "seria", en el mejor sentido de la palabra, ante ellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esto sí que es una buena clase práctica de lo que es escribir.
ResponderEliminarBrindo por ti, Luis.
Las barreras físicas, que te clavan al suelo. Me encanta la primera frase. "Que la gravedad es un invento para controlar las ilusiones" Muy bueno. Besos.
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