Déjà vu

El ruidoso secador envolvía la cabeza y, una eternidad después, el peinado emergía esponjoso. Él lloraba pensando que ese monstruo devoraría a su mamá.

Años después la historia se repetía. Entre vibraciones metálicas y fuertes sacudidas comprobó el cierre de su escafandra. Luego bajó las escaleras para pisar la Luna.
Escrito por Jerónimo Hernández de Castro - Twitter

16 comentarios :

  1. Una circunstancia lleva al recuerdo de la otra. Dos párrafos diferentes para describir dos situaciones distintas, separadas en el tiempo, pero un mismo temor. El primero, irracional, basado en la inocencia infantil. El segundo, incierto, ante lo que podría suceder en un mundo desconocido, puede que sin retorno. Lo que ocurre dentro de un secador puede ser un misterio para un niño pequeño, como también lo es el espacio inexplorado, pero no menos que el propio cerebro.
    Resulta que yo acabo de tener también tenido un déjà vu. He vuelto a ver un relato de lo más original y bien escrito, con la misma firma debajo.
    Un abrazo fuerte, Jero.

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  2. Gracias Ángel! Siempre amable, tu comentario es un estímulo siempre para mí. Un abrazo enorme

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  3. Jerónimo, nos presentas un relato en dos partes, cuyo nexo de unión es el mismo protagonista, separado por el tiempo y las circunstancias.
    Esa inocencia infantil le hace ver monstruos en un simple secador de pelo. Luego él enfundado en un traje espacial se dispone a vivir una gran aventura. En ambos casos pienso que le une el mismo temor.
    Buen relato, Jerónimo, me ha gustado.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Javier! Los temores que siempre nos acechan, a veces nos ponen en el camino de la superación y el éxito. Un gran abrazo y me alegra mucho que te haya gustado

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  4. Dos párrafos que se unen por un invisible nexo, que no es otro que el concepto, a veces psicológico, que nos ofrece el título del cincuenta. El segundo párrafo es en realidad el "déjà vu" del primero, ya que esa escafandra hace recordar el casco del secador de la peluquería, donde la madre del astronauta acudía con él cuando era un niño. Hay diferencias, obviamente, entre ambos...
    Sin embargo, donde no hay ninguna diferencia, es en ese miedo que siente el protagonista de tu historia, tanto en su niñez, como en su madurez profesional. Es el mismo miedo en las dos etapas: el espanto que le genera lo desconocido; un miedo es por ignorancias de la edad; otro, por la incertidumbre del espacio lunar que hay delante de sus ojos.
    Muy buen microrrelato, Jero. Enhorabuena y nos seguimos leyendo. Un placer siempre tus textos.
    Un abrazo muy cordial.

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  5. Muchas gracias José Antonio. Sin duda es un relato sobre el miedo que nos acecha en todo momento hundiéndose en nuestros temores infantiles. Un abrazo grande

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  6. El hilo conductor que nos lleva a lo ya sentido es la portentosa imaginación del autor, que basado en la similitud esférica de los objetos terrestres, ha conseguido poner, de un párrafo a otro, al protagonista a la luna.
    Sin palabras, Jerónimo, sensacional. Saludos.

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    1. Muchas gracias Manuel! Portentosa! qué amable. Un poco ambicioso, convertir un secador en una nave espacial nada más :) Un abrazo enorme

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  7. Del secador de pelo de mamá a la escafandra del astronauta, el temor viaja con el protagonista. La similitud de ambos objetos y el miedo ante lo desconocido están conectados de manera ingeniosa y sorprendente.
    Un pequeño micro de cincuenta palabras y un gran salto narrativo. Enhorabuena, Jerónimo. Un abrazo.

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  8. Muchas gracias por acompañarme en este viaje, desde una peluquería a la superficie de la Luna. Un beso

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  9. Jerónimo, a veces un objeto, un olor o un sabor pueden asociar un recuerdo o recordarnos otra situación vivida anteriormente. En el caso del protagonista de tu relato, el objeto por su forma similar le hace asociar ambas situaciones que le producen temor, una por la inocencia de la niñez y la otra ante lo desconocido.
    Muy bien relacionados ambos párrafos del texto. Enhorabuena.
    Besos.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Pilar. Los temores unidos pero superados. Un beso

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  10. Uno no sabe si el astronauta se va a encontrar un monstruo en la Luna. Un pequeño temor para un hombre, una gran pánico para la humanidad.
    Saludos, Jerónimo

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  11. Mi primera imagen al leer el relato ha sido el de aquellos secadores antiguos, el de las peluquerías, que luego se imitaron en plástico para poder unirlos a los secadores de mano en las casas, que recuerdan a la escafandra de los astronautas. Y me he dicho !Mira por dónde al niño lo ha llevado a la luna!, ¿por miedo?, no sé. Quizás quiere salvar a su mamá...

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  12. Conexión entre dos manifestaciones de un mismo sentimiento, separadas en el tiempo, a la que seguramente Freud habría hallado algún fundamento sexual.
    Muy bueno, Jero.
    Un abrazo.

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  13. Como a Maite también me han venido a la cabeza aquellos secadores gigantescos, en los que se te perdía la cabeza. Quizá en ese recuerdo materno se inspiraron para crear las escafandras de los astronautas. ¿Quién sabe?
    Curiosa idea.

    Besos

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