Cada mosca tiene su sombra
Una mosca zumbona revoloteaba ante un brillante y pulido espejo y, tras una concienzuda labor de reconocimiento, se posó con narcisista estupefacción, pasmada ante la perfecta simetría entre la realidad y su reflejo. Pero tan poética veleidad se convirtió en irrenunciable tentación para la prosaica avidez de una astuta araña.
Si es que en estos tiempos uno no se puede descuidar. Me ha encantado cómo has contado el hecho de que la mosca se quede petrificada en ese espejo observando la especular realidad. Muy bien escrito. Y muy original.
ResponderEliminarSaludos.
Pablo
Hasta una mosca es capaz de encontrar algo parecido a la belleza, aunque sea en su propia contemplación. La escena más sublime puede romperse cuando un ser termina con la vida de otro, aunque sea, en este caso, para sobrevivir. Cada instante de luz tiene una sombra que puede apagarlo en cualquier momento, por eso debemos valorarlos.
ResponderEliminarA ti y a mí nos ha dado por los bichos este mes, Javier.
Un abrazo
Recrearse en uno mismo, da ventaja al enemigo.
ResponderEliminarMuy bueno, Javier!
A esta mosca narcisista le ha durado poco el éxtasis de la propia contemplación. No se puede estar mirándose el ombligo constantemente. Hay que estar más atento a la realidad circundante si se desea interactuar o sobrevivir.
ResponderEliminarUn micro-fábula muy aleccionador, Javier. Un fuerte abrazo.
Muy bueno, Javier. La pobre, como cualquiera de nosotros, ahí, regodeándose en su imagen y lo "secundario", sin atender a lo que de verdad importa (simbólico o real). Suerte y un abrazo.
ResponderEliminarPobre mosca. La araña le ha estropeado la realidad.
ResponderEliminarMuy bien escrito y muy divertido el micro. Saludos, Javier
Creo que fondo y forma trazan una perfecta simetría narrativa en este micro. Saludos, Javier.
ResponderEliminarParece una parábola o una fábula de Iriarte. Mientras la mosca se deleita viendo su reflejo en el espejo, la araña aprovecha para hacerse con ella.
ResponderEliminarMuy visual, me ha gustado. Besos.
Queda demostrado que el éxtasis de la contemplación es incompatible con la vida salvaje, sobre todo si se trata de autocontemplación narcisista. Me ha gustado mucho la historia que has contado, javier, pero aún más la forma en la que lo has hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha enganchado el relato, es muy visual.Un beso.
ResponderEliminarMe gusta el aire de fábula clásica que has imprimido en tu micro, Javier. Felicidades. ¡Que tengas un buen año 2018! Abrazos.
ResponderEliminarEs lo que pasa cuando te quedas colgado de tu ego, que te dan por todos partes. jajaja
ResponderEliminarUn abrazo,
Agradezco muchísimo vuestra lectura y amables comentarios. Os deseo un Feliz Año 2018. Un abrazo.
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