Por aburrimiento
"No tenía otra cosa mejor que hacer", declaró impávido tras su detención.
Las pingües rentas paternas heredadas le permitieron disponer de todo el tiempo libre del mundo. Sus cada vez más habituales salidas nocturnas acabaron siendo su único pasatiempo. Ante la jueza, añadió: "¡Me aburría soberanamente! Ellas eran mi entretenimiento".
Las pingües rentas paternas heredadas le permitieron disponer de todo el tiempo libre del mundo. Sus cada vez más habituales salidas nocturnas acabaron siendo su único pasatiempo. Ante la jueza, añadió: "¡Me aburría soberanamente! Ellas eran mi entretenimiento".
La excesiva solvencia económica puede generar una ausencia de valores humanos y un aburrimiento que muchos combaten con malas costumbres.
ResponderEliminarUn buen relato, José Antonio, me ha gustado.
Un beso.
Esperemos que ese 'ellas' se refiera a las farolas, objeto de sus ociosas pedradas.
ResponderEliminarQueda claro que el dinero no da la felicidad, pero sí el aburrimiento.
A pesar del título, un relato muy entretenido.
Un abrazo, José Antonio.
El título, los argumentos y la última frase forman una combinación en la que es de temer lo peor. Tener la vida resuelta, no verse en la obligación de gastar tiempo y energías en buscar la subsistencia es algo reservado a pocas personas. Tu protagonista lo vive como un castigo y una justificación. Con tiempo y recursos se pueden hacer muchas actividades positivas, pero este sujeto ha escogido el peor de los caminos, algo de lo que el lector se da cuenta sin necesidad de detalles, que serían escabrosos.
ResponderEliminarUn relato lleno de contrastes. Pese a que todo gira en torno al aburrimiento, tu historia resulta de lo más amena.
Un abrazo fuerte, José Antonio
La mezcla tóxica de mucho tiempo libre y excesivo poder económico lleva a tu protagonista al crimen...Creo que puede ser una alegoría, extrema por supuesto, de la pérdida actual de una educación equilibrada en valores..
ResponderEliminarBuen micro, José Antonio...un abrazo
Por Tutatis, qué intriga. ¿Pero qué hacía ese criminal? Criminal, sí, porque tener todo el tiempo del mundo y no ponerse a leer merece la pena máxima, señoría. Sin piedad.
ResponderEliminarPara J.A. un abrazo.
Otro gran relato, paisano, en el que dejas una historia que da que pensar. Es peligroso tener una mente enferma y no tener ingenio para encontrar y disfrutar de lo bueno que tiene la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Y ahora dejas que el lector rellene los huecos,qué listo!
ResponderEliminarGenial!
Da la sensación de ser un psicópata; una persona que el tiempo y el dinero le han llevado por el mal camino.
ResponderEliminarHay mucho en el aire.
Muy bueno.
Un abrazo.
Interesante comienzo, de un relato que deja que el lector busque la clave de la trama. Nos invita a pensar en este delincuente, aprovechado de propios y de extranos. Buen micro Jose. Abrazos
ResponderEliminar"Ellas" eran su entretenimiento. Un entretenimiento que lo llevo ante... curiosamente, una jueza; otra mujer, que seguro hará justicia en nombre de todas esas otras mujeres, que utilizó, agredió, humilló... ¿tal vez violó y asesinó? Aburrimiento... carencia de valores... Un ser despreciable haciendo mal uso de su poder.
ResponderEliminarMuy bueno! Felicidades.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSe aburría el pobre hombre, podrido de dinero y con todo el tiempo libre. ¿Qué les hacía a ellas para que tenga que declarar ante una jueza? ¿No sabe este hombre que existen miles de actividades creativas, lúdicas e instructivas, de voluntariado, de mecenazgo...? Que lo condene la jueza por sus posibles delitos y por no saber aprovechar su privilegiada vida.
ResponderEliminarMuy bueno, José Antonio. Un fuerte abrazo.
Esa duda sobre quienes o que son ellas, aunque la mayoría nos pongamos en lo peor, hace aún más sugerente el texto. Puedo estar equivocado, pero yo creo que el aburrimiento, la desgana y la apatía (aunque pueda parecer lo contrario) hace que el que los "sufre" se vea impelido a hacer las mayores barrabasadas: quemar contenedores, robar, matar al que pasa por ahí, molestar a cuanto pobre contribuyente resida en la zona, etc. Me ha gustado. Suerte, José Antonio. Un abrazo.
ResponderEliminar¿A quien se refiere con "ellas, eran mi entretenimiento?. ¿A las salidas, o a esas intrigantes criaturas que pululan en los ambientes nocturnos?, Inquietante, muy inquietante la propuesta que hoy nos presentas, José Antonio. No sé si podré pegar ojo esta noche nublada y de frío. Me empiezan a castañetear los dientes.
ResponderEliminarSuerte y abrazo virtual.
La frase final es una maravilla, José Antonio. Saludos.
ResponderEliminarSi el protagonista de tu micro se aburre, debe dedicarse al tricotaje, a criar cerdos vietnamitas o a escribir en 50 palabras. A veces la maldad tiene extrañas razones.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, José Antonio
Me recuerda tu micro algunas noticias que nos han sacudido los últimos tiempos. No hace mucho vi un documental con uno de los chicos que quemaron a una mendiga en un cajero. La causa que alegaba era que se aburrían y empezaron por mitigar el aburrimiento molestando a los indigentes, luego, como consecuencia natural, pasaron a mayores.
ResponderEliminarDas completamente en la diana, José Antonio. Un abrazo.
Parece que los delincuentes más violentos provienen de clases sociales medias o altas y delinquen por aburrimiento o por falta de ideales. Es una pena que a algunas personas les den todo hecho. Aunque el de tu relato, podía haberse dedicado a hacer calceta o a obras sociales que es más productivo.
ResponderEliminarMuchos besos.
Has descrito muy bien con la contestación la clase de personaje qué es. El final es una bomba de realidad. Un beso.
ResponderEliminarYo diría que la esencia de tu relato está contenida en la conocida frase que dice “Cuando el diablo no tiene qué hacer, mata moscas con el rabo”, aunque parece que los delitos de tu personaje son de mayor enjundia. Claro que el hombre tenía otras posibilidades, como la que por ejemplo apunta otra versión del dicho “Cuando el diablo no tiene qué hacer, coge la escoba y se pone a barrer”, pero es posible que hacer el mal le resultara más entretenido, o que le cansara menos.
ResponderEliminarEnhorabuena, José Antonio. Como siempre nos has atrapado dentro de tus frases en busca de ese mensaje sabiamente oculto y que espero que nos desveles aunque sea brevemente.
Un abrazo, amigo.
Intrigada estoy con saber quiénes son "ellas", pero esta desazón no me flagela, al contrario, me encanta. Como todo tu relato, José Antonio. Enhorabuena. ¡Feliz 2018! Abrazos.
ResponderEliminarSi el aburrimiento es muy malo. Dejas el micro libre Barrionuevo, pero supongo que el "ellas" es sinonimo de violencia de genero, o asesinato o algo por lo que tengas que declarar ante un juez.. Aunque molaría que fuera algo tremendamente tonto e incluso naif. Por eso me gustan tanto los finales abiertos, son mejores que los felices.
ResponderEliminarUn abrazo,