¡Qué lástima!

Había leído mucho. Sintió el peso del cansancio sobre sus párpados, que fueron cerrándose lentamente.

La bella Marta, protagonista de la novela todavía abierta entre sus manos, se coló en sus sueños. Pero al mismo tiempo que el libro resbaló de sus dedos, Marta se esfumó de sus brazos. ¡Lástima!
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

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