La mezcla (Microtrilogía del desayuno II)

Luego, le echaron azúcar. Al tercer terrón, Arquímedes demostró su principio y hubo un derrame, seguido de un sorbo de amargura. Un removimiento cauteloso provocó un diminuto remolino. Se había iniciado la ceremonia de la disolución. Al final, se mezclaron y se convirtieron en uno solo, pero la dulzura prevaleció.
Escrito por Carles Quílez
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10 comentarios :

  1. Me encanta esa minuciosidad en el relato de este preparado mañanero. Como no termina aquí, veremos si procede un acompañamiento sólido a la altura de las circunstancias.
    Me gusta, me gusta, esperaremos un poco más a ver cómo finaliza.
    Suerte, Notincgas.
    Un saludo.

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    1. Gracias, Eva, por tu comentario, y por poner en valor el ejercicio de minuciosidad que me había planteado como reto.
      En cuanto al tercer elemento del preparado, te adelanto que no será una galleta.
      Saludos

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  2. Un relato sugerente... ¡ Y van dos!

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  3. Soledad García Garrido12/6/14, 11:50

    ¡Qué relato más dulce! Galletas, no. Tal vez, una buena catalana, y no se trata de incitar al nacionalismo. Enhorabuena.

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    1. Gracias, Soledad. En dos semanas, el desenlace.

      Saludos cordiales,

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  4. La primera parte me dejó a la espera de la segunda y la segunda, de la tercera. Sigo esperando, que bien merece la pena.
    Un saludo.
    Fina

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    1. Notincgas13/6/14, 8:43

      Gracias, Fina. Tus expectativas me alientan. Confío en que te guste el final.
      Saludos

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  5. Que sencillo parece escribir un relato simpático y resultón de algo tan banal como poner azúcar al café. Y no es el primero...

    Saludos

    Jesús

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  6. Notincgas18/6/14, 6:12

    Gracias, Jesús. Celebro que te haya gustado.
    Respecto a lo de la banalidad (y sin perjuicio del valor añadido de los relatos más trascendentes), opino que lo esencial es contar una historia, aunque sea tan pequeñita como la del azúcar.

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