El fin del principio

Sentado en la cama, se frota los ojos y resopla. Sudoroso, se levanta torpe, aprieta el nudo de la corbata y recoloca el jazmín en el ojal. Enciende un cigarrillo y se deja caer de nuevo.

Mientras, familiares y amigos le esperan en la iglesia; ya suena la marcha nupcial.
Escrito por Marta López Cuartero

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