El investigador paciente

Tras una infancia traumática, canalizó su misantropía para finalizar el instituto con nota. En la universidad tampoco hizo amigos precisamente, pero alcanzó su sueño y se doctoró en física nuclear. Después estudió duro para sacar plaza de funcionario y por último logró consumar su venganza desde la central de Chernóbil.
Escrito por Álex Garaizar

3 comentarios :

  1. Menos mal que en la mayoría de nosotros la misantropía comparte piso con la filantropía a partes iguales. Preocupante historia, sobre todo en estos tiempos en que la humanidad se hace querer tan poco.
    Muy bueno, Álex.
    Un abrazo.
    Enrique.

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  2. He leído el relato sin respirar y con el corazón encogido según llegaba al final.
    He vuelto a respirar y el el corazón a vuelto a su ser cuando he visto la firma del autor.
    He comprendido que era sólo el fruto de la imaginación de un autor cuya filantropía nada tiene que ver con la historia por él contada.
    ¡Me gusta!

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  3. ¡Gracias a los dos! Me alegro mucho de que os haya gustado. Ya llevo 40 relatos, 2.000 palabras nada menos...

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