La mirada

Llevaba en su rostro esa expresión de ternura que pocas veces se ve. Sentada en un banco del parque, acogía en brazos a su recién nacida criatura. Lo decía todo sin palabras: emoción, fragilidad, protección, amor. Su mirada era un grito callado:

—Felicítame, soy la mujer más feliz del mundo.
Escrito por Isan

6 comentarios :

  1. Respuestas
    1. Ese es el mensaje. Gracias por tu comentario escueto y certero que lo reitera

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  2. Quizá tenga algún mérito escribir una historia en cincuenta palabras, pero lo es más decirlo todo sin ellas, ser capaz de forjar una mirada que es un grito callado.
    Saludos

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    1. Me lo dijo todo ella y fue fácil plasmarlo en el papel. Efectivamente el oxímoron es la clave. Gracias Ángel.

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  3. Quizá el amor maternal sea el más puro de los sentimientos (y al mismo tiempo el más fuerte), y tu lo has plasmado de una manera muy bella.
    Enhorabuena, Isan.
    Saludos.

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    1. Gracias Enrique. La historia es real y el mérito es de la madre. A mi me quedó una sensación de envidia porque, como dices, ese sentimiento puede ser el mas puro y fuerte.

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