Le petit monsieur triste (I)
Se llama Hugo y vive en México. Los amigos le dicen "Le petit monsieur triste" porque escribe versos de amor en papelitos que se lleva el viento. Nadie sabe, él tampoco, que las palomas llevan los poemas a París, en donde una joven suspira cuando en otoño caen las hojas.
il ressemble à un monsieur que je connais, mais il n'est pas petit, il est tres grand. Pour vous, Monsieur... M...ss?
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=ydtryV65UGk
Muy intensas las sensaciones que transmites en este este poético puente aéreo que has establecido entre la tristeza y la melancolía, Andrés.
ResponderEliminarNo sabemos si esos poemas vuelan firmados entre las hojas, para que ella sepa de él y deje de suspirar para poder aliviarle su tristeza.
Me ha gustado mucho.
Un saludo
Andrés, me parece pura poesía tu relojero. Precioso. De los que se te queda una nostalgia en el alma y una prensa porque la historia sea corta. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Quise decir tu relato en vez de tu relojero. Ya sabes, el autocorrector
EliminarPues la versión relojero quedaba muy romántica y misteriosa...
EliminarMe la apropio.
La ladrona plagiadora. :)
Precioso relato, Andrés. Yo le diría a tu personaje las palabras de Lennon:
ResponderEliminar“Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se de cuenta, no estés triste. El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la audiencia duerme todavía".
Aunque la mayor parte duerma, él aún no sabe que a ella sus hojas, como las del otoño, le quitan el sueño. Ojalá algún día lo sepa.
Gran historia.
Un beso.
Vuelan esos poemas cruzando un océano, que la poesía no tiene espacio ni límite (tampoco el amor).
ResponderEliminarPrecioso relato el tuyo, Andrés, muy poético y con cierto toque de melancolía. La frase final ("(...) donde una joven suspira cuando en otoño caen las hojas"), me parece de una finura exquisita.
Por ella y por el resto de palabras, vayan con mi enhorabuena mi "Me gusta" y un saludo muy cordial.
Algunos afirman que vivimos en un mundo interconectado, y otros que para el amor no hay distancias; los dos tienen razón y al mismo tiempo. Por desgracia, es posible que nunca se encuentren, pero ambos intuyen que "su" otro existe. Si coinciden, ella arrinconará sus suspiros y a él habrá que llamarle monsieur alegre.
ResponderEliminarUn saludo
¡Qué delicia! Magistral ejemplo de prosa poética. Decir que me encanta es quedarme corta, muy muy corta. ¡Chapó!
ResponderEliminarUn saludo.
Dos almas separadas por el ancho océano y, sin embargo, unidas por la poesía y por unas palomas mensajeras
ResponderEliminar¿Se puede pedir más por cincuenta palabras?
Bonito relato, Andrés.
Saludos cordiales
Dos enamorados separados por un océano, que mantienen viva su relación con la ayuda de las palomas que transportan versos de amor. ¿Puede haber algo más poético?.
ResponderEliminarEspero que esa joven tenga la buena idea de enviar a las palomas de vuelta con un billete de avión a París y un número de teléfono.
Me ha gustado este toque de romanticismo en cincuenta palabras, tan poco común en un mundo gobernado por la inmediatez de las redes sociales.
Un abrazo.
Delicadas palabras perfectamente escogidas para contar una bella, aunque triste, historia.
ResponderEliminarY con la banda sonora que le ha puesto Patricia, sólo queda suspirar y disfrutar.
Me ha encantado, Andrés.
Un saludo
De México a París, pasando por Madrid. Por supuesto con el permiso de tu pluma. Pues creo que he visto volar a baja altura a tus palomas, camino de la ciudad de la luz, con sus mensajes de amor anillados a sus patas.
ResponderEliminarHermoso relato, Andrés. Saludos.
Andrés exquisito relato. Hay que tener cuidado las palabras de amor que se lanzan al viento que nunca se sabe a quién pueden llegar y enamorar. Espero que algún día nos deleites con un final feliz para esta historia de amor. Ahi va mi "me gusta" , siempre hay que apostar por el amor. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Bravo!
ResponderEliminarUn bello micro que nos impregna con pura poesía de melancolía y soledades. Precioso, Andrés. Un saludo y felicidades.
ResponderEliminarOhhhhhh, Andrés, pero qué bonito ...
ResponderEliminarTe mando un beso y un me gusta muy grande para este micro.
Malu.
Andres un relato romántico estupendo, me ha encantado esa imagen de los versos escritos en papelitos llegando a París.
ResponderEliminarMe gusta mucho, un abrazo.