Arcángel

Cayó fulminado. La sangre había teñido de rojo las inmaculadas alas blancas. Al impactar contra el suelo, el cuerpo desnudo quedó tan destrozado que era imposible distinguir el sexo del cadáver.

Tras disparar a las perdices que volaban, el cazador, desconcertado, miraba horrorizado aquel ser que había caído del cielo.
Escrito por Encarna Cuesta García

13 comentarios :

  1. El cazador si no creía en la existencia de los ángeles, creo que se le han ido las dudas.
    Buen relato Encarna.
    Besos.

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  2. Encarna, vaya puntería la del cazador. De esta ya no vuelve a cazar, después del susto...
    Besos

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  3. Pocos relatos son los que al final te satisfacen plenamente, y este es uno de ellos. El pobre cazador se ve tan indefenso! Enhorabuena.

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  4. La imagen del arcángel muerto a manos del cazador es sumamente poderosa. Parece no haber lugar para la fantasía en un mundo donde las armas de fuego imponen su ley.
    Me gustó mucho, Encarna.
    Saludos.

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  5. Un ángel caído, que no es el demonio, sino de los buenos. Lo que demuestra que todos entramos en las estadísticas, y hasta los seres alados y asexuados pueden ser frágiles.
    Un saludo

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  6. ¡Normal, que no se le distinga el sexo! ¿Pero los ángeles tienen sangre? ¿Son abatibles? Un enorme, un extraordinario relato, para mí. Me lo quedo. Aunque... yo no hubiera dado tantas pistas con el título. Es estupendo, Encarna.

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  7. Hola Encarna, creo que para tu relato, se aplica a la perfección el dicho de que "las armas las carga el diablo".
    Saludos!!!

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  8. Original historia, Encarna. Confío en que nadie dispare contra mi ángel de la guarda.
    Un saludo

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  9. Me ha gustado mucho tu relato Encarna. He leído los comentarios y estoy de acuerdo con todos, incluso el que te "critica" el título. Yo también creo que es demasiado explícito. Con él ya sabes adonde vas a llegar. Por lo demás... felicidades.

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  10. Por muy ángel que sea uno, debe andarse con ojo si se cuela en un coto de caza.
    Una historia muy bien narrada, Encarna, de fácil lectura por su excelente exposición. Me ha gustado mucho.
    Un abrazo.

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  11. Una historia original contada con mucha destreza. Felicidades, me ha gustado mucho. Un beso, Encarna.

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  12. Me ha gustado mucho tu relato, Encarna. Muy bien llevada la narración, con destreza.
    Un abrazo.

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  13. Lo que más me gusta de este microcuento es la sutil denuncia que encierra acerca de que todos los actos tienen consecuencias, de que en este mundo no hay nada o casi nada inocente, por eso, todos deberíamos andarnos con pies de plomo porque, a veces, sin quererlo incluso, podemos causar un gran mal.
    Es un tema que se ha tratado en muchas ocasiones en novelas y películas, el cual, tiene una derivada y es que si debido a tu necedad, negligencia o insania pasajera de ciertos momentos de tu vida causas un mal a alguien, luego, debes asumir tu responsabilidad, y no esconderte y mentir, como hacen / hacemos la mayoría.
    Nada que decir ya de los bellacos y canallas que hacen el mal a sabiendas y luego, cuando son descubiertos y llevados ante la justicia, intentan zafarse del castigo de todas las maneras posibles, y lo malo es que muchas veces lo consiguen.
    Un cazador ha salido al campo para disfrutar de su afición, pero llevar un arma encima, disparar, conlleva un riesgo, sabido es que en más de una ocasión algún cazador ha matado a otro accidentalmente, en este caso, el mal causado es supremo: nada menos que matar a un arcángel, la vida de ese pobre hombre ha cambiado para siempre por completo.
    Muy buen microcuento, Encarna, un saludo.

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