Labores
Días y noches pasó Teseo dando vueltas dentro del laberinto en busca del extraño ser, primero soltando lana, luego recogiéndola para volver junto a su amada.
Días y noches pasó Ariadna temiendo por su amado mientras tejía una larga y hermosa bufanda. Hasta que la terminó y cortó el hilo.
Días y noches pasó Ariadna temiendo por su amado mientras tejía una larga y hermosa bufanda. Hasta que la terminó y cortó el hilo.
M.Carme en esta versión que narras de la relación entre Teseo y Ariadna, Teseo se las va a tener que ingeniar para salir del laberinto ya que Ariadna al cortar el hilo parece que quiere impedir que él salga, es como si se hubiese cansado de esperarle y quisiera romper lo que le unía a él.
ResponderEliminarBuen relato M.Carme.
Besos.
Cierto Javier. Se trata de jugar con los clásicos, darle una vuelta, y hacer que Teseo siga dando vueltas allí dentro... ;-)
EliminarUn beso.
Todas las etapas acaban en la vida, y se ve que Ariadna ha pasado página. El pobre Teseo se queda en una situación comprometida, como se quedan aquellos a los que borramos de nuestro mapa emocional... me gusta tu alegoría de la vida tomada de la mitología. Buen relato M. Carme! Un abrazo.
ResponderEliminarNormalmente cuando se corta una relación suele ser hablándolo entre los dos. En este caso, no va a ser posible pues Teseo está lejos (y sin móvil :-) Pero creo que va a captar la indirecta.
EliminarGracias Aurora.
Si ya no hubo más hilo del que tirar es porque así debía de ser. Quién sabe, puede que Teseo haga gran amistad con el minotauro, a lo mejor toman copas juntos. La existencia nunca es lineal, tiene mucho de laberinto, con innumerables recovecos y cambios de dirección. La mitología, apasionante de por sí, enriquecida con un toque muy humano y terrenal.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen
Bien dices Ángel, la de vueltas que da la vida, sorprendiéndonos a todos en más de una ocasión. No se me había ocurrido pensar en ir de copas con el minotauro, pero a veces es más la fama que se da a alguien que su fiereza.
EliminarUn beso, amigo.
Parece que Ariadna le ha encontrado un mejor uso a este hilo que el de guiar a un hombre aventurero. Profundizando un poco, yo lo leo como una apología de la mujer y su capacidad de realizarse sin la necesidad de contar con un hombre a su lado. Si no ha sido esa tu intención, disculpa, M. Carme. Las palabras han sido mías.
ResponderEliminarGran historia.
Un abrazo.
Las interpretaciones son siempre de los lectores! (nunca hay nada que disculpar)
EliminarY los ovillos tienen dos extremos: con uno hace de guía, con el otro teje.
Sobre la mujer y el hombre, antes se pensaba que era "necesidad" y bien es cierto que algunas cosas no tenían permitido hacer las mujeres solas. Ahora por fortuna podemos hablar de "voluntad" de contar con alguien al lado :-)
Gracias por comentar. Un abrazo.
M. Carme, me parece que Ariadna mientras esperaba se ha dado cuenta que ya no necesita a Teseo y decide cortar el hilo que les mantenía unidos y seguir sola. Coincido con Vicente.
ResponderEliminarBuena actualizacion de la mitología. Todo cambia.
Enhorabuena!
Besos
Al cuerno con Teseo! (al del minotauro, jeje)
EliminarParece que Ariadna se cansó de tanta espera.
Gracias. Un beso, Pilar.
¡No iba a estar ella toda su vida a merced del caprichoso Teseo! Con la disculpa de deshacer entuertos, seguramente estaba de juerga, o quién sabe si con alguna desviación zoófila. Hizo muy bien. Qué tontería lo de la lana. Todo el mundo sabe que la salida de un laberinto se encuentra fácilmente si lo recorres sin dejar de tocar la pared con la mano derecha (o la izquierda). ¡Menuda vasca! Como Penélope y el otro que se puso a recorrer mundo, y mientras tanto ellas con sus "Labores". Unas buenas tijeras, y ya.
ResponderEliminarUn gran y dogmático relato, M. Carmen.
Tienes razón, Luis. No iba a esperar la vida entera. Las tijeras son necesarias en algunas ocasiones. Lo de las "desviaciones" de los protagonistas, como no caben en 50 palabras, lo voy a dejar al libre albedrío de los lectores.
EliminarRespecto a salir del laberinto guiados por una mano tocando la pared, lo pondré en práctica cuando vuelva al "Parc del Laberint", un parque de Barcelona: https://es.wikipedia.org/wiki/Parque_del_Laberinto_de_Horta - en la entrada del laberinto hay una inscripción que dice ".... no es menester el ovillo / que dio Ariadna a Teseo" - será que conocen el truco??
Un beso!
Yo también intuyo una ácida parábola contra el social deber femenino de encargarse de las tareas domésticas para favorecer el ocio masculino, deber social afortunadamente menos presente que en nuestros padres.
ResponderEliminarMuy buen relato M.Carme. Me ha gustado. Enhorabuena.
Un abrazo
Me gustaría pensar que Ariadna tejía porque le gustaban las labores, no por considerarse un deber femenino. Aunque en tiempos antiguos no era así, ya tenéis razón con vuestros comentarios.
EliminarCelebro que te guste, Antonio.
Otro abrazo de vuelta.
Golpe sobre la mesa de una mujer que quería empezar a recorrer su propio laberinto de la vida. Muy original, M.Carme. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Salvador. Hay veces que uno se ha de decidir y no quedarse dudando eternamene. Se hace camino al andar!
EliminarOtro abrazo.
Da tanto juego este hilo de ida y vuelta como aquel que tejía y destejía la impasible Penélope. Dos visiones contrapuestas del rol de género a lo largo del tiempo. Acertada reflexión la que provoca,aunque sea la conclusión la que cada uno obtenga. Me gustan tanto la forma como la sustancia. Saludos.
ResponderEliminarEl hilo puede servir para unir, puede romperse si se tensa demasiado y luego, claro está, queda la opción de cortarlo...
EliminarMe gusta que provoque distintas reflexiones, donde cada uno juega con lo que ronda por su cabeza.
Gracias Manuel. ¡Saludos de vuelta!
Pues parece que en esta historia “alguien” ya no llegará más al ovillo por el hilo. Me ha gustado mucho tu micro, M.Carme. Un beso.
ResponderEliminarCierto Matrioska. El único ovillo que le quedará a Perseo será el que haga él mismo con la lana que va recogiendo... (igual luego puede hacerse una funda para la espada? ;-)
EliminarEncantada de que te guste.
Otro beso para ti!
Muy bien, eso de cortar el hilo a tiempo...
ResponderEliminarMucha suerte
Besicos, tocaya
Hacer las cosas a tiempo es un acierto!
EliminarGracias Carmen.
Un beso.
Me gusta el final abierto que deja esa bufanda terminada. ¿Acabará en el cuello del minotauro?
ResponderEliminarUn beso, M.Carme
Pues esa posibilidad no se me había ocurrido! :-)
EliminarLo más fácil es que se la ponga Ariadna al cuello para salir a dar una vuelta, cansada como estaba ya de esperar y esperar.
Un beso de vuelta, Margarita.
Por fin se corta ese hilo, por fin la libertad. Un 50 original, que tiene más fondo del que parece y más denuncia de la que se muestra.
ResponderEliminarMuy bien planteado y llevado y además ahora que le pongo voz, parece que seas tu quien me lo lea.
Un beso preciosa.
En este caso Ariadna tiene fácil la libertad cortando el hilo, pues como Teseo está dando vueltas allí dentro, no tendrá ni que discutir con él.
ResponderEliminarMuchas gracias M. Belén por tu comentario.
Otro beso de vuelta hacia Zaragoza.