Ojitos de papel
Llevábamos años buscándote. Cuando escuchamos tus latidos, decidimos construir un gran proyecto para ti: música, universidad...
De pronto, los violines callaron y los libros se cerraron. A pesar de todo, mi vida se llenó de luz al verte. Ni tus ojitos rasgados ni tus palabras trabadas me han impedido quererte.
Sencillamente bellísimo. Imagino que te refieres al síndrome de Down.
ResponderEliminarDe los textos que te tocan muy adentro.
Besos, Adela.
Adela, es un precioso relato tanto en el fondo como en la forma. Así se cuenta un sentimiento. Y así se expresa el amor hacia un hijo o hija. Y así se explica el síndrome de Down, con elegancia y verdad.
ResponderEliminarMe ha parecido fantástico tu estreno.
Enhorabuena.
Pablo.
Hermoso, gracias!
ResponderEliminarPor el relato en si genial, por el síndrome admirablñe.
ResponderEliminarenhorabuena.
Dices tanto sin decir la palabra que vuela sobre el relato que me parece precioso. Enhorabuena.
ResponderEliminarDices mucho con tu texto. A pesar de sus aparentementes difíciles condiciones de vida, sabrá corresponder a ese amor con sus sonrisas y cariño. Me ha gustado y emocionado. Suerte, Adela. UN saludo.
ResponderEliminarExpectativas e ilusión, una realidad inesperada y, como no puede ser de otra forma, un cariño enorme. Todo ello se refleja en tu relato, lleno de emotividad y buenas expresiones, como esos violines que se callan y esos libros que se cierran.
ResponderEliminarUn saludo, Adela
Un gran cambio inesperado, pero que destila ternura. Me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos
Es precioso, Adela, me encanta.
ResponderEliminarSeas bienvenida a esta casa, me alegra mucho que te hayas animado a escribir por aquí y además lo has hecho con un estreno de lujo.
Enhorabuena.
Malu.
Maravilloso microrrelato lleno de emoción y poesía. Muy sentido...
ResponderEliminarHas reflejado una realidad triste, con mucho amor y "alegria".
ResponderEliminarEnhorabuena, Adela