Amores que enseñan
Te conocí desde bien pequeñito, me enamoré de ti. Contigo aprendí a leer, a escribir, a llorar, reír y soñar.
Nos dejamos cuando fui mayor de edad pero siempre supe que volvería a caer en tus brazos.
Hoy seguimos juntos, pero yo desde el otro lado de clase.
Gracias, Enseñanza.
Nos dejamos cuando fui mayor de edad pero siempre supe que volvería a caer en tus brazos.
Hoy seguimos juntos, pero yo desde el otro lado de clase.
Gracias, Enseñanza.
De nuevo demuestras tu inmenso amor y dedicación a la enseñanza, esta vez, desde el punto de vista de alguien tan necesario y nunca lo suficientemente valorado como un maestro, a quien le debemos todo lo bueno que llevamos dentro.
ResponderEliminarMe ha encantado, Enrique.
Un abrazo.
Pablo
Un canto a la vocación de la enseñanza. Siempre he pensado que los dedicados a ejercer la enseñanza, deberían tener aprobado un máster de "Vocación de enseñar", porque de poco le vale al maestro saber mucho de su tema si luego no sabe enseñarlo ni hacerlo atrayente para el alumno.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo, Enrique.
Un buen profesor deja huella, no solo en los conocimientos que ayuda a adquirir, sino también a nivel humano, pocas profesiones son tan vocacionales y pocas tienen una trascendencia real tan grande. La satisfacción de haber transmitido lo mejor a esas mentes-esponja no debe de tener precio, pero qué voy a contarte yo a ti, que lo experimentas cada día y, estoy seguro, cuanto más tiempo pasa más convencido estarás de que esa labor bien hecha no tiene precio.
ResponderEliminarPerdona que insista, pero no descartes publicar una recopilación de estas joyas en 50 palabras que reconcilian con la vida y alimentan la esperanza en las nuevas generaciones, que es igual que decir en el futuro.
Un abrazo, Enrique
Y gracias a ti, Enrique, por estos micros que expresan tu gran pasión. Afortunado de vivir siempre en las aulas y de ejercer la docencia repartiendo felicidad a los niños.
ResponderEliminarBesos.
Estoy segura de haber comentado el relato antes, pero no sé qué pasó, seguro que hice algo mal.
ResponderEliminarTe decía que es un bonito homenaje a la enseñanza. Un beso.