El final de una infancia
Iban de la mano. El pequeño, parlanchín y sonriente, orgulloso de caminar por la calle acompañado tan sólo por su hermano mayor. No hay malos días de cole a esa edad. Según se acercaban al portal su hermano apretaba más la mano. Quería protegerlo, el pobrecillo aún no sabía nada.
Queda suspensa la trágica noticia sobre el final del relato, de manera que la intensidad se agranda y el gesto del hermano mayor obra en consecuencia del título, que en este caso es un complemento perfecto para cerrar una historia que, no obstante, plantea interesantes interrogantes al lector.
ResponderEliminarBrillante texto, Álvaro. Saludos.
Si a los adultos nos cuesta asimilar los acontecimientos... ¿cómo los afronta una mente inmadura como la de un niño?
ResponderEliminarSon un honor para mí, Manuel, tu lectura y tu siempre sabio comentario.
Me ha conmovido tu relato, Álvaro. Mucho.
ResponderEliminarHola Patricia: siempre conmueve la combinación de malas noticias y niños. O debería...
ResponderEliminarGracias por tu lectura y comentario.
Conmovida me ha dejado, quizás por ser hermana mayor y has removido un montón de sentimientos. Me gusta como lo enfocas, con toda sencillez y realidad. Un beso.
ResponderEliminarUn papelón el de los hermanos mayores...
EliminarGracias Maite por tus amables palabras.
Me siento muy identificada porque soy hermana mayor, solo por eso, ¿eh?, porque siempre ocurrían algunas cosas malas (no como las que sugieres) y me debatía entre ir a proteger a mi hermana o dejar que ella mismo resolviera el problema. Era un horror, sin respuesta correcta.
ResponderEliminarQué durísimo tu micro. Qué dolor el del hermano mayor. Por saber, por no poder proteger, por temer, por la alegría que dejará de serlo. JO.
Hola Luisa. Yo tuve hermanos mayores y hermanos pequeños, y hasta cierta edad pude elegir "asociarme" con los mayores o con los pequeños, en función de lo que interesase...
EliminarEl micro es duro, pero siempre queda la esperanza del poder curativo del tiempo. Gracias por tu lectura y comentario, un abrazo.