Juicio sumarísimo
—Juro y perjuro que vi caer dos carabelas con su tripulación al oscuro abismo tras el borde fronterizo del mar. Incluso yo mismo, señoría, asomado peligrosamente al averno, fui rescatado por un ave fénix que volaba por allí.
Ante estas contundentes evidencias, el reo Galileo fue enviado a la hoguera.
Ante estas contundentes evidencias, el reo Galileo fue enviado a la hoguera.
Inapelable. El tribunal de la Inquisición no se anda con chiquitas. Fanáticos pero no tontos. Captan a la perfección el tono irónico, descaradamente irónico, la guasa marinera (y nunca mejor dicho) del reo G. G. ¿Un listillo? Pues vale: ¡a la hoguera!
ResponderEliminarIsidro, enhorabuena y un saludo.
Yo creo que Galileo sabía su final y acabó por darle igual lo que de él dijeran o lo que él pudiese argumentar para salvarse. No era fácil explicar que la tierra era redonda a tanto cabeza plana como había (y sigue habiendo, no creas!) y si, además, tenía que explicar que no era el sol sino la Tierra la que rotaba alrededor del astro... "Pabernosmatao" diría, que me quemen!
EliminarSer genio y pionero suscita envidas e incomprensiones. El pobre Galileo, obligado a abjurar de sus ideas, salvó la vida, aunque viviese encerrado el resto de ella. En tu relato, toma la opción de dar la razón a quienes creen en fantasías con menor fundamento que su teoría sobre el movimiento terrestre, una respuesta que le lleva al otro barrio, pues nunca se sabe cómo acertar cuando se tiene todo en contra y ante personas fanáticas.
ResponderEliminarHas vuelto a bordar algo que siempre haces muy bien: tomar personajes clásicos, conocidos por todos, para reinventar su historia. Drama aparte, la que cuenta tu Galileo es tronchante, como corresponde a su autor, un especialista en humor fino.
Un abrazaco, Isidro
Creo que se rindió antes de tiempo. Pero claro, pretender hacer creer que la Tierra gira alrededor del sol, cuando se ve cada día como gira el sol sobre nuestras quietas cabezas!!!
EliminarO se ponía a llorar y lo llevaban a la hoguera o bien se reía de todos y lo llevaban a la hoguera.
Quizás debería haberlo titulado como: Nacido para la hoguera.
Muchas gracias, amigo Angel, por tus siempre generosos comentarios.
Un fuerte abrazo.
Hola, Isidro.
ResponderEliminarValiente Tribunal del Santo Oficio, el nombre tiene recochineo. Pobre Galileo Galilei, mira que írsele a ocurrir que la tierra no es plana sino redonda y que, encima, no es el centro del Universo. Y se le ocurrió así, solo que menos literariamente, infinitamente menos literariamente que a ti: miraba el horizonte y la nao desaparecía. Eureka, lo encontró. Lo que le faltaba al sabio era ponerse de cfufla con semejante "ganao". Pero, de alguna manera murió matando. Manejas como nadie la intertextualidad, una de las armas más potentes del arsenal "microrrelateril". Me has hecho reír en este día nublado. Eso no tiene precio. Por ello, y por lo bien escrito que está el texto, tienes mi más muy mayor enhorabuena y un abrazo admirado prieto y muy entrañable, amigo mío.
Yo también creo que supo ver el alcance de sus teorías o al menos, de la divulgación de las mismas. Nadie duda de su gran inteligencia y conocimientos científicos, pero su inteligencia emocional, creo que no le daba elevada ratio, porque no darse cuenta del "ganao" como tu dices, que tenía enfrente! Turn off and let's go! Apaga y vámonos.
EliminarMil gracias por leer y comentar, amigo Edu. Espero que nos veamos en la hoguera.
Perdón, en la hoguera no. En Sevilla, en la quedada de mayo.
Eliminar(Uf, en qué estaría yo pensando!)
Qué buena tu vena reescribodora, válgame el palabro, de la historia.
ResponderEliminarUn beso.
La Historia se hace con los que la viven, la cuentan, la escriben y la reescriben.
EliminarAl final, cualquier parecido con la realidad...
¿O no?
Jejeje! Muchas gracias Paloma. Un abrazo.
Qué elegante ironía. perfecto. Un beso.
ResponderEliminarSi no hubiese ironía en nuestra vida, no sería vida, sería otra cosa.
EliminarMuchas gracias, Maite, por leer y comentar.
Un beso
Empecinarse en la esfericidad y el movimiento de la Tierra alrededor del Sol ante el Tribunal de la Inquisición solo le conduciría a la hoguera. Aquí Galileo decide seguirles la corriente a los fanáticos -con una buena dosis de ironía- y se extralimita en su fantasía. El resultado, la hoguera. Aunque el personaje histórico pudo abjurar para salvar la vida, en tu historia demuestras que de nada sirve argumentar a favor del poder, sobre todo cuando este ya ha decidido la condena.
ResponderEliminarMe encanta la nueva visión del personaje. La historia pudo haber sido de este modo, aunque la ironía lleva la marca Isidro. Un fuerte abrazo.
Tu magnífica interpretación del texto y sus elipsis, me provocan una seria duda que me hacen pensar que tú eres una espía en el tiempo y que eres, nada menos, que la novia y posterior viuda del Sr. Galilei. Ya sé que no me equivoco.
EliminarPero me alegro de que te salvaras de la hoguera. Eso me ha permitido conocerte y darte las gracias por leerme y comentar.
Dos abrazacos.
Como todos bien sabemos de la historia de Galileo, has hecho una buena composición de las peripecias que tuvo que pasar el buen sabio. Con toda una ironía bien compuesta les ha dado ese toque que a todo buen micro le hace falta. Muy buena la idea de enfrentar a Galileo a sus detractores con sus propias mentiras. Lástima que le fallara. El poder no se anda con triquiñuelas y siempre quiere tener razón. Un abrazo Isidro.
ResponderEliminarDe todas formas, ni a mi protagonista ni al propio Galileo le sirvió de mucho el atacar con las armas del enemigo. Creo que estaba predestinado a la incineración en directo.
EliminarMuchas gracias, Carmen. Un abrazo.
Toda una lección de historia, contada desde un punto de vista del siglo XXI, con unas gotitas de humor ácido.
ResponderEliminarSuerte, Isido
Como antes le he dicho a Paloma, cuando se reescribe la Historia y las historias, el parecido con la realidad, puede ser... cualquier cosa. Quizás hasta se acierte!
EliminarMil gracias por leer y comentar.
Un beso, María Jesús.
Me ha encantado esta "re-escritura" de la Historia, con su puntito de humor fino.
ResponderEliminarAplausos entusiastas a tus 50!!!
Me alegra que te haya gstado. Mil gracias Gladis.
EliminarUn abrazo.
Juramentos que maldicen y aplastan la verdad, seduciendo a unas mentes rectilíneas. Muy bueno, Isidro. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Salva, por tu lectura y comentario.
EliminarUn abrazo.
Ácida ironía + sentido del humor = MicroMoreno.
ResponderEliminarUna escena divertida, bien contada y con fundamento. Enhorabuena.
Un abrazo, Isidro.
Mil gracias, Sr. Bolant, por leer y comentar.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Me queda la duda de si quien habla es el propio Galileo o un testigo falso, de esos que tanto sudan al exponer su supuesto testimonio. En cualquier caso tu relato me ha resultado irritante y divertido a partes iguales.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Isidro.
Muchas gracias y felicidades por tu tan exitosa semana en la que todo lo escribes con letras de oro.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Quique.