Muerto de miedo

El miedo, seguro de su ancestral supremacía, aguardaba silencioso en los rincones oscuros del viejo caserón. Pero el intrépido vagabundo, en actitud desafiante y candil en mano, desveló su guarida de polvo y telarañas. Cuando escuchó a sus espaldas aquel angustioso estertor, su corazón latió aceleradamente. Y después se paró.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

3 comentarios :

  1. Batalla ancestral entre el miedo y la valentía. Como en cualquier fórmula química, las dosis son de vital importancia y excederse o escasear en tal o cual elemento, puede dar al traste con el buen fin de la mezcla. Así, los valientes han de tener la justa dosis de miedo que les permite acometer con sensatez sus hazañas, pero el exceso de miedo, provocará que ni siquiera la hazaña exista y quien sabe si la integridad del miedoso no se verá comprometida.
    Buen relato, Javier. Un abrazo.

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  2. El mismo miedo que dicen que preserva la vida, en tanto mueve a la prudencia, también puede desencadenar la muerte, como bien dice el título y cuenta el relato. Los valientes también lo experimentan, solo que hacen un gran esfuerzo para no dejar que les domine, pero como bien ha dicho Isidro (que le ha salido un comentario redondo, digno de esta buena historia), todas las cosas tienen un límite. Los excesos no suelen traer nada bueno, menos aún cuando se juega con fuego.
    Un abrazo, Javier

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  3. Gracias por vuestros enriquecedores comentarios. Un abrazo.

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