Sharenting
Nunca lo había tenido tan fácil. La ha visto estrenar uniforme el primer día de clase, soplar las velas de cumpleaños y jugar desnuda en la bañera.
Ahora sus padres lo denuncian por acoso. Los mismos que la han exhibido, impúdicos, desde la primera ecografía que colgaron en su muro.
Ahora sus padres lo denuncian por acoso. Los mismos que la han exhibido, impúdicos, desde la primera ecografía que colgaron en su muro.
Aparecer o no en las redes sociales y la forma de hacerlo es decisión de cada persona, como solemos decir en lenguaje coloquial: "Ya somos todos mayorcitos", el problema es cuando la frase no es aplicable porque de quien hablamos es de un menor, que es exhibido, aprovechando su inocencia, por sus propios padres. Por un lado parece que resulta lógico que quieran compartir la felicidad y momentos importantes de sus hijos, pero por otro, no caen en la cuenta de que en ese mundo difuso del hiperespacio puede haber todo tipo de individuos, algunos con las intenciones más aviesas.
ResponderEliminarVivimos en un mundo cambiante, en el que las nuevas realidades se imponen a una velocidad vertiginosa, con unas reglas que deberían de tenerse en cuenta.
No sabía que esa práctica tenía una palabra que la definía. Ahora sí, gracias a ti, con este relato que ha dejado a las claras un peligro del que no siempre se es consciente.
Un abrazo, Asun
Tampoco yo sabía que esta práctica tan habitual en las redes tuviera un nombre, hasta que leí un artículo que lo explicaba. Quise hacer un micro que pusiera de manifiesto esto que en principio puede parecernos tan lógico. Además de peligroso me parece que no es razonable exponer de esta forma a los hijos, que en un futuro pueden recriminar a sus padres que hayan usado su imagen cuando aún no tienen la capacidad de negarse a ello.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, un beso.
Con mucha elegancia, has desgranado una historia de obsesión y fatuidad a partes iguales, y has tejido magistralmente dos destinos que acaban uniéndose como dos extremos de la misma red social.
ResponderEliminar¡Qué buen relato, Asún! Felicidades.
Un abrazo.
Muchas gracias, Antonio. Esto que cuento es tan normal que a veces nadie se para a medir las consecuencias negativas que pueda tener.
EliminarUn abrazo.
Asun, yo no podría decírtelo mejor que Antonio Bolant, he pensado lo mismo, así que me apunto al suyo. Muy bueno. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maite. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Asun, cuentas una realidad que nos rodea. Lo que empieza, como ha dicho Ángel, mostrar la felicidad, con el paso del tiempo se torna en su contra.
ResponderEliminarBuen relato, Asun.
Un beso.
Hay que ser cautos con lo que se muestra en las redes y respetar la privacidad de los menores que aún no pueden reclamar que se respete su imagen.
EliminarGracias y un beso, Javier.
Las redes nos están poniendo de vuelta y media aireando nuestras más absurdas contradicciones. La intimidad a vista de cualquiera. Algo está cambiando y no sé si es para bien. Lo que no cambia, y es un placer comprobarlo, es tu arte pa narrar y sacarle punta a la realidad. un beso, Asun.
ResponderEliminarPor cierto, ¿los microrrelatistas de Sevilla estáis haciendo un curso de títulos de micros en inglés?
Lo de los títulos en inglés es pura coincidencia. Te lo puedo asegurar, que de inglés sé lo justito. Muchas gracias por tu cariñoso comentario.
EliminarUn beso, Manuel.
La exhibición en las redes de la felicidad privada -real o ficticia- lleva a muchos padres a mostrar las gracias de sus retoños, sin tener en cuenta que el haberlos engendrado no les da derecho a utilizar su imagen y que los exponen a los peligros de mentes depravadas.
ResponderEliminarYo tampoco conocía el término con el que se denomina este delito en inglés. Señalas una realidad que es consecuencia de la insensatez familiar, Asun.
Un relato muy bien narrado y digno de divulgar en las Asociaciones de Padres y Madres. Felicidades y besos.
Esa insensatez dará la cara tarde o temprano, Carmen. Y hay consecuencias que pueden ser irremediables.
EliminarUn beso y muchas gracias, Carmen.
Lo primero que me ha venido a la cabeza con el micro, es lo que también ha comentado M. Bocanegra, ¿Que os paza en Cevilla con loh títuloh en inglé?, jejeje.
ResponderEliminarBromas aparte, el tema que has tocado, es más serio y más trascendente de lo que, a primera vista, pueda parecer. Ya hay mucha gente que se ha arrepentido de las publicaciones de sus experiencias aireadas a los cuatro vientos mediante las dichosas redes.
Cada cual tiene su escala de valores, sus aspiraciones y sus opiniones y confianzas en los demás. Supongo que la experiencia propia, la ajena y el tiempo, nos hagan caer en la conclusión óptima para estas andanzas, caminatas y aventuras por las redes.
Buen relato, my friend Asun. Many kisses for you!
No estoy muy segura de que la gente aprenda de los errores ajenos, Isidro, ni siquiera de los propios. Esperemos que así sea, porque en las redes sociales no todos los peces son de fiar.
ResponderEliminarSee you soon, dear friend. Lots of kisses.
Tiene mucha miga tu micro. Lo atestiguan también los buenísimos comentarios. Gecial
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Luisa.
EliminarUn abrazo.
Un relato punzante que nos hace reflexionar sobre la incapacidad de algunos padres para ver el potencial peligro de exponer la imagen de sus hijos. Enhorabuena, Asun. Un abrazo.
ResponderEliminarEsa era mi intención al escribirlo, trasmitir la necesidad de reflexionar antes de compartir alegremente las fotos de los hijos.
ResponderEliminarUn abrazo, Salvador.
Es un gran micro para reflexionar. Tratas el tema del abuso de las redes sociales y das en la diana.
ResponderEliminarHace poco escribí uno para wonderland de este tema, pero ni de coña se arrima a este.
Me encanta los temas que estás sacando en tus micros de un tiempo a esta parte.
Enhorabuena porque te ha salido la mar de bien.
Un beso.
Pablo
Hay mucha lucidez en tus relatos denuncia sobre ciertos comportamientos sociales tan erróneos como extendidos. Y este es uno verdaderamente importante y ante el que debemos ponernos ya lo más alerta posible. Sobre todo creo que debemos empezar por evitar todo lo que esté en nuestras manos, porque también hay cosas inevitables (mi hija, por ejemplo, hace gimnasia rítmica y el club dispone de la autorización de todos los padres para difundir cualquier foto de sus actividades). Pero, bueno, el caso es tener siempre presente el peligro de lo que hacemos. Gracias por el aviso y por enseñarnos este término (yo tampoco lo conocía) tan actual e interesante.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo, Asun.