El tiempo cambió el cuento

Era un amigo del barrio aunque sufría sus humillaciones de cabecilla del grupo. A menudo, además de comerse mi merienda, ya me ordenaba de qué tenía que ser el bocata del día siguiente.

Hoy en mi despacho recuerdo sus tropelías, mientras, sentado ante mí, me suplica un puesto de trabajo.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

17 comentarios :

  1. Eduardo Martín Zurita8/9/18, 20:43

    Hola, Isidro.
    Hay que ver la de vueltas que da la vida. El cabecilla del grupo, descabezado, implorando ante su antiguo humillado un puesto de trabajo. Es lo que ocurre, el que la hace termina pagándola. Siempre se ofrece el tiempo del desquite. De la venganza, si prefieres.
    Estupendo texto por el que te doy mi clamorosa enhorabuena. Y un abrazo muy grande.

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    1. Hola Edu.
      Dejé, a propósito, el final sin cerrar para que cada lector saque su propia consecuencia o le dé el final que quiera.
      Yo, personalmente, creo que haciendo gala de un mínimo de inteligencia que se le supone a ese jefe de empresa, perdonará al antiguo cabecilla y le dará una oportunidad. Incluso si su coeficiente intelectual es notable, dará vuelta a la situación y en el fondo, agradecerá aquellas putadas que sufrió y que como otras putadas más en su existencia, le mostraron que la vida es dura y le enseñaron a superar obstáculos y ejercitarse como un atleta, en su carrera profesional y vital. Hoy, en su mochila, lleva guardadas esas y otras experiencias que le hacen ser lo que es.
      Muchas gracias amigo Edu por tu generoso comentario.
      Un muy fuerte abrazo.

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  2. Seguro que tu protagonista-narrador olvidará esas rencillas, pensará en la empresa y le ofrecerá un puesto acorde con sus aptitudes. Nadie mejor que él para ser vigilante, o guardaespaldas. Hay una cosa muy cierta, la esencia de este relato, bien sintetizada en el título: la vida siempre termina por poner a cada uno en el lugar que le corresponde. El rencor no beneficia a nadie, bastante tuvo ya que humillarse ese matón al pedir trabajo.
    Otra cosa muy cierta también: los buenos cuentos, como éste, perduran en el tiempo.
    Un abrazaco, o dos, Isidro

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    1. Completamente de acuerdo con lo que has comentado y que se cumplimenta con lo que he puesto a Eduardo.
      Y añado: Probablemente, si le otorga su confianza y ese puesto de trabajo, el excabecilla, que se supone que no es tonto, sabrá aprender la sublime lección de integridad moral que le ha dado su antiguo y humillado amiguete.
      Mil gracias, Ángel, por tu lectura y magnífico comentario que siempre me haces y que no merezco la mitad de las veces.
      Dos abrazacos.

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  3. El pequeño bravucón acaba en manos de quien tanto abusó en la infancia y adolescencia. Aquí lo tiene su víctima, rogádole un puesto de trabajo. Ninguno imaginó que el tiempo los colocaría en situación inversa. Ahora esperemos que el primero haya aprendido la lección y el segundo tenga la suficiente sensatez para no dejarse llevar por un antiguo deseo de venganza.
    Planteas una reflexión muy interesante, Isidro. Todos debemos aprender del paso del tiempo, reconocer errores, olvidar viejas rencillas que a nada conducen; aunque ya no volvamos a la edad de la inocencia.
    Magnífico relato. Felicidades y un fuerte abrazo.

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    1. Perfecto resumen, Carmen, de lo que he puesto en los anteriores comentarios. Me alegra pensar como tú que tienes un noble y paciente espíritu con los demás.
      Muchas gracias por comentar, pues sabes que me hace ilusión tu lectura y comentarios.
      Un fuerte abrazo, Carmen.

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  4. El tiempo pone a cada uno en su lugar... Quien a hierro mata, con hierro muere... Lo dice estupendamente el refranero popular y tú en este estupendo micro.
    Enhorabuena, Isidro.
    Un abrazo.

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    1. Aunque yo muchas veces dudé del concepto del tiempo como juez sublime o infalible, reconozco que con los años, he tenido que admitir las cualidades de justicia que el Tiempo lleva a gala o mejor, que al Tiempo (con mayúsculas) se le atribuyen.
      Muchas gracias, Dakkota.
      Un abrazo.

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  5. Mal recuerdo tiene ese jefe para el cabecilla del barrio en ese momento en que se cambian los papeles. Aunque apuesto que, a pesar de todo, lo mismo le da un trabajo. Lo que no sé si se irá vengando desde su puesto.
    Un relato ingenioso, campeón.
    Abrazo, bolo.
    Pablo

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    1. Estás en lo cierto, probalemte perdone, pero no olvida, porque es difícil olvidar ciertas hechos que, como herramientas lacerantes, nos han ido marcando las cicatrices que conforman nuestro rostro y nuestro cuerpo. Como he dicho antes, en la mochila y a la espalda los llevamos.
      Mil gracias por leer y comentar, amigo Pablo.
      Un fuerte abrazo hasta Sevilla, que tiene un color especiaaaal, jejeje!

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  6. Qué bueno!!! Todos tendríamos que tener la oportunidad de disfrutar de esa especia de justicia divina.
    Enhorabuena; es total tu micro.

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado y a juzgar por tus palabras, me gustaría ver que desarrollo y final le darías tú a la historia. jejeje.
      Un abrazo fuerte, Marco.

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  7. Don Isidro desde Mainake fenicia osea desde Málaga,no me resisto a escribir ...en primer lugar felicitarte como siempre. Del diez tu relato. Comentando tu escrito, yo a ese matón le recordaría todo lo que me había hecho sufrir en el pasado, relatandole todos los detalles que mi memoria pudiera sacar de esos tiempos en lo que uno se siente vulnerable y después le daría trabajo avisándole que su duración dependerá de su competencia...tendría un trato con el, sostenido y decente...nada de familiaridades. Siempre he dicho que al enemigo ni agua. Y que la cabra tira al monte.

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  8. Don Isidro el último comentario es de tu General Greenway

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    1. Al leer tu segundo texto no pude evitar una carcajada de alegría al descubrir que era mi general Greenway (¡a sus órdenes!), pues me había intrigado el comentario del desconocido Unknowm, que no tenía pelos en la lengua ni miramientos de salón. Jajaja, qué bueno lo del "trato sostenido y decente... sin familiaridades... ni agua... que la cabra tira al monte" jejeje. No podía tratarse de otro sino de Mr. Greenway.
      Muchas gracias, general, por dedicarme un rato de sus vacaciones en tierras malagueñas.
      Un fuerte abrazo, Quinto Horacio.

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  9. Josep Maria Arnau10/9/18, 23:06

    Presentación del conflicto y remate con sorpresa. Me ha gustado el significado encapsulado. En los momentos malos no hay que perder la esperanza, ya que la vida te puede dar la oportunidad de un cambio de papeles.
    Un saludo.

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    1. Sí, como alguien ha comentado en mi muro, "Arriero somos..." y yo he añadido que "el camino es largo".
      Muchas gracias, Josep y bona Diada, company!
      Abraçada.

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