Conjuro
Vuelve al jardín de cristal. Siembra palabras sobre los vidrios rotos. Cuando brote un torbellino de mil colores, agita los espejos. Despertará un eco olvidado que te preguntará quién eres. ¿Recuerdas a los héroes, las brujas y las princesas tuertas que escribí? Serás uno y todos... otra vez, para mí.
Queridos amigos, para mí ha sido un honor y un privilegio compartir letras con vosotros durante todos estos años. ¡Tengo tanto que agradecer! Gracias por vuestros relatos, por vuestros comentarios, por vuestros ánimos cuando han hecho falta, por todas las risas, que han sido abundantes y sonoras. De todo he aprendido muchísimo, tanto que estoy segura de que sin Cincuenta Palabras no escribiría como lo hago ahora. No sé si mejor o peor, pero de otra forma, seguro.
ResponderEliminarTambién ha sido un placer pasar esta última etapa al otro lado, apoyando a Álex y a Pablo, junto con Isidro. Ha sido una labor que me ha permitido contemplar nuestra comunidad desde otro ángulo, igualmente enriquecedor, sobre todo a nivel personal.
¿Qué más puedo decir? Que entre todos hemos escrito la Cincuenpedia, que aquí queda con más de 5.000 relatos para la posteridad. He prometido al boss que no soltaría cursilerías, así que voy a ir callándome, que me conozco. Pero… Álex: gracias, gracias, gracias, gracias, gracias… y gracias. Un puñadico por cada año.
Amigos, coged vuestros sombreros, hagamos la última reverencia y…
A la de una, a la de dos, y a la de tres… ¡SOMBREROS AL AIRE!
Ooohh...casi lloro, no te digo más. Nos despedimos de la maga de las palabras fantásticas pero solo en este paraje de Cincuenta palabras. Seguiremos disfrutándote en otros lugares. Gracias Álex, Patricia, Isidro, Ángel, Pepe, Carmen , Carmelo y un largo etcétera de maravillosos relatistas...Allá va...¡Lanzo mi sombrero emplumado hacia lo más alto!
ResponderEliminarLa condición humana fue la fuente de inspiración de sus relatos tiernos, tremendos, trepidantes y transgresores con los que cruzó la meta con honores.
Eliminar¡Hasta siempre, Aurora Rapún Mombiela! ;-)
Hay un intenso revuelo en la raíz de mi memoria. Intenta, la pobre, poner orden a imágenes, músicas y viajes inconcebibles que se entremezclan indomables pero con la armonía de un caleidoscopio. Leer tus relatos ha sido como meter la cabeza en una olla express y sentir una fulgente aceleración en las partículas de la fantasía hacía un lugar al que nunca se llega, porque no deja de expandirse.
ResponderEliminarTu eres esa heroína de palabras a la que todo niño grande se quiere parecer, esa bruja buena hacía la que corres cuando la ves llegar porque te ofrecerá caramelos sobre su mano abierta después de habértelos sacado de la oreja.
Volveré a este jardín de cristal donde siempre estaréis todos, para repetir entre sus joyas la sensación de plenitud que se me ha quedado al leer este fantástico relato final.
¡Menudo viaje de 5 años, Patricia! Gracias por haberme permitido subir a tu montaña rusa. Ahora estoy aquí, parado, con el pelo hacia atrás más tieso que un lápiz, con una sonrisa en la cara y el pulso desbocado, listo para volver a acelerar.
¡Sayonara, baby!
EliminarMuchas gracias, Patricia, por compartir esas maravillosas historias en esta comunidad de entusiastas escritores. Y por el trabajo que habéis realizado para que todo saliera a la perfección. Hasta siempre, un abrazo!
ResponderEliminarCiao, bambino!
EliminarUna maga como tú tan solo podía culminar su hechizo de más de sesenta ingredientes con un conjuro en el jardín de cristal, donde convivirán todos los personajes sacados de tu sombrero y ellos mismos seguirán escribiendo sus propias historias en esos vidrios rotos, transformándolos en espejos de miles de colores.
ResponderEliminarDices que tú, gracias a Cincuenta Palabras, escribes como lo haces ahora (que ya te digo yo que mejor no se puede hacer); yo tampoco escribiría como lo hago ahora, que no sé si será mejor o peor, pero sí que disfturo más que antes, por el mismo motivo; pero a esto tengo que sumar la lectura de tus relatos. Esos micros me enseñaron lo mágico que puede llegar a ser disfrutar de la libertad de la ficción, sin ataduras, creando un universo único en el que me sumergo cada vez que me encuentro con ellos. Los MicroRich son uno de los mayores tesoros que quedarán para siempre en este jardín, y yo volveré a ellos cada vez que me falte la inspiración.
Rich, eres una persona irrepetible: ingeniosa, admirable, generosa. No hay calificativos para definirte, ni falta que hacen. Los que tenemos la suerte de conocerte, sabemos que la vida nos ha regalado la mejor amiga que podíamos tener para toda la vida. Te quiero. Mucho. Te seguiré leyendo, ya lo sabes, y de ti tampoco me despido, porque tú también estás siempre.
Besazo de los gordos y reverencia de las que cruje la espalda, Maga.
Tu sastre, Smith, o como me quieras llamar.
¡Hasta luego, zalamero!
EliminarAbracadabra...yo ya me había despedido y había partido con mi nube de sueños hacia ningún lugar, pero oí el mágico conjuro que cacarean tus palabras, el batir de plumas del abanico de la maga Richmond, y he vuelto para dejarte un beso a los pies de la alfombra invisible sobre la que vuelan tus relatos, sobre la que he volado al corazón mismo del torbellino de las mil y una emociones.
ResponderEliminarGracias por brindarnos tu magia y por cada uno de los viajes que nos has hecho emprender con tus historias.
Hasta siempre princesa marinera, Capitana Richmond. Nos vamos a encontrar, más pronto que tarde, sobre cualquier estrella.
El pirata que se atrevió a navegar entre las aguas profundas de un mar que conquistó y sembró de perlas y estrellas de coral. Jamás podrán olvidarse sus pinceladas... ni sus portentosas crónicas de final de mes. ¡Hasta siempre, Manuel Bocanegra! ;-)
EliminarQue tus musas nunca dejen de revolotear por nuestros territorios de conocimiento. Por esquinas y recovecos...Un abrazo y gracias por existir.
ResponderEliminarAu revoir, mon ami!
EliminarQuerida Patricia. Este "Conjuro", ¿cómo calificarlo? No hay palabras ni suficientes, ni siquiera con cincuenta alcanzaría. Digamos, ¿digamos qué?Digamos, porque no sé decirlo mejor, que SUBLIME. O sea, "patricirichmondiano". Gracias por todo, agur y un beso.
ResponderEliminarCincuentista atento, no se le escapaba una, ni dos, ni tres. Su sacapuntas echaba humo y, entre metáforas y realidades, también nos hizo reír.¡Hasta siempre, Carmelo Carrascal! ;-)
EliminarGenial, como siempre. Gracias de nuevo Patricia, por otro diamante de 50 kilates.
ResponderEliminarUn abrazo,
Alvaro Abad.
Cincuentista tardano, nos han faltado muchos más relatos de su pluma extraterrestre. Te leeremos allí donde estés. ¡Hasta siempre, Alvab Themartian! ;-)
EliminarMaga de las palabras, con un elegante toque oscuro capaz de conectar varios mundos en uno. Primero te conocí a ti y, por ti, esta página. Dos conocimientos que han enriquecido mi interior.
ResponderEliminarSé que no te gustan los calificativos, pero lo tengo que decir: eres un talento andante y una persona excepcional.
En este día de emociones tú no podías faltar, como yo no faltaré a la lectura atenta y deleitosa de todo lo que publiques, alegrándome de todo lo bueno que te ocurra.
Un millón de gracias
¡Hasta luego, Lucas!
EliminarYo te leía en las redes. Y, para mí, fue muy gratificante encontrarte en esta página. Tus escritos, por breves que sean, tienen tu sello. Lo sabes... lo sabemos todos. No digo más que... eres luz y nos has iluminado en nuestras noches oscuras ayudándonos a salvar escollos.
ResponderEliminarMi admiración se hace acompañar del cariño que me nace por acompañarme, acogerme, mimarme y ayudarme cuando menos sentido le encontraba a escribir.
Me encantaba leer tus ingeniosos comentarios, tus "quitadas" de sombreros y tus sinceras reverencias. Tarde o temprano apareceré por tu zCallejón... te lo prometí.
Te quiero... así... sin conocerte.
Nos seguiremos leyendo en la cara oscura de la luna, maestro.
EliminarEste conjuro tuyo con el que pones broche final a tus excepcionales microcuentos es como una recopilación en el que caben los miles de ellos que se han escrito a lo largo de estos años. Con el poder de tus palabras han vuelto a la vida, o mejor, han retornado desde sus fantásticos mundos, los miles de personajes que hemos ido dejando en estas páginas virtuales para decirnos que siguen ahí, perennes, esperando que los rescatemos con nuevas lecturas, que les permitamos recorrer sus breves pero subyugantes periplos una y mil veces; pues, en definitiva, todos somos personajes, todos somos historias, todos somos fantasía. Ese jardín, esos espejos, esos vidrios rotos, han llamado su atención y ahora que está cercano el carnaval, se han presentado todos al unísono, y se muestran en este último día con los más variopintos disfraces, sí, también con el de princesas tuertas.
ResponderEliminarEn lo que me atañe, sólo tengo agradecimientos, tantos que no me da el teclado para escribirlos todos, sobre todo a quienes más habéis aportado a esta aventura, a quienes seguís aportando desde otros sitios, como esa magnífica revista llamada El callejón de las once esquinas. Tenéis un doble mérito, el de ser unos magníficos escritores y, a la vez, unos mecenas que nos ayudáis a los demás, que nos facilitáis caminos, que nos dais oportunidades, que transmitís enseñanzas. Y esa generosidad es impagable, y más en un mundo -¿o es en todos los mundos?- donde suelen ponerse muchas zancadillas y hay muchos egos revueltos, por decirlo con el título de un libro de Juan Cruz.
Así que, parafraseando la letra de la canción de Camilo Sesto Algo de mí, le diré a esta página y a todos quienes han formado parte de ella: Te vas pero te quedas porque formas parte de mí, y en mi casa y en mi alma hay un sitio para ti, para vosotros.
Un abrazo, Patricia, con el deseo de que tengamos alguna ocasión de estar juntos en alguna quedada futura, o en cualquier otro evento. Y ya sabes que tienes un amigo en Burgos para lo que quieras.
Auf wiedersehen, Protoplasto!
EliminarGrande Patricia, capaz de llegar con tu magia blanca hasta el más recóndito lugar de nuestra imaginación. Aunque el certamen de la página ha sido desde el principio algo simbólico, particularmente siempre he pensado que tus relatos deberían haber aparecido fuera de concurso. Tal es, no sólo para mí, su abrumadora calidad en todos los sentidos. Ha sido, pues, un gran privilegio compartir página con ellos, como lo es el poder mantener el contacto contigo. Muchas gracias por todo lo que nos has dado, por lo que nos seguirás dando y por ser como eres. No me gusta nada la palabra orgullo, pero para describir lo que siento por ser tu amigo no me importa usarla en absoluto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y hasta pronto.
¡Hasta siemple, Enlique! ;-))
EliminarCuando siembras palabras y las agitas, siempre cosechas historias preciosas, relatos que son un gozo leer. Has escrito textos de fantasía, de seres mágicos y también de realidad que vuelves poesía con tu arte. Algunos revolotean por mi cabeza, y seguro que por la de muchos otros lectores, pues dejaron huella, memorables como son.
ResponderEliminar¡Qué decirte, Patricia! Que espero poder coincidir contigo otra vez, no sólo por el Callejón, sino brindando en directo en alguna quedada.
Un fuerte abrazo y besicos amiga.
Carme.
(me toca a mí un bye, bye?? ;-)
Bye, Queen of Hearts!
EliminarQueen of Hearts mola!
EliminarAquí no diré aquello de "Off with their heads!" Al ser
todos amigos, como alternativa podemos jugar al criquet después de comer tarta, tomar el té de las 6 y fumar la pipa de la oruga Azul ;-)
No entraba a 50 palabras hace aproximadamente 2 años, lo tenía olvidado.. Publiqué solo 4 relatos en ese entonces.. y de lo poco que recordaba de 50 palabras era tu nick y tus relatos.. Ahora vuelvo a leer lo que escribí y eso me revuelve muchos recuerdos buenos y gratificantes. Seguido a eso leo este, tu último relato, y lo siento relatado al oído, preguntandome ¿Quien era yo? la verdad, un placer haber leído lo tuyo.
ResponderEliminarQué bonito comentario. Muchas gracias, Juan. De vez en cuando, la nostalgia me hace volver a este jardín de palabras y leer lo que me has escrito ha sido una maravillosa sorpresa. ¿Que quién eras? Uno más de los que volaron sobre el desierto, de los que descendieron hasta la boca del infierno, y de los que se fundieron con la magia que brota de un puñado de palabras, exactamente cincuenta.
EliminarUn abrazo.