Latidos cercanos
Agitada, se acostó muy tarde. Emocionada, rememoraba los mágicos e increíbles momentos que habían compartido. Mientras tanto, el móvil recibía mensajes continuamente.
Desvirtualizar a sus compañeros de letras había merecido la pena. Instantáneamente el calendario se llenó de citas; los cuadernos, de relatos; y su cara, de sonrisas y lágrimas.
Desvirtualizar a sus compañeros de letras había merecido la pena. Instantáneamente el calendario se llenó de citas; los cuadernos, de relatos; y su cara, de sonrisas y lágrimas.
Como no podía ser de otra forma, tu relato de despedida llega al centro del corazón. Y habla de latidos, esos que te impulsan a escribir palabras llenas de sentimientos. Después de todo lo andado, desde aquellos «Latidos lejanos» de tu primer micro, a este en el que son cercanos, das en el clavo al revelar que una comunidad que nació virtual se ha desvirtualizado y hemos podido abrazarnos, mirarnos, besarnos y echarnos de menos, llevándonos dentro de cada uno un torrente de emociones que nos hace sonreír de alegría y soltar alguna lágrima de emoción.
ResponderEliminarHas sido el alma de esta página, y lo seguirás siendo, la que me animó a seguir, la mejor madrina que se puede tener y la persona que se desea conocer cuando ves una estrella fugaz y formulas un deseo. Eres el mejor regalo que me ha dado cincuenta, y lo bueno es que ese regalo me va a durar para siempre.
Te envío el beso más grande que jamás he dado en esta comunidad, mi querida madrina, y de ti tampoco me despido porque siempre estás.
Pablo
Malu, para mí representas la alegría de escribir en comunidad y por eso me entusiasma tu último relato. Cuántas risas y cuántos buenos momentos hemos pasado leyéndonos, comentándonos, escribiendo para los demás.
ResponderEliminarTu generosidad discreta y silenciosa ha sido el anzuelo del que cuelgan los latidos que te llevas como botín, el mío y los de buena parte de esta tripulación pirata.
No vamos a dejar de leernos, lo sé. ¡Al abordaje!
Los latidos cercanos se oyen y, tú, los has oído tan de cerca que los has vivido... los vives. Gracias por todo lo que has dado de ti en esta y por esta página.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Malu.
Broche de Oro. Abrazo eterno, amiga.
ResponderEliminarCon sonrisas y lágrimas, con el alma agitada y con los recuerdos entrañables de quienes hemos tenido la suerte de conocernos personalmente, nos despedimos de Cincuenta palabras. Tú le has puesto el corazón, los latidos cercanos, a esta familia, Malu. De ti es imposible despedirse. Siempre es un hasta pronto, queridísima amiga, gran escritora y generosa hasta el extremo. Un beso grande grande y hasta pronto.
ResponderEliminarNi una lágrima cabe cuando las alforjas están repletas de personas y momentos que merecen la pena. Tú eres una de esas personas y muchos de esos momentos te los debemos a tí.
ResponderEliminarAquí quedan tus relatos, para volver a ellos y recordar lo bien que se puede construir una historia llena de humanidad y sensibilidad, como este último relato que nos has regalado.
Un abrazo bien envuelto y hasta muy pronto, querida Malu.
Somos un cóctel de emociones, y quizá la sabiduría de la vida consista en cómo gestionarlas de la mejor manera posible, cómo disfrutarlas, cómo propiciar las mejores situaciones para que se produzcan las más enriquecedoras, y creo que esta página ha sido paradigmática en tal sentido, pues todos quienes por ella hemos pasado con mayor o menor frecuencia, hemos vivido emociones muy intensas, muy sutiles, muy difíciles de encontrar en otras circunstancias; por no hablar de la paja y a veces hasta basura que uno tiene que digerir en su convivencia con los demás, con personas tóxicas y destructivas, con auténticos déspotas que da miedo pensar en lo que harían si tuviesen poder.
ResponderEliminarAsí que estos latidos de tu microcuento me son muy cercanos, y me hacen rememorar muchas cosas, y expresas muy bien todo lo que nos está ocurriendo a la mayoría en esta despedida que, por suerte, tiene su continuación en los lazos que hemos establecido y en las ocasiones que tendremos en el futuro para compartir y estar juntos.
Así que nuestros móviles rebosan de mensajes y de incitaciones, y nuestro calendario es un largo y recto camino que se extiende hasta el final del horizonte, todo él lleno de citas, mientras en nuestros cuadernos vamos garabateando diferentes ideas, empapelando la vida con historias nuestras y de todos, pues como dice José Agustín Goytisolo en su poema Palabras para Julia: “Un hombre solo, una mujer / así tomados, de uno en uno / son como polvo, no son nada”.
Pero nosotros sabemos que somos una comunidad, una familia bien avenida, no estamos solos, por eso, nuestras caras se iluminan de sonrisas, mientras las lágrimas de la nostalgia amenazan con desbordar nuestros párpados y rodar libres por nuestras mejillas, pues como bien sabemos, también se puede llorar de felicidad
Un abrazo muy fuerte, Malu.
Activa, inquieta, atenta, sensible, empática, buena gente. La mejor para organizar, una compañía inmejorable, un nexo de unión para todos (y encima haces unas tartas con mermelada por encima que son como trocitos de cielo). Todos tenemos defectos, pero nadie sabe dónde están los tuyos.
ResponderEliminarEs mucho lo que nos llevamos de Cincuenta Palabras, como mucho es lo que nos has dado a todos.
Gracias por ser como eres: una fuente de alegría permanente, virtual o desvirtualizada.
Un abrazo muy grande, Malu
Latidos cercanos son los que hemos sentido en tu presencia, que espero vuelvan a coincidir pronto. Deseo que aunque nuestro capitán haya desembarcado, todavía tengamos un camarote en el que podamos refugiarnos, aunque solo sea para darnos ánimos y los buenos días, sobretodo en los días de tormenta. Encantada de haber podido compartir contigo esos momentos tan divertidos del viernes gracias a la presentación de 3-M, con ese brillante broche que nis brindó Manuel Montesinos. Gracias por tu preciosa despedida, Malu. Besos mil. Gloria Arcos
ResponderEliminarCreo que conocernos personalmente ha supuesto para todos un antes y un después, aunque describirlo de ese modo tan sentido y bonito quizá solo esté a tu alcance. No en vano uno de los rasgos más llamativos de tus relatos es su sentido introspectivo. Nadie como tú para registrar esos sucesos interiores, y hasta diría que nadie como tú para identificarlos antes de darles forma. No quiero repetirme en cosas que ya te han dicho, pero es que es verdad que eres una persona tremendamente especial, para bien, por supuesto, y en todos los sentidos. Yo me atrevería a nombrarte, con tu permiso y si no lo ha hecho alguien ya, “novia de Cincuenta Palabras”. Te queremos, Malu. Por cierto, ¿sabes que no llegué a probar ninguna de tus tartas? Culpa mía, porque no tenía hambre, aunque ahora lo lamento.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida amiga. Y hasta pronto.