La evacuación de las élites (La ciudad sin alma VI)
Intentaba huir en la nave.
—¡No fue premeditado, Martín! —suplicó por su vida.
—¡Lucía murió!
Podría haberle matado en ese instante. Saavedra había destruido todo el mundo que yo había conocido... Que había amado alguna vez...
Alguien disparó.
Entró por mi espalda. Mientras, una marabunta descontrolada se abalanzaba hacia nosotros.
—¡No fue premeditado, Martín! —suplicó por su vida.
—¡Lucía murió!
Podría haberle matado en ese instante. Saavedra había destruido todo el mundo que yo había conocido... Que había amado alguna vez...
Alguien disparó.
Entró por mi espalda. Mientras, una marabunta descontrolada se abalanzaba hacia nosotros.
Epílogo
ResponderEliminarLa ciudad sin alma: "La confesión del moribundo Doctor Hellzer".
Durantes años conseguimos pararlo. El calentamiento global había llegado a cotas inimaginables (...)Un escudo de azufre, eso detendria las altas temperaturas (...) Pero fue insuficiente (...) Habia peligrosas contraindicaciones para la atmósfera (...) Mi idea era sencilla pero brillante, un interruptor (...) Aún no estábamos preparados para evacuar el planeta... Todo se precipitó Martín...
Raquel, dicen que todo lo bueno acaba y eso es lo que ha pasado con esta página, donde hemos tenido ocasión de compartir tan buenas historias. Para mí ha sido un placer y espero seguir leyéndote en alguna ocasión, claro que sí. Un fuerte abrazo y besos para el bebé.
ResponderEliminarIgualmente Pepe. Es un fin de ciclo en toda regla... Dejaré mi obsesión por los relatos de monstruos, dementes y asesinos en serie, y me dedicaré a los cuentos infantiles de fantasía... Así, al menos siempre tendré como público incondicional a mi garbancito.
EliminarBesos y abrazos de nuestra parte.
Estoy de acuerdo con Pepe; aquí nos encontramos doblemente con el final de una historia y de un proyecto muy bello. Gracias por tus dos entregas, Raquel.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Otro abrazo fuerte a ti Manuel que has estado comentandola incondicionalmente mes a mes. Qué penita que nos cierren el café bar tertulia literaria. Espero que nos sigamos viendo y leyendo en otros lares.
Eliminar😘
Gracias, Raquel, por esta serie que nos has regalado, inquietante y original. Si tengo ocasión de hablar con Spielberg le comentaré que en un país del sur de la vieja Europa, en su zona de Levante, hay una joven mamá con muy buenas ideas. Vete preparando para la gala de los Óscar.
ResponderEliminarGracias otra vez, nos seguimos leyendo y un abrazo grande
Gracias Angel, si me contrata me acordaré de ti y te llevaré de acompañante a la gala 😉.
EliminarBesos 😘
Mil gracias, Raquel, por tus originales y fantásticas series, que han hecho historia en la página.
ResponderEliminarMuchos besos para el pequeño grumete y para ti.
Muchas gracias a vosotros, todos que sois fantásticos. Un Besito también de parte del polizón.
Eliminar♥ ♥ ♥ ♥
Nunca te he comentado ningún relato, así que aprovecho esta ocasión para mostrarte mi gratitud por todas tus participaciones y por ser capaz de crear tantas series y de mantener nuestra atención hasta el fin de las mismas.
ResponderEliminarGracias en todo caso a ti Salvador.
EliminarUn fuerte abrazo
Raquel, he seguido con atención las pistas que has dejado caer sobre el antes y el después de tu maternidad. ¡¡¡Felicidades!!!
ResponderEliminarMe parecen maravillosas muestras de ternura literaria tus alusiones al garbancito, el polizón...
Debe ser una criatura con muchas ganas de vivir si se ha dejado contagiar por su madre.
Desde hace tiempo me llamó la atención la frescura (en el buen sentido, oye!) de tu modo de ser y giros que dejabas caer.
Soy de los que creen que la literatura que merece la pena nace de la vida y, por encima de todo, trata de servir a ella.
Y tú no hace mucho que has creado vida...
Un cordial saludo, Raquel!
Muchas gracias Carmelo. ¡Pero que cosas tan bonitas me dices! Jajaja 😁
EliminarEs una criaturita que va a estar "inundada" a fantasía y a cuentos, no sólo por mi también por su papá. De hecho ya es protagonista y narrador de varias (también en la vida real literalmente) 😋
Creo que no hay mejor legado para un hijo que ese.
Un gran abrazo.
Me quedo alucinado con tal prodigio de imaginación. Creo que naciste para contar grandes historias, y creo que no tendrías precio como guionista. Ya está perdiendo el tiempo Netflix si no te contrata. Son muy visuales y cinematográficos tus relatos. ¡Viva la imaginación!
ResponderEliminarUn besazo para ti y para quien tú sabes.
Pablo
Gracias Pablo.
Eliminar❤️❤️❤️❤️❤️
Esta ciudad sin alma es la prueba de tu capacidad para proyectar cine en los relatos, con Imágenes potentes y repletas de un universo contenido que siempre te deja con ganas de más.
ResponderEliminarMe has tenido enganchado a tu fantasía, Raquel, esa misma fantasía que, a buen seguro, fluirá en poco tiempo entre tu hijo y tú.
Un abrazo.
Ojalá sea así. Un abrazo inmenso Antonio. Que tristes las despedidas. Os voy a echar de menos, aunque nos leamos en otros contextos.
EliminarBesos 😘
Raquel, me uno a los comentarios de gran guionista que te dejan por aquí (y también lo he comentado en la entrega anterior).
ResponderEliminarRelatos como cortometrajes, muy visuales, que se deberían leer con palomitas.
¿Tienes blog donde seguir leyendo tus historias? (en el enlace de blogger de tu usuario no lo sé encontrar)
Besos! (también para garbancito ;-)
Carme.
Tenía uno pero era muy informal y desorganizado (como yo).Estoy en ello Carme,estoy preparando algo relacionado con los juegos de escritura creativa, relatos, etc Cuando lo tenga lo compartiré por el grupo, por si el camarote quiere participar en él.
EliminarUn abrazo enorme. Hasta pronto.
ole, ole! Eso suena muy bien!
EliminarEstaremos esperando esos juegos
Abrazoooo
Ha sido un placer leer tus siempre acertados trabajos, Raquel.
ResponderEliminarNos leeremos de nuevo, seguro.
Un abrazo,
Alvaro Abad.
Seguro que sí 😋
EliminarUn abrazo.
Hola Raquel, que delicia toda tu microsaga... la ciencia ficción me encanta, recuerdo haberla descubierto en mi preadolescenciay siempre he sentido debilidad por ella. Tuve la fortuna de leer tu serie toda de un tirón (fue una micromaratón) y me ha encantado, la parte de ir a trabajar portando velas me parecio muy de ciencia ficción de los años 50. Magistral!
ResponderEliminarUn gran abrazo y un beso asimovnesco, y espero seguir leyendo tus cuentos infantiles...
Gracias Jean. Ojalá. Nos seguimos leyendo en otros mares, en otros puertos...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.