El suicida precoz

De súbito, el frío penetraba en su casa y lo arrastraban hacia el exterior a la fuerza. Trató de aferrarse a su hogar como fuera, dejándose los pulmones en cada llanto, pero era inútil. Desahuciado e incapaz de afrontar su destino, agarró con decisión su cordón umbilical y se ahorcó.
Escrito por Álex Garaizar

Infierno

Se sintió asfixiado. Le habían llevado contra su voluntad y se encontraba angustiado. A duras penas tenía sitio y, despojado de sus ropas, su piel se quemaba lentamente. Tenía hambre y sed, y en vano intentaba distraerse mientras aspiraba un profundo olor a sudor, pies, salitre y Nivea. Maldito Benidorm.
Escrito por Faroni

No solo de pan vive el hombre

—¿Cuánto cuestan?
—Son gratis, señora.
—¿Gratis? ¿Y me podrías dar uno ahora?
—¡Claro!
—Es que lo necesito mucho, ¿sabes?

El muchacho se acercó a la ancianita y la arropó cálidamente entre sus brazos. A la mujer se le saltaron las lágrimas: hacía tanto tiempo que nadie le daba un abrazo...
Escrito por Víctor Pérez

La vida pirata: Garfio

Los truenos retumbaban resplandecientes en sus ojos azules con cada estocada y cañonazo en cualquier batalla. Con el rugir del mar en el corazón y el rojo embravecido en su casaca se lanzaba al combate. Con su garfio se abría paso o retiraba sus rebeldes cabellos. Todo aquello era él.
Escrito por C.

Esas interminables tardes de domingo

Intercambio sus pulseras identificativas. La del abuelo pasa al rubio veinteañero; la de este, a la morena de ensortijada melena; en el niño de unos inocentes ocho años termina la de aquella.

Comenzó el derbi pero este incesante trasiego me permite sobrellevar otra guardia más. ¡Nunca me gustó el fútbol!
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Cámara y... ¡Acción!

¡Silencio en el plató! ¡Estamos rodando! ¡Preparada la figuración, vayan circulando! ¿Tienen todos sangre en la ropa? ¡Cámara! ¡Esas pistolas! ¡Que se vean bien en primer plano! ¡Acción! ¡Todos disparando! ¡Efectos de humo! ¡Más movimiento! ¡Más gritos! ¡Más histeria! ¡Corten! ¡Una toma perfecta! ¡A positivar! Descansamos una hora para comer.
Escrito por Maest

Sección de Poesía

Cada día llegaba temprano y revisaba la sección de poesía. Ella le miraba oculta tras un libro y el mostrador. Cada día le dejaba un poemario nuevo que él encontraba con expertas manos de poeta. Un martes no apareció, sin embargo él esperaba fuera, esta vez con manos de amante.
Escrito por Freya Póssivel - Web

El acantilado

Cuando abrió los ojos se dio cuenta que se había vuelto a dormir. Tenía que detener el vehículo de inmediato. Volvió a abrir los ojos cuando su cuerpo ya estaba pegado al techo. Demasiado tarde. Prefirió entonces cerrarlos. Se hundió en el agua con delicadeza. No había nada que ver.
Escrito por Aldo

No volveré

Un día cogió la maleta y se fue para siempre. Ya nadie podría llamarle por su nombre porque su nombre se habría perdido entre el rayo y la tormenta. No miró atrás pero todos la oyeron decir: “No volveré”. Y la vida abierta en canal bajó rodando por el río.
Escrito por Gemma Torres - Web

Universos paralelos

El creador de universos paralelos miraba de reojo un espejo de cuerpo entero mientras pintaba un cuadro en el que se representaba a sí mismo mirando de reojo un espejo de cuerpo entero que reflejaba al creador pintando un cuadro de sí mismo mirando un espejo y pintando un cuadro...
Escrito por Óscar Plaza - Twitter

♪♫ Somos novios… ♫♪

—Cariño, ya sé que somos una pareja ideal, yo muy viril y tú con mucha feminidad, pero me preocupa mucho el qué dirán.

—Mi amor, nuestras familias y nuestros amigos nos aceptan tal y como somos. Los demás no tienen por qué saber que tú eres lesbiana y yo gay.
Escrito por Víctor Pérez

El intruso

—Un café d'Orzo con medio dedo de leche —replicó altivo mientras tendía el billete—. Quédese el cambio.

Se ajustó la americana distraído.

—Su café, señor.

Olió su capricho y hundió los labios con suavidad, como cada mes. Ni siquiera le gustaba el café. Pero adoraba el sabor prohibido del éxito.
Escrito por Álex Garaizar

Un día cualquiera

Se cantó a sí mismo el cumpleaños feliz, tratando de no desafinar demasiado. Luego expulsó el humo de una vieja calada de cigarrillo, dio un sorbo directo a la botella de cerveza y sopló la vela que se sostenía sobre una rancia magdalena dura por el paso de los días.
Escrito por Emilio Álvarez - Web

Fallo técnico

Inventó un juego autoafirmante: desde su ventanilla, examinaba chicas del andén aparentemente tan tímidas como él, y se despedía guiñándoles un ojo.

Escudriñaba una nórdica cuando la megafonía congeló su mirada: parada técnica.

Aterrado, observaba el avance bárbaro. Era lo peor, o lo mejor, que le pasaba en la vida.
Escrito por Lola Pacheco

Se sube el telón

Llego pronto al teatro. Aún no se han apagado las luces. Encuentro mi asiento sin problemas. La acomodadora me sonríe. Le doy las gracias, sonriendo también. Aunque no ha podido hacer su trabajo. Me he adelantado, como si, sentándome antes, la función fuera a empezar primero. El telón sigue bajado.
Escrito por Maest - Twitter

Sobrevivientes

La noticia llegó al bosque con el viento y los árboles escucharon a través de las hojas. En un arrebato de ira extendieron sus raíces rápidamente hasta la ciudad deshaciendo todo a su paso: carreteras, casas, edificios y una vez destruido todo comprobaron con miedo; los humanos se habían extinguido.
Escrito por Saltimbanquin - Twitter

La carta

Señor:

Queremos comunicarle mediante la presente que ha sido elegido para trabajar en nuestro taller de sueños.

Deberá pasarse por nuestras oficinas para que tomemos medidas de su imaginación.

Asimismo le entregaremos el material necesario para modelar ilusiones, a fin de conseguir un producto que sea un verdadero sueño.

Atentamente,
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

El más rápido de su clase

Comenzó a leer y quedó sorprendido de lo bien que leía. "Érsae una vez, una histroia de aqeulla pesrona que queira leer todos los lirbos del mudno..." Dejó de leer. Era el que más rápido leía de toda su clase, aunque había un problema bastante significativo: tenía una elevada dislexia.
Escrito por Gonzalo Arbex - Web

Dichoso 'guasap'

Te a gustado la cna?
Staba todo buenisssimo mi amor
Me alegro
Stoy superknsado. M voy a dormir
Yo tmbn
X cierto me gusta tu nuevo pijama
Graciassssss
Un beso, asta mañana
Asta mañana kri

Cada uno apagó su teléfono, se dieron la espalda sonriéndose y se echaron a dormir.
Escrito por Víctor Pérez - Web

Televisión interactiva

Cuando contesté pensé que había sintetizado lo que quería decir a mi oponente. Pero él, sonriendo con ese desprecio del que hace gala continuamente, ignoró mi argumento y se limitó a descalificarme con su frase preferida: "No queréis mas que el Presidente dimita". Ante eso, tuve que apagar la televisión.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez

Libro de la selva

Si yo pudiera elegir entre tanta selva y petróleo, entre tanto paisano y barro, elegiría un gringo, aunque fuera viejo. Mis hijos me importan más. Elegiría un gringo para tener un hijo, aunque después se fuera y no volviera más. Yo, mi hijo y su inglés, nos bastaría para surgir.
Escrito por Gabriel Beltrán

Lectora obligada

Como todos los días, desde febrero, le bajó su desayuno, frugal pero suficiente. Y un nuevo relato, este también con solo cincuenta palabras, para que se lo leyese con su sensual voz de presentadora del telediario del fin de semana.

Después, cerró el herrumbroso cerrojo del recio portón del sótano.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Demasiado importantes

Los ejecutivos suben al avión con la tez cetrina y el maletín negro. Regresan a casa ojerosos, callados y vencidos. Uno diría que se preguntan si merece la pena llevar esa vida tan triste, pero mañana volverán a subirse al avión convencidos de ser demasiado importantes para hacerse preguntas tontas.
Escrito por Gemma Torres - Web

Cachondos a. C.

793 a.C.

Celebraron el cumpleaños del historiador por todo lo alto. Alcohol, marihuana, setas... no faltó nada. 

¡Sácate el libro, tío!
¡Venga, pero sólo una bromita, que ya vale!

2013

El Polladurismo Fundamentalista, basado en antiguas escrituras sagradas, es la religión mayoritaria tras imponerse en las tres últimas guerras mundiales.
Escrito por Álex Garaizar

Demasiado pasado

Se entregó a la ciencia como un autómata, un racionalista insano que medía el tiempo con la perfección de un reloj suizo. Durante años aplazó todo para ganarle tiempo al tiempo. Se cobijó en experimentos que le prometieron una gloria inexistente. Cuando de repente levantó la vista sólo vio pasado.
Escrito por Pistacchio

El pirata Ramírez Canalejos

El olor a pólvora lo enardecía. Había algo en el fragor de la batalla que lo hacía sentir vivo. Libre. Ese fresco olor a mar... Otra estocada. Otro mandoble. ¡Sí! ¡Victoria!

Jamás se arrepintió de haber dejado atrás aquel puesto de funcionario en la lonja. Ni camino de la horca.
Escrito por Faroni

Alcayata

Asió fuertemente con sus huesudos dedos el signo de interrogación de cierre de la pregunta impresa, le quitó el punto y lo arrojó por la ventana. Con lo que le quedaba intentó rascarse pero era casi imposible, así que lo enroscó en un tabique de madera y colgó un cuadro.
Escrito por Gregory Pez - Web
Elegido mejor relato de julio de 2013

Clase en el parque

Hacía tiempo que la observaba en el parque, leyendo muy concentrada, mientras vendía algún globo. Supo que era estudiante de Filosofía y que sólo le faltaba un examen para terminar la carrera. Contó los globos, sacó la cartera y, poniendo unos billetes en su mano, le dijo: “Que vuelen lejos”.
Escrito por Patricia Richmond - Twitter

El enemigo en casa

Odiaba a los mosquitos. Sobre todo su zumbido amenazador. Cuando más, al despertar. Se cubrió la cabeza con la sábana, a modo de escafandra hermética, sin dejar el menor resquicio. Tranquila y aislada, volvió a dormirse plácidamente. Hasta que se dio cuenta de que el mosquito también compartía su escondite...
Escrito por Víctor Pérez - Web

Al alba

Sentíase otro admirando su reloj de cadena dorada y atractiva esfera, suyo desde que se lo entregara aquel coronel, antes de su ejecución, para que se lo hiciese llegar a su único hijo.

El joven oficial, responsable del tiro de gracia, quedó cautivo con el familiar reloj del recién fusilado.
Escrito por José Antonio Barrionuevo