La pluma
Estaba tan orgulloso como cabía. Aquella pluma danzaba sobre el papel como si tuviera vida propia. Apenas la sujetaba, su maravilloso rasgar procedía ininterrumpido hoja tras hoja en una sinfonía catártica para mis oídos. Sin duda, iba a llegar lejos, muy lejos.
Me giré hacia mi pantalla. Qué puta envidia.
Me giré hacia mi pantalla. Qué puta envidia.
Escrito por Álex Garaizar
La estudiante
Era la primera clase del curso de Mitología Clásica. Se sentó en la primera fila. Hermosa, felina, casi desnuda. Desconcertado, comencé la presentación. Casi nadie me determinaba, sólo ella. Sospeché tras su extraña vestimenta la ausencia del seno derecho. Tan joven. En todo caso era una prueba. Las amazonas existen.
Escrito por Edgar Ferreira
Poligamia
Como los últimos diez años, se acuesta exhausto tras trabajar toda la jornada. Al lado duerme Anne, su mujer. Más allá, Juan, su nuevo marido. En las otras habitaciones, descansan sus hijos y los de Juan.
Murió hace diez años, pero continúa su lucha diaria para ser una familia feliz.
Murió hace diez años, pero continúa su lucha diaria para ser una familia feliz.
Escrito por La Marca Amarilla - Twitter
Demasiado tarde
Para cuando quisiste darte cuenta, la muerte venía imparable. El tiempo justo para recordar cómo habías estado deambulando, en soledad, durante toda la noche, refugiándote finalmente en aquel bar de carretera hasta que también cerró sus puertas. No supiste explicarte qué coño hacías entonces detenido sobre los rieles del ferrocarril.
Escrito por José Antonio Barrionuevo
Se baja el telón
Un inmenso estruendo de aplausos y gritos inundó el teatro. El actor sonreía satisfecho y agradecido mientras el telón los ocultaba de su vista. La barrera sólo avivaba el deseo de los espectadores por hacerse oír. "Brillante", le dijeron entre bambalinas. Todos acabaron su función. Él volvió a casa solo.
Escrito por Carmen Balibrea
¿Viviendo lo mismo?
Se estrecharon la mano y se despidieron. Alumno y profesor alejaban sus vidas, y nunca volverían a coincidir. Era extraño. Estaban viviendo lo mismo, pero significaban cosas distintas.
Un año después ocurrió otra vez, y lo que para uno era un momento único en su vida, para otro era rutina.
Un año después ocurrió otra vez, y lo que para uno era un momento único en su vida, para otro era rutina.
Escrito por Gonzalo Arbex - Web
Receta infalible
Me pongo el delantal, lista para sorprender a mis invitados. Todos los ingredientes se alinean en la mesa. La receta, sacada de internet, tiene buena pinta.
Empiezo a cortar, enciendo el horno... Se va la luz. Adiós a mi cena. No problem. Pedimos unas pizzas y unas cervezas. Bon appetit.
Empiezo a cortar, enciendo el horno... Se va la luz. Adiós a mi cena. No problem. Pedimos unas pizzas y unas cervezas. Bon appetit.
Escrito por Maest
Un escape peligroso
El mozo de reparto entró en la tienda y dijo:
—Traigo las cajas de imaginación que solicitó, ¿dónde quiere que las ponga?
—Déjelas en aquella esquina, pero lejos de los sueños. La última vez hubo un escape de imaginación y alteró todas las propiedades de éstos, convirtiéndolos en auténticas pesadillas.
—Traigo las cajas de imaginación que solicitó, ¿dónde quiere que las ponga?
—Déjelas en aquella esquina, pero lejos de los sueños. La última vez hubo un escape de imaginación y alteró todas las propiedades de éstos, convirtiéndolos en auténticas pesadillas.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web
Deseos latentes
La miro y pienso: (Casi seguro que sí. Lo hemos notado ambos, pero... ¿y si estoy confundido?)
—Escúchame Rosa, no digas nada hasta que acabe, por favor: yo te a...
—Juán, no sigas...
—Es inevitable.
—Vale, dime.
—Yo te a...precio como amiga.
Y sigo pensando: (¿Cómo se traspasan los silencios?)
—Escúchame Rosa, no digas nada hasta que acabe, por favor: yo te a...
—Juán, no sigas...
—Es inevitable.
—Vale, dime.
—Yo te a...precio como amiga.
Y sigo pensando: (¿Cómo se traspasan los silencios?)
Escrito por Rafael Domingo Sánchez
Chaussures (Zapatos)
La profesora se esforzaba en mejorar la pronunciación del alumno:
—Chau-ssures.
Al recoger su bolígrafo del suelo, se topó con los zapatos rotos del adolescente. Imaginó el drama familiar, las carencias... Cuestionó el sentido de su trabajo.
Tomó aire y volvió a la carga:
—Chaussures. Con estos zapatos llegarás lejos.
—Chau-ssures.
Al recoger su bolígrafo del suelo, se topó con los zapatos rotos del adolescente. Imaginó el drama familiar, las carencias... Cuestionó el sentido de su trabajo.
Tomó aire y volvió a la carga:
—Chaussures. Con estos zapatos llegarás lejos.
Escrito por Lola Pacheco
Hambre de todo
Said, su nombre. Edad no tiene pues la perdió intentando llegar a Europa. Cada día sin desayunar llega al centro. Camina más de una hora para encontrar sitio en la sala de ordenadores. Le miramos a hurtadillas. ¿A qué jugará este chaval? Aprende a leer con poemas de Gloria Fuertes.
Escrito por Freya Póssivel - Web
Trigonometrías...
...La línea de su vida había experimentado un giro de trescientos sesenta grados. Con el seno rosado en sus manos había llevado al traste, gloria bendita, todos sus obtusos planes. Y ahora, catetos a un lado y huyendo vertiginosamente por la tangente, había logrado completar la cuadratura de su círculo...
Escrito por Corina Morera - Twitter
El invitado inesperado
Siempre que aparezco en las reuniones familiares se hace un denso silencio. Al cabo de un rato todos empiezan a hablar de nuevo, como si no estuviera delante. Sólo Laurita me mira a veces de reojo, pero noto su miedo. Aquel día estallé:
—¿Qué os pasa conmigo?
—Papá, estás muerto.
Escrito por Radon - Twitter
—¿Qué os pasa conmigo?
—Papá, estás muerto.
Escrito por Radon - Twitter
Elegido mejor relato de septiembre de 2013
Disparo
Le apuntó entre los ojos porque era lo mejor para no fallar. Esperó apoyándose en la barandilla para que no le temblara el pulso y, en cuanto nada se interpuso entre el punto de mira y su objetivo, disparó. Comprobó el resultado y sonrió satisfecho: había conseguido su mejor retrato.
Escrito por Patricia Richmond - Web
Mariposas en el estómago
De jovenzuela a mujer, de mujer a señora. Elena nunca perdió la esperanza de averiguar lo que había deseado durante tantos años. Al ver entrar a Luis por la puerta y sentir otra vez aquellas dulces mariposas en el estómago supo que por fin sabía lo que era estar enamorada.
Escrito por Nerenka
No es un hasta luego, es un adiós
—Lo siento— me dijo, y tras ella cerró la puerta, dejando tan vacío aquel inmenso salón. Oía sus tacones escalón tras escalón, sabiendo que aquella sería la última vez que lo haría. Rápidamente, vinieron a mi cabeza los versos de Neruda.
"La diferencia, Pablo, es que yo todavía la quiero".
"La diferencia, Pablo, es que yo todavía la quiero".
Escrito por Kike Sirvent - Web
Escenas matutinas
A la espera. Siempre a la espera. Su vida era un un continuo esperar. Esperaba crecer, cuando niño. Esperaba la felicidad, cuando adolescente. Esperaba éxitos, cuando adulto. Esperaba conocer el sentido de la vida, cuando viejo. Yo sólo espero no acabar como aquel que veo en mi espejo del baño.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez
¡Qué lástima!
Había leído mucho. Sintió el peso del cansancio sobre sus párpados, que fueron cerrándose lentamente.
La bella Marta, protagonista de la novela todavía abierta entre sus manos, se coló en sus sueños. Pero al mismo tiempo que el libro resbaló de sus dedos, Marta se esfumó de sus brazos. ¡Lástima!
La bella Marta, protagonista de la novela todavía abierta entre sus manos, se coló en sus sueños. Pero al mismo tiempo que el libro resbaló de sus dedos, Marta se esfumó de sus brazos. ¡Lástima!
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web
Analogía
Nadie más, ni en la barra ni en el bar. Solamente el camarero, absorto en recoger porque la noche ha llegado a su fin. Miras ¿tu última copa? mientras el hielo tintina en su roce con el cristal cuando la mueves. Observas cómo va diluyéndose, con lentitud. Como tu vida.
Escrito por José Antonio Barrionuevo
¿Soñamos lo mismo?
"Cierra los ojos", dijo antes de desaparecer. Al ver que no estaba, sonreí nerviosa. "¿Dónde te has metido?", pregunté al aire. Lo busqué pero no lo encontré, pasé años persiguiendo su recuerdo hasta comprender que no volvería. Había decidido seguir su camino sin despertarme, ya no soñábamos el mismo sueño.
Escrito por Javier Juste - Web
El cuaderno negro
Me acomodé en mi viejo escritorio, abrí uno de sus cajones y saqué de él un libro. Era de cuero negro. Pensé que tener un cuaderno "de luto" era buena idea para lo que planeaba.
En su portada estaba escrito como título: "Personas a las que les deseo la muerte".
Escrito por Phoebe Mystery
Tu/mi taza
Me levanto temprano, como cada día. Pero hoy ya no es como cada día. Estoy sola, no me acompaña tu beso de buenos días.
El desayuno se me atraganta. Trato de evitar que las lágrimas me ahoguen.
Bebo de mi taza favorita. La que tú me regalaste. Tu/mi primer regalo.
El desayuno se me atraganta. Trato de evitar que las lágrimas me ahoguen.
Bebo de mi taza favorita. La que tú me regalaste. Tu/mi primer regalo.
Escrito por Maest
Cuando seas padre comerás huevos
Hojeaba los titulares, como cada sábado.
—¡Pues no haber comprado preferentes! 15 años de cárcel, ni puta idea. Vacuna contra el SIDA, y las farmacéuticas a forrarse. ¿Invadir Siria? No conviene ahora. ¡Hay que bajar el IBI!
—Papá, ¿qué es una hipoteca?
—¿Y tú para qué coño quieres saber eso?
—¡Pues no haber comprado preferentes! 15 años de cárcel, ni puta idea. Vacuna contra el SIDA, y las farmacéuticas a forrarse. ¿Invadir Siria? No conviene ahora. ¡Hay que bajar el IBI!
—Papá, ¿qué es una hipoteca?
—¿Y tú para qué coño quieres saber eso?
Escrito por Álex Garaizar
Apuesta de futuro
Tenía dudas. Había estudiado todas las probabilidades, las estadísticas, sopesado los pros y los contras. Concienzudamente había analizado a futuro las consecuencias de sus decisiones. Finalmente, con determinación, dando un paso al frente pensó "La banca no tiene por qué ganar siempre: ¡Todo al rojo!". Y ganó. Y ganaron todos.
Escrito por Faroni
Derecho al Infierno
No terminaba de decidirse por una carrera. Sus padres le recomendaron Derecho, él recelaba de defender a acusados anodinos, pero siguió el consejo familiar. Tras duros y tediosos años de leyes, sabía que de su primer caso dependería su continuidad. El destino quiso que fuera abogado del Diablo. Aceptó entusiasmado.
Escrito por Ángel Saiz Mora
Gente extraña en el funeral
Cuando murió Juan Estébanez, el escritor, fueron muchos los que acudieron al funeral para despedirlo. Su familia y amigos coincidieron en comentar que había personas muy extrañas a las que nunca habían visto.
La dedicatoria de uno de los numerosos ramos de flores rezaba así: "De tus personajes, con gratitud".
La dedicatoria de uno de los numerosos ramos de flores rezaba así: "De tus personajes, con gratitud".
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web
La porra
—Un vinito, Juan, y apúntame a la porra.
—¿Qué te pongo?
—Un euro a Luis, dos a Jacinto.
—¿Jacinto? No sé yo, ¿no lo has visto últimamente? Está rejuvenecido, saliendo con una cubana...
—Me arriesgo… Por cierto, ¿quién ganó el mes pasado?
—Antonio… ¡pero hay bote! Apostó por sí mismo.
—¿Qué te pongo?
—Un euro a Luis, dos a Jacinto.
—¿Jacinto? No sé yo, ¿no lo has visto últimamente? Está rejuvenecido, saliendo con una cubana...
—Me arriesgo… Por cierto, ¿quién ganó el mes pasado?
—Antonio… ¡pero hay bote! Apostó por sí mismo.
Escrito por Ignacio Urtiaga - Twitter
¡¡¡Cumpleaaaños feeelizzz!!!
Aquella calurosa noche de agosto, mis abuelos estuvieron conmigo. Cumplía seis años y nunca me explicaron por qué se llevaron a rastras, violentamente, a papá. Tampoco por qué mamá le siguió, llorando, y jamás regresó. Me insistieron después en que olvidara. Pero ¿puede alguien renegar del día en que nace?
Escrito por José Antonio Barrionuevo
Trilero
Dispuse mis cubiletes y esperé. El primer pardillo que acudió sujetaba un desgastado mondadientes entre sus premolares, y lo retorcía con fruición, con su mano diestra, en un movimiento repugnantemente hipnótico.
Se alejó sin que hubiera podido engatusarle. Mis bolsillos vacíos me indicaron entonces que había vigilado la mano equivocada.
Se alejó sin que hubiera podido engatusarle. Mis bolsillos vacíos me indicaron entonces que había vigilado la mano equivocada.