El mandatario y el mandamás

El nuevo primer ministro llegó bien preparado a la Casa Blanca. El Presidente le preguntó por el viaje mientras posaba sonriente para las cámaras. Los periodistas se marcharon satisfechos y cerraron la puerta.

—Tenga. Aquí está escrito lo que dirá después. Ahora debo irme, volveré a las tres y veintiocho.
Escrito por Álex Garaizar

Pequeños detalles

En el momento que la vio entrar y cómo se quitaba la bufanda, de esa forma tan peculiar, recordó que por esos pequeños detalles le había parecido siempre tan especial. Y seguía pareciéndoselo, pero todo era tan diferente... Resultó una mañana distinta, agradable. Un desayuno de recuerdos, sonrisas y complicidad.
Escrito por Anna Blume

El profesor

Aparentaba ser una persona normal llevando una vida corriente y trabajando como profesor. Pero pasaba las noches en vela, obsesionado con sus alumnos y corrigiendo una y otra vez sus trabajos, buscando la perfección en cada uno de ellos. No quería que fueran como él. Nunca pudo aprender a leer.
Escrito por Juan Monroy - Twitter

En la puerta del cole

Érase una vez un alma encarcelada en un cuerpo roto, atado a la vida a través de su madre. Ella lo estrechaba con dulzura y entre balbuceos, le veía asomar una sonrisa plena, complacida. Esos ojos que abarcaban el mundo sin sujetarse a nada sabían descifrar el código del amor.
Escrito por Emilia Tuc

Una lluvia cualquiera

Camino bajo la lluvia con el libro abierto entre mis manos. Las páginas se mojan. La tinta que forma las palabras camina como lágrimas hasta las esquinas del papel, donde se preparan para caer como una gota más. Para caer al vacío sin más. Para morir sola, fría y mojada.
Escrito por JM

Lo real en 50 palabras

Desde anoche no sé cómo recoger esto. Me dejaste un beso lanzado desde la otra punta del teléfono para oírme callar. Hoy ya no somos lo que fuimos. Tú aún sin saberlo y yo guardándote en cajas, te esparciste bien durante nueve meses, inclino la casa para escurrirte del todo.
Escrito por Edith L. H. M.

Gritando

Por fin se ha desahogado, le ha dicho todo lo que pensaba, aquello que tanto tiempo llevaba retenido. Ha llorado, le ha increpado; nunca tuvieron buena comunicación y ella siempre se había sentido sometida. Mientras tanto el resto de visitantes miraban de soslayo cómo aquella mujer hablaba con la lápida.
Escrito por Kantellado - Twitter

Negro sobre blanco

Tenía todo: la silla, la lámpara, la cuerda; empezó a escribir la nota. ¿Sería mejor detallar todo o con unos datos precisos lo entenderían? ¡Le hubiera gustado tanto hablarlo directamente con ellos!, pero no había encontrado nunca el momento adecuado.

Nunca supuso que necesitara pedir ayuda para una simple mudanza.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez

Todo llegará

Creo que estuve acertado contigo por esperar aquella tarde, toda una vida. Quisiste gustarme cuando te empezaste a gustar. Te ofreciste íntegramente, derrumbaste el pudor y lo arrumbaste. Confiabas en mí. Porque, por fin, confiabas en ti. Te me abriste entera y sólo te tomé una mano. Por el momento.
Escrito por Roberto Gracia Segovia - Web

Falsas ilusiones

Un día te vi a lo lejos. Me miraste y yo te devolví la mirada, cómo no hacerlo. Entonces decidiste acercarte a mí. Yo ilusionada dejé el libro que tenía en mis manos y me levanté para saludarte. Pero tú con gesto perdido me preguntaste por la boca del metro.
Escrito por Cristina

Tarde

En ese momento se dio cuenta de que lo amaba, justo cuando ya era demasiado tarde, justo cuando ya no existía la mínima posibilidad de que él le escuchara lo gritó, pero se lo hizo saber justo cuando dejó sobre el féretro la ultima rosa blanca antes de ser enterrado.
Escrito por Nereka

Sotto voce

Bajó las escaleras corriendo con aquellos tacones de aguja.

¡Joder!, el móvil. Volvió a subir, al tiempo que sonaba el zumbido de un mensaje: Ponte la bufanda, que hace mucho frío.

¡Mierda!, menos cinco, no llego.

Una bocanada gélida inundó su garganta.

¡Taxi!

Aquella tarde La Traviata fue un fracaso.
Escrito por Santiago

Tiempo

Miro mis alas, aturdida. Silencio, sólo oigo eso, todo y nada.

Miro hacia abajo y me veo en el suelo, rodeada de gente, parecen tristes . 

Desesperación, mi tiempo ha terminado, el reloj se ha parado, salto al vacío.

Suena un timbre, abro los ojos, estoy en la cama. Despierta.
Escrito por Atenea - Web

La sirena varada

Subió al pico más alto conocido y comenzó a llorar día y noche anegando campos y ciudades. Tras inundar la tierra entera, una mañana cesó el llanto. A sus pies, la sirena agonizaba susurrando unas palabras. Se inclinó ante ella y ésta le dijo:

—Soló tenías que decirle... te quiero.
Escrito por Jack The Stripper - Twitter

Apenas evidente

La mujer respiró hondamente. Matías, contemplándola, escuchaba.

¿Sabías que me conquistó al cansancio? Y dices que la rutina mata, ¿no? Pues ahora fue él quien se cansó. Lo de la discusión fue un pretexto. ¡Engañarme con mi amiga, en mi propia casa! exclamó.

Ella notó que su amigo, disimuladamente, sonreía.
Escrito por Ruperto

Despedida frente al Kursaal

Arrecia la lluvia y silba el viento, levantando majestuosas olas que rompen violentamente contra el malecón. Asciende la espuma y cala en mí. Afloran entonces las primeras lágrimas, las más tiernas y sinceras, al saber que ese salitre que ahora huelo, allá donde me llevan, mañana no lo tendré más.
Escrito por Iñaki Sainz de Murieta - Web

Anticipaciones

Todo debe estar como siempre. Cuando llegue papá, me dirá: "Oye, mongol, ¿dónde está tu madre?". Yo le diré: "Está bajo el nogal". Y, claro, cuando vaya a asomarse no la verá y me golpeará. Pero mamá sí está bajo el almendro. Ahí la puse para que descanse de él.
Escrito por Elizeus58

Tu vida

Bajó del coche. La bolsa deportiva que llevaba al hombro resultaba cómica en un hombre trajeado. Si llegaba tarde no completaría su entrenamiento diario. Prácticamente corría, cuando observó una pintada en un muro: "Tu vida es una puta mierda (Y lo sabes)". Llegó puntual a su destino… pero siguió caminando.
Escrito por Capitán Howdy - Web

El muñequito de nieve

El muñequito de nieve pendía del árbol junto a bolas de colores, lazos plateados y otras figuritas. Ese niñito que yacía entre pajas, desde abajo, le sonreía. Descendió lentamente, y se posó en el rostro del Niño, junto al foco que lo iluminaba.

¡En segundos, se confundió con una lágrima!
Escrito por M. Dolores Vicente - Web

Noche sin chancletas

Se bajó de las chancletas y nada más sentir en la planta del pie la tersura de la alfombra le recorrió un calambrazo por todo el cuerpo. En ese instante cerró los ojos y se mordió el labio. Supo que aquel principio le conduciría por una senda nueva y desconocida.
Escrito por Eduardo Gambetty

La nota

Encontró la puerta entreabierta, empujó suavemente y entró.

¿Estás ahí? preguntó asustada.

Silencio. Entonces vio la nota y una silla en mitad de la habitación. Se acercó y comenzó a leer:

"Te estoy observando. Si quieres seguir jugando, desnúdate, siéntate y déjate llevar...".

Ella asintió sonriendo y entonces se despertó.
Escrito por Ricardo García

Cuestión de gustos

Ella estaba allí delante de él, sonriéndole. Ella, con su carita de niña traviesa, pero el hombre no se percató. Nunca se daba cuenta. Sólo respondía las constantes llamadas telefónicas de hombres en las que se ponía cariñoso, le brillaban los ojos y su voz cambiaba, como si estuviese enamorado.
Escrito por Gustavo Lino

Después de los cuartos

Con alguna uva todavía en la boca y brindando junto a toda la familia, ya pensaba en sus buenos deseos para el año nuevo: quería salud para ella y sus seres más queridos, y esperaba que el veneno que había puesto en las otras uvas empezara a hacer su efecto.
Escrito por La Marca Amarilla

Bateadora

Aunque la cuesta era muy empinada, subió cantando con el bate de béisbol al hombro. Cuando llegó a la cima se asomó al abismo, hizo una bola con su recuerdo y bateó muy lejos. Se fue silbando y no oyó el lamento del eco, que no comprendió qué había pasado.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Cuestión de estilo

El tintineo metálico y apenas audible de las perchas fue el único indicio antes de su desaparición. El armario Chippendale del dormitorio cerró sus puertas con suavidad y la devoró en un instante.

Tras las pesquisas de rigor, el informe pericial fue concluyente: un caso muy claro de legítima defensa.
Escrito por Jerónimo Hernández de Castro

La reunión

Los hombres y las mujeres de traje volvieron a reunirse. A pesar de todo, seguían contando con aquellas buenas intenciones y la ilusión de mejorar las cosas, como siempre. Al finalizar, el hombre de barba pronunció: "¡Buen trabajo!". Esta vez el pueblo tendría que reconocer lo acertado de sus medidas.
Escrito por Juan Monroy

Atracción mental

Bailaba, sumergida en la música y las luces de colores, disfrutando del vestido que se había comprado para la ocasión. Me acerqué por detrás, aparté su melena rubia y le susurré al oído lo sexy que estaba con ese vestido y las ganas de follarme a su mente esa noche.
Escrito por Anna Blume

Sabes a plástico

"Sabes a plástico", dijo, y ella notó su sonrisa en tanto que él recorría sus labios con avidez. Sus pezones duros por la agradable sorpresa le servían de muda demostración de placer. Mientras él seguía bajo su vientre, consiguió decir: "Espero que no te importe que haya jugado sin ti".
Escrito por Microlectora - Twitter

Lamentos

No quiso dar importancia a una discusión común y corriente. "No es para tanto", pensó. Horas después una sensación de culpa la dominó: "Fue por darle celos. Cómo no va a darse cuenta de que fue por darle celos". Miró el reloj. Temió que no regresara, se echó a llorar.
Escrito por Ruperto

La vida misma

Llegó la muerte progenitora: es de ley. Así pues, ambos percibieron entonces su mitad de la prístina heredad. Uno, lo pecuario, lo agro el otro. Vivían bien, cada cual con lo suyo. Con holgura, vivían. Mas, cuando los dos quisieron todo, todo acabó.

Es lo que siempre sucede, lo natural.
Escrito por Roberto Gracia Segovia - Web

La esperanza de un sueño

¡¡¡Con tanto fregoteo vas a conseguir que un día me rompa la crisma!!! la increpó por saludo.

Sin pronunciar palabra y con la cabeza agachada cogió la fregona aún mojada y empezó a borrar esas recientes huellas de barro mientras una débil sonrisa pretendía abrirse paso entre arrugas y moratones.
Escrito por FNR

Trueque

Al quedarse despierto y descubrir a su madre vaciando el recipiente con agua y llevándose el pasto que había juntado con él, Santi se dio cuenta de que si bien los Reyes Magos le dejarían la bicicleta que había pedido, también se estaban llevando su inocencia en la misma noche.
Escrito por José Luis Bulacio - Twitter

Único destino

Estela sobrevivía haciendo trabajos menores y de poca estima en los suburbios de la gran ciudad. Nunca había salido de allí, pero aquellos seis números cambiaron su destino.

Despues de su gran suerte quería conocer el mundo. Quedó tan maravillada de su primer destino que nunca más volvió a viajar.
Escrito por Óscar Plaza - Twitter

A veces, aciertan

A Bob le intrigaron las palabras de aquella hechicera: "Algún día reyes, príncipes y jefes de Estado te rendirán pleitesía. Los ejércitos desfilarán ante ti".

Nunca se tomó en serio esos presagios. Los olvidó.

Una bala enemiga acabó con su vida. Desde entonces descansa en la Tumba del soldado desconocido.
Escrito por Santiago

Lorca

Sentado al piano, miraba por la ventana del estudio mientras las coristas ensayaban su número por enésima vez. Las últimas noticias le habían dejado sin dormir. Ni las luces ni la animación de Broadway conseguían animarle.

—Freddy, darling, wake up and play it again.

Allí era Freddy. En España, Federico.
Escrito por Maest

Inspiración

Eran las tres de la mañana. El hombre despertó, agitado. Abrió los ojos. Se levantó; se encaminó a su buró. Era el momento. Abrió el ordenador y, entre sus ágiles manos, las palabras se convirtieron en poesías que sólo él podía crear teniendo al silencio de la noche como testigo.
Escrito por Lorena Sama - Web

Siete capitales

Tu sombra apareció tras el cristal de la puerta, la bata blanca hacía juego con tu cuello. Pablo explicaba los siete pecados capitales y aquella mañana parecías gritarme uno tras la puerta. Pasado el año los siete latían dentro de mí como la nueva religión: la "amoral cristiana", el amor.
Escrito por Edith L. H. M.

Sin ti

Camino cabizbajo de vuelta al hogar. El vacío en mi interior, sin piedad, devora mis entrañas. Acelero el paso, ojalá estés en casa. Creo verte en la ventana, me sonríes como siempre, pero yo te devuelvo una mueca amarga, mientras abrazo fuerte en mi pecho la urna con tus cenizas.
Escrito por Legpsi - Twitter

Deseos irrefrenables

Hipólito Reyes parecía no tener ojos más que para ella. Miraba atentamente su cabellera rubia, ondulada; no parpadeaba ante aquellos pechos turgentes de juventud, oscilantes, ni ante sus caderas en continuo bamboleo. Y sus largas piernas... le dejaban, de nuevo, embobado, boquiabierto, antes de decir temeroso, tembloroso, quedo:

—¡Seño, pis!
Escrito por José Antonio Barrionuevo

La realidad pega de frente

"Yo no le tengo miedo ni a la muerte ni a la vejez", sentenciaba ofuscada doña Emilia cada vez que podía.

Sesenta años más tarde, encajada en esa silla de ruedas por culpa de la osteoporosis, se mira al espejo, entrecierra sus ojos, y piensa...

¿Qué piensa? No lo sé.
Escrito por Daniel Morón

Paseos

Recordaba haber volado junto a elefantes tristes por parajes felices; buceado con pequeños lobos de miradas perdidas en peceras gigantes; hablado en extrañas lenguas, tan bellas, que nunca conocería, y cuando había vivido más de mil vidas, solo entonces, es cuando se despertó para ver que después, siempre seguiría soñando.
Escrito por Domando Versos - Twitter
Elegido mejor relato de enero de 2014

Mejor relato de 2013

Reflexión tardía

La fría navaja pasó rozando su yugular. Había estado cerca. Al siguiente envite, el corte fue inevitable. La sangre mojaba su camisa y corría aún caliente empapando su pecho.

Era demasiado tarde. Sólo hubo tiempo para una última reflexión: "Mi madre tenía razón. Debería haber comprado una maquinilla de afeitar".
Escrito por David Caiña - Web

Celebración

Te topas con la sorpresa. Sobre la acera hay decenas de copas vacías y botellas de vino intactas. Miras en todas direcciones. ¿Dónde es la fiesta? ¿Ya terminó? ¿Está por comenzar? No sigas buscando. Los peatones pasan presurosos a tu alrededor. ¿Por qué no invitarlos a brindar por la Vida?
Escrito por Edgar Ferreira - Twitter

Olvide

Otro día inmemorable para ella, en su mundo paralelo de paredes blancas y un rostro no reconocido delante de un espejo.

Una niña con una reluciente calva y la inmensa sonrisa en sus labios se acerca. La abuela preguntó por su nombre, y ella respondió con un "te quiero, abuela".
Escrito por Saioa Etxegia Eizagirre - Web

Una Navidad más sin Navidad

—Este año seguro que sí.

—¿Tú crees?

—Claro. Ya han pasado cinco años.

—Por eso mismo. Ya ni se acordará de nosotros.

—¡Imposible! ¿Qué son cinco años en comparación con todos los que hemos compartido?

—Tal vez el problema sea precisamente ése: demasiados recuerdos encerrados con nosotros en estas cajas.
Escrito por FNR

Señora muerte

—Sobran las presentaciones —dijo la muerte con voz suave y angelical mientras trataba de desgarrar la vida que aún apenas recorría mi cuerpo. 

—No te resistas, siéntete honrado, no suelo recoger a todo el mundo —sonrió con una mueca burlona y se desvaneció llevándose hasta el último trozo de alma.
Escrito por Paul Tarcea

El adiós

Cómo roncaba la abuela. Ella, entretenida, cogía su mano mientras paseaba la mirada entre las luces y sombras que dibujaban los camiones en el techo, uno tras otro.

Y la vida pasó.

En el hospital, los recuerdos se condensaron fulminantes en sus ojos. Premeditadamente besó su mano y se durmió.
Escrito por Emilia Tuc

Una vez más

El viejo maquinista se arrancó los cables y escapó del hospital. Anduvo fatigosamente hasta el Museo del Ferrocarril. Besó la piel de su mejor amiga, fría igual que la suya. Sentado en la cabina, aún le quedaron fuerzas para abrazarse a los mandos de la locomotora muerta. Él parecía dormido.
Escrito por Ángel Saiz Mora

¿Para qué hablar?

No era mudo pero no sabía hablar. Se expresaba mediante la música que componía. Si necesitaba algo lo pedía tocando la guitarra. Contestaba a las preguntas soplando su saxofón. Todo el mundo le entendía y nunca había lugar para la discusión. Llegó a presidente del gobierno. La música no miente.
Escrito por Juan Monroy - Twitter

Con mucha crema

Tras aplicar crema suavizante al cabello, crema hidratante al cuerpo y manos, crema nutritiva a la cara y crema de zapatos a sus botas de piel, desayunó pan con crema de chocolate. Almorzó crema de calabaza. No le parecía nada extraño tener que asistir por la tarde a una cremación.
Escrito por Hipérbole

Duelo treinta y tres

Ambos me dejaron ese día. Al nuevo, al más pequeño, apenas lo conocí. Es el que encajé. No me importó entonces el otro. Sin embargo hoy, si acaso olvidara, la imaginación sería la referencia pues sería el recuerdo. Se llevaron vacíos muchos otros, el suyo no. Yo lo ignoraba todo.
Escrito por Roberto Gracia Segovia - Web