La protesta

Unas recién estrenadas ojeras retenían sus ojos, ahora ausentes. Masticaba con rítmica desgana una lasaña mal descongelada cuando un hilo de tomate se precipitó sobre su desaliñada barba, como queriendo huir. Los abdominales recularon hasta nuevo aviso y el desodorante del Lidl parecía rendirse.

El eructo le salió de dentro.
Escrito por Álex Garaizar

Quedarse en blanco (Trilogía literal II)

Le reitero, inspector, que le lleva pasando desde siempre. La primera vez, durante un examen, tardamos horas en encontrarlo porque las paredes del colegio estaban pintadas de blanco. Ayer, sin pensarlo, decidimos subir a esquiar y una amiga nuestra le hizo una pregunta comprometida. No lo hemos vuelto a ver.
Escrito por Ignacio Urtiaga
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Desbandada

Pocos notaban el vacío en la mirada de Lucas. Desde que una madrugada alguien abrió la puerta de su habitación sin permiso, cerraba los ojos y un cuervo le picoteaba despacio el corazón, mientras escapaban, batiendo frenéticamente sus alas, los pájaros de su cabeza y las mariposas de su estómago.
Escrito por Miguel Ibáñez

De vicio

El congreso eclesiástico anual dedicado a estudiar cada uno de los siete pecados capitales había sido un extraordinario éxito. Para celebrarlo, fueron todos al mejor restaurante del país donde disfrutaron copiosamente de opíparos manjares, deliciosos postres y vinos exquisitos. Este año había sido la gula. El próximo año, la lujuria...
Escrito por Flor Belmonte

Juan

Juan me espera. Llego tarde. Ya cerca, veo cómo él golpea sobre la palma de su mano mi guante. Lo olvidé en su casa. Detiene sus golpes y comprueba la hora. Al instante aquel guante se transforma en fusta que, con saña, ahora azota su pierna. Decido lo mejor. Plantarlo.
Escrito por Maite Moreno

El autobús

Subí al autobús. Estaba lleno. En la plataforma central un hombre en silla de ruedas me pidió por favor que le sacara el billete. Accedí.

Sólo a la vuelta el hombre se dio cuenta de que yo llevaba desplegado mi bastón de ciego, ante lo que se deshizo en excusas.
Escrito por Gil Hernando de Santiago

Escribir da la vida

La necesidad de comunicarme es irrefrenable. Cuando supe que no iba a poder decir nada en un tiempo, ni que iba a poder saber de vosotros, igualmente, mi ánimo se derrumbó. Pero me sobrepuse. Tengo todas las tablas del ataúd llenas de relatos. Ahora, ya sólo necesito algún necrófago insaciable.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez - Twitter

Desmemorias itálicas

Se lo llevaron las aguas, su pelo negro por las aguas adentro.

Arrancad los papiros y lotos, cegad el Nilo y sus aguas. Sal échenle al maligno por dentro. Llevadme a Hispania. Tomad cetro y laureles, llevadme a Itálica y dejadme solo.

¡Afanad el huérfano Imperio, Senado, todo es vuestro!
Escrito por Dipandra - Web

Patricia Richmond

El curioso orco alargó la mano hacia el extraño agujero cuando una flecha lo atravesó. De un enorme dragón descendió Lady Richmond, sacó un pergamino escrito con extraños caracteres, avanzó unos pasos y lo arrojó por el portal dimensional. "Por poco y no alcanzo a mandarlo este mes", suspiró ella.
Escrito por Jean Durand - Web

El olvido

Cuando dejó de albergar ilusiones, se desvanecieron sus ganas de vivir y comenzó a olvidar: primero, los buenos recuerdos, viviendo angustiado por los malos hasta que también le abandonaron; después, la gente, incluso las personas más queridas; al final, a él mismo. Al morir, ya no sabía que había vivido.
Escrito por Argonauta

Premio para el gato (III)

El gato de Amelia no me quiere; lo sé porque suele traerme ratas muertas hasta la entrada de mi habitación. Un vecino dijo que se trataba de una prueba de fidelidad. Quise creerle, hasta que una mañana ese maldito gato hizo rodar hasta mis pies los sangrantes ojos del entrometido.
Escrito por Andrés Galindo - Web
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Revelación

Leía, como quien oye llover, textos cuyo significado no comprendía, pero las palabras formaban un rumor, como gotas de lluvia que lo empapaban y, misteriosamente, lo transportaban hacia mundos con sentido. Y el cuchicheo entre las palabras le hacía intuir el sutil aroma de las cosas, antes de ser nombradas. "Revelación".
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

Soy nadie

Vestida de blanco, de libertad, de vida elegida entre cuatro paredes, su alma escogió su divina compañía y cerró la puerta. De su interior fluyeron poemas plagados de mayúsculas y guiones, de petirrojos y eternidad, mientras bebía atardeceres en tazas de té.

Le bastó una habitación propia para ser genial.
Escrito por Pilar Alejos Martínez - Web

Lorenzo Médici "el Magnífico", la sangre de un mecenas

Flaquea el crédito, amenazan las deudas, los Fugger financian ahora todas las guerras...

Más aún, puedo subvencionar un maestro que instruya a jóvenes artistas, hay un tal Michelangelo que fantasea con esculpir un David sublime capaz de tumbar definitivamente a Goliat reencarnado en el Milán de los Sforza.

¡Qué loco!
Escrito por Plinio el Bizco

Comunicado de la Agencia ESE

En un comunicado emitido el jueves y recibido hoy lunes, la Unión Americana solicita a los Estados Unidos de Europa una nueva prórroga de dos años al compromiso de restablecer las comunicaciones telegráficas intercontinentales, interrumpidas en 2017 tras la catástrofe bélica nuclear. Previsiblemente la respuesta del emir europeo será negativa.
Escrito por Aurora Baeza

De profesión: verdugo

Al ver que Su Majestad tamborileaba los dedos, supe que me encomendaría otra ejecución. Hinqué la rodilla en el suelo, esperando sus instrucciones.

El Príncipe es un bastardo. Debes deshacerte del muchacho y de su adúltero padre.

Por vez primera, desobedecí. No tuve valor para anudarme la soga al cuello.
Escrito por Carles Quílez - Web
Pastor | Astronauta | Verdugo | Futbolista | Periodista

Tal como somos

"Quiero que olvides esta dirección para siempre", le dice Alicia a Jorge, su amigo de infancia y amor de instituto; cómplice de travesuras y otras faltas menores, motor de ilusiones, buzón de secretos, camarada de lucha, confesor de sueños...; observándolo desnudo sobre la cama, vistiéndose esa tarde por cuarta vez.
Escrito por Enrique Mochón Romera - Twitter

La chica del granero

Siempre que su padrastro le oscurecía las horas, Elisa, sentada sobre la tosca arpillera de la zámbala del granero, se impulsaba con tal brío que sus pies asomaban a la calle a través del alto y sombrío ventanal.

Un día, el columpio regresó vacío de Elisa, pero lleno de verdad.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

Para comértela mejor

Cuando necesito dinero, suelo ir a la casa del bosque. Aunque la abuela está retirada siempre me consigue algunos clientes. Con el leñador no hay problema, pero al lobo no se lo hago por menos de quinientos euros; lo peor del bestialismo es lo que tardan en desaparecer las cicatrices.
Escrito por Perraka - Twitter

Competencia

Esta vida es una mierda. Ahora que Ernesto me empezaba a hacer caso, tras años intentando atraer su atención en vano, viene ella y se lo lleva. No es justo, con ella no puedo competir. Sólo me queda pedir que aparezca con su guadaña y me lleve a mí también.
Escrito por M. Carme Marí - Web

Ragnarök: la batalla final

Ahí puedes ver, alineados en orden de batalla, a los ejércitos del inframundo encabezados por la cruel serpiente Jördmundgander y el lobo Fenrir; y el de los dioses moribundos, Odin, Freya, Thor.

Toda la tierra morirá abrasada, desaparecerán las estrellas, y el eco del martillo dejará de retumbar para siempre.
Escrito por Pepe Illarguia - Web

La vida castrense ya no es lo que era

Al poco de telefonear, el centinela escuchó lo siguiente: "Ha llamado usted al cuerpo de guardia. Si ha visto fuego marque uno. Si está indispuesto marque dos. Si se le ha disparado el fusil marque tres. Si se acerca el enemigo marque cuatro. En caso contrario, manténgase a la espera".
Escrito por Enrique Angulo - Twitter

El lago

Dicen que las aguas anegaron todo. Que en aquella fría madrugada la riada se llevó por delante casas, bestias y hombres. Dicen que nuestros cuerpos sin vida reposan en el fondo del manso lago. Se equivocan. Aún vivimos. ¿Quién, si no, hace tañer las campanas las noches de San Juan?
Escrito por Matrioska - Web

Medallas sin valor

En una oscura esquina veía la noche pasar; asustado por los innumerables terrores que albergaba en su ser, gritos, lamentos e incontables cuerpos que yacían muertos en el suelo; algunos habían muerto por sus manos, "eran órdenes de su coronel", se repetía. "Las medallas no siempre merecen tal sacrificio", pensaba.
Escrito por Rubén José Huertas Rojo - Web

Silencio blanco

Siguen cayendo copos de nieve sobre las tiendas y los cuerpos, ya helados. Los hombres permanecen con los ojos bajos. Sólo alguna madre repite sin convicción:

No. No pueden dejarnos solos.

Detrás del muro no puedes oír el llanto, el quejido sordo. Solo percibes el silencio en tu corazón gélido.
Escrito por Carmen Cano - Twitter

Despertares

Creo que mi despertador se ha encariñado conmigo. Antes me chirriaba como histérico y sin contemplaciones, pero últimamente se ha vuelto muy considerado y acaricia mi oído con un delicado susurro.

Esta semana ha permanecido callado, cosa que es de agradecer si no fuera porque me han echado del trabajo.
Escrito por Mª Jesús Rodríguez

Monarca

Jamás existirán fronteras para mí. No me afecta que construyan muros o expulsen a refugiados. Ningún Donald, sea pato, patoso o patético, impedirá que viaje a mis anchas por el mundo que me vio nacer. ¿Influencias? ¿Dinero? ¿Corrupción? Nada de eso.

Para eso sigo siendo el Rey. De las mariposas.
Escrito por Fernando da Casa - Web

Matriarcado

Dichosos los ojos. Ya me he enterado de que esperáis un niño. ¡Qué alegría! ¿Y cómo va todo?

Bueno, últimamente, no muy bien. Sufro molestias articulares y musculares, diarrea, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, retortijones, lumbalgia... Además, padezco de insomnio, porque...

Ya, ya, ¿y la madre? ¿Cómo lo lleva ella?
Escrito por Jesús Garabato Rodrúguez
Matriarcado | Patriarcado

La escena del crimen

El contorno de tu cuerpo trazado con tiza en el suelo, los surcos de tus dedos en mi cara, tu elegante vestido de fiesta ensangrentado, el rastro de mis manos en tu cuello... y en mi bolsillo, sin abrir, la caja del primoroso anillo que pensaba regalarte en nuestro aniversario.
Escrito por Daniel Castillo

Reparto de tareas

Cada año los deberes eran más difíciles, así que al empezar el curso Laura y Pedro acordaron repartírselos.

Ella, matemáticas y ciencias naturales. Él, lengua castellana y sociales.

Como los dos andaban de cabeza con el inglés matricularon a Santi en una academia. Ya era hora de que aprendiera algo.
Escrito por Asun Paredes

Caricias cinceladas

Ese desenfrenado deseo de experimentar, sin calcular las consecuencias, me tenía agotada. Sus manos se deslizaban moldeando mi cuerpo de porcelana a su capricho. Una orgía de sentidos húmedos y embarrados despertaba cada poro de mi dilatado talle.

Al terminar, siempre desfigurada, me acomodaba en un rincón de su estantería.
Escrito por Mª Belén Mateos Galán

Hasta el último detalle

Dicen que tengo un estilo exquisito, especialmente en la combinación de flores y trajes. Debe ser por eso por lo que mis servicios son tan requeridos. Siempre elijo los mejores productos, cuidando hasta el último detalle.

Y es que, aunque mis clientes no se muevan, maquillar cadáveres requiere mucha dedicación.
Escrito por Maest

Aquel verano

Bajo el fragor de las bombas secaba cáscaras de patatas; bajo la manta de rayas azules, la radio emitía el parte diario. Bajo la almohada, un beso al retrato gris en el parque; bajo el corazón del árbol, una promesa de amor eterno. Bajo la zanja cayó su cuerpo yerto.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

Ni una sola me llevaré

En un traje arcoíris, una flor en el ojal proyecta agua cristalina sobre los sorprendidos niños, que con ojos cansados y cabellera rasurada ríen felices.

Desprendiéndose de peluca y maquillaje, el espejo refleja un rostro deteriorado. Su vida se apaga, pero aún le quedan muchas sonrisas y todas las regalará.
Escrito por Salvador Esteve

¡Miradme, cabrones!

Solo veo el cielo y puntas de cipreses, y ellos no me prestan ninguna atención. Como buenos profesionales, están concentrados en su dura tarea. Si tomaran un respiro y se dieran cuenta de que tengo los ojos abiertos, tal vez dejarían de seguir echando paladas de tierra sobre mi féretro.
Escrito por Rafa Olivares - Web

Espejo

La he vuelto a ver. Cargada de rutina y bolsas, tomó el autobús y se sentó a mi lado. De su pelo despeinado se escapaban hebras grises de tristeza y su cuerpo se inclinaba, resignado, hacia el ocaso. Con ojos fatigados, me ha mirado y me he reconocido en ella.
Escrito por María José Escudero

Las apariencias engañan

Nadie hubiera apostado un céntimo por él: fue magnate agropecuario, músico sinfónico, famoso actor teatral y cinematográfico, cantante new-age, piloto espacial, incluso minero en un asteroide; era como si algún brujo le hubiera dado vida con un conjuro mágico.

Y es que no estaba nada mal para ser un espantapájaros.
Escrito por Luis Goróstegui - Twitter

Cualquier tiempo pasado

Estoy más que harta de la vida moderna. De tuits y wasaps, de cafés en vaso de cartón. De amanecernos o añorarnos sobre la almohada. Del baúl rescato sostén y faja, y decido mudarme a los Tiempos de Maricastaña. Oigo una campana, llega el tranvía. Quiero billete sólo de ida.
Escrito por Belén Sáenz

Blue Christmas

Cada Navidad colocamos bajo el árbol la zapatilla que llevaba cuando marchó enfadado y que encontraron en el vertedero. Luego envuelvo la PlayStation que no le regalamos aquel año y esperamos. Ella a que vuelva para abrazarlo, yo a que alguien me diga que ya puedo llorar por mi niño.
Escrito por Manuel Menéndez Miranda

Escribir para no olvidar

Le asusta el silencio, sintoniza la radio en todas las habitaciones para oír hablar de algo. La casa es muy grande. Reconoce cada arista sin tocarlas. No habla sola, todavía, se distrae con los recuerdos. No tiene a quién decir qué le pasa. Escribe Aurora, pensamientos con tinta de olvido.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web

50 palabras distintas para la niebla

Dicen que los fantasmas tienen cincuenta palabras distintas para la niebla. Una para la niebla de los campos del norte después de la lluvia del verano. Otra para la niebla fría del invierno. Es triste que nosotros solo tengamos una. Niebla. En ese sentido, prefiero los diccionarios hechos por fantasmas.
Escrito por Eva García Fornet - Twitter

Los héroes también lloran

Atravesar el túnel y abrir la puerta a la nueva dimensión requirió tantos esfuerzos como a Hércules los doce trabajos míticos. Libre al fin, pero incapaz de valerse por sí mismo, el pequeño héroe rompió en llanto desconsolado sobre el pecho de su madre, que amorosa, enjugó feliz sus lágrimas.
Escrito por Manuel Bocanegra - Web

Las cuatro reglas

Sumamos proyectos compartidos, que restaron de mi biografía el dulce desorden de la vida de soltero.

Tener hijos multiplicó obligaciones, pero no encubrió el cansancio entre nosotros.

Hago equilibrios para dividir el sueldo y pagar la pensión de mi mujer. Al preguntarme si mereció la pena no salen las cuentas.
Escrito por Ángel Saiz Mora

Zoo lógico

Recorre su cuerpo un ejército de hormigas recordando el primer beso. Desde entonces, alimenta las mariposas de su estómago con solo oír su nombre y cuando saca a pasear los pájaros de su cabeza, una fuerza animal le empuja, para unirse a la estampida de búfalos que atropellan su corazón.
Escrito por Malu
Elegido mejor relato de febrero de 2017

Último asalto

Los golpes le acompañaron desde el nacimiento cuando la prostitución lo abandonó en un hospicio.

A golpes logró abrirse camino, así consiguió éxito, fama y dinero. Pero la vida le volvió a golpear y lo lanzó a lo más profundo.

La muerte lo encontró abrazado al olvido y la locura.
Escrito por Javier Puchades - Web

El cartero ya no llama ninguna vez (I)

Cuando yo rechazaba una carta, ella me devolvía una mirada lánguida y al momento se abstraía, se recostaba plácidamente y dejaba caer la mano hacia su sexo, un reflejo condicionado para recordar momentos de pasión desenfrenada. Siempre me consideró un cobarde. Algún día le contaré cómo hice desaparecer al cartero.
Escrito por Jesús Manzaneque Fraile
Parte I | Parte II | Parte III

Apagado o fuera de cobertura

La anciana volvió a hacerlo, sin éxito. Sus hijos resignados se encogieron de hombros mientras los nietos se miraron con gestos de asombro.

Sabían que no era la primera vez que llamaba desde que murió el abuelo, pero desconocían que la abuela lo enterró con un móvil en el bolsillo.
Escrito por La Marca Amarilla

Spoiler

No pude elegir. Nací con la flor de lis tatuada en mi hombro, culpable de los crímenes que estaba destinada a cometer. Te advertí que te alejaras de mí, pero te fascinó que las líneas de tu mano te hubieran guiado hasta mí y seguiste leyendo. No llores... acabaré pronto.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Triste brillo

Ella no tuvo reparos en confesarlo desde el primer día. Pero él, perdidamente enamorado, no le concedió la importancia que merecía. Al cabo de un tiempo, la separación resultó inevitable. El deseo y la limpieza habían librado una dura batalla. El resultado fue que nunca hubo polvo en aquel dormitorio.
Escrito por Pepe Sanchis

Lágrimas de hiel

No soportó más los silencios estruendosos de sus profesores, ni las miradas ciegas de sus compañeros; nadie oía, nadie veía. Se levantó, por última vez, asida a aquella botella, mantuvo fija su mirada en todos y, mientras sentía la quemazón de la lejía recorrer su garganta, derramaba lágrimas de hiel.
Escrito por Amparo

Su mejor aliado

"Quien bien te quiere te hará llorar", recordaba haber leído en algún libro. ¿Por qué, entonces, no se sentía amada? A través de la ventana unos tímidos rayos de sol le daban los buenos días. Estaba de suerte: podría llevar los niños al colegio sin tener que soportar miradas inquisidoras.
Escrito por FNR

El Máximo Hacedor de Todas las Cosas se confiesa

A estas alturas de la película tampoco os desvelaré nada que no sepáis. En tan solo seis días (porque al séptimo, descansé) logré crear, de la nada, todas las formas existentes. ¿Podría haberlo conseguido en menos? Seguro, pero a mis connaturales omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia no quise sumar entonces endiosamiento.
Escrito por José Antonio Barrionuevo - Twitter

Amenaza global

Solo, en el gran Despacho Oval, recordaba su pérfida carrera política. Con sonrisa mefistofélica, abrió un cajón de su mesa, extrajo un ratón y, asiéndolo por el rabo, lo engulló en breves segundos. Mientras, un mensaje de WhatsApp llegaba a su móvil:

En treinta minutos, reunión semanal en Nave Nodriza.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

Serial killer

Nadie lo diría al verme, con mi carita de niño bueno. (Nada. No siento nada. Ningún remordimiento). Las maté a todas: muchas agonizaron por el impacto de mis botas en sus frágiles cabezas; algunas las quemé. Ardieron vivas. Otras... acabaron ahogándose, tras la fatídica inundación de Cacaolat en el hormiguero.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros

Riesgo

"Estar arriba no es fácil, pero peor es el camino que hay que recorrer para alcanzar la cima", reflexionaba Diego, mientras lo llevaban, ladera abajo, con una pierna destrozada y las costillas rotas. En milésimas de segundo pasó por su cabeza la arriesgada proeza. "¿Mereció la pena llegar tan alto?".
Escrito por María José Viz Blanco

Casa abarrotada

Lamentaba profundamente la insoportable carencia de su intimidad. Pero ¿de quién desprenderse? El amor, arrumbado en el trastero, apenas molestaba. La melancolía, siempre al acecho, se escondía tras las fotografías en blanco y negro. Y la soledad, alojada en los rincones de todas las habitaciones, se negaba a dejarlo solo.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

La balada de los crisantemos

Tú también pareces escucharla, viejo sauce; las sombras de tus cabizbajas ramas danzan sobre la hierba que aún guarda la huella de su cuerpo. No temas, amigo mío; no permitiré que el tiempo abrasivo atenúe su voz. Por eso escribo, para vivir sin su adiós a este lado del olvido.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter