Mejor relato de mayo de 2014



*Tras el empate a votos y la similar popularidad de los relatos antes de la votación, el ganador formal es "Condena", de Nicolás Jarque Alegre.

El héroe poiquilotermo

El viejo Bob-ob conocía ya cada rincón de su celda: el coral de plástico, las conchas vacías y el motorcillo. Tras mucho entrenar, una noche cogió impulso y saltó el gran muro. Sobrevivió a la caída. Desde la encimera, contempló exultante el mundo real y saboreó cada bocanada de libertad.
Escrito por Álex Garaizar

Alopecia

"Lo hago porque no tengo ganas de vivir. Porque vivo mal. Estoy anémico, todo el tiempo tengo sueño. No converso. No tengo amigos. Perdona los malos momentos. Sé que al último ya no te importa. Y haces bien. Porque, al fin y al cabo, sabes que soy un caso perdido".
Escrito por Ruperto

Game over!

El conductor era hábil. No se sabe cómo pero esquivaba los obstáculos que se encontrada en su camino con destreza muy poco vista hasta entonces. El recorrido era infernal, como siempre, pero ya le quedaba muy poco para acabar. Y en esas estaba cuando sono la temida frase: "¡A cenar!".
Escrito por Rafael Domingo Sánchez

Ahí están

Había quedado con un amigo ese mediodía. Era otro de esos exitosos realizadores de publicidad de los 90 que piensan que todos los genios en lo suyo han muerto jóvenes y que, como él, dilapidaron sus fortunas en putas y cocaína. 

Se miraron segundos. Estaba enfermo, era cuestión de semanas.
Escrito por Lü

Al alba (Microtrilogía del desayuno I)

Todo empezó al alba: la luz, el zumbido atronador y las vueltas; y aquella energía invisible que flotaba a su alrededor; y el calor, cada vez más intenso, que llenaba todo su ser. Treinta segundos después, un timbrazo y todo terminó. Luego, le echaron azúcar, pero esa es otra historia.
Escrito por Carles Quílez
Parte I | Parte II | Parte III

Deporte de riesgo

Un timbre penetrante avisaba. Gritos atronadores se agolpaban en sus tímpanos al subir aquellas escaleras. Intentaba esquivar aquellos cuerpos que parecían abalanzarse sobre él mientras avanzaba. Por fin pudo sacar su manojo de llaves y abrir aquella puerta. Estaba a salvo. Llegar al aula tras el recreo: deporte de riesgo.
Escrito por Lemniscata

Comentarios

Algunos decían que había sido un buen hombre, profesional y competente, otros que era amigo de sus amigos, ¡qué remedio!

Alguna lágrima, alguna sonrisa y muchas frases vacías y hechas. Un repelente olor a flores que me traía recuerdos de niño.

Empezaba a sentirme cómodo cuando cerraron la caja.
Escrito por Arturo

Sin control

Agarrado a la firme barandilla a duras penas conseguía mantenerse erguido. Intentaba recuperar la compostura, pero sus pies ya no acataban las débiles órdenes de su cabeza. Su estómago centrifugaba locamente en un programa enérgico y mientras sus ojos huían de la terrible hostilidad del sol, logró balbucear: ¡maldito crucero!
Escrito por Mª Jesús Rodríguez

La boda

Nos casamos en verano. Él con su niqui azul, yo con mi lazo blanco. En otoño nuestras manos se soltaron: yo empecé en el instituto, él se marchó al seminario. Teníamos once años y no volvimos a mirarnos. Él escondió nuestra historia; yo, los anillos plateados de papel de caramelo.
Escrito por María José Escudero

Qué contratiempo

—Desde que le conocí, tengo la maldita sensación de que Jane Austen escribió "Cualquiera, en su sano juicio, se habría vuelto loco por ti" inspirándose en él, en una vida anterior o algo.

 —¿Si piensas eso de él, por qué no le volviste a llamar?

—No le gusta la cerveza.
Escrito por Fényx - Web

Julián

Tropecé con tus dulces ojos y retiré los míos, me asustaba el compromiso. Eras guapo, tu frondoso pelo blanco no ocultaba tu juventud. Aquellas desconocidas te llamaban, Julián. Hoy, me acuerdo de ti. ¿Estabas perdido o abandonado?

Cada vez que me cruzo con un labrador, te vuelvo a ver, Julián.
Escrito por La hija del Ferroviario

German

Un velo plomizo cubre el acantilado. German, atrapado en la bruma, cuelga de una roca oscura. Piensa en ella y su último beso. Un involuntario movimiento le precipitaría al abismo.

 —¿Cómo será mi hijo? —se pregunta—. Apenas una ecografía.

El peñasco cruje, gime. Olas gigantes rompen sus botas.

Ella teje.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

Las hermanas

—Los zapatos. ¿Me los has comprado?
Me he caído por las escaleras. Sigo vomitando, dolor de cabeza.
—Son los rojos de tacón.
No he dormido en toda la noche. Voy zombie.
—Los de ante, del escaparate.
Estoy mareada.
—¿Los tienes? ¡Dímelo!
¡Hermana, por Dios, quieres callarte!
—Egoísta eres siempre, joder.
Escrito por Malvarrosa

La noche y el geko

Está sentado bajo el porche de la noche, las estrellas solo muestran su reflejo recatado, no ha lugar a eventos radiofónicos narrados con la misma cadencia en la voz con la que pasa un avión de pasajeros. No, no se atisban objetos extraños, ni relatos ufológicos para agrado del geko.
Escrito por Príncipe de las mareas - Web

Porque me pagan

Mi vida depende exclusivamente del comandante. Por error se le oye decir por megafonía:

—Sí, me pagan por equivocarme.

Con mi portátil redacto la noticia de portada de todos los diarios de mañana, pocos minutos antes de quedarnos sin luces. Nadie tendrá que pagarle más por equivocarse.

 A mí, tampoco.
Escrito por Gil Hernando de Santiago

Operación BKN

Todo empezó el día en el que ÉL decidió quedarse conmigo. Después llegaron una larga lista de inseparables, unos muy parecidos a ÉL y otros consecuencia del mismo.

Pasado el tiempo tomé una decisión, marqué unos plazos y fijé el objetivo. Por fin me quitaré LOS kilos que me sobran.
Escrito por Malu

Falsas ilusiones

Todos le decían que estaba enamorado de ella por la forma en la que la miraba fijamente a los ojos y ella los creía, ilusionada. Pero lo que ninguno sabía era que él miraba fijamente a la persona de la que estaba realmente enamorado, a su reflejo, a él mismo.
Escrito por Olivia Applewhite - Web

El best seller

Seguía buscando la fórmula del best seller. Había escrito 15 libros alabados por la crítica que después nadie leía. ¿Por qué?

—Tienes que escribir algo con lo que la mayoría de la gente se sienta identificada, decía su editor, enfadado.

Entonces, aquel escritor sin lectores escribió sobre la estupidez humana.
Escrito por Manuel Barea - Web

El colmado

Ultramarinos Miguel. Eso dice el tablón de madera que cuelga encima de su cabeza. A ella le encanta sentarse a la puerta del colmado.

Su juego favorito es ver pasar. Pero ese día sólo pudo mirar un coche negro, arrastrado por caballos. Al llegar a casa la cama estaba vacía.
Escrito por Agustina

Duras condiciones laborales

Trabajaba en la galería desde que nació. Allá abajo, a oscuras, con poco oxígeno. Unas veces, adecentaba el almacén; otras, colocaba las provisiones. Siempre en situaciones penosas, cargando más peso del soportable, yendo y viniendo sobre sus pasos. Pero sabía que era una hormiga y no tenía derecho a quejarse.
Escrito por Soledad García Garrido

Diferentes realidades

Desde hace tres meses, noche tras noche, ella aguarda en la barra del bar a que termine su jornada para confesarle lo mucho que le gusta. Él, que no la soporta, espera a que beba lo suficiente para llamar a un taxi y que se la lleve a su casa.
Escrito por Rosy Val - Web

La belleza de lo cotidiano

Venían enfadadas de clase de maquillaje, todas con el mismo tono de labios. ¡Qué campo de amapolas agitado por el viento! El profesor habló. Inmensas mariposas azules y negras revolotearon hasta posarse una a una. Sigiloso, pudo acariciarles el alma en aquella burbuja mágica que explotó al sonar el timbre.
Escrito por Emilia Tuc

Paciencia

—A veces, me das miedo —dices, y te imagino pensando donde está el truco.

No lo hay. Observo, averiguo cosas y luego te sorprendo con una de esas intimidades.

Acertar no es magia, es solo paciencia. Esa que nadie ha tenido contigo...

Qué tontos. No saben lo que se pierden.
Escrito por Ricardo García - Web

Castigo

La última vez que me castigaron en la escuela, la maestra me mandó escribir en la pizarra cincuenta veces 50 palabras. Sin rechistar escribí 2.500 y sorprendido ella me premió con un 10 en matemáticas y en escritura. Ahora, escribiendo estas 50 palabras, no creo que me gane premio alguno.
Escrito por Antonio Ortuño Casas

Entre todos

"¡Eres un idiota!", le gritó uno. "¡Gilipollas!", otro. "¡Danos tu bocadillo!", le amenazaron el martes. "Si no quieres cobrar, nos traerás mañana veinte euros", el miércoles. "¿No estás exagerando? Son bromas entre compañeros". "¡Olvídalos!".

Una cuerda y una viga bastaron para que, con solo trece años, encontrara una libertad usurpada.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Constelaciones

Las Osas cazan de noche, y evitan a los perros tontos que ladran a la luna, a los padres con sus niños curiosos y a los insensibles hombres de ciencia que quieren estudiarlas. Prefieren otras presas, las que intentan atraparlas, como trofeo para sus amadas, esas ingenuas criaturas: los poetas.
Escrito por Beto Monte Ros - Web

Encrucijada

A un lado, el precipicio; al otro, una manada de lobos hambrientos. Y en ese preciso instante de indecisión, recordé con claridad a la vieja gitana que me clavó las uñas en la palma de mi mano cuando vio mis dos líneas de la vida, una corta y otra larga.
Escrito por David Moreno Sanz - Web

Mayor

Suelto la pelota sin decir nada, corro y entro en casa. Esquivo sillas y algunos juguetes que están tirados en el suelo. Finalmente llego al baño.

¡Qué bien! ¡Mamá se va a poner súper contenta! Ya soy mayor, ya no me hago pis encima.

Despierto. ¡Oh, no! Otra vez igual.
Escrito por Gonzalo Arbex - Web

El séptimo día

Manuel logró viajar en el hiperespacio. Solo tuvo que plegar el universo y hacer coincidir origen y destino.

Mas luego siguió haciendo dobleces hasta formar una pajarita. La contempló entonces flotar en la nada, azul y cuajada de estrellas. Y vio Manuel que era hermosa.

Los domingos, Manuel se aburría.
Escrito por Enrique Mochón Romera

Institucionalizado

Creyó ver su destino marcado cuando quedaron huérfanos. Cocinar, limpiar, constituyó la rutina que los mantuvo unidos durante muchos años.

Un día, mientras lavaba, le dijeron:

—Hermano, cada uno quiere formar su hogar. Forma el tuyo.

Ensimismado, tendió la ropa. Fue a sí mismo lo último que colgó en vida.
Escrito por Ruperto

Soledad apática

—Y dígame usted —le preguntó el doctor con interés—, ¿cuándo fue la última experiencia sexual que ha tenido?

A lo que él contestó con suma tranquilidad:

—Casualmente fue ayer por la noche. Llegué rendido del trabajo, me tumbé en el sofá con la bragueta abierta, y dejé volar mi imaginación.
Escrito por Amira Yousef

Salto mortal

"¡No saltes!", le gritaban despavoridos sus familiares. La abuela hizo oídos sordos a sus súplicas. Inspiró tan hondo como pudo. Dio un paso, y se dejó caer al vacío. La salpicadura empapó a los nietos. El planchazo resonó atronador en la piscina. No se lanzó más del trampolín ese verano.
Escrito por Stbn

Reinicio

No se asustó al verla, el niño quedó cautivado por su vuelo. Raudo acudió a la aldea y vociferó el hallazgo ante sus incrédulos vecinos. Los más ancianos, tras breve reunión, anunciaron que había esperanza para una vida mejor; hace poco avistaron un pez y hoy, al parecer, una paloma.
Escrito por La Marca Amarilla

El ladrón de woks

Li Xau dormía cada noche en un castillo de cartón de marca blanca. Aunque cuentan sus vecinos que a veces lo hacía bajo cartones con el logotipo de unos grandes almacenes.

Había noches en las que lloraba. Anhelaba su vida en China cuando era ladrón de woks y se quería.
Escrito por Maria Las Vegas

La búsqueda

—¿Otra vez?

—No. Sólo una copa de vino. ¿La ves? Todo es azul… bailas para mí. Te adoro. No estoy borracho... busco un remedio.

—Vamos, mañana se te pasará.

—Pero no bailarás para mí.

 —No te vayas...

Con ternura me arrastra hacia su coche. Todo se mueve entre mis lágrimas.
Escrito por Gil Hernando de Santiago

Elección

La muerte se extendió por la sala de espera como la niebla de otoño que viene del mar.

Las madres abrazaron a sus hijos, los amantes se besaron con la pasión de la primera vez, mientras algunos codiciosos recontaron sus tesoros.

Todo fue inútil, ella se llevó a los mejores.
Escrito por Arturo

El paso

Adelantó el pie, tal vez era el paso seguro. Tras la espera inocua decidió bajarlo para ver qué sucedía; sintió frío, y se dejó ir en él. El tiempo fue corto, el silencio nació, hasta que el estruendo de su cuerpo contra el suelo despertó el vuelo de las palomas.
Escrito por Anderson Camacho Rondón

Jesusito Cuentaestrellas

Jesusito no podía dormir. Soñó que sufriría un calvario. Se puso a contar estrellas. Una vez las contó todas y ahora faltaba una. Lloró una eternidad y luego se durmió. Al despertar, encontró la estrella que faltaba. Brillaba en el firmamento. Sola. Rotunda. Decidió darle un nombre. La llamó Sol.
Escrito por Carles Quílez

Doble servicio

Los ojos de la anciana, sentada frente a Javier, reflejan el miedo y la ira mientras habla por teléfono. Inesperadamente su cuerpo se dobla. Javier, arrodillado, intenta reanimarla.

—Enhorabuena, acaba de salvar a una peligrosa delincuente buscada por la Interpol durante años.

Y los dos hombres le muestran la placa.
Escrito por La hija del Ferroviario

Penélope

Un día Penélope se hartó de coser. Mandó a su hijo en busca de Odiseo y decidió invitar a su cama a un pretendiente cada noche, pues ya era hora de elegir. Una primera ronda no le fue suficiente, así que volvió a empezar. Y no se dio cuenta Homero.
Escrito por Lorena Jiménez Justicia

Dentro del Espectro

Golpea su cabeza contra el suelo. Desgarra progresivamente sus cuerdas vocales. Sonidos que marcan el comienzo de un nuevo día para sus padres. La intensidad de los gritos es ensordecedora y sin embargo nadie escucha su voz, su llamado desesperado de ayuda. Ella comienza otro día encerrada en su cuerpo.
Escrito por Dafna

Derechos

Con ambas piernas fracturadas resultó Kimberly, al caer desde la escalera de su casa mientras huía. Según se supo, fue amenazada por una mujer que buscaba a su marido. La esposa ofendida le advirtió de que si destruía su hogar se arrepentiría.

Kimberly, entre lágrimas, exigía su derecho a amar.
Escrito por Gustavo Lino

Cuestión de tamaño

Miró de nuevo hacia abajo y pensó que solo necesitaba unos pocos centímetros más para sentirse totalmente feliz. Ninguna mujer volvería a rechazarlo porque resulta que el tamaño sí importa. Estaba decidido a hacerlo. Releyó el anuncio: 

"Hasta 7 cm más grande —decía—. Usted ya no podrá abandonar sus zapatos".
Escrito por Silvia Asensio García

Pudo decírselo

Cruzó la calle para entrar en el hospital. Él había salido ya de la UCI. El policía la invito a entrar.

—¿Es este su marido?

En ese instante se acordó del último bofetón.

—Sí, lo es.

Se acercó a él y pudo decirle:

—El hijo que llevo no es tuyo.
Escrito por Malvarrosa

Fuga

─Vamos, joder. Date prisa.

Vanessa vislumbró el final del pasadizo a apenas unos metros. El olor del bosque llegaba hasta ellos. Cuando la libertad le arañaba la piel, el miedo le mordió la nuca y atenazó su cuerpo.

El estrépito de las armaduras sonó detrás de ellos. Les habían cogido.
Escrito por Fényx - Web

Mi pequeño

Había pasado otra primavera y yo seguía esperándote en ese banco. Pero esta vez intentando olvidarte. Quiero olvidar esas diminutas manos y esa sonrisa enternecedora.

Así que he decidido perseguir a esa nube con tu contorno angélico y meter toda mi vida en una maleta. ¿Todavía cabrías en ella?
Escrito por Saioa Etxegia Eizagirre - Web

La vida de un sueño compartido

El miserable se acostó a dormir. Inmediatamente después, al otro lado del mundo, un enamorado se despertaba y se vestía para ver a su amada. Al dormir regresaba.

Su sueño era la vida del contrario, ninguna más real que otra. Invariablemente uno disfrutaba un cielo y el otro una pesadilla.
Escrito por Xavier Loeza - Twitter

Desde el más allá

Al mismo tiempo en que Isidro Gutiérrez inexplicablemente se despeñaba por un barranco, las campanas repicaron con aquella sonoridad inigualable, única. La feligresía, presente durante la ceremonia, nunca supo explicarse quién podía estar tañéndolas. Solo el padre Martín, de cuerpo presente tras su misteriosa y violenta muerte, las tocaba así.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

¿Los ricos también lloran?

Odiaba tomar decisiones. El simple hecho de tener que enfrentarse a una disyuntiva la enervaba y aquí de poco, o nada, le servía su dilatada experiencia. Con el interrogante acampando en su cabeza, bajó de nuevo la mirada: un Jimmy Choo en el pie derecho, un Prada en el izquierdo.
Escrito por FNR

Mi princesa

Salgo del trabajo y regreso —ilusionado— a mi palacio de pladur y paredes desconchadas; allí me espera mi princesa cautiva. Hoy cumplimos un mes juntos. Le llevo un ramo de rosas y bombones. Si se porta bien, tal vez le suelte las correas y compartamos cena juntos, en la mesa.
Escrito por Yolanda Nava - Web

Bohemia

La dulce melodía llegó suavemente a mis cálidos pensamientos, turbios por el aromático vino. Me sentí viva, alegre, mis labios sonrieron empujados por la sensación de paz. Aromas de bienestar llegaron a mis sentidos, tapando cualquier atisbo de soledad. Amé el momento, la música, me amé... llevándome a la tranquilidad.
Escrito por Amira Yousef

En línea materna

Abandonada, la madre vio en la niña la imagen misma del padre, y la odió desde un principio.

Descuidada, la niña creció, evidenciando gustos y apetitos heredados.

Y ocurrió que la niña dejó de serlo, y también tuvo una mujercita, a la que odió porque le recordaba a ella misma.
Escrito por Ruperto

Cuando ya no queda nada

Aun sabiendo que no escucharía, grité asustado:

—¡No salgas, quédate aquí!

Yo tenía muy claro que, si ella se iba, detrás irían todas sus fieles. Y así fue, ella salió y después, una tras otra, rodaron por mis mejillas. Yo, inmóvil, sólo pude secar su inseparable séquito de amargas lágrimas.
Escrito por Malu

Esperanza muerta

Era el 45º puñetazo que recibía Sofía del amor de su vida. Contados con lágrimas uno por uno.

Después de mil perdones y será la última vez, un charco de sangre inundó el parquet de aquella casa sin hogar. Esta vez sí sería la última.

Por fin Sofía podría vivir.
Escrito por Manuel Barea - Twitter

Quien desea, fantasea

Era ya muy tarde para que estuvieran aún por la calle. Pensé: "Hay madres que no deberían tener hijos". En ese momento llamaron a la puerta. Miré por la mirilla porque no esperaba visita alguna. Era ese policía apuesto con un niño rubio de la mano. Era mi hijo querido.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez

El sueño de Poe

Los críticos coincidían en que su obra representaba una oleada de aire fresco y creatividad en la literatura actual de terror. Destacaban sus macabros personajes, los ambientes lúgubres, decadentes y sobre todo los siempre dramáticos finales del protagonista.

Y el engreído espectro siguió inspirando cada noche una historia al escritor.
Escrito por Pau

Adversidades difícilmente superables

El lunes mi supervisor completó su metamorfosis. Los colmillos son de ofidio adulto y las escamas adquirieron su color definitivo. Mi familia pende del techo y, cada noche, vuela feroz en busca del alimento que no puedo proporcionarles. Quiero solucionarlo, pero va a ser imposible. Creo que me falta imaginación.
Escrito por Jerónimo Hernández de Castro - Facebook

Sin nido

Se alojó en el nido, los restos del plumón que le quedaban abrigaron su cuerpecillo laxo, casi frío. Había perdido la posibilidad de volar, la de cantar, la de esponjarse en las fuentes.

Al alba lo encontró el sol y, entre las ramas entrelazadas, también dormía una carta de desahucio.
Escrito por Virgi - Web

Autodestrucción

Se despertó, despegó su cara del brazo donde la tenía apoyada. Con la otra mano se limpió la comisura de los labios, levantó el brazo de la taza del retrete. No recordaba nada de la noche anterior, tenía frío y le dolía todo el cuerpo, pero así se sentía feliz.
Escrito por Eupalinos

Me haces estar viva

Veo la luz al final del túnel y sólo quiero pisar el acelerador. ¿Me mata la curiosidad o el miedo no me deja respirar? ¿Estoy muerta?

—Cariño, despierta, tienes que ir a trabajar.

Giro y veo su sonrisa, sus ojeras, sus canas. La luz seguirá brillando mañana, pasado... ¡Que espere!
Escrito por Arimike - Twitter

La deuda

Al morir, un hombre que había vivido en santidad notó con sorpresa cómo su alma descendía al infierno. "No te quejes —le reprendió el Diablo cuando llegó allí—: has dado tu vida por los demás y salvado muchas almas pecadoras. Es justo que yo ahora reclame lo que me pertenece".
Escrito por Cadillac Solitario

Vergüenza original

Su cuerpo desnudo, hermoso, con músculos bien definidos... No entiendo por qué se cubrió enseguida, ocultando su voluble apéndice que tanto me hacía disfrutar.

Yo, en cambio, sí tenía motivos para avergonzarme. La pérfida serpiente, mientras mordía el sabroso fruto, me susurró al oído: "Cuidado, no comas mucho, estás engordando".
Escrito por Fernando da Casa - Web

Desconexión

Sólo recibía noticias tristes. Era una situación que se le escapaba de las manos. Apagó el móvil un día entero, en ese paréntesis se sintió muy tranquilo; cuando lo encendió le llamaron con gritos. Probó a apagarlo una semana, vio cientos de llamadas perdidas. Cambió de número, cambió de vida.
Escrito por Perro Xico - Web

Gravity

"Y al chasquido de mis dedos verás a todas las mujeres desnudas" dijo el mentalista. Fulgencio Gutiérrez abrió los ojos como platos. Rápidamente oteó a las féminas de la sala. Su mirada siempre hacia abajo. En la residencia hacía tiempo que la fuerza de la gravedad había ganado la batalla.
Escrito por Stbn

Anestesia en las palabras

Prefiero recordarla así, con la melena al viento y una sonrisa valiente dibujada en la cara, cabalgando cada vez más rápido hasta perder el control. Con aquella imagen inocente que se dibujó en nuestra mente de siete años cuando nos comunicaron que la tía había muerto por culpa del caballo.
Escrito por Ignacio Urtiaga - Twitter

¿Adónde van las cosas que no van a ninguna parte?

Estaba perdido...

A lo lejos la vi sacando toda la ropa. Agarró a mi gemelo. Miró otra vez dentro de la lavadora extrañada. Le grite "¡Estoy aquí!", pero ella parecía no poder verme.

"Y ahora, ¿qué hago con un solo calcetín?", pensó. Y tiró a mi hermano a la basura.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros - Web

Agua de mayo

La primera gota levantó polvo del suelo.

La segunda tardó unos segundos en caer, pero a partir de ese momento la lluvia se hizo torrencial. La salamanquesa estuvo un rato mirando impasible, como hipnotizada, desde el alféizar de la ventana. Luego desapareció y no volvió a salir en dos semanas.
Escrito por Enrique Mochón Romera

Condena

Se dio la vuelta y se dejó abrazar, disimulando sus lágrimas. Era la segunda noche consecutiva que le contestaba que Milagros si nacía niña y Constancio si resultaba varón; que se odiaba por su cobardía egoísta; que igual deberían hablar, pero callaba, mientras el DIU le abrasaba en su interior.
Escrito por Nicolás Jarque Alegre - Web
Elegido mejor relato de mayo de 2014

Equivocación

Pone el punto final y deja la hoja escrita sobre la mesa, va a la habitación donde esperan dos maletas. Un niño entra corriendo y de sus dedos despega un avión, que se estrella contra su pecho. Entre los escombros de la nave descubre que hay un "ombre": una errata.
Escrito por Beto Monte Ros - Web

El hortelano

No le crecían las lechugas y no entendía por qué. Las regaba, usaba el mejor abono y las desparasitaba todas las tardes, impaciente por tener una cosecha que le permitiera hacerse sabrosas ensaladas. Pero no conseguía que las raíces se agarraran a la mata. Tal vez debiera cambiar de champú.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Nostalgia

Te defino mejor en esa oscuridad nocturna donde los recuerdos adquieren una nitidez superlativa, tanto que olvido que debería empezar a superarlo. Acabo bailando desasosegado con los monstruos de mis sueños.

Encerradas mis esperanzas en esa urna de cerámica llena de ti y cubierta por el polvo de tu ausencia.
Escrito por Kantellado - Twitter

Sucedió en Tarifa

La sirena coleaba herida de muerte sobre la arena de la playa donde había quedado varada. Una ola gigante la había arrastrado hasta allí. Los efectivos de la Cruz Roja la trasladaron urgentemente al hospital, pero las autoridades locales fueron firmes: es un caso claro de inmigración. ¡Devuélvanla al mar!
Escrito por Soledad García Garrido

Herederos

Habían conseguido engañarlos a todos. Trapicheando con el cariño, el amor y el respeto, eran capaces de reír sin ganas, poner falsas caras tristes y llorar lágrimas de gaseosa. Solo se movían por su propio interés y lo habían conseguido: les habían declarado herederos universales de una sarta de mentiras.
Escrito por Arturo

Un día de estos

Me he levantado, bajado las escaleras, entrado al baño, a la cocina. Mientras hago el desayuno, escucho la radio y a los pájaros piar. Subo a vestirme, cojo la mochila y las llaves del coche, no olvido dejar una nota y me marcho sin decir adiós. Veinte años esperando escapar.
Escrito por Leonardo

Cara y cruz

Lo último que vio antes de que el muchacho se tirara al convoy fueron sus transparentes y grises pupilas, pero él no tenía tiempo, la diálisis le esperaba.

En el hospital le recibieron con impaciencia. Había llegado un donante. Al firmar la autorización unos ojos transparentes y grises le sonreían.
Escrito por La hija del Ferroviario

Futuros de los de la crisis

A mucha gente le ha llegado ese día que parece que es como todos los demás aunque no lo es. Decides que te atreves, y de repente tienes los billetes de avión para ir a otro lugar y otra vida en tus manos. Es ahí cuando comienza la gran aventura.
Escrito por Nerenka

Atraco perfecto

Durante semanas, discretamente, estuvo al acecho, llegando a conocer detalles nada nimios, como que Juani limpiaba de ocho a nueve o que Manolo, el director, acudía los miércoles a la central. Memorizó la distribución interior, localizó las cámaras de seguridad…

Aquel jueves entró impertérrito y dijo rotundo:

—¿Para un préstamo?
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Lotería

Le había tocado el premio gordo. 24.478, su fecha de nacimiento. Se sintió de pronto como una niña pequeña. El miedo la invadió y se echó a llorar. Recordó la lucha de su madre y la herencia que le había dejado. "Puta vida", pensó mientras salía del servicio de oncología.
Escrito por Radon - Twitter

Smartphones

El sonido, agudo y breve, llegaba a sus oídos exactamente cada cuatro segundos sin origen aparente.

Obsesionado, subió al desván. La débil madera crujió bajo sus pies antes de que pudiera darse cuenta de que se precipitaba hacia el vacío. En su bolsillo seguía sonando la alarma del maldito móvil.
Escrito por Miguel Marqués

La cita

Cuando soñaba el día especial que por fin hoy ha llegado, era imposible recrear la ilusión de este momento. Lo tengo todo preparado desde hace semanas: la ropa, los complementos, hasta el último detalle, todo perfecto, con un cuidado escrupuloso.

¡Tengo una cita! La luna, mi escoba y... y yo.
Escrito por Isabel López Soriano

Hambre

Cuando disparó contra él, sabía que su conciencia no le dejaría dormir, había pasado muchos años a su lado pero no le quedó más remedio que hacerlo, tenía la nevera vacía y el hambre hacía acto de presencia. Miró el cuerpo ensangrentado de su perro pensando que aquel día comería.
Escrito por Nicolás Megías Berdonce - Web

Cierra los ojos y ve

Siempre he sido más auditiva y "quinestésica" que cualquier cosa. Pero cuando me cuesta entender una situación, opto por un lápiz, un papel y mi soledad. Entonces la describo, la dibujo y cierro mis ojos. Así he podido lograr entender dónde estoy para conseguir cómo salir con éxito del laberinto.
Escrito por Carmen Teresa Macareño - Web