Transición cromática

Caminaba por el borde de esa carretera de costa, esperando su momento. Aquel rumor acercándose despacio le aceleró el pulso. A punto de pararse a su altura, el haz de luz a través del cristal delantero fue certero. El acantilado hizo el resto. Del verde al negro en un instante.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez - Twitter

Próxima apertura (Breves III)

Se ha creado recientemente el Fondo de Solidaridad Textual (FST), cuya finalidad es surtir de ideas a todo aquel que se halle en estado de sequía creativa. La entidad, que recibe incesantemente aportaciones literarias del público en general, procederá de inmediato a su continua distribución. Se espera un éxito rotundo.
Escrito por Mª Jesús Rodríguez
Parte I | Parte II | Parte III

Un fantasma llamado deseo

Desde que él se fue, se está quedando en los huesos. De día vaga por la casa, tan grande para ella sola, como alma en pena. De noche la acucia el fantasma del deseo y pulsa su número.

En el cementerio los esqueletos de los nichos contiguos crujen de envidia.
Escrito por Carmen Cano - Twitter

Inocencia

El traje no le hacía justicia, o tal vez fuera esa mirada lánguida, perdida, casi sin brillo. Se sabía el objeto de todas las miradas pero sólo quería que aquella ceremonia terminase. Y mientras el anciano la desposaba, la niña únicamente pensaba en escapar para continuar jugando a las muñecas.
Escrito por Gloria Arcos Lado

Soledad habitada

Miguel se asoma al espejo para colocarse la corbata y me sonríe mientras me afeito. Le pido que hable con Bruno; yo prefiero evitarle cuando se pone violento. Pedro siempre espera en el pasillo, y Ángel solo aparece si se me olvida tomar las pastillas que me mandó el psiquiatra.
Escrito por Belén Sáenz

Neuropsicología estatuaria

Cabizbajo, describe al doctor su recurrente pesadilla:

—Cada noche... en una partida de ajedrez, juego contra mí mismo. Negras contra blancas...., y justo en el jaque mate al Rey... despierto. El tablero y la mesita han desaparecido. Quedo petrificado, meditabundo.

—Esto solamente puede ocurrirle a usted, querido Pensador de Rodin.
Escrito por Zena Santana - Twitter

Lavar y cortar

Hay que reconocerlo: el hombre le echó valor. Harto de llevar el pelo largo se afeitó la cabeza. Luego se acostó un rato; ya se sabe que toda liberación es agotadora. Lo que no es menos cierto es que después de la siesta Sansón ya no se sentía tan valiente.
Escrito por José Ramón Sánchez Varela

El encuentro

De pronto, su respiración se escuchó agitada. Apoyó ambas manos sobre el lavamanos de la toilette y, con temor, levantó su cara para mirarse en el espejo. Lo que vio, la asustó; quizás porque se podría advertir en su rostro, las huellas de aquel suceso que la motivó a huir.
Escrito por Leticia

Sanitarium

Sólo los instantes muertos siguen girando en el tiovivo mientras el lanzador de cuchillos vuelve a fallar y tú suspiras desde el puente. El olor de las manzanas de caramelo te hace recordar dónde escondiste la nariz roja y corres a la noria para subir hasta la boca del pozo.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Bufé ilimitado

Vivía en ese rincón del basurero, escuchando historias de gente que comía en abundancia y tiraba la comida al apenas probarla, parecían cuentos que no podría creer si no fuera por la cantidad de sobras de comida que a diario encontraba para alimentarse.

—Dichoso soy con mi propio bufé ilimitado.
Escrito por Corazón Atrevido - Twitter

Último acto

"Voy a emular a Ofelia. Ya no soporto la idea de volverme loca como les ocurrió a Hölderlin o Nietzsche", se dijo mientras se internaba lentamente en las frías aguas del río Ouse con unas piedras en los bolsillos de su abrigo.

Tres semanas después, unos niños encontraron su cadáver.
Escrito por Enrique Angulo - Twitter

El lunar

Cada mañana se dibujaba el dichoso lunar, ese pequeño topo oscuro que se había convertido en su seña de identidad. Estaba un poco cansada, pero no se decidía a dejar de perfilarlo. "Mañana veremos", murmuró Marilyn. Y acercándose al espejo apretó de nuevo el lápiz negro sobre su blanca mejilla.
Escrito por Eloína Calvete García - Web

Gotas de lluvia

Una historia creada a partir de un corazón roto. Una caja de chocolates desparramada en la entrada y un marchito ramo de flores desechado. Incluso la luna, carente de vida, se reía de mi desgracia. Y esa noche no fueron las gotas de lluvia las únicas que alcanzaron el suelo.
Escrito por Franco Morales

Pobre hombre

Sostenía la mano inerte de su padre con los ojos inundados en lágrimas. Éste respiraba armónicamente gracias a la máquina que le mantenía con vida artificialmente. Hubiese dado los coches, las casas y todos los caprichos con los que le agasajó en vida, por ese abrazo que nunca le regaló.
Escrito por Stbn

Shhht

Pesan, y mucho, si los carga uno solo. Tanto que José empezó a notar molestias en la espalda, luego andaba encorvado y al final se arrastraba literalmente por los suelos.

Una noche lo descubrieron delante de su casa, aplastado. Por cumplir la palabra dada, se los llevó a la tumba.
Escrito por M. Carme Marí - Web

De longevos

Era el Día de los Abuelos y quería sorprenderles, a los cuatro, con los regalos que había comprado con sus escasos ahorros pero sobrada ilusión. Los envolvió con sumo cuidado rotulando con su mejor letra el nombre de cada uno. Se lo merecían después de haberle atendido durante ochenta años.
Escrito por Rafa Olivares - Web

Espacio de amor

Desde la luna contemplaba la tierra; no importaba la distancia, tenía que repetir el beso que se dieron en el espacio; aquel momento donde las estrellas parecían brillar más, y el calor de sus cuerpos podía competir con el sol.

Volverían a unirse, volverían a brillar; esta vez en Andrómeda...
Escrito por Carla Andrea Segura Márquez

El club de las luciérnagas

De una belleza indescriptible, ella sabía que su libro lo cambiaría todo. También, conocía el precio a pagar. No le importaba en absoluto. A fin de cuentas, se uniría a los más grandes autores universales, a los que siempre consideró auténticos maestros. Así, completó su obra firmando en mayúsculas: Anónimo.
Escrito por Salvador Gallego de Aymerich - Twitter

Karma

Murió el hombre bueno y su alma lo llevó, por galaxias y hoyos negros, hasta la puerta del cielo; donde, sin muchos trámites, fue instalado en el paraíso.

Constató que (entre ángeles y cánticos celestiales) allí tampoco hay vida eterna. En ese lugar sin pecados volvía a morir, de aburrimiento.
Escrito por Beto Monte Ros - Twitter

Malos tratos III

Quizás si hubiera preguntado dónde iban juntos todas esas tardes... Acaso si hubiera indagado en esa incómoda intimidad... Si hubiera leído la angustia en la sonrisa y la súplica en la mirada... Si sólo hubiera querido, sabría ahora quién era esa extraña que miraba con desprecio el cadáver del padre.
Escrito por Silvina Palmiero - Twitter
Parte I | Parte II | Parte III

Kaputt!

Solo uno lloraba. Lo señalaba con el dedo índice mientras se limpiaba los mocos y las lágrimas con la manga. En su pequeña cabeza no lograba entender lo que veían sus ojos. En su tumba de lata, hecho mil pedazos, yacían los restos del globo rojo de Joaquín.
Escrito por Kalo

Un sueño hecho realidad... ¡a su manera!

Al entrar en la desierta cantina la vio. Ella, por quien llevaba todo el curso suspirando en silencio, estaba allí, a escasos metros, y le guiñaba un ojo. Se armó de valor y se acercó a su mesa.

—Hey —lo saludó sorprendida—. ¿Tienes colirio? Es que me molesta la lentilla.
Escrito por FNR

Del infierno sólo quedaron las cenizas

Aquella mañana todo era gris menos mi mirada, todo era tristeza menos mi sonrisa. Ya no habrá más visitas de papá bajo mis sábanas, mientras mamá consentía tapándose los ojos y los oídos rezando el rosario en su habitación.

Fue tan fácil como encerrarlos y prender las cortinas del comedor.
Escrito por Amparo

Ella

Mi mano sudorosa contrasta con su frialdad mientras la acaricio. Me fascina. La temo.

Su boca besa mi sien, sólo entonces lo comprendo. Ella no consuela ni remedia ningún problema.

Consigo lanzarla lejos. La pistola se hunde en el lago junto con mi cobardía. Liberado de su peso, busco soluciones.
Escrito por Ángel Saiz Mora

Ángeles de tinta

Abandonado entre la basura un bebé llora. A su lado, libros amontonados, desahuciados. Pero sus personajes, siempre vivos, escuchan su llanto.

Don Quijote, lanza en ristre, mantiene a raya a una rata hambrienta de inocencia. Mientras, las hadas tejen con sus cuerpos un manto de calor y protección. Pronto amanecerá.
Escrito por Salvador Esteve

Dos años sin ti

Me observabas con admiración, sin interrumpir mi descanso, hasta que notaba tu presencia e interpretabas que podías recorrer los pasos que nos separaban para refugiarte entre mis piernas, después de responder a mis caricias humedeciendo mis manos.

Han pasado dos años y no transcurre un día sin notar tu ausencia.
Escrito por Mozasmo

Jo, jo, how

—Señor, allá afuera está la persona de quien le hablé.
—Dígale que pase —respondió con desgana el magnate petrolero.

Un hombre vestido de rojo, obeso y de barba blanca entró en la oficina. Se arrellanó sobre las piernas del potentado y le preguntó:

—¿Qué me vas a regalar esta Navidad?
Escrito por Vicente Varas - Twitter

Un error infantil

Cuando los dos asaltantes vestidos de payaso entraron en el banco, todos esbozamos una sonrisa. Duró un segundo, el tiempo que un disparo fortuito borró para siempre la del interventor. Hubo una terrible confusión al repartirse las pistolas, era la de agua la que llevaría el atracador afectado de Parkinson.
Escrito por Yoya M. Alonso

J. C. (I)

Chupóptero enano, Leviatán narcotraficante, insaciable parásito de mi diosa del Mar del Sur; ojalá te pudras en las negras profundidades abisales, donde desaparecerá para siempre tu existencia sin estirpe, como hizo con Cartago, de la que procede tu sangre carroñera, Publio Cornelio Escipión el Africano.

Asesinaste a mi Cupido.
Escrito por Marcuan
Parte I | Parte II | Parte III

Espabilado

Como morlaco albardado de noble estampa, estaba destinado a morir en la arena. Por eso me negué a que me torearan y permanecí aplomado en el centro del ruedo. Desde el tendido gritaban, llamándome rajao y burriciego, pero mi inmovilidad absoluta consiguió que me devolvieran a los corrales por manso.
Escrito por Encarna Cuesta García - Twitter

Esperanza

Cada día, desde hacía algún tiempo, cruzaba los dedos al salir a la calle. "Buenos días, Dios, ¡protégenos!".

Camina triste, sin ánimo, dirige sus pasos al ascensor que la llevará a la planta de oncología del materno infantil para visitar a su amiga, en tanto espera que ocurra el milagro...
Escrito por MariE

Consagración

Me felicitaron por mi papel durante la reconstrucción del crimen: recibí el disparo con valentía, me mantuve inmóvil mientras trazaban mi silueta en el piso, ni siquiera grité durante la autopsia.

Solo mas tarde, cuando me dejaron en la tumba, comencé a arrepentirme de ser tan dedicado a mi trabajo.
Escrito por Daniel Castillo

Cómplices

Siempre estaban juntos, inseparables en todo momento, parecían no poder estar uno sin el otro, hacían todo a la vez, no se separaban jamás.

Pero un buen día apareció Ana y vino a poner distancia entre ellos.

Ahora los siameses sabrían qué era sentir por separado, no querían hacerla cómplice.
Escrito por Leire Frex

La despedida de don Antonio

Los siete hermanos, reunidos tras años sin verse, guardaban un respetuoso silencio alrededor del lecho de su padre agonizante y lo miraban cariacontecidos cuando él, antes de exhalar su último suspiro, soltó una sonora carcajada. Su amante, mientras tanto, abría una carta con una citación para la lectura del testamento.
Escrito por Crispín - Web

Muerte y adiós

Amaneció y así la muerte se hizo visible a sus ojos. Quiso gritar pero su voz murió también y entonces comprendió, su cólera se volvió ejecución, había acabado con el origen de su angustia, había acabado con su amor. La fría sonrisa ocupó su rostro y ya nunca más sintió.
Escrito por Josuer

Geometría profanada

Claritxa, experta en explosivos, logró infiltrarse en el mundo de las ideas y dañó las figuras geométricas —cuadrados, triángulos, polígonos de todas las clases—. Un gendarme de forma indeterminada la atrapó y, trazando con el pie en la arena a su alrededor, la dejó encerrada en un cuadrado imperfecto.
Escrito por Javier H. Narváez C. - Web

Experimentos

No quiero estar aquí. No quiero cambiarte. Ni que me elija otro. No quiero que se apague la luz y que me rocen unas manos extrañas.

Quiero que me sigas acariciando tú. A quien yo elegí. Para estar contigo. Sin experimentos. Sin sorpresas.

Me dan miedo estos juegos de intercambio.
Escrito por Maest

Carta del jardinero

Querida Rosa, siempre fuiste la alegría del jardín, a pesar de las malas hierbas y de aquel capullo que ahora cría malvas entre auténticos gusanos. Espero que encuentres a alguien del ramo que te haga brillar. No te imagino marchitándote al lado de algún picaflor, por buena planta que tenga.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

Puesta de sol

Vuelve a levantar el teléfono para comprobar si funciona. Primero, un pitido continuo y, al cabo de un rato, la intermitencia rápida. Así pasa la tarde, como había pasado todas desde aquel día.

Tenía once años cuando, al despedirse, ella prometió llamarle para ir a contemplar otra puesta de sol.
Escrito por Elías - Web

Jóvenes aventureros

Cuando comenzaron la travesía, incautos, no tuvieron en cuenta que las condiciones cambian muy rápidamente allí arriba, pegados a las  nubes; y la tormenta de nieve les pilló desprevenidos.

Cerca del pico más alto hallaron una muerte gélida y solitaria. Los encontraron muy juntos; con las venas llenas de agujeros
Escrito por Miguel Ibáñez

Mirabas a todo el mundo fijamente, como si tuvieras poder para escudriñar sus adentros. Me retaste, ¡y acepté! La provocación me arrastró sin remedio. ¿Quién apartó la mirada primero? No lo recuerdo.

Que siga el juego... No seré yo quien se atreva a detenerlo. ¿Quieres ser mi cómplice en esto?
Escrito por Pilar García

Forzado a ello

Abría la boca una y otra vez. Bueno, se la abrían. Quisiera o no quisiera, se la abrían. Él solía tenerla cerrada. De hecho, si no lo forzaban, nunca lo hacía por sí mismo. Tragaba objetos, forzado continuamente... Vivía ese drama, día tras día, por ser un buzón de correos.
Escrito por Salvador Pérez Salas - Twitter

Realidad

Su lengua enfanga mi boca con fluidos de hiel. Sus labios absorben en vez de besar. Sus caricias arañan mi piel. Sus dedos serpentean por mi cuerpo sin afinar. Su olor rancio se adueña de la estancia. Su dinero, sin embargo, desencadena mi furor y logra comprar la desagradable realidad.
Escrito por Maite Moreno

Cómplices y testigos

A punto de ir a Juicio Oral por delitos económicos cometidos que le auguraban prisión por varios y penosos años, el reo pidió públicamente a su familia que le concediera un deseo. Su hermosa mujer y sus resplandecientes hijos respondieron solícitos que así lo harían: "Mátense. Me podrían haber frenado".
Escrito por Lucía Folino - Web

El mundo en sus manos

El planeta entero amaneció pendiente del resultado electoral. A lo lejos, en el horizonte, oscuras nubes amenazaban al mundo. Todo eran temores y conjeturas. Dudas y miedos. Un hombre solo. Nunca pensó llegar tan lejos.

Frente a su escritorio y lleno de temor se planteaba una cuestión: ¿y ahora, qué?
Escrito por Inma Carrasco

Fórmula mágica

Por fin, con la ayuda de su ayudante Sharapova, había conseguido la piedra filosofal, el elixir, la panacea, la ambrosía que la humanidad había perseguido a lo largo de la historia. Allí estaba: en la mezcla de los fluidos esparcidos por las sábanas. Solo era cuestión de trabajar en equipo.
Escrito por Luis San José - Web

La pesadilla de Sísifo

Hans subió por escaleras llenas de gavetas. Buscaba una llave en el último piso. La llave estaba lejos, en la gaveta del cuarto escalón, segunda columna de la izquierda, vigésimo tercer piso. Hans vuelve a bajar para buscar la llave a ras del suelo. La llave, como olvidada, sigue descansando.
Escrito por Mauro Marino Jiménez - Web

El maldito destino

Acuérdate de lanzar mis cenizas al mar y no me culpes por abandonarte tan joven. Recuérdame en la playa y cuando el agua te roce imagina que son mis manos acariciando de nuevo tu piel, cartografiando tu cuerpo y volviendo a unirnos en una danza de amor, deseo y lujuria.
Escrito por Jesús Manzaneque Fraile

Invisible

Las plantas no florecían, los perros dejaron de ladrar. Nadie la echó de menos, ni el banco; la soledad pagaba bien las facturas. Solo la avaricia necesitó su casa y forzó la cerradura. Allí estaba ella, en su sillón, esperando que alguien llamase a su puerta desde hacía dos años.
Escrito por Javier Puchades - Twitter
Elegido mejor relato de diciembre de 2016

Para llegar al clímax

El argumento lo tenía maquinado, la historia era sencilla porque me gustan los filmes realistas que retratan lo cotidiana que es la vida.

En fin, el guión estaba listo, sólo faltaba conseguirme una esposa, dos hijos, la mascota y una amante para darle un punto de quiebre a la película.
Escrito por Cristopher Josué Escamilla Arrieta - Twitter

Desdoblamiento

Oleg Ivánovich Grishenko come pan mientras observa pasar una larga fila de prisioneros alemanes. Uno de ellos se le acerca.

Brod, towarisch, bitte.

El ruso le grita, le insulta. Sin embargo, le entrega el pan que le queda. Oleg maldijo al enemigo, pero compartió el pan con el ser humano.
Escrito por Juan Pedro Ortega Sánchez - Web

Persuasión

"Otro día consultaré productos para deportistas", dije. No quería elixires.

"Estos son los mejores". Señaló un gran paquete de productos y los cargó a mi cuenta. Los fue sacando uno a uno, después marcó su precio y los introdujo en la enorme bolsa mientras me ofrecía el Trichet sonriendo.
Escrito por Calamanda

Ella

—¡Qué irónica es la vida! —exclamó sonriente el joven aprendiz tras abandonar Madrid. En apenas unos días entendió que es posible perder el norte estando en el centro, como también que los mejores sueños ocurren cuando despiertas. De ahí que decidiera darle una oportunidad a aquello que más temía, enamorarse.
Escrito por Álex León

Te quedará bien

La muchacha se quedó quieta mirando hacia su armario abierto de par en par. Estaba repleto de ropa de todos los colores y formas.

—¡No tengo qué ponerme!
—¿Estás segura? —preguntó su madre divertida.
—Segura, no tengo nada —respondió la chica.
—Entonces ponte una sonrisa. Ya verás. Te quedará bien.
Escrito por Alma Rural - Web

Adiós, amigo Juan

Ramón prefirió volver paseando a casa tras el entierro. Primero pasó el cruceiro de las charlas sobre el tiempo, luego cruzó el puente de piedra del fútbol. La ermita de la economía precedió a la fuente de la política. Llegó a la puerta de la casa que ya no compartiría.
Escrito por Manuel Pociello Haro - Web

Las interrogaciones perdidas

Entretenido en copiar y reemplazar, no dejaba descansar la mente. No me gustaba mucho la historia siempre recordada que trataba de restituir, después de haber pagado una costosa factura que me fracturó.

Aunque me sumergí en el teclado inalámbrico, no encontré las malditas teclas de las interrogaciones para poderme preguntar.
Escrito por Lyon Sánchez

A las tres serán las dos

Aquella noche el médico de urgencias, solemne y convencido, aseguró a mi familia que no había remedio, que ya era demasiado tarde, que lo sentía mucho... Pero una enfermera entusiasta exclamó: "Doctor, esta madrugada hay cambio de hora". Y por aquel regalo del destino, prepararon el quirófano y sigo vivo.
Escrito por María José Escudero

Las aventuras de Katie Carter en la Isla Perdida

Hastiada de sus ambiguos pretendientes, Katie, la heredera de la fortuna Carter, decidió utilizar sus recursos en busca de aventuras.

Al amerizar su hidroavión, se adentró en la profunda selva hasta contemplar a varios hombres de torso desnudo cortando leña… ¡Finalmente había encontrado la isla perdida de los hombres machos!
Escrito por Jean Durand - Web

Mermelada de fresa

Soñé que mi cuerpo se abultaba, que mi vientre se movía. Fui consciente de que estaba pariendo en sueños, pero de mis entrañas no salió un niño. Di a luz las cosas olvidadas, que rondan por la casa, cubiertas de mermelada de fresa, el material necesario para escribir mis cuentos.
Escrito por Guillermina Díaz Cortés - Twitter

El escondite

Nunca los veíamos; pero ellos vigilaban nuestro mundo sin descanso. Siempre estaban allí. Esperando a que se escapara una pelota, a que el viento derribara las murallas o a que alguno de nosotros, los más pequeños, mientras la madre contaba hasta cien, corriera a esconderse más allá de los límites.
Escrito por Jukebox

Ancianolandia

Ancianolandia estaba habitada por abuelos sin nietos.

Sólo una pareja fértil había perdido el tren del futuro trabajando la tierra estéril. Se satisfacían sin reproducirse. Los ancianos alertaron:

—Tenemos pensiones de hambre, vosotros tendréis hambre sin pensiones.

Nueve meses después nacerían gemelos deformes, incrementando así la lista de los dependientes.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

De profesión: astronauta

Puedo sentir el vacío.

Una noche infinita asoma tras las ventanas de mi cápsula espacial. La misma noche que veló tus ojos para siempre.

Orbitas en mis recuerdos como la luz de una estrella mil eones atrás apagada.

Sigo buscándote, pero sólo hallo nuevos mundos devastados.

Puedo sentir el vacío.
Escrito por Carles Quílez - Web
Pastor | Astronauta | Verdugo | Futbolista | Periodista

Última llamada

Se sacude el polvo que cubre su pequeño cuerpo. Temblando, lava sus manitas, la tierra de sus pestañas. Cada vez más fuerte, cada vez más cerca...

Teme dormirse, no ver otro amanecer. A oscuras, frente a la pantalla del ordenador, antes que caiga la próxima escribe: ¡Socorro! ¿Hay alguien ahí?
Escrito por Pilar Alejos Martínez - Web

Guerra

A pesar de todo había decidido no abortar, pero ahora tenía miedo de parir en ese hospital ruinoso, de que sonaran las sirenas y no poder guarecerse, de que hubiera alguien para atenderla... Pero lo que más temía era encontrar en el rostro de su hijo los rasgos del enemigo.
Escrito por Paloma Casado Marco

El vuelo

Me habría gustado que mi estancia en la empresa hubiera sido mucho más larga. Lo sentí especialmente por Marta, una compañera que me había cogido un gran cariño. Ella, a menudo, me decía: "Eres un ángel". Pero llevar replegadas las alas bajo la camisa me resultaba cada día más doloroso.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

Aprendiendo a vivir

—¡Mamá! —gritó Miguel desde la puerta—. ¡Tengo la colita tan grande, que me da susto!

María miró sorprendida a su hijo de apenas cuatro años. Llena de ternura, se acercó a él:

—Amor mío, mamá nunca ha visto una colita tan grande como la tuya.

Y Miguel se fue feliz.
Escrito por Ana Llorens - Twitter

Amelia (II)

"¡Ay, mis ojos! ¡¡Ay, mis ojos!!", me dicen que no deja de lamentarse Amelia todas las noches mientras, sucia y descarnada, recorre las calles de la ciudad. Yo sé que eso no son más que habladurías, porque no la he vuelto a ver desde que la enterré en el jardín.
Escrito por Andrés Galindo - Web
Parte I | Parte II | Parte III | Parte IV | Parte V | Parte VI

Ver mundo

La vida tenía que ser algo más. Siempre en aquella estúpida cocina, cansada de dar vueltas sin sentido... Así que salí andando, literalmente. Aproveché el centrifugado. ¡Quería ver mundo! Estaba temblando de emoción... De repente, off. El enchufe se desconectó de la corriente: los trapos sucios se lavan en casa.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros

Esperando el tren

Toda una noche esperando el tren, y los Reyes Magos me dejaron una pelota de trapo.

También, esperando el tren, te besé antes de que partieras.

Tres años después, esperando el tren, vi descarrilar el vagón donde ibas tú.

Y aquí estoy, esperando el tren, esperando el momento, esperando saltar.
Escrito por Josep Sebastián - Web

Enamorado

Busca con la mirada hueco donde sentarse. Lo encuentra junto al vacío de la ventana mojada. Con el vaivén del Cercanías se amodorra.

La muchacha del pelo mojado de lluvia juega a enredarlo en el dedo, mientras mira el móvil. La contempla embobado: también esta noche ha soñado con ella.
Escrito por Carmen Hinojal

Balas de borrar

El bolígrafo apareció en la cuneta días después de que se lo llevaran. Lo encontraron de pie, erguido entre la maleza, acunado por las amapolas, bien rojas, como a él le gustaban.

Resurgió con la fuerza precisa para escribir su historia, la que otros trataron de borrar de un disparo.
Escrito por Raquel Lozano

Ciberamistad

Apareció poco a poco, como se escriben las historias importantes. Un día era sólo un nombre, al mes ya era mis ilusiones, al año ella era la definición de abrazo.

Tras ella llegó otra, llegaron varias. Soñé que perdía el wifi, pero no, ahí siguen las rayitas y mis buenamigas.
Escrito por Arimike - Twitter

Un enorme pezón morado

Una mórbida sensualidad en sus ojos, como animal agazapado, atento y coloso. Los músculos tensos, aceitados de sudor. La mirada fría, buscona y una indolente sonrisa infantil. Mientras se acercaba desprendía un bretel del camisón y ofreció su pecho desbordante de leche que apretujaba el contorno del enorme pezón morado.
Escrito por Orlando Yans - Twitter

La venganza es un plato que se sirve frío

De joven todos en el colegio se burlaban de él —por lo tímido que era—; y aunque era el más listo de la clase también se burlaban de él por eso.

Por eso cuando, algunos años después, ganó el Nobel de medicina, se lo dedicó a sus excompañeros del colegio.
Escrito por Luis Goróstegui - Twitter

Andar por las nubes (Trilogía literal I)

—¿No hay puente? ¿Y cómo hacen para cruzar el canal cuando quieren ir a la ermita?
—Esperar a que haya niebla.

El hondo silencio inicial se hizo ipso facto murmullo entre interjecciones de sorpresa e incredulidad.

—Es muy, muy densa... —aclaró, en tono conciliador, el guía local a los turistas.
Escrito por Ignacio Urtiaga
Parte I | Parte II | Parte III

Retorno a la conciencia

Al despertar, en el espejo de su habitación vio que él todavía estaba allí. Vivito, coleando. Salió de casa y, al doblar la esquina en dirección a la parada del bus, una lagartija completaba su aseo matinal antes de ponerse a tomar el sol. No era un diminuto dinosaurio, pero...
Escrito por Carmelo Carrascal

De la noche al día

El faro solía ignorar al infeliz contrabandista que trataba de aliviar las penurias de su familia, pero hoy el guiño del cíclope no sobrevolará la barcaza abarrotada esta vez de muchachas narcotizadas.

Próxima al furtivo desembarco, una pareja arranca su todoterreno alertada por el repentino fulgor de aquella pequeña cala.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter

Apisonadoras

Desde el amanecer se sentía el polvo y el ruido de las chabolas cayendo bajo las máquinas. Ella trataba de recoger apresuradamente lo poco que poseían. Los niños tenían que ponerse los zapatos. Amarrando el colchón al carro con una cuerda, rompió aguas. Y ya no pudo contener las lágrimas.
Escrito por Aurora Baeza

Cuenta pendiente

Ana le cantaba una canción de cuna a su bebé. Paró de cantar, ya que había escuchado unas voces conocidas. Llamó a su esposo.

—Iré a ver quien es —dijo él, bajando a la sala.

Al rato se escuchó un disparo. En ese momento, sabía que vendrían a por ella.
Escrito por Luis Ángel

50

Los creyentes te llaman divinidad. Los insulsos, miedo. Los científicos, muerte. Los ignorantes, viaje. Los felices, nada. Los infelices, alivio. Los curiosos, duda. Los hiperactivos, mal. Los malos, plata. Y así te llaman, pero nunca vienes.

...Escribía Julián cuando el avión comenzó a entrar en turbulencia, y se apagaron motores.
Escrito por Juan Mono

Los marineros de Alfonso

Llegó. La tierra anhelada. Atrás: los combates perdidos, las pasiones encontradas, la falta de paz. Fue muy duro el camino, pero Alfonso y sus soldados, los pocos, aquellos que dejaron cicatrizar sus heridas, allí estaban contemplando sus pasos en la orilla. Nuevas aventuras encontrarán y anhelan nuevos miedos por vencer.
Escrito por Giovisna

Preludio para vísperas de la Nochebuena

Como preludiando el desgarro que habría de dejarle Bosie en años venideros, barruntaba el dolor horrible de trillones de átomos atravesando los míseros cuerpos humanos.

Concluyó el cuento dibujando la inánime avecilla y el corazón de plomo. Dejó la estilográfica y salió al corredor, tomando su bastón y su sombrero.
Escrito por Dipandra - Web

Las capas de las cebollas

En la cocina van a hacer una tortilla de patatas. Teresa recuerda las lágrimas amargas resbalando por sus mejillas pecosas, destiñendo la alegría de su cara. La mayor dice: "Con cebolla". La pequeña: "Nosotras las pelaremos, yaya". A la abuela se le aclaran las pecas, mantiene la sonrisa sin capas.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web

Fumar mata

Resultó doloroso comprobar que había sido una relación sustentada en la nicotina. Porque cuando el doctor les prohibió el tabaco, los polvos no sabían igual sin la guinda del cigarrillo fumado a medias, símbolo de la complicidad de dos amantes entregados a una pasión que lentamente fue menguando hasta desaparecer.
Escrito por Rafa Sastre - Web

Las musas regresaron

Desempolvé las anotaciones que hacía meses había guardado en la carpeta cuya portada lucía un "nueva novela". Preparé una tisana y, ordenador en mano, las palabras empezaron a fluir. Escribía apresurada, muerta de miedo. Temía que de nuevo acabaran abandonándome. Pero estaba equivocada, habían regresado para acompañarme gratuitamente durante días.
Escrito por Emma González Arribas

Entre el cielo y el infierno

Una píldora para cada hora.

A las ocho hay una que me prepara para el trabajo. Antes de la merienda la azul ayuda a no engordar. Para evitar el olvido, la multicolor. Si tengo pareja, la negra; si estoy solo, la blanca.

Dios hizo tantas píldoras y colores para poder vivir.
Escrito por Ricardo Rodríguez Sánchez

A grandes males...

Una década duraba aquella implacable sequía que provocó la total extinción de las diferentes cabañas ganaderas. Imposible adquirir carne de calidad. Mucho menos consumirla. Aníbal, el carnicero, sin embargo, ofrecía cada lunes a su distinguida y acomodada clientela unas suculentas piezas. Afirmaba ejecutar la matanza allá, en su pueblo natal.
Escrito por José Antonio Barrionuevo - Twitter

Incompatibles

Te amé desde la primera vez que te vi. Me cautivaron el brillo de tus ojos, tu esbeltez. Y esa manera tuya de moverte, sin hacer ruido, en la oscuridad.

Siempre sospeché que tenías algo de gata.

Hoy muero mientras escucho crujir entre tus mandíbulas mi pequeño esqueleto de roedor.
Escrito por María José Rodrigo

Quien a buen árbol se arrima...

En verano le gustaba encaramarse a los árboles para leer. Según fuese el libro, elegía una u otra especie: frutales si eran libros de aventuras, viejos robles para los libros de viajes... Cuando aquel verano conoció a Manuel, sus ojos verdes hicieron que buscara un tilo para serenar su corazón.
Escrito por Flor Belmonte

Pasión por la ciencia

Ensayo fase I. Selección química.

Apura en una toma el fármaco contenido en la probeta. El efecto es inmediato. Avanza decidido hacia una de sus colegas y le da un largo beso con sabor a magnesio. Reacción positiva. Repasa su libreta.

Ensayo fase II. Gimnasio, sastre y clases de baile.
Escrito por Jose Bravo - Twitter

Puñalada trapera

La carreta avanzaba lentamente por la empinada cuesta cuando el trapero se ocultó las tijeras bajo la andrajosa chaqueta. Se acercó sigilosamente al transeúnte que resoplaba junto al camino y se las clavó en el bajo vientre . Sin inmutarse apenas, las abrió, asegurándose así de que le desgarraba los intestinos.
Escrito por Perraka

Después de todo

—Calla —dijo ella.
—Cállame tú —dijo él.

Después se escuchó un beso y el quejido de dos cuerpos entrelazados.

Me desperté sofocada. Toqué tu lado de la almohada y allí estabas. Plácidamente dormido. Sentía que el corazón explotaba de felicidad al sentirte de nuevo a mi lado después de todo...
Escrito por Marola