Vacaciones

Desconectó la tele, el ordenador y el móvil, se echó la mochila a los hombros y cerró con doble vuelta. Abajo, saludó al conserje:

—¡Ojalá no volviera a verle!
—¡Que le jodan!

Rió con ganas, ignorando que todo se torcería cuando... ¡Que no, que esta historia termina de uta madre*!
Escrito por Álex Garaizar
*Máquina de escribir cedida por Isidro Moreno.

Cuando sólo la música queda

El silencio estaba sentado a mi lado. Le pregunté si le importunaría algo de música de fondo, de esa que a veces es lo único que hay mejor que él. Le pareció tan buena idea que al ponerla comenzó a tararear, aun sabiendo que se anticipaba a su propia desaparición.
Escrito por Ana Bartin

Olvidos

Él olvidó paulatinamente los besos, los abrazos, las caricias, el afecto, las atenciones... Ella olvidó repentinamente ir a la farmacia a comprar la adrenalina y decirle que a la receta del postre que estaban tomando en la cena de celebración por su décimo aniversario de boda le había agregado cacahuetes.
Escrito por *L* - Blogger

Los recuerdos

Los policías veteranos me advirtieron de que iba a descubrir perversiones que no debería dejar entrar en mis recuerdos. Aun así me costó creer que las fotografías almacenadas por el detenido en su ordenador fueran verdaderas. Tampoco sé cómo olvidar la mirada de los niños que pude ver en ellas.
Escrito por Cadillac Solitario

Por imposible

Desplegó sus alas en toda su envergadura y las comenzó a batir. Primero suavemente, luego con una aceleración en sus movimientos. E inició el despegue, buscando el cielo de una manera ingrávida. Una cristalina lágrima resbaló, entonces, por su angelical mejilla, testigo de su completa incapacidad por mejorar el mundo.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Mejor solo

Hablaba sin parar, en el metro, en la cafetería durante el desayuno o incluso cuando volvía a casa de hacer la compra. Le parecía una lata tener un amigo imaginario porque los demás se empeñaban en criticar su elegida soledad. No entendía eso de "seres sociales".

—Póngame un café. Solo.
Escrito por Carmen Martagón E.

El 25º viaje de las palabras

Cuando pensaba que había superado todos sus niveles de osadía decidió enrolarse en el barco.

Precio: solo 50 unidades.
Equipaje: muchas historias vividas y por vivir.

Hoy, 25 mares surcados, múltiples mundos visitados, infinitas almas descubiertas. En la bitácora, palabras de agradecimiento al viento que sopla las velas del navío.
Escrito por Malu

El donante

Al despertar de la anestesia, después del complicado trasplante de cerebro cuyo donante fue un vecino suyo, comprendió que todo cambiaría favorablemente para él. Así fue, ya que de inmediato volvió a disfrutar de su coche, sus vacaciones, su trabajo... Incluso, a diario, perseguía a su esposa con desmesurada lascivia.
Escrito por Joaquín Grau

Paciente

¿Cuántas veces lo imaginaste muerto antes de que enfermara, antes de que la rabia de sus ojos se tornara en miedo y esa violencia arraigada en sus entrañas fuera drenada a base de sondas? Ahora, viéndolo postrado, impotente e inmóvil, ahora, sin ninguna duda, merece la pena esperar. Que sufra.
Escrito por Ignacio Urtiaga - Twitter

El no hijo

El jinete se acercaba a mi vientre. Mis dos latidos resonaban retorciendo el campo por el que avanzaba para desterrar a la criatura lejos de mi luz. Prefiero que estos dos corazones dejen de latir al mismo ritmo culminando magnos a abocar a mi niño a una vida sin mí.
Escrito por Ruthmarx

De lo que aconteció a una guerrera y su amado

Al cruzar el viejo portón, aún podía oír el recuerdo de disonantes voces cruzadas. Mientras desabrocha su fíbula, observa apenada la estancia imaginando tal vorágine. El lecho partido, pertrechos por doquier... Sobre el arca, una carta de despedida:

Destrocé con mi espada lo que no supe defender con el corazón.
Escrito por Tony Montes

El legado

Hijo mío, como un torbellino pasará esta vida, y aunque lo intenté no podré protegerte de ella. 

Entonces, aunque no esté y olvides las palabras, quédate con lo primero y último que pude darte, siéntete siempre reconfortado. Porque no se necesita mucho más para sentirse bien que un buen abrazo.
Escrito por Shantala

Cristales rotos

El ruido de cristales rotos la sacó de su ensoñación. Salió de la ducha, muy nerviosa, asustada. El albornoz apenas puesto se enredó entre sus piernas y perdió el equilibrio, rodó sin control escaleras abajo y chocó contra el espejo; el mismo ruido de cristales rotos... y todo se desvaneció.
Escrito por Juan Aldea - Twitter

Hablar por hablar

Él era del Opus y ella, todo lo contrario. Coincidieron por casualidad en un foro sobre el aborto. Cruzaron argumentos irreconciliables, hasta que ella lo fulminó de un certero golpe bajo: "Hablas por hablar, porque no sabes lo que es parir ¿Has cagado alguna vez en tu vida un coco?".
Escrito por Marciano

El político sin sombra

Había una vez un político corrupto cuya sombra, abochornada, le abandonó. Durante un tiempo, el político corrupto vivió sin sombra. "¿Para qué la necesito?", se preguntaba. Sin embargo, un día, inaugurando una rotonda, advirtió que todos le señalaban y murmuraban. Acabó comprando una sombra china cuya desvergüenza estaba plenamente garantizada.
Escrito por Plácido Romero - Twitter

Sinrazón

Finalmente, el único dentista que no recomendaba el uso del dentífrico oficial fue castigado por su terca rebeldía. Encadenado a la picota, los del pueblo se le iban acercando. Le reprendían unos y le insultaban otros. Le escupían los que más. Todos, sin excepción, le mostraban su complacida sonrisa desdentada.
Escrito por Enrique Mochón Romera

Los viajes de Paula (I)

Paula volvió a pasar por allí, pero esta vez se quedó un rato. Acababa de decidir que le gustaba la vieja estación abandonada. Podría pasar noches enteras allí, en penumbra, viendo cómo los trenes desfilaban sin pararse. Así se sentía. Todo el mundo pasaba por su vida.

Nadie se quedaba.
Escrito por Wayne Benítez - Twitter
Parte I | Parte II | Parte III

Envite

En un momento de ciega desesperación, aposté al rojo e impar. Miraba cómo la ruleta giraba. Bailaba con ritmo trepidante sin decidirse a parar, jugando con el destino.

Por un instante deseé retirarme del juego. Pero la fortuna ya estaba escrita. Acerté. Rojo sangre y tiro acertado a su amante.
Escrito por Mª Belén Mateos Galán

Grimhilde 2.0

Mari subía una foto nueva cada día. Todos la elogiaban y le confesaban atracción. Tenía cinco mil amigos en la red, treinta mil seguidores, más de mil fotos. Comía sola en su silla, dormía sola en su cama. Alimentaba su ego. Hace mucho que murió, sigue en el mismo lugar.
Escrito por Johnny Correia

El precio de la traición

Desde que su mujer nos sorprendió juntos en la cama no he vuelto a verle. Echo de menos el suave tacto de sus manos y el brillo de sus ojos. Me pregunto cómo le habrá castigado. Yo, encerrado a oscuras, añoro contarle los secretos que ella oculta entre mis páginas.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Alguien tenía que contarla

Os agarrasteis uno al otro. No os conocíais de nada, pero a un gatillazo de la muerte vuestras miradas se cruzaron.

Yo no tenía prisa, pero después de la persecución solo me quedaban una bala y cinco minutos de gloria. La elección pasó a ser un motivo desesperado.

Pues disparé.
Escrito por Saioa Etxegia Eizagirre

Urgencia

En el afán por llegar a su corazón, estaba dispuesto a robar la estaca del cazador de vampiros, el arco y las flechas de Cupido o la inspiración de los poetas. La tenía allí, enfrente, y no podía dejarla ir; por eso se apuró en cargar, de nuevo, el desfibrilador.
Escrito por Beto Monte Ros - Twitter

Reivindicación laboral

El reloj, cansado de trabajar todos los días a todas horas, decidió descansar un minuto de cada cinco. El relojero protestó, pero tuvo que adaptarse. Creó una esfera de reloj con una rayita menos entre cada número. Acordaron revisión quinquenal de condiciones laborales, no cambiaría la esfera más a menudo.
Escrito por M. Carme Marí - Web

Imbécil

La rabia había frenado sus palabras y la contestación que se merecía se le había ocurrido horas después. No entendía que, mientras acordaban las vacaciones entre compañeros para que nadie resultase perjudicado, le saliera con: "¿Por qué te interesan mis vacaciones? No te preocupes, que de ellas me ocupo yo".
Escrito por Gloria Arcos Lado

El paraíso puede esperar

Allí sentado, repasó mentalmente el contenido de sus bolsillos. Unas monedas, las llaves, la cartera y, lo más valioso, una pequeña libreta. En sus cuatro hojas, muchos años de trabajo, las fórmulas del invento que cambiaría el mundo y le encumbraría. Pero..., en aquel portarrollos ya no quedaba papel higiénico.
Escrito por Rafa Olivares - Web

Mecanografía

ablo edro érez ereira, rimer intor ortugués, remiado or ablo rimero or intar erchas ara obres or oco recio. rimer remio. 

Debía llevar mecanografiado al día siguiente un texto con todas las palabras iniciadas con la letra "P". Justamente era la letra averiada hoy en mi vieja máquina de escribir.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

El meteorito

El 8 de diciembre cayó un meteorito en la tundra siberiana. En su interior, una cápsula, y dentro, un mensaje. Decía así:

Vendo planeta en buen estado. Buenas vistas. Aire puro. Agua. 
Coordenadas: 135.432.241.857 
Precio: 3000 kg. de tungsteno líquido. 

La comunidad científica se puso a buscar. Se esperan noticias.
Escrito por Luis Goróstegui

El gran resucite

Al tercer día al abrir la tumba, su cuerpo ya no estaba ahí.

"¡Un milagro!", decían sus seguidores, anhelando la resurrección del alma.

"¡Lo han robado!", decían las autoridades.

Pero nadie se percató de que, al costado, escondido entre dos piedras, se encontraba el "Manual del escapista de Harry Houdini".
Escrito por Daniel Morón

Creación

Mientras dormía, un repentino soplo de viento dio vida a aquellos hombrecitos de papel que había acabado de crear. Al día siguiente, era ya toda una ciudad la que se levantaba sobre el armario de su habitación. Sorprendido, vio una palabra grabada bajo su propio retrato en el anaquel: Dios.
Escrito por Miguel Pineda

El contador

Tic tac. Naces. Tic tac. Miras, lloras, comes. Tic tac. Creces, descubres, juegas, ganas. Tic tac. Aprendes, crees, observas, vives, amas, lloras, te hieren. Tic tac. Sueñas, luchas, apuestas, pierdes. Tic tac. Devoras, gritas, estás ciego. Tic tac. Mueres.

Tic tac, tic tac. ¿Y si ponemos el contador hacia atrás?
Escrito por A. A. Reig - Web

Avaricia (Pecados capitales IV)

Acudió a la lectura del testamento visiblemente emocionada. Esperaba recibir una cuantiosa recompensa por tantos años desperdiciados cuidando de "esa asquerosa anciana decrépita".

Ya en la notaría, vio al gato de su tía dormitar sobre el regazo del abogado familiar, que sonreía de una manera que no le gustó nada.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter
Serie: PerezaGula | Lujuria | Avaricia | Envidia | Ira | Soberbia

El misterio del acróstico que ordenado señala a la asesina

Marta A. odió a Arman cuando descubrió su infidelidad.
Tamara nunca dejó de amar a Arman.
A veces él se reencontraba con sus dos exnovias.
Rechazaba la felicidad que le ofrecía el amor.
Ambas rivales, Tamara y Marta A. se detestaban.
Ana la mucama encontró el frío cadáver de Arman.
Escrito por Jean Durand - Twitter

Elixir de amor

Cantaba alto y claro dando la nota desde largas escaleras de caracol donde sus voluminosos rizos recogían tristes bucles de desamor y vicios que transformaba en novedosos elixires de amor que consumían incesantemente los fuertes de corazón que iban a verla embriagados por tan bellas historias de regeneración y ciencia-ficción.
Escrito por Geométrica Bárbara - Twitter

Carpe diem

—Tendremos dos querubines. Uno se llamará Manuel, como yo; y el otro, María, como tú; y tendrán los ojos del color de los océanos.

Recuerdo que guardé silencio intentando apurar aquellos momentos de felicidad irrepetible. Recuerdo que lloré, muerta de miedo, por no decirte que yo también me llamaba Manuel.
Escrito por Luis San José - Web
Elegido mejor relato de junio de 2015

Maldita ternura (2...)

—¿Lo prometes?

—Sí. Pero sabes que es demasiado bueno para dejarlo...

Lo vio acercarse. Con un ademán alejó al hombre.

—Estamos ya un poco viejos para esto, ¿no?

Ella se encogió de hombros. Él salió y una vez más se hundió en sus recuerdos, como único consuelo para aquella mentira.
Escrito por Ruperto
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El plusmarquista

Mi hermano fue el primero en poner el triciclo en dos ruedas y la bici en una y, así, en perder antes los incisivos. Más precoz en suspensos, en investigar la anatomía femenina. En borracheras. En morirse. Y en generosidad; solo hay que fijarse en las córneas de mis ojos.
Escrito por Paloma Hidalgo Díez - Web

Natural o torrefacto

El café de media mañana transcurría con los mismos argumentos cotidianos: que si al Barça ya no se le escapaba la Liga, que si de primavera nada, más bien verano, que mira que están buenas estas magdalenas... Y cinco minutos más tarde, despido disciplinario con efecto inmediato, ¡cuánto lo sentimos!
Escrito por Rafael Domingo Sánchez- Twitter

El extraño caso de Leonor K

Él lloraba arrodillado junto al féretro. Ellas quedaron a las nueve en el portal y caminaron arracimadas, en silencio hasta el cementerio. Todas participaron en la colecta para la corona, "Descanso eterno".

Regresaron a sus casas, confiadas, pero aquella noche tampoco pudieron dormir. Persistieron los jadeos, ahora prolongados y ululantes.
Escrito por Jose Bravo - Twitter

La cura

"¡Todo en orden!", dijo el asistente, dándole la señal al operador. Las puertas del invernadero se abrieron. La góndola se puso en marcha e inició el sinuoso recorrido. El olor a hojas de pino y musgo incendió los pulmones de los enfermos. Cuando llegaron al final del bosque, estaban curados.
Escrito por Vicente Varas - Twitter

El contable

Cada dos por tres se mete en camisas de once varas empeñado en buscarle tres pies al gato. Aunque le canto las cuarenta, él sigue en sus trece.

—¡A vivir, que son dos días! —me dice sin darse cuenta de que, con solo una mirada, me transporta al séptimo cielo.
Escrito por Margarita del Brezo

La última historia

En mi país, o te mata el narco o te matan los milicos. Aquí y ahora, estando encañonado, ruego al Señor me deje imaginar mi última historia. El fuego de la metralla se congela frente a mis ojos, quizá horas, días, noches..., antes de dar con mis últimas cincuenta palabras.
Escrito por Andrés Galindo - Web

La nada

No puedo más. Esta continua sensación de caída libre. No sé cuánto tiempo llevo así. Ni qué hora es. No funciona el reloj. Todo está oscuro. No sé cuánto tiempo llevo aquí. ¿Estoy vivo? ¿Estoy muerto? Es igual. Tendré que acostumbrarme, pero, ¿a qué? ¿Hasta cuándo? ¿Qué hay después? Nada.
Escrito por Gil Hernando de Santiago

Inmortales

Hacía tiempo que sus ojos no se encontraban, años. Sabían el uno del otro porque nunca se dejaron de buscar. Sus vidas habían cambiado tanto que ya era complicado dar los besos infinitos no dados, las noches durmiendo juntos, los momentos alejados. Su piel temblaba sin tocarse. Amor eterno platónico.
Escrito por Jem Ela - Twitter

Nunca habrá un final

Y por qué no acabo los libros. Los libros se disfrutan cuando los lees y cuando no estás leyéndolos. Acabar un libro es cerrar una etapa de tu vida, o empezar a cerrarla. Pues bien, hoy he cortado con dos libros, han tenido que ser dos, menos no hubieran bastado.
Escrito por Tulop

Paseo nocturno

Aunque la calle parecía tranquila, sé que todos los peligros esperaban a que yo saliera. El coche que subía la cuesta acelerando, el camión de la basura que daba marcha atrás, los perros del vecino del portal izquierdo, las gaviotas nocturnas... Todo era un despropósito para un tranquilo paseo gatuno.
Escrito por Cuarta Lobo - Web

Un jefe comprensivo

Su nuevo jefe le había sorprendido mientras chateaba con su novia. El joven, apurado, no sabía qué decir para superar aquel episodio desgraciado. El redactor, viendo lo azorado que estaba, tranquilizó al becario:

—No te preocupes, Tomás. Sólo espero que me cuentes si Sofía te acompañará al final al concierto.
Escrito por Gloria Arcos Lado

Mala vida

El café aromatizaba la estancia. Ella planchaba con grato esmero la raya del pantalón y el cuello de la camisa mientras él se aseaba. Más tarde se besaron al despedirse con un mutuo "que te vaya bien el día, cariño" mientras ella pensaba ya en recibir a su próximo cliente.
Escrito por La Marca Amarilla - Twitter

El mago

Un temblor de manos desnudó los ases que guardaba en su manga y, abatido, abandonó los trucos en el desván del olvido.

Los conejos de su chistera le encontraron trabajo en un parque y ahora saca de una mágica bolsa migas de pan que, entre aplausos, las palomas hacen desaparecer.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

Andares

Las escenas representan en el teatro de las calles reales y anónimas cada vida. Algunas parecen arrastradas por una condena o una sentencia fallada en otra época. Pasa a su lado gente que no conoce, que cree interrogar con la mirada. Mientras, Alicia sigue su camino de ida y vuelta.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web

El prestamista involuntario

Busqué la muerte, una vez muerto busqué mi corazón. ¿Quiénes eran ellos para entregarlo sin mi consentimiento?; nunca quise ser donante.

Vi al hombre abrazado a una mujer y una niña de rizos rubios acurrucada en su regazo, y comprendí que mi corazón, mil veces roto, merecía conocer la felicidad.
Escrito por Salvador Esteve

Amor clandestino

Finalmente se casó y tuvo hijos. Disfrutaba de una confortable y sensata vida entre amigos, aficiones... Con los años también llegaron los nietos. Y aunque su espíritu ya no era tan joven, cada marzo se encerraba en su primavera; en ella conservaba secretamente un apasionado y loco amor de juventud.
Escrito por Mª Jesús Rodríguez

En la arena sin fin

No pienso volver a ser adulta. Me voy al tobogán.

Caí en el arenero y tuve una epifanía. Entonces cavé profundo. Muy profundo, en la arena sin fin. De pronto los vi, acechantes. Sentí sus garras. Grité, pero me arrastraron.

Me encerraron. Pero volveré. Sé dónde está enterrada mi niñez.
Escrito por Sandra Rebrij - Web

En un motel de cine

El agua mana del rociador arrastrando la tensión acumulada los últimos días. Súbitamente, la cortina se abre. Una silueta de mujer empuña un cuchillo que hunde repetidamente sobre el cuerpo mojado de la joven. Música y gritos se aúnan en estridente fragor mientras la sangre fluye mansa hacia el sumidero.
Escrito por Matrioska - Web

Qué pacientes, los pacientes

—El desasosiego, la inquietud, la desazón... ¿tienen cura, doctor?

—Por supuesto, tranquila, dos años de tratamiento.

Pasados tres años...

—¡La veo muy bien! Disfrute.

—¿Qué hago con la impotencia, la soledad, las mentiras, la manipulación, la desconfianza...?

—Haga deporte, cargue endorfinas... —mirando su reloj recordó tomar su dosis de valium.
Escrito por Consolmr

Ojitos

Recordó los ojos muertos y pensó que eran más de lo mismo. Los ignoró.

Tomó su café, fumó su cigarrillo y vio pasar en unos anillos los mismos ojos. Hundió el cigarrillo en la taza que aún desprendía vapor.

Salió de la guarida a encontrarlos y retornó entonces su ceguera.
Escrito por Priscila Pry

Y mañana, resurrección

No sería un día peculiar para ella. Se levantó medio dormida. Dejó el desayuno a la mitad. Trabajó hasta media noche. Caminó a pie la mitad del camino de vuelta a casa; la otra mitad, andando. Llegó medio muerta al portal. Murió del todo bajo las sábanas.

Y mañana, resurrección.
Escrito por Universo Particular - Web

El silencio de los pobres

De los escombros de la mísera covacha extraen a un niño, milagrosamente vivo en medio del apocalipsis. Poco importa que el polvo en la garganta le impida hablar, sus padres no pueden explicarle ya por qué la naturaleza ha vuelto a cebarse con quien menos tenía. También Dios permanece callado.
Escrito por Ángel Saiz Mora

Si solo tengo diez años

Los insultos y el maltrato del uno al otro terminaron con su separación. En los traslados semanales, siempre soy acompañado por agentes del orden público. En cada casa, solo oigo descalificativos hacia el otro.

Por eso, cuando hoy me preguntó el juez "¿Con quién te querrías quedar?" dije "¡Con ninguno!".
Escrito por Ángel Rueda

Enamoramiento nivel Dios

Lo supo nomás verla. Su mirada angelical la hacía flotar sobre los pastos, era tanta su infatuación que no vio el borde; voló con toda su humanidad, un segundo por el cielo que le pareció una hora. El tiempo detenido en su mente intentando evitarlo. Sin remedio le cayó encima.
Escrito por José Torma - Web

Cajas

En una caja guardo tu sonrisa, en otra guardo tu aroma. Hay muchas cajas más. En la última caja guardo lo más importante, cuando la abras no pienses que está vacía, es que se comenzará a llenar el día de mañana y, aunque no lo veas, ahí está la esperanza.
Escrito por Ricardo Rodríguez Sánchez

Tabula rasa (In memoriam)

Abel, te mató un cainita, literalmente, cuando explicabas: "Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando". Ambos estudiamos la teoría empirista de Locke en Magisterio: nacemos como una tabula rasa que hay que rellenar con buenos valores humanos. Algo no nos cuadra, ¿verdad? Adiós, héroe. Descansa en paz hasta la eternidad.
Escrito por Marcuan - Web

Sinsentido

"Nos estamos dejando morir de nuevo", me dijo. Se arrancó el corazón del pecho y lo envolvió en la carta que me había escrito.

He asumido la derrota de sobrevivir a días que en nada se diferencian unos de otros y aún no he encontrado los motivos de tu partida.
Escrito por Fátima B. - Twitter

El poder cambia de manos

El día empieza temprano con el desayuno. Comen de todo. Como desde hace millones de años. Lo que ha cambiado es el orden de las cosas. Lo más importante es que ahora mandan y está prohibido pisarlas o exterminarlas con productos químicos. Son grandes, marrones, tienen antenas y claman venganza...
Escrito por Hipérbole

¿Qué se te ha perdido?

Tapó sus ojos prometiéndole que sólo era un juego de niños. Aquello le trajo a la memoria recuerdos de su infancia: la gallina ciega, el escondite... Una risilla nerviosa se escapó de su boca entreabierta. 

Se dio cuenta de que ya no era una niña al primer golpe de realidad.
Escrito por Carmen Martagón E. - Twitter

Nubarrones

Un soplo de viento agita mi veleta. Los nubarrones plomo que gravitan sobre mí se han vuelto nubes limpias de algodón. Quiero alcanzarlas, acariciarlas y descubrirlas.

Giro con locura de artista visitado por la musas. Abro los ojos. Ahí están tus labios posados en los míos, salvando un trágico final.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

Quid pro quo

Se le cayó la gorra cuando trataba de colocar un tablero carcomido a modo de puerta en su casi derruida cabaña. Fui a recogérsela, entonces, nos miramos a los ojos. Lo traje a casa. Me confesó que jamás había vivido en una, y yo… que nunca había tenido un abuelo.
Escrito por Rosy Val - Web

El monstruo

Cada noche el mismo ritual. Esperaba a que su marido durmiese plácidamente, echaba el pestillo y atrancaba la puerta con una silla. En el colegio la leyenda era que un monstruo habitaba en armarios o debajo de las camas, pero en su caso venía de la habitación de sus padres.
Escrito por Stbn

Memorial

La solemne sesión de clausura de la frustrada Conferencia de Paz de Córdoba se financió mediante aportaciones de donantes, a los que honraron grabando su firma en las columnas de la Mezquita.

Terminada la guerra, tallaron una fecha y una cruz o una media luna sobre los mil trescientos nombres.
Escrito por Crispín

En deconstrucción (Serie micro-cromática: Amarillo)

Vio su rostro reflejado en la botella que sostenía. Los destellos ambarinos de la ambulancia le conferían un tono más bilioso de lo habitual.

Últimamente, su vida se había convertido en un desvío permanente hacia ningún lugar. Se palpó el hígado y supo que su provisionalidad terminaba en aquel callejón.
Escrito por Carles Quílez - Web
Serie: Rojo | Gris | Blanco | Rosa | Negro |
Naranja | Amarillo | Azul

Enigma

Había empezado a balbucear mis primeras palabras cuando mi madre se empeñó en que aprendiera inglés. Luego vinieron el francés, el alemán, el italiano, árabe y por fin, chino mandarín. Entender a Joyce, Zola, Goethe, Pirandello, Averroes y Confucio y encontrar indescifrable, ininteligible, incomprensible lo que quiere decir mi madre.
Escrito por María Fraile - Web

Espejo

Mañana amanecerá con una cana nueva. Se acercará a mí, me la enseñará y, con amargura, se quejará de que la edad no perdona. Después se lavará la cara y comenzará su ritual hasta verse guapa. Entonces me sonreirá y yo haré lo que mejor sé hacer: devolverle la sonrisa.
Escrito por María Navarro - Twitter

Sin recreo

Se calló dirigiéndose a la esquina, se acuclilló poniendo los codos sobre las rodillas, bajó la cabeza apoyando la barbilla en sus manos y miró al frente. Nadie ahora le hacía caso y el maestro continuaba la clase, que venía repitiendo por años y que nadie antes le había interrumpido.
Escrito por Antonio Ortuño Casas

Solo que

Iba caminando solo.

A lo lejos ve a alguien que agita su mano. Apura el paso para saludarlo, para conversar un rato. Alcanza a verle la cara, se le ríe, y pronto está cada vez más lejos.

Y desparece y así lo deja, con la risa rebotando en la niebla.
Escrito por Patricio Peralta R - Web

El trío

Viernes noche.

—Cariño, no quiero continuar.

Los tres alrededor de aquella mesa.

—Hemos venido para esto, llegaremos al final.

Nuestra primera vez, no para ella.

—Decidíos, ¿sigo?

Nos ofrecía mucho dinero.

—Sí.

Mi afirmación marcó nuestra relación.

 —Trío... ¡como las tres habitaciones del apartamento que habéis ganado en Torrevieja, Alicante!
Escrito por Jose Antonio Gallego

Y nada más querido que lo que perdí

Marta está en la peluquería, de espaldas al espejo, con los ojos cerrados reprimiendo un estallido de lágrimas. La suave lluvia que golpea sobre sus hombros al desprenderse uno tras otro cada mechón de su cabello se le antoja una inclemente granizada que, por momentos, le está helando el corazón.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

Turismo temporal

Se habían puesto muy estrictos con lo de interferir en el espacio-tiempo. Así que nosotros también. 

Planeábamos sigilosamente, hacíamos unos golpes de luz (donde transcurrían semanas). Se podía ver el pasado, pero no establecer contacto.

La última multa por crear el fenómeno ovni casi nos lleva a la quiebra.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros

Piedad

El amor se demuestra con hechos, dijiste, intentando reprimir una lágrima.

Acaricié tu cabello, evitando mirarte a la cara. "Ya es hora", repetiste, "no lo aplaces más"... Con un movimiento enérgico, me levanté, desconecté tu respirador artificial, apagué la luz de la habitación y salí de aquel hospital casi corriendo.
Escrito por Daniel Castillo

El futuro

La pitonisa a la que acudí para conocer mi futuro tenía fama de ser infalible. Ella me miró con sus ojos negros y ni siquiera tuvo que leerme las cartas del tarot. Me dijo que antes de un año sería hombre muerto. Entonces decidí cambiarme de sexo. Infalible, como digo.
Escrito por Cadillac Solitario

Impronta

Teorías, hechos, dichos, actitudes, aptitudes... Todo lo cuestionaba. Y, siempre que podía, lo dejaba por escrito en algún lado: en una servilleta, en un blog, en un artículo periodístico... Los arañazos en el ataúd fueron la última huella de su cuestionamiento sobre la profesionalidad del forense que certificó su muerte.
Escrito por *L* - Blogger

Abel

El mapa de la Península quedó medio seco sin el Tajo y el Ebro. Con los dedos aún empolvados de tiza, el profesor se desplomó sobre la tarima y la ballesta impuso silencio en el aula. Los apuntes aún aletean, huérfanos, y ni la policía ni el juez saben consolarlos.
Escrito por Belén Sáenz - Web

El hallazgo

Bajo mi zapato descubrí un botón rojo de nuez de marfil. Nunca supe quién lo puso en la pasarela, ni cómo no cayó a la autovía. Lo recogí y salté a la acera para regresar a casa. Desde entonces, no he sentido más la tentación de subirme a la barandilla.
Escrito por Jerónimo Hernández de Castro

De nombre Tardasoma

Nació salido de cuentas. Remiso para andar y hablar, le costó aprender a leer, no tanto a escribir. El trabajo se le resistió. Se enamoró tardíamente y nada de amoríos fútiles. Se desposó madurito y hasta rebasados los sesenta no llegó su único hijo.

Solo fue puntual en su sepelio.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Crimen imperfecto

Cuando dejó de convulsionarse, el asesino le dibujó una palabra con su sangre en la frente. Después pareció pensarlo mejor y la borró, lamiendo con seductora calma su ya inerte piel.

Luis dejó el libro que estaba leyendo sobre la cama. No tenia más tiempo que perder: había un testigo.
Escrito por Gabardiella

Máquina del tiempo

Estrené mi máquina del tiempo con el implacable Marat. Caí en su presencia y me miró como el amo ojea al esclavo. No le devolví el desprecio, pero juré que si encontraba a la girondina Corday le aplaudiría la idea de mandarlo a donde las máquinas del tiempo no llegan.
Escrito por Marciano

La tierra de la abundancia

"Arroyos diáfanos y verdes bosques..., zumbar de abejas sobre fértiles praderas..., cántaros repletos de leche y miel...": la nana de la abuela Zila. El último pensamiento de Abdul cada noche al dormir. Su último pensamiento.

Parecía sonreír, dijeron, cuando fue arrojado a la orilla por las frías aguas del estrecho.
Escrito por Enrique Mochón Romera

Somewhere over the rainbow

El cielo seguía estando allí. Cada pestañeo lo afianzaba más. Nunca presumió de ser como el suelo, que te sostenía y te ayudaba a levantarte si caías. No. El cielo conocía el potencial. El cielo sabía que muy pocos podían tocarlo. Pero a esos pocos el cielo quería verlos volar.
Escrito por Wayne Benítez - Twitter

Décimo mandamiento

Tres décadas después volvieron a encontrarse. Emocionadas, se pusieron al corriente: una, catedrática en una universidad de prestigio; la otra, ama de casa y con familia numerosa, acababa de estrenarse como abuela. Se despidieron con un cálido abrazo y el deseo de seguir en contacto. El otro se lo callaron.
Escrito por FNR