Tenaz

Dziękuję! —exclamé al taxista, todavía sin creérmelo.

Arrastré la maleta por las calles, ¡qué recuerdos traía todo! Me detuve en el puentecito de Tumski, ahora abarrotado de candados por eso del amor eterno.

Por fin encontré aquel de color rojo, medio oxidado. Saqué las tenazas y lo liberé para siempre.
Escrito por Álex Garaizar

Juego peligroso

Los últimos enfrentamientos raciales en la ciudad han terminado con cuatro peones heridos, un caballo lesionado y tres torres aniquiladas. Estos hechos han provocado un efecto dominó en la bolsa con fuertes caídas en los inmuebles del Monopoly mientras el sindicato de trabajadores anuncia su decisión de romper la baraja.
Escrito por Margarita del Brezo

Gula (Pecados capitales II)

Estaba feliz ultimando sus exuberantes especialidades para comensales tan distinguidos; rollizas carteras rendidas a su reputación como chef del mejor restaurante de la ciudad.

Se esmeró en la elaboración de cada plato. Deseaba que estuvieran exquisitos para todos esos infelices que aguardaban en el callejón. Hoy habría sobras para todos.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter
Serie: Pereza | Gula | Lujuria | Avaricia | Envidia | Ira | Soberbia

Flechazo

Me miró con sus ojos de vidrio marrón desde el enrejado. Me erigí, y ya no pude pasar de largo. La abracé y ella me abrazó como nunca nadie antes. Sin dudarlo, la anudé a mis correajes. Desde entonces soy feliz porque me sigue, moviendo el rabo, a todas partes.
Escrito por María José Escudero

Autobiografía

Él solía escribir, destapaba su botella cada noche y plasmaba sus sueños en papel. Ese hombre tenía el trabajo más estúpido del mundo: cuidar aquel faro. Y allí estaba yo, escribiendo sobre un hombre que tenía el trabajo más estúpido del mundo, con esa estúpida botella, en aquel estúpido faro.
Escrito por Johnny Correia - Web

Tarzán y yo

Mañana el seminario quedará desierto, y seré dueño del frontón, de la huerta y la cocina. Cuando caiga la tarde, me esconderé con Tarzán en su pequeña caseta de madera, justo después de que el padre Alfonso me lleve a su celda con aquel pantalón corto que tanto le gusta.
Escrito por Luis San José - Web

Fotomatón

Echó monedas y siguió las instrucciones: "Gire el asiento hasta hacer coincidir la altura de los ojos con la línea roja. No se mueva. Mire al objetivo".

Fueron cuatro disparos con sus correspondientes flashes.

A los tres minutos salió la tira con las fotografías. Ya están en manos del forense.
Escrito por Josep Sebastián - Web

Rutina

Se levantó al amanecer, se duchó, tomó su café y primorosamente se vistió.

Salió a la calle. Frunció el ceño. Se volvió a casa. Se quitó la corbata.

Hoy no quería que sus compañeros se volviesen a reír de él. Hoy sí se acordó de que llevaba diez meses jubilado.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

Antropología de España

La nonagenaria Lorenza se asombró al ver pasar a esa preadolescente gótica. Giró pausadamente sobre sus artríticos pies para observarla, enfundada en riguroso luto por la muerte, cuatro décadas atrás, de su querido Arsenio.

—¡Ay, Señor, qué vida esta! —exclamó santiguándose—. ¡Ni veinte años tendrá la moza, y ya enviudó!
Escrito por Dani

Un día especial

Siempre esperó que su jefe fuera cesado y finalmente ese día llegó. Su espera fue paciente ya que él no podía hacer nada para que aquello ocurriera.

Para celebrarlo fue al bar más cercano, pidió unos tragos, chocó las copas y se dijo a sí mismo: "¡Felicidades, lo hemos logrado!".
Escrito por Gabriel Ramos

Con otros ojos

Elvira se hallaba ensimismada ante el espejo probando un nuevo producto desmaquillador, cuando descubrió aterrorizada que sus ojos aparecían parcialmente borrados de su rostro. La pericia de un cirujano plástico recuperó en su totalidad sus hermosos luceros verdes; pero no logró que ella viese el mundo con los mismos ojos.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

Bloqueo

Aunque lleva horas y horas delante del ordenador, no ha sido capaz de escribir nada. No encuentra un tema. No sabe qué punto de vista utilizar. No hay forma de colocarle obstáculos al protagonista. No hay planteamiento ni nudo. El desenlace: cuando su mujer le avisa para comer, suspira aliviado.
Escrito por Plácido Romero - Twitter

Cuando nuestros caminos se encuentran (in memoriam)

Esta vez sus vidas no se cruzaron con la de aquella antigua compañera de clase que se convertiría después en su esposa, o con la de aquel viejo conocido que le proporcionó el trabajo de su vida, esta vez se cruzaron con la de Andreas, para siempre, para nunca jamás.
Escrito por Domingo Díaz

Me quiere, no me quiere

Me gustan las margaritas, sus colores, esa forma de mirar al cielo buscando sol, sus ganas de vivir... Tal vez por esa razón nunca me gustó el juego de deshojarlas. Aunque, pensándolo bien, creo que nunca me gustó porque no salía el "me quiere" y yo quería que me quisieran.
Escrito por Carmen Martagón E. - Twitter

El extraño caso del inspector Clyde

Clyde era inspector de policía. Cuando su oscuro emergía, el asesino actuaba. Durante toda su vida las dos personalidades habían coexistido. Había luchado hasta la extenuación contra su yo perverso; no podía más.

Cuando la noche empezó a dominar al día, se enseñó su placa, se esposó y se detuvo.
Escrito por Salvador Esteve

Antisocial

Odiaba las despedidas. Los violentos pésames, los abrazos atropellados, las frases tópicas dichas así, sin ton ni son. Y todas esas personas hablando bien del muerto, aunque éste hubiera sido un auténtico hijo de puta. Por eso cuando cerraron el ataúd y sellaron la losa, por fin, descansé en paz.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros

La luna

Reparando el arcoíris una noche en la que había perdido su brillo, resbalé cayendo al mar hundiéndome hasta el fondo. Desde entonces me encuentro viviendo entre peces, acariciando mareas a las que domino y dudando si lo que veo en el cielo es mi propio reflejo, o una maldita impostora.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

Cuentos pendientes

He dado cuerda al reloj y el segundero ha salido volando detrás del eco de los cuentos que no te escribí. Sobre caballeros, piratas y fantasmas. Quería susurrártelos al oído, bajito, solos tú y yo, pero te fuiste robándome el corazón. Cretino, devuélveme la máquina de escribir, haz el favor.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Tiquismiquis

Con el vestido de novia estaba preciosa. A Nito, mi novio, le quedaba muy bien la pajarita. Su familia entera había venido desde Australia. Iba a ser una boda inolvidable. Pero mi tío Pedro, el sacerdote, se puso enfermo y su sustituto no aceptó que mi novio fuera un ornitorrinco.
Escrito por Rafa Olivares - Web

Un espíritu de hierro (Por amor al Arte II)

Siempre elegante, de porte estilizado y estudiadas proporciones. Fina osamenta, pero una sólida estructura.

—Algunos te han tachado de altiva —le digo, y me siento pequeña—.

—Realmente, es el orgullo de mi celebridad y el saber estar a la altura de las circunstancias.

Anochece. Se ilumina jactanciosa.

 —Merci, Madame Eiffel!
Escrito por Mª Jesús Rodríguez
Parte I | Parte II | Parte III

Indefensión aprendida

Colocó, con cuidado, el último pedazo de alma que le quedaba en el interior de su pecho. Desde entonces, vive con el corazón bajo el agua porque sabe que si sobrevuela el objetivo, tarde o temprano, volverá a recibir fuego cruzado. Ya no sufre nunca, también se le olvida sonreír.
Escrito por Piedad Herrera

Perderte

Más no supe hacer. Aún sentía su perfume alrededor de mi cama. Quise decirle mil palabras, contarle todo lo que soñé mientras acariciaba su piel desnuda aún dormida. Tardé todo un mundo en sacar lo que mi corazón gritaba en silencio.

Sí, no está, y no, no volverá. Lo sé.
Escrito por Matías Calatayud Roca - Twitter

Beso

Se quedaron solos, por fin, y se miraron a los ojos con infinito deseo. Estaban enamorados. Ella se dejó llevar y se lanzó hacia el ansiado beso sin miedo. Él se apartó en el último momento, pensaba en su mejor amigo. Nadie se merece que le arrebaten algo tan valioso.
Escrito por Miguel Ibáñez - Twitter

Una segunda oportunidad

Una breve nube comenzó a cubrir la felicidad que sentía Lord Dweryn por el regreso de su joven esposa cuando escuchó los horribles alaridos del ama de llaves desde la cocina.

Posiblemente no era Dios el que había escuchado sus ruegos para devolver a su amada muerta en el accidente.
Escrito por Jean Durand - Web

Paraíso

Un hombre que llevaba varios días paseando por el Paraíso, tras haber sido admitido después de su muerte, fue llamado ante la presencia de Dios.

—Te he notado un tanto intranquilo desde que estás aquí, con los elegidos —le dijo—. ¿Echas algo de menos?

—Sí —respondió el hombre avergonzado—: vivir.
Escrito por Cadillac Solitario

Alegría vital

No es algo que me cause temor. Al revés, hasta casi lo prefiero. Saliendo de la consulta médica ya me iba pensando lo que diría, sin tapujos, a cara descubierta. Habría quien lo asimilaría mejor y otros sufrirían desengaño, pero yo me mantendría firme:

—¡Familia, me han diagnosticado seguir viviendo!
Escrito por Rafael Domingo Sánchez

El don

Tenía el don de reconocer los miedos con tan sólo mirar detenidamente los ojos de la gente. En aquel niño vio plasmada en sus órbitas las golpizas de otros pequeños. Esa vez, se observó al espejo con lentitud y el reflejo le estremeció: las cuencas de sus ojos estaban vacías.
Escrito por Ricardo Rodríguez Sánchez

Sin memoria

Y olvidando todo lo que fue y todo lo que hubo se marchó. Allí me quedé con el vacío de la nada llenándome por dentro. Desde entonces me ha quedado la incertidumbre de si se fue en paz por no recordar o se fue sufriendo por no poder recordar nada.
Escrito por Cuarta Lobo - Web

La tragedia

Ente tanto llanto, no veía claramente la persona que más le importaba. El temor y la incertidumbre le hacían suponer que su cuerpo estaría allí tendido entre todas esas personas, que yacían allí tendidas entre las cenizas. Solo buscaba y trataba de entender la razón de tanto dolor. Esperaba encontrarlo.
Escrito por Alicia Cuéllar Vidal

El cabezota

María le avisó de que fuera con cuidado con esas pastillas pero, como siempre pasaba, sus advertencias causaron el efecto contrario y Juan se empeñó en demostrarle que podía tomarse tantas como quisiera, que no ocurriría nada.

Tal y como ella había previsto, tras la primera cabezada, ya no despertó.
Escrito por Sarita

Provocación imperdonable (Homenaje a Max Aub)

Como un caño. Se oía el chorro de aquel colega en el retrete vecino. Encima salió silbando, ¡sin tirar de la cadena! No tuve más remedio que hacerlo. Hubiera sido imposible con las papeleras antiguas, pero estas de acero inoxidable son resistentes. Recuérdenme que felicite al Secretario por su adquisición.
Escrito por Alfonso González Cachinero

Pereza (Pecados capitales I)

Dando tumbos, desde el pasillo, ves cómo tus padres fingen dormir masticando su preocupación.

Conocidos remordimientos brotan de esta noche recién aniquilada, recordándote que tu futuro agoniza en el nido, y que continúa esperándote afuera; inmenso, desafiante.

Pero hoy tampoco acudirás, no con otro crepúsculo dentro de tu botella abierta.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter
Serie: Pereza | Gula | Lujuria | Avaricia | Envidia | Ira | Soberbia

Crónica del absurdo

Había escrito cien veces "te amo". En los espejos, en las paredes hirientes de su casa, en su amoratado cuerpo... Nada le parecía suficiente para demostrar cuánto la amaba. Por ello su enfermizo cerebro no entendía que tras el postrero golpe ella, exhausta, no exhalara ni siquiera un "te quiero".
Escrito por Mª Belén Mateos Galán

Carrera de fondo

Siempre adelante. Aún le queda un gran trecho por recorrer. Los ve a todos ya muy lejos. Algunos miran atrás y le sonríen desde su aventajada posición. La saludan con la mano y siguen corriendo.

Ella, ilusionada, sigue insistiendo. Pero algo se tuerce. Aunque sea despacio, sueña con llegar allí.
Escrito por Maest

Rompiendo la monotonía

La monotonía empezaba a consumirla. Cada mañana, al salir de su casa, giraba a la derecha, observaba los edificios mientras paseaba por largas calles, y entraba a la oficina hasta terminar su jornada. Decidió que era el momento de cambiar algo en su vida. Ese día giró a la izquierda.
Escrito por Vanesa Reinaldo - Twitter

50 palabras

El escritor necesitaba la inspiración de una musa para su relato. Dos semanas después un episodio sobresalía su manera de entender las cosas. Una atroz despedida con beso en un portal a las siete de la mañana, requería valentía para contarlo, pero ¿cómo puede comprimirse todo esto en cincuenta palabras?
Escrito por William Che - Web

Caperucita y el lobo

—Eres Caperucita Roja —me dijo con una sonrisa distante.
—Y tú eres el lobo —respondí un tanto fría y ausente.
—El lobo no. El cazador.

Me contestó apartando su mirada, como si no pudiera soportar el peso de lo que ambos sabíamos que había terminado sin necesidad de más palabras.
Escrito por Virginia Funes

Galones a la brasa

El forense está a punto de llegar. Los tres discuten alrededor del cuerpo, tendido en el salón sobre un gran y creciente charco de sangre.

No se ponen de acuerdo, el inspector jefe dispondrá, como siempre.

—¿Entraña o vacío?

Rubén está harto, se acabó, mañana irá solo al restaurante vegetariano.
Escrito por Eli Trias

Infortunios

Treinta años después de nuestro último encuentro volviste a mi cama. Por entonces yo todavía vestía pantalón corto; tú, aquellas adorables trencitas. "Te llamaré", me susurraste en el oído al marcharte pero, tal como en aquella fatídica noche de verano, no pude encontrar tu número al despertar de mi sueño.
Escrito por Pau

Sin palabras

Tomó la pluma y la mojó en el tintero. Diose cuenta entonces de que no tenía nada que decir. Tanto tardó que una espesa gota de tinta emborronó la carta que aún seguía virgen de trazos. Un sobre, a su lado, sí rezaba un escueto y caligráfico "Al Sr. Juez".
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Azufre

Esta mañana me ha despertado un pútrido olor infernal. Comprendí que procedía de alguna parte de mi propio cuerpo. Apenas salir de la cama miré hacia el piso para descubrir, con horror, un par de patas de cabra. Ya frente al espejo no tuve más remedio que lustrarme los cuernos.
Escrito por Andrés Galindo

Larga espera

La abuela hacía sonar el teléfono de su yerno a las cinco menos cinco de la tarde, esperando no obtener respuesta. Con ello sabía que un día más un hombre alcohólico se había levantado de la cama y había ido a recoger a su hijo de cuatro años al colegio.
Escrito por Teresa

Osadía

Hoy era el día. Se levantó, desayunó, se acicaló y, alegre, se lanzó a la calle. Manuela era mucha mujer, le rondaban muchos moscones, y probablemente, no quería saber nada de él.

Pero debía intentarlo. No era rico ni guapo, pero sí gracioso, y eso se merecía un premio: Manuela.
Escrito por Gloria Arcos Lado

Pez grande

Comí un sándwich de pescado y con prisa salí para el trabajo. Como llegué media hora tarde, el jefe me recibió muy serio y, malhumorado, estrechó mi mano. Ese gesto me pareció sospechoso e instintivamente llevé mis dedos a la nariz. Supe entonces que estaba en peligro: olían a sardina.
Escrito por Beto Monte Ros - Twitter

Metamorfosis

Sus acertados razonamientos se transformaron en discursos demagógicos, su impulsora iniciativa se ahogó en banales promesas, su natural elegancia degeneró en gesticulaciones prediseñadas, su respeto por los demás se tornó en convencimiento de que todos carecemos de inteligencia.

De forma casi inapreciable, Sergio se había convertido en un animal... político.
Escrito por Domingo Díaz

Hoy los recordé

El sol dora la tarde, cual cortina esplendorosa se despliega y se torna ensoñadoramente lánguida. Se despide con ráfagas anaranjadas, marcha como el sutil aleteo de una mariposa.

Hoy los recordé y mis pensamientos viajan con ustedes. Cabalgo cual jinete sobre la montura de quien dejó de ser una oruga.
Escrito por Chalo Rodríguez Burgos - Twitter

Alzheimer

Caminaba de un lado a otro del corredor buscando rosas. Le recordé su nombre de amapola, sonrió amablemente y se detuvo:

—Señor, ¿quién es usted?

En días de lucidez vivo con ella esperando en su voz el milagro del reencuentro, antes de que la vida obscurezca del todo mis recuerdos.
Escrito por Pedro Elías Martínez

Regresión

Cuento hasta diez despacio y echo una mirada rápida a mi alrededor. Agudizo la vista. Nadie. Una vez más, la ansiedad se apodera de mí. Aparece de la nada. Intento pillarle pero se escapa. Llega a la pared y grita. ¡Por mí y por todos mis compañeros, por mí primero!
Escrito por Matrioska - Web

La sirena y el minotauro

Durante siglos, ninguno había podido encontrar a otro de su misma especie, pero seguían buscando. Un día, por azar, se encontraron. Se miraron extrañados, se preguntaron qué eran. Se contaron sus temores, se esperanzaron, se abrazaron y lloraron. Entonces supieron que su soledad, como su tristeza, los acompañaría para siempre.
Escrito por Sandra Rebrij - Web

Prometeo encadenado

Un olorcito a humo llegó hasta su piedra. "He salvado a los hombres", suspiró aliviado. "Vale la pena soportar a diario los mordiscos de esta ave rapaz". Mientras meditaba éste y otros tantos pensamientos en su inhóspito páramo, miles de huestes incendiarias se debatían a muerte por culpa del fuego.
Escrito por Paulo Verdín - Twitter

Alienación

"Somos tan ciegos que no percibimos lo sutil que es el tiempo, estirándose permanentemente, bostezando, y riéndose de nosotros ante la obviedad de su inevitable caducidad".

—Y, tras esta profunda reflexión, el encargado de la cadena de montaje retomó el micro para arengar a los empleados del turno de noche.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez - Twitter

El viento

El viento me trajo tu nombre. Acostumbrado a la soledad, su compañía fue buena. El viento dejó tu olor, entre tanta polución destaca. El viento me acarició el cuerpo, me llevó a la locura y olvidé quien soy. Traté de atraparle; fue cuando supe que eras tú: Reina del Viento.
Escrito por Ricardo Rodríguez Sánchez

Un alma sensible

Se consideraba una amante del arte, sus esculturas plasmaban toda la belleza del último momento de vida que a todos aterraba. Nadie comprendía el enorme cuidado puesto en cada creación.

Ella esperaba aquel momento exacto, ese instante supremo para mirar a los ojos y volver a sus víctimas en piedra.
Escrito por Jean Durand - Web

En la ardiente oscuridad (Serie micro-cromática: Negro)

La noche cayó sobre ellos de repente, como una emboscada. Buscando consuelo en aquella penumbra, hallaron sus cuerpos. Y hubo una caricia clandestina, y un beso y un vello erizado. Y ciegos de deseo, el amor se derramó entre sus muslos y cayeron rendidos, consumidos, sobre un lecho de sombras.
Escrito por Carles Quílez - Web
Serie: Rojo | Gris | Blanco | Rosa |
Negro | Naranja | Amarillo | Azul

Edad de fuego

Bailan alrededor de la hoguera. Todos han traído algo, objetos que veneran pero que ya no necesitan: una caracola, un antifaz, un juego de magia, la capa de Superman...

Una llamarada azul asciende iluminando la noche.

Giran sobre las cenizas, el calor pinta sus mejillas y no paran de reír.
Escrito por Jose Bravo - Web

Después de nuestra vida

Acercó sus manos temblorosas a las de ella, suspiró... Quiso recordar: "¿Desde cuándo no me recuerda?".

Intentó ver su mirada a través de los ojos vidriosos de ella: "¿Desde cuándo no me mira?".

Cruzaron sus rostros cansados por un pequeño instante y sintieron sus corazones latir otra vez por amor.
Escrito por Malu

El boomerang

—¡Esa no es mi madre, no pienso llamarla mamá. Me prometiste que nunca nadie ocuparía su sitio. No te lo perdonaré, jamás!

—Tranquilo, hijo, no te preocupes, que ella tampoco querrá que la llames así. Posiblemente tú no podrías ocupar el sitio que, hace unos meses, dejó vacío su hijo.
Escrito por Rosy Val - Web

Segunda oportunidad

Como seres humanos que pretendían ser, él le pidió perdón y ella volvió a caer embaucada.

Salieron de sus nichos y, mientras se dirigían en busca de los pequeños ataúdes blancos, ella suplicó con pretendida voz imperativa:

—Y si tienes otro arrebato, por favor, a los niños déjalos en paz.
Escrito por La Marca Amarilla
Elegido mejor relato de abril de 2015

Ganas

Abro todas las ventanas de par en par al amanecer, doy de comer al gato, corro por el parque a la caída de la tarde, no responderé a los correos hasta mañana, tomo un descafeinado mirando las estrellas, y doy muchos saltos de alegría, todo porque me da la gana.
Escrito por Antonio Ortuño Casas

Galáctico

Me juraba que el más galáctico de los galácticos es Garrett McNamara. Yo le replicaba con la arrogancia de un cronista deportivo que nadie como Messi o Ronaldo. Hasta que en Nazaré (Portugal) vi una ola de 30 metros. Entonces supe que solo un extraterrestre puede surfear algo tan aterrador.
Escrito por Marciano

Tras el sábado

Él lo sabe, porque es irremediable. Porque por mucho que quiera al calendario no se le puede quitar la razón. Todo encaja. El frío en el alma, el picor en los ojos, la ropa sucia... Todo le lleva a esta sensación de domingo que no se quita ni al frotar.
Escrito por Wayne Benítez - Twitter

Inconmovible

Tras el aperitivo, dos platos y postre, hunde su cuerpo sobre el sufrido sofá. Le costará terminar el cubo de helado que le acompaña, un reto que acomete con espaciosas cucharadas. Tuerce el gesto cuando hablan de hambrunas en el informativo, pero hay remedio, sólo tiene que apretar un botón.
Escrito por Ángel Saiz Mora

Las palabras de la abuela

Oí cómo le decía a su muñeca:

—No estés triste, es lo único seguro en esta vida, recuerda todos los buenos momentos que hemos pasado juntas y da gracias por ello.

Reconocí las palabras de mi madre, que desde el cielo sonreía orgullosa. Empujé la puerta entornada...

—Cariño, a cenar.
Escrito por Jose Antonio Gallego - Twitter

La Gran Verdad

Fue un niño o un borracho, dicen, quien acabó descifrando La Gran Verdad. Todo cambió desde entonces. Los fusiles solo sirvieron para disparar salvas. El dinero, para encender hogueras. Alguien montó una fanfarria con cetros, coronas, báculos y otros objetos sacados de templos y palacios. Cuentan que sonaba majestuosa, divina.
Escrito por Enrique Mochón Romera

Persecución inútil

Su pueblo fue azotado durante años por el despiadado James. Un sitio alegre quedó casi despoblado, no es extraño que mi amigo y los restantes lo buscaran. Cuando supo que descubrieron que estaba en Colorado, fue con ellos. Después me enteré de que no pudo esquivar los balazos del forajido.
Escrito por Óscar Quijada Reyes - Web

En busca de oxígeno

Todas las mañanas, se disfrazaba para ir a la oficina; él no se vestía, por algo no era el jefe.

Cuando regresaba a casa, aunque soltara la corbata, seguía teniendo el nudo Windsor incrustado en la garganta. Tanto, que no volvía a respirar hasta que se camuflaba entre sus hijos.
Escrito por Gabriel Pérez Martínez

Segundas oportunidades

No puede pedirse más para ser lunes. "Las segundas oportunidades no se consiguen con facilidad", dijo la dama de negro antes de sacudirse la túnica y recoger del suelo su guadaña.

La vi desvanecerse en la lejanía y, sin pensármelo dos veces, me levanté y abandoné las vías del tren.
Escrito por Fátima B. - Twitter

A mis años

Cincuenta años después de todo lo que estudié —Bachiller Superior con dos reválidas, Licenciatura de cinco años, máster y tesina, con libros y clases magistrales—, no me sirvió para nada. Ahora soy un analfabeto. Ni para entrar al Facebook. Tengo que matricularme en la escuela de adultos, ¡a mis años!
Escrito por Gil Hernando de Santiago

Sin título

Siempre lo mismo: cuando llego me recibe con un gesto de disgusto. Nos vamos a la cama, finge los orgasmos. Al terminar, fuma. Me observa sin disimular su repugnancia. Le doy pena. Piensa que soy un ser mezquino e indigno. Lo sé.

Su frase de despedida: "Son cincuenta euros, Paco".
Escrito por Lorena Jiménez Justicia

La cita

Elige minuciosamente entre las tres faldas, se recoge el pelo con prisa, se perfuma y se calza. Son las cuatro menos cuarto cuando llega al café, tiene todavía quince minutos por delante. Pide un cortado, hojea un panfleto y espera, como siempre, a que él, puntual, falte a su cita.
Escrito por María Fraile - Web

El aviso

Esta mañana he recibido una extraña llamada. "¡Mi bebé ha muerto! ¡Ayúdale!", aulló una mujer histérica, y colgó. Con el teléfono todavía en la mano me di cuenta de que reconocía aquella voz: era la mía. Y entonces fui consciente de que no oía el habitual llanto de mi pequeño.
Escrito por Elena Garralón - Web

Venciendo al alzheimer

Al entrar en casa soltó el bolso. Giró incrédula 360 grados sobre sí misma. Paredes, techos y puertas estaban cubiertas de fotos: su boda, nacimiento de sus hijos, viajes, amigos... toda una vida. Él no estaba dispuesto a olvidar ni un solo instante de los mejores años de su existencia.
Escrito por Stbn

Segundos entre los dos

Una gota de sudor recorre tu nuca, testigo directo del placer que ambos sentimos. La respiración entrecortada exclama que estamos vivos. Quisiera comerte a besos cuando la distancia nos dé hambre. Palpitar al compás perdiendo el ritmo de nuestros cuerpos. Y al fin rendirme entre tu pecho. Tuya. Mío. Nuestros.
Escrito por Arimike

Operación

El cerebro del paciente ha sido cerrado. Ahora descansa en la sala aséptica rodeado de conexiones para seguir viviendo.

Palabras inconexas salen de su boca y movimientos convulsos, de sus dedos. El resto de los enfermos se contagia. Suenan los timbres.

El implante del teléfono móvil ha sido un éxito.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

Cleptomanía

Descubierto por las cámaras de unos grandes almacenes, la policía registró la casa de aquel intelectual entradito en años. Encontraron un aspirador de nubes, un pelador de sueños, cuatro herraduras de unicornio y otros tantos chismes inútiles. No hallaron, sin embargo, ni rastro del corazón robado a la joven dependienta.
Escrito por Juancho Plaza - Web

Teoría del "casi todo"

En su búsqueda, recorrí minuciosamente todos los rincones del Universo. Descubrí nuevas formas de vida, civilizaciones inauditas que me revelaron secretos inimaginables acerca de nuestra existencia. Sé casi todo del "todo"; pero el gran enigma, la gran incógnita, continúa oculta. Aún hoy me pregunto: "¿Dónde habré dejado las putas llaves?".
Escrito por Joaquín Grau

Final

Le pareció una adecuada forma de acabar. Habían pasado 19 años juntos, pero este no cumplirían el veinte. Ella había decidido por él, pero fue él quien decidió por los dos cuando meses atrás revisó su correspondencia sin saber lo que se iba a encontrar. Sin asumir que hacía mal.
Escrito por Mayte - Twitter

Interpretación literal

Después de una pelea decidieron no verse más.

Él decidió quitarse la vida. Una circunstancia sin importancia se lo impidió, haciendo que entonces se quitara la idea de la cabeza. Pensó que eran los conflictos los que le daban vida; sin ellos no podía vivir.

Ella decidió quitarse los ojos.
Escrito por Patricio Peralta R - Web

El día siguiente

Fue noche de pesadillas horribles, que jamás había tenido.

El sol en la ventana iluminó la habitación. Se dio la vuelta, buscando con la mano el roce de su mujer. No estaba. Se levantó. Buscó en el salón, la cocina... Y entonces recordó haber estado de funeral el día anterior.
Escrito por Ángel Rueda

Mujer

Saqué del cajón el viejo bigote que solía ponerme para disfrazarme en casa. Salí a la calle pensando que se reirían de mí. Por primera vez sentí el respeto de la gente. Decidí dejarme barba. Al llegar a casa por primera vez me sentí disfrazada. Me quité definitivamente el disfraz.
Escrito por Alicia - Web

El actor

Su ambición de superación no le permitía ni una hora de descanso. Jornada tras jornada, cada día, dejaba su alma detrás de ese escenario, donde esperaba el cariño de su público y el estallido de gratificantes aplausos.

Su vida consistía en eso, interpretar. El éxito estaba llamando a su puerta.
Escrito por Alicia Cuéllar Vidal

El Club de los Canallas

El Club de los Canallas reunía a las peores personas que podía dar la sociedad. Destacaban los políticos, sacerdotes y empresarios farmacéuticos entre otros seres despreciables.

Era tal el éxito del club, que se decidió el ingreso libre a todo canalla. Solo existía una regla: estrictamente prohibido ingresar sin corbata.
Escrito por Jean Durand - Web

El reloj de arena

Le duró la sonrisa lo que le duró el sueño. Un segundo. Su cara cambió. La mirada tomó un tinte acerado, la mandíbula se encajó y las aletas de la nariz se abrieron y cerraron. La alarma no había sonado. Despertó al oír caer los granos del reloj de arena.
Escrito por Salvador Pérez Salas

¡Cómo extraño los 80!

Capa. Traje. Botas. Cabina.

Clark Kent tomó sus complementos de Superman y los introdujo en el bolso que le había prestado Mary Poppins. Desde la llegada de la telefonía móvil, tenía que cargar con todo, cabina incluida. Ya no existían lugares en los que cambiarse cuando tocaba salvar el mundo.
Escrito por María Navarro - Twitter

Demasiado tarde

Cuando le quitaron derechos, ella siguió con anteojeras. Al menos tenía trabajo. 

Cuando la lluvia se hizo ácido, abrió su paraguas de petróleo. Al menos salía a la calle.

Cuando le desmembraron para albóndigas suecas, compró su ración. Al menos tenía hambre.

Cuando quiso rebelarse, la sociedad ya no existía.
Escrito por Shantala

Esperando en la estación

La estúpida guerra había terminado. Diariamente iba a la estación a esperar a su marido. Los que llegaban del frente apenas aportaban información optimista. 

Cada día regresaban menos soldados.

Una mañana al levantarse, decidió vestirse de negro. Nunca más fue a la estación. Mi abuela ya siempre vistió de luto.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

Mi superhéroe

No usa capa ni vuela. A sus once años tiene dos inseparables compañeras: una silla de ruedas azul y una permanente sonrisa en la boca. Con su mirada sana corazones, sentimientos, almas doloridas y, a su paso, desprende un halo de optimismo que tiene el inmenso poder de ser contagioso.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter