El iluminado
Cuando el Dr. Klausen tuvo listo su Casco del Conocimiento Progresivo®, la ciencia aguardaba una histórica revolución. Sin embargo, poco después el doctor sufrió de hipocondría y se aisló. Más adelante lloró aterrorizado durante días y, por último, abandonó su habitación gritando de júbilo y se arrojó por la ventana.
Escrito por Álex Garaizar
A ver si nos aclaramos
Es Halloween. La calle está repleta de gente. Muchos me miran y se ríen, algunos también se detienen para posar en una foto conmigo. Una señora incluso me ha obsequiado con una bolsa repleta de golosinas.
No lo entiendo. El resto del año, cuando me ven gritan y salen huyendo.
No lo entiendo. El resto del año, cuando me ven gritan y salen huyendo.
Escrito por Juan Carlos Garrido del Pozo - Twitter
Hipocresía
En la cafetería, suena Walking in my shoes de mis queridos Depeche Mode.
En la prensa, leo asqueado, otro político imputado por robar.
En la mesa contigua, olvida una enfermera su bolígrafo de cuatro colores; disimuladamente me levanto imaginando la cara de felicidad de mi hija pequeña cuando lo tenga.
En la prensa, leo asqueado, otro político imputado por robar.
En la mesa contigua, olvida una enfermera su bolígrafo de cuatro colores; disimuladamente me levanto imaginando la cara de felicidad de mi hija pequeña cuando lo tenga.
Escrito por Jose Antonio Gallego
Impasible su ademán
Paladeaba su café matinal el capitán Scilingo mientras observaba el revoloteo de una mosca que terminó posándose en el cristal de la ventana. Pudo haberla sentenciado allí y ahora, pero dejó que escapara...
Una mañana más, imperturbable, encaminó sus pasos hacia la ESMA, donde le aguardaban, atemorizados, los últimos detenidos.
Una mañana más, imperturbable, encaminó sus pasos hacia la ESMA, donde le aguardaban, atemorizados, los últimos detenidos.
Escrito por José Antonio Barrionuevo
Custodia compartida
Juez y abogados llegaron a un acuerdo amparado por la actual ley, injusta para muchos. Los recién divorciados procedieron a firmar el documento y después pasaron a un almacén para recoger a su hijo, que estaba perfectamente cortado longitudinalmente e introducido en dos urnas de formol, tal como habían solicitado.
Escrito por La Marca Amarilla
Él, su delito. Su realidad, su condena
Algo presentía, lo iba notando desde hacía ya semanas. Su habitación le empezaba a atraer más que cualquier otra cosa. Cuando ya estaba llegando al final, se dio cuenta de su realidad. Pero ya era tarde y ella ya no podía ser más su obsesión. Se convirtió en su condena.
Escrito por Tulop
Aislado
Se sentó frente al hogar y agregó un leño más al fuego. Tomó una de las frazadas y se arropó con ella. Miró con resignación la pequeña madera que le quedaba. Sólo tenía unos pocos minutos de calor restantes. Afuera la nieve se acumulaba. Y no había señales de ayuda.
Escrito por Fede Marongiu
AVE
No me importaba morir otra vez. Tumbado perpendicularmente a la vía, dispuse correctamente la cabeza a la latente espera del tren. Lo que me molestó es que no fue un tren de alta velocidad, sino un simple, triste, lento y sorpresivo tren de mercancías, que avanzaba como mi propia vida.
Escrito por Miguel Manrique
Fugaz
Consiguió materializar su sueño. Cerró los ojos y sintió un suave y dulce roce en los labios que le supo a poco.
Lejos quedaban aquellas noches de agosto, cuando siendo niños miraban al cielo y, contando con los dedos, pedían deseos mientras se apagaban las estelas que dejaban las estrellas.
Lejos quedaban aquellas noches de agosto, cuando siendo niños miraban al cielo y, contando con los dedos, pedían deseos mientras se apagaban las estelas que dejaban las estrellas.
Escrito por Malu
Pequeños monstruos
El niño llamó a su madre porque había visto un monstruo bajo la cama. Ella se agachó para mirar. Dos garras con uñas afiladas la aferraron. Se oyó cómo sus huesos se quebraban y cómo iba siendo devorada. Solo entonces, cuando el monstruo estuvo saciado, el pequeño pudo dormir tranquilo.
Escrito por Cadillac Solitario
Escrito por Cadillac Solitario
Elegido mejor relato de noviembre de 2015
Última edición
En su declive vital y artístico reunió en un pequeño volumen sus más bellos poemas.
Lo presentó con invierno y champagne. Recitó vehemente, emocionada, y los focos insolentes desvelaron el tortuoso cauce de sus lágrimas.
Tras dos meses, se vendía rebajado en atención y precio al fondo de la librería.
Lo presentó con invierno y champagne. Recitó vehemente, emocionada, y los focos insolentes desvelaron el tortuoso cauce de sus lágrimas.
Tras dos meses, se vendía rebajado en atención y precio al fondo de la librería.
Escrito por Jose Bravo - Twitter
El placebo de la amistad
El trineo de Santa Claus viró bruscamente, un paquete cayó sobre las tórridas arenas.
Fahari, sorprendida, recogió el osito de peluche y se lo dio a su pequeño que acurrucado se debilitaba por las fiebres. Sin fuerzas le sonrió y se durmió tranquilo, sabía que su nuevo amigo le protegería.
Fahari, sorprendida, recogió el osito de peluche y se lo dio a su pequeño que acurrucado se debilitaba por las fiebres. Sin fuerzas le sonrió y se durmió tranquilo, sabía que su nuevo amigo le protegería.
Escrito por Salvador Esteve
Mis pobres hijos
Alguien cercano a mí, y entendido en la materia, me dijo: "Subir cien pasajeros en tu pequeño barco es una temeridad".
Yo no podía dejar cincuenta en el olvido. No podía dejar a ninguno fuera. Eran mis hijos, en la sombra, aunque fuesen pequeños... Aunque no los hubiese leído nadie.
Yo no podía dejar cincuenta en el olvido. No podía dejar a ninguno fuera. Eran mis hijos, en la sombra, aunque fuesen pequeños... Aunque no los hubiese leído nadie.
Escrito por Gil Hernando de Santiago
Pros y contras de la nueva educación
Hoy amaneció lloviendo en mi habitación. Tranquilo, no han sido los vecinos. Desde hace meses uso nuevas técnicas educativas con mis hijos, así que solo he de borrar del techo las nubes que les dejé pintar para ‘estimular’ su imaginación. Miedo me da pasar a la habitación de al lado.
Escrito por Ignacio Urtiaga - Twitter
No siempre fue así de grosero
Llega cansada. Son las diez de la mañana. La está esperando. Le prepara el desayuno, después se mete en la cama. Le recuerda si no tiene nada que darle. Añora cuando lo conoció; la invitaba a cenar, le decía que era preciosa…
Tres semanas más tarde, le ofreció un trabajo.
Tres semanas más tarde, le ofreció un trabajo.
Escrito por Rosy Val - Web
Por fogoso, no votó (Adornos vocales III)
"Lo corroboro: somos modosos robots, cómodos con los contornos, no con los fondos. Nosotros, bochornosos bobos con cloroformo. Vosotros, golfos con frondosos sobornos como ponzoñoso motor. ¡Rocosos rostros con plomosos tonos monocromo!; ¡no os soporto!".
—Otro tocho con hondo sofoco —monologó.
Lo colocó congojoso con los otros votos poco ortodoxos.
—Otro tocho con hondo sofoco —monologó.
Lo colocó congojoso con los otros votos poco ortodoxos.
Martillazo
Por un momento, me sentí libre. Sin obligaciones, sin preocupaciones. Libre.
Una montaña de faldas verdes y de cima blanca. Un río limpio y puro como el cielo. Silencioso. Paz.
De repente, oigo una voz. Begoña. Me trae de vuelta. Su voz me dice: "Javier, ¿puedes leer el siguiente ejercicio?".
Una montaña de faldas verdes y de cima blanca. Un río limpio y puro como el cielo. Silencioso. Paz.
De repente, oigo una voz. Begoña. Me trae de vuelta. Su voz me dice: "Javier, ¿puedes leer el siguiente ejercicio?".
Escrito por F. Javier Pérez Terán
El líder
Era el líder político de moda. Su excelente verborrea tan sólo era superada por su atractivo físico. Así, no tuvo rival en las elecciones.
En su primer día en el palacio presidencial, los problemas del país cayeron accidentalmente sobre él, aplastándolo. Sus colaboradores le prepararon un precioso funeral de Estado.
En su primer día en el palacio presidencial, los problemas del país cayeron accidentalmente sobre él, aplastándolo. Sus colaboradores le prepararon un precioso funeral de Estado.
Escrito por Joaquín Grau
Gemidos
La espía rusa se acercó, humedeció sus carnosos labios con la lengua, y le dio un beso de tornillo que le hizo emitir obscenos gemidos de placer. Después, acercó la boca hasta su oído y susurró: "Paco, despierta que te ahogas, mañana sin falta te pido hora para el otorrino".
Escrito por Toni Ávila - Web
Asincronía
Allí estaba ella, confundida por su pasado sobre un futuro muy presente. Y lloraba. Vaya si lloraba. Como si el día de mañana le acechara de tal forma que no le dejara vivir un hoy tan olvidado como ayer y tan oscuro como siempre. Y lloraba. Vaya si lloraba.
Escrito por Merche - Twitter
Una vez más
Paco volvía a casa tras un año en el Centro. Mirando los asientos vacíos del tren pensaba que en realidad estaban llenos de oportunidades perdidas.
Bajó al andén y allí estaba ella. La abrazó fuerte y prometió que nunca más viajaría solo. Marta permaneció inmóvil, no dijo nada. Sólo lloró.
Bajó al andén y allí estaba ella. La abrazó fuerte y prometió que nunca más viajaría solo. Marta permaneció inmóvil, no dijo nada. Sólo lloró.
Escrito por Miguel Ibáñez
Leyes naturales
Enredados en la cola de su cometa, bajó Javito, aquella tarde de primavera, polvo de estrellas, sueños voladores y miradas enamoradas a la Luna. No podía imaginar los efectos que aquello le depararía. Desde entonces, Leny, la pelirroja pecosilla, ya no le escoge de pareja para jugar a la comba.
Escrito por Rafa Olivares - Web
Instante inolvidable
La vi acercarse desde lejos, deslizándose con rapidez por la corriente. Un par de metros antes de alcanzarme, frenó en seco y se adentró en un remolino. La pequeña rama que le seguía tropezó en una piedra y deshizo momentáneamente el remolino, liberando aquella hoja que había captado mi atención.
Escrito por Ángel Cristóbal Noriega - Web
Yo tengo novia
—Hija, le he dicho a tu padre que tienes novio y está muy enfadado.
—Mamá, yo tengo novia, la que tiene novio es María.
—Escucha, guapa, eso se lo dices tú, y tu hermano se llama Javier, no María.
—Oye, que ese no es mi padre y yo me aguanto.
—Mamá, yo tengo novia, la que tiene novio es María.
—Escucha, guapa, eso se lo dices tú, y tu hermano se llama Javier, no María.
—Oye, que ese no es mi padre y yo me aguanto.
Escrito por Sumas Teon - Web
Símil
Érase un pueblo muy pobre, anegado por ríos de sequía. La procesión pedía agua para los gaznates secos por alcohol. Se encapotó el cielo de amarillo y el granizo se convierte en virulentas monedas de oro sobre la miseria. Los vecinos se indigestaron de metal, mientras el bombardero se estrellaba.
Escrito por María Jesús Briones Arreba
Agente doble
Borró las huellas del pasado —menos una que olvidó en un arma— y cambió la vida de espía por la de fotógrafo. Ayer, retocando en el ordenador las imágenes elegidas para su primera exposición, encontró una que no recordaba: la de un revólver apuntándole. Lo demás, lo hizo su huella.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter
Azul y negro (III)
El agua mojó el bajo de su vestido negro, miró al horizonte de aquel al que llamaban "el azul" y pudo sentir un dolor tan fuerte como la marea. Los últimos recuerdos de él, un beso rápido de hijo adolescente y el brillo de sus ojos negros llenos de ilusiones.
Una noticia impresionante
Cuando don Julio vio en el patio el platillo volante, salió disparado para avisar a todos los residentes. La noticia causó gran impresión, llegando algunos a desvanecerse sin siquiera asomarse a la ventana. Desmesura que don Julio no entendió hasta regresar a su habitación y ver la silla de ruedas.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web
Un extraño entre nosotras
Querido diario:
Mi papá volvió hace ya unas semanas. Siempre está serio. A veces grita, tira cosas o llora. Apenas me acordaba de su cara, aunque tenía una foto suya.
Mamá dice que tenga paciencia, que la guerra es mala. Creo que tiene razón, cambia el alma a las personas.
Mi papá volvió hace ya unas semanas. Siempre está serio. A veces grita, tira cosas o llora. Apenas me acordaba de su cara, aunque tenía una foto suya.
Mamá dice que tenga paciencia, que la guerra es mala. Creo que tiene razón, cambia el alma a las personas.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros
Vacaciones
Buscaba en la web un lugar de vacaciones con el que sorprender a su esposa. Dedicó unos minutos a comprar un vuelo destino internacional mientras sus compañeros de trabajo fumaban en un descanso. Antes de salir de la oficina, su jefe le invitó a unas vacaciones no pagadas y perpetuas.
Escrito por Silepsis - Twitter
Parada militar
Se celebraba el Día de la Fiesta Nacional y, entre los más de quince mil soldados que desfilaban ese año, uno llevaba el paso cambiado.
Antes de que llegaran a la tribuna de autoridades, el comandante ordenó a todos los soldados que acoplaran su paso al del hijo del general.
Antes de que llegaran a la tribuna de autoridades, el comandante ordenó a todos los soldados que acoplaran su paso al del hijo del general.
Escrito por Cirspín - Web
Educación bizarra
El rayo incide sobre la naranja y, sólo diez segundos más tarde, un hombrecillo azul marengo sale de su epicentro. No sabemos si está aquí en son de paz pero en sus manos trae una pancarta: ¡hipervitaminosis! Deberíamos escucharle, o hacerle zumo.
Cerré el cuento porque mi hijo ya dormía.
Cerré el cuento porque mi hijo ya dormía.
Escrito por Arimike - Twitter
Nominado
En su discurso hablaba de pesares y resentimientos, de quejas y gratitudes, de errores y aciertos...; acusaba y pedía perdón..., inquiría..., explicaba..., intentando casi agónicamente apaciguar conciencia y orgullo, reparar en fin, en esa oportunidad única, los desperfectos de una larga y tempestuosa vida.
Aplaudió con creíble entusiasmo al ganador.
Aplaudió con creíble entusiasmo al ganador.
Escrito por Enrique Mochón Romera
La consejera
El pitido insistente del teléfono. ¿Quién será ahora?
Es Margarita, tiene un problema con su todavía novio y, como siempre, recurre a ella, la exmujer de su futuro marido.
—Lo tuyo es dar consejos. Muchas gracias.
—No hay por qué —y te dejo. A las doce me espera el psicólogo.
Es Margarita, tiene un problema con su todavía novio y, como siempre, recurre a ella, la exmujer de su futuro marido.
—Lo tuyo es dar consejos. Muchas gracias.
—No hay por qué —y te dejo. A las doce me espera el psicólogo.
Escrito por La hija del Ferroviario
Mar de lágrimas
Había una sirena que vivía devorada por los remordimientos. No poder llorar, por grande que fuese su pena, le provocaba un sufrimiento insoportable. Hasta que una tormenta la varó en tierra firme. Aliviada, vio cómo sus lloros bombardeaban la arena. Y llena de felicidad volvió a su mar de lágrimas.
Escrito por Stbn
Chacha
A mitad de campaña electoral, llamaron al timbre y la sorpresa fue mayúscula al encontrarme con el presidente del gobierno. "Buenos días, Maribel. Vengo a ayudarte". Desde entonces, me echa una mano con la casa, mientras intenta convencerme de sus bondades, pero aún debe lavar mucha ropa sucia para votarle.
Escrito por Nicolás Jarque Alegre - Web
Vuelo roto
Brotaron dos alas en el margen derecho e izquierdo de su espalda. Plumas intangibles y puras que con un leve movimiento deseaban volar. Una contraposición al ángel caído tras su deseo de malograr la vida que yacía en su vientre.
Paciente espera apresado entre el cordón umbilical y su voluntad.
Paciente espera apresado entre el cordón umbilical y su voluntad.
Escrito por Mª Belén Mateos Galán
Vida, amor y muerte de cincuenta palabras
Nací y morí una breve semana de noviembre. Un lugar intangible fue mi único hogar. Las valiosas palabras de Pablo y Vicente, o el amor de Margarita, apenas un consuelo para una vida dolorosamente fugaz.
Un último "por qué" sin respuesta de un despiadado padre con presuntuosos aires de escritor.
Un último "por qué" sin respuesta de un despiadado padre con presuntuosos aires de escritor.
Escrito por Jean Durand - Web
Redes
Era como diamante en bruto, su peso en oro, cautiva de su libertad, siempre despierta, altanera y con energía para resucitar a cualquier apagado congénere.
Pero ese valor incalculable se lo había ganado hasta caer pronto derrotada a los pies de la imagen que se había ingeniado en su facebook.
Pero ese valor incalculable se lo había ganado hasta caer pronto derrotada a los pies de la imagen que se había ingeniado en su facebook.
Escrito por Antonio Ortuño Casas
Noches mortuorias argénticas
Era la luna llena la culpable: el llamado cosmogónico nocturno.
Abrió su cuerpo y el universo se expandió, una cosa es mirar las estrellas y otra copular con una galaxia, entonces los enigmas cobraron sentido: la vida y la muerte.
Desde entonces busco su cuerpo en esas noches mortuorias argénticas.
Abrió su cuerpo y el universo se expandió, una cosa es mirar las estrellas y otra copular con una galaxia, entonces los enigmas cobraron sentido: la vida y la muerte.
Desde entonces busco su cuerpo en esas noches mortuorias argénticas.
Escrito por Ricardo Rodríguez Sánchez
Un lugar junto a ella
En el cementerio, Roberto contemplaba el lugar que reservó junto al de ella. Entre lágrimas confió su deseo al viento.
Contar un deseo invalida su concreción y, consiguientemente, el deseo nunca muere. Él ignoraba que quien lo cuenta tampoco.
Todavía vaga entre las tumbas anhelando un lugar que jamás ocupará.
Contar un deseo invalida su concreción y, consiguientemente, el deseo nunca muere. Él ignoraba que quien lo cuenta tampoco.
Todavía vaga entre las tumbas anhelando un lugar que jamás ocupará.
Escrito por Sandra Rebrij - Web
Caracoles indiscretos
Mi vecina tenía una cerradura con pupila incorporada. Sí, sí, con su córnea y todo. De serie, permanente, impertérrita, sin pestañeo alguno. Aquella noche no tuve más remedio que introducir la llave con toda mi fuerza, hasta que un líquido viscoso, cual baba de caracol, resbaló lentamente por la puerta.
Escrito por Luis San José - Web
La batalla
20 metros de miradas discordantes los separaban. Sus cuerpos intentaban eliminar la hieraticidad que los mantenía inmóviles. Respiraron. La joven dio el primer paso. Otro chico avanzó vacilante. La carrera se inició moteada por las balas que salían de ambos flancos. Los dos fueron alcanzados. Ninguno logró atrapar la bandera.
Escrito por Clemente Barahona - Twitter
Perdices bajo el carbón
Cuenta las cabezas: seis. Falta una; el deslenguado ha vuelto a escaparse. Volverá, como siempre, arrastrando el gorro de cascabeles y llorando en silencio. También ella regresó con los sueños hechos jirones. El príncipe no necesita niñas mojigatas ni bufones mudos. Volverá y seguirán encontrándose, sin prisa, debajo del carbón.
Escrito por Patricia Richmond - Web
Top secret
No se le ocurría dónde podría guardarlo para no ser descubierto. Miró por todos los rincones de la casa. Se jugaba lo más importante de su vida, y lo sabía.
Para los demás eran unas simples notas. Para él, a sus seis años, significaba quedarse sin su visita al zoo.
Para los demás eran unas simples notas. Para él, a sus seis años, significaba quedarse sin su visita al zoo.
Escrito por Valentín Bayón Muntaner
Al final, muere primero el que así lo quiere
—¡Despierta! —gritaba desconsolado, mientras le golpeaba el pecho.
Ella, con la mirada perdida y baba en la comisura de la boca no lograba hilar palabras. Simón tomó la jeringuilla y la lanzó contra la pared.
—Lo dijiste y lo cumpliste —le dijo mientras levantaba el cuerpo lacio— ¡Adiós, mi amor!
Ella, con la mirada perdida y baba en la comisura de la boca no lograba hilar palabras. Simón tomó la jeringuilla y la lanzó contra la pared.
—Lo dijiste y lo cumpliste —le dijo mientras levantaba el cuerpo lacio— ¡Adiós, mi amor!
Escrito por José Torma - Web
Trabajos forzados
Nunca me gustó ir en el metro, tarde y con poca gente. Siento inquietud y falta de oxígeno.
Tras un par de estaciones la situación empeoró. Me quedé absolutamente solo.
A punto de entrar en pánico, el tren llegó al final de trayecto. Mi turno de trabajo ya había finalizado.
Tras un par de estaciones la situación empeoró. Me quedé absolutamente solo.
A punto de entrar en pánico, el tren llegó al final de trayecto. Mi turno de trabajo ya había finalizado.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez
Extrañar
Ya no te extraño más —le dijo él.
Yo te extraño siempre —respondió Federico, con un nudo en la garganta.
En ese momento sintió que el dolor y la angustia le destrozaban el cuerpo como mil dagas.
A partir de ese día, Federico no dejó de huir. Y de extrañar.
Yo te extraño siempre —respondió Federico, con un nudo en la garganta.
En ese momento sintió que el dolor y la angustia le destrozaban el cuerpo como mil dagas.
A partir de ese día, Federico no dejó de huir. Y de extrañar.
Escrito por Fausto
Jack
Al desvestirla se reflejan en su torso las cifras del despertador digital. Me fijo en la hora mientras separo cabeza y extremidades para imposibilitar la identificación. Vuelvo del revés los guantes de látex y los guardo en el pantalón. Como siempre. Entonces, ¿por qué ahora me despierto a las 3.14?
Escrito por Belén Sáenz - Web
Puntería
A la del segundo, obsesionada con la inmigración, le parecerá obra de un sicario. El del primero, activista en varias ONGs, lo convertirá en otra víctima del sistema. Para el conserje, un cobarde; para su mujer, un valiente. Mis padres, tan orgullosos, me felicitarán al ver al pobre ángel muerto.
Escrito por Paloma Hidalgo Díez
Germán García
La mirada sobre los mismos zapatos sucios, distinto lugar, el único amor, ahora los ojos muertos. Giró la cabeza, de reojo observó la silueta perderse en el amanecer de la ciudad vacía. Nadie veía las lágrimas.
"Necesito paz de vos". Tampoco nadie escuchó el gemir entre dientes de Germán García.
"Necesito paz de vos". Tampoco nadie escuchó el gemir entre dientes de Germán García.
Escrito por Priscila Pry
Su alma en el todo
Un espectáculo de luz y sonido amenizaba ese baño del sol en el mar. Las nubes, iluminadas con haces rosados y violáceos, danzaban al son melodioso de las olas y el viento.
Desde que le perdí, asisto emocionada al teatro del universo, buscando la energía eterna de mi actor favorito.
Desde que le perdí, asisto emocionada al teatro del universo, buscando la energía eterna de mi actor favorito.
Escrito por Maen Romo
El puente
El arquitecto construía un puente para poder estar más cerca de su enamorada. Ladrillo sobre ladrillo, su amor progresó como el puente. Le dedicó tanto esfuerzo que al terminar, ella desprotegida y desolada, se buscó a un nuevo arquitecto. Regresó por el puente cambiando de profesión, y vida para siempre.
Escrito por Paste
Propiedad privada
Con sus ropas en una mano, agazapado, abandonó la tienda. ¿Cómo hizo para saber que a esta hora él estaría allí?
Más tarde, en el campo, una voz lo detuvo:
—Pensé que sería algo pasajero —le recriminó.
La marca en la frente ocultó el secreto de ser la primera víctima.
Más tarde, en el campo, una voz lo detuvo:
—Pensé que sería algo pasajero —le recriminó.
La marca en la frente ocultó el secreto de ser la primera víctima.
Escrito por Ruperto
Jueces
Decían que estaba loco por su afición al ciclismo, casi tuvo que darles la razón después del accidente. Tras el torrente de lástima volvieron los reproches con mayor virulencia.
Él se supera, disfruta, nunca se rinde, no les escucha, tampoco ahora, cuando presumen de conocerle y alaban sus medallas paralímpicas.
Él se supera, disfruta, nunca se rinde, no les escucha, tampoco ahora, cuando presumen de conocerle y alaban sus medallas paralímpicas.
Escrito por Ángel Saiz Mora
Érase una vez
Era la primera vez que se escapaba de la cuna durante la siesta. La primera que gateaba hasta la silla de su habitación y la trepaba solito. La primera que asomaba su cabecita por la ventana para ver todo desde arriba. Era la última vez que vería a sus padres.
Escrito por *L* - Blogger
Siempre soñó
¡De niña siempre soñó con vivir en el mar!
Y ahora estaba nadando. Brazada, patada, brazada. Las olas le cansaban, pero ella tenía que seguir, claro.
¡De niña siempre soñó con ser una sirena!
Y ahora estaba nadando. Brazada, patada, brazada. El mar la tragaba, pero ella quería vivir, claro.
Y ahora estaba nadando. Brazada, patada, brazada. Las olas le cansaban, pero ella tenía que seguir, claro.
¡De niña siempre soñó con ser una sirena!
Y ahora estaba nadando. Brazada, patada, brazada. El mar la tragaba, pero ella quería vivir, claro.
Escrito por Gonzalo Arbex - Web
El monstruo
He pronunciado tu nombre tres veces y han desaparecido los monstruos. He visto al asesino besando, al ladrón quedándose a cenar, al gigante de rodillas, al puñal acariciando. Después he recordado que no vas a venir y que pensar en ti es tan solo caminar a ciegas hacia el peligro.
Escrito por Xiomara Puertas Bárcena - Twitter
Temor a la caída
Demasiado tiempo sintiéndose feliz le producía gran temor, pues sabía que la felicidad es efímera, volátil e incluso desconocida para muchos.
Ahora vaga por salas y pasillos de hospitales, buscando entre médicos especialistas alguna pequeña dolencia que aminore la fuerza de su felicidad para así sentirse, nuevamente, un ser normal.
Ahora vaga por salas y pasillos de hospitales, buscando entre médicos especialistas alguna pequeña dolencia que aminore la fuerza de su felicidad para así sentirse, nuevamente, un ser normal.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web
Before I get old
"Aquí está", expresó aliviado. De un tirón, extrajo la chaqueta de piel del guardarropa y se la puso. "Las gafas van perfecto", pensó el ladrón, mirándose sonriente en el espejo. Sólo dos casas más y su atuendo estaría completo. En el suelo, el cadáver del famoso rockero comenzaba a enfriarse.
Escrito por Vicente Varas - Twitter
Gusanos paralelos
El hombre observa los tres gusanos alineados sobre el cristal de la mesa.
El primero desaparece, trayendo un placer casi olvidado. El segundo sonríe, retándolo a continuar. El tercero espera su turno, fingiendo inocencia.
Cuando la mesa queda limpia de polvo blanco, reconoce el sabor a muerte en su paladar.
El primero desaparece, trayendo un placer casi olvidado. El segundo sonríe, retándolo a continuar. El tercero espera su turno, fingiendo inocencia.
Cuando la mesa queda limpia de polvo blanco, reconoce el sabor a muerte en su paladar.
Escrito por Asun Paredes
El último viaje
Tras el fuerte golpe, consigo abrir los ojos. Tirito. Finas gotas impactan contra la visera agrupándose y formando regueros fugaces. Intento incorporarme. El reconfortante repiqueteo del agua sobre el casco eclipsa a las sirenas hasta hacerlas desvanecer. Adormecido, siento cómo el dolor, el frío y el miedo dulcemente me abandonan.
Escrito por Matrioska - Web
Deseo cumplido
Me llamó la atención el título. Lo saqué del anaquel y comencé a hojearlo. Era un libro de cuentos. Leí uno. La mujer paseaba cuando vio una rana. La besó. ¡Plof! Sorprendentemente aparecí yo. Miré a la mujer: era guapa. La besé. ¡Plof! Apareció un libro. Seguí leyéndolo en casa.
Escrito por Plácido Romero - Twitter
La caída (III)
Es invierno y las palomas ya no traen poemas a la ventana de la señorita Edith. En México, Hugo cobija su tristeza en los brazos de una muchacha que sabe menos de poesía que de finanzas. En París, un corazón se apaga, embarrado contra el matinal murmullo de la calle.
Determinación
Le dolía el alma —había dicho la mujer— antes de tomar aquella decisión irreversible. Nadie entendió a qué venían sus palabras.
Todo quedó claro cuando se precipitó al vacío desde aquel lujoso crucero. Y especialmente cuando, abrumados, leyeron en su nota de suicidio: "Sin él, mi vida no tiene sentido".
Todo quedó claro cuando se precipitó al vacío desde aquel lujoso crucero. Y especialmente cuando, abrumados, leyeron en su nota de suicidio: "Sin él, mi vida no tiene sentido".
Escrito por Gloria Arcos Lado
Sin piedad
Retenido entre esas paredes, se deja caer de rodillas cuando escucha la llave girar dentro de la cerradura.
Con la respiración desenfrenada y el cuerpo paralizado se sorprende al descubrir sus manos, palma con palma, en un gesto de súplica.
El miedo, sin piedad, lo ha sometido a su fe.
Con la respiración desenfrenada y el cuerpo paralizado se sorprende al descubrir sus manos, palma con palma, en un gesto de súplica.
El miedo, sin piedad, lo ha sometido a su fe.
Escrito por Tati Jurado - Twitter
El cascanueces
Cascaba nueces con las manos y las lanzaba hacia arriba, esperando que cayesen dentro de su boca abierta. No lo conseguía, le dolían las manos, pero continuaba. Porque qué otra cosa podía hacer si ella lo había abandonado, llevándose todo. Qué mejor que partir nueces y añorar sólo el cascanueces.
Escrito por Mundobil
A medida
En su vida todo le fue a medida. Sus trajes, su matrimonio, sus viajes, sus camisas, sus muebles, sus amantes, su hipoteca, sus empleos... Lástima que muriera ahogado en la piscina que se hizo a la medida de los límites del jardín.
Su hinchado cuerpo no cupo en el ataúd.
Su hinchado cuerpo no cupo en el ataúd.
Escrito por Josep Sebastián - Web
Tu cumpleaños pero sin ti
Cuando llegó el cumpleaños de él, horneó un pastel, añadió Candy Cotton y puso velas. Jamás dejaba pasar esa fecha, cuando nació el ser que más amaba. Sus gorriones se afinaban en la ventana para cantar.
—Feliz cumpleaños, caro mío.
Susurró a su ausencia mientras sostenía el llanto y sonreía.
—Feliz cumpleaños, caro mío.
Susurró a su ausencia mientras sostenía el llanto y sonreía.
Escrito por Geyna López - Twitter
Bosques
Subí a la rama más alta. Las nueces formaron una avanzadilla inesperada, disparando sus cáscaras. Sus cerebros, que destilaban aceite, no conocían los rayos de sol y se fundieron. Recibí la oleada aceitosa. Las cáscaras marrones, entonces, se convirtieron en escalas, y aterricé. Nunca más volví a ser una ardilla.
Escrito por Cinta Rosa Guil Redondo
Silencios
Al final aprendí a entenderle sin palabras. El leve movimiento de sus manos, la tibieza de su mirada o el lastimoso gesto de su semblante eran suficientes para comprender sus tímidos deseos.
Aprendí a leer en sus silencios y que una caricia se transformaba en el consuelo de la despedida.
Aprendí a leer en sus silencios y que una caricia se transformaba en el consuelo de la despedida.
Escrito por Mª Jesús Rodríguez
La vampiresa
Él le dijo con voz suplicante:
—Te amo con toda mi alma. Déjame amarte.
Ella anotó en su gastada libreta: "El treinta y dos está perdidamente enamorado".
Dos días después, tras un examen rutinario, escribió el doctor en el certificado de defunción: "No podía vivir, imposible, le faltaba el corazón".
—Te amo con toda mi alma. Déjame amarte.
Ella anotó en su gastada libreta: "El treinta y dos está perdidamente enamorado".
Dos días después, tras un examen rutinario, escribió el doctor en el certificado de defunción: "No podía vivir, imposible, le faltaba el corazón".
Escrito por Nicolás Puente
La cafetería
Se encontraba absorto en sus pensamientos, con un café en la mano, hojeando un periódico.
Alzó la vista un momento y la vio entrar en la cafetería. Un sudor frío empezó a recorrer su cuerpo. Sabía que su deuda quedaría saldada a partir de ese momento.
La muerte estaba cerca.
Alzó la vista un momento y la vio entrar en la cafetería. Un sudor frío empezó a recorrer su cuerpo. Sabía que su deuda quedaría saldada a partir de ese momento.
La muerte estaba cerca.
Escrito por José Antonio del Pozo González - Twitter
Desastre ¿natural?
El pánico cundió cuando el suelo tembló y las paredes se vinieron abajo. Ella había quedado semienterrada y esperaba su turno de ser rescatada. Pero supo que no había esperanza al ver caer la enorme masa de agua. Lo último que oyó fue:
—¡Carlitos, deja de ahogar a las hormigas!
—¡Carlitos, deja de ahogar a las hormigas!
Escrito por Yolanda Bruch - Twitter
Arcoíris sirio
La verde primavera nos despertó cuando era estudiante. El planeta nos observaba cuando se tornó en carmesí. En pos de un futuro más blanco vestí de marrón.
Muchos cayeron en Alepo y en Homs. Hoy me embarco en la inmensidad azul para mendigar algo de gris ante este negro porvenir.
Muchos cayeron en Alepo y en Homs. Hoy me embarco en la inmensidad azul para mendigar algo de gris ante este negro porvenir.
Escrito por Agonía de Francisco
Juego de palabras
—Juguemos. Por los viejos tiempos.
—Mejor que no.
—Va, una vez más y ya está. Me lo debes.
—De acuerdo. Empieza.
—Cielo.
—Pájaro.
—Nido.
—Huevo.
—Tortilla.
—Comida.
—Cena.
—Noche.
—Traición.
—Por favor, Juan…
—Traición.
—Macbeth.
—Superstición.
—Espejo.
—Mentira.
—Déjalo, Juan
—¡Mentira!
—Perdóname. Sucedió sin más.
—¡Mentira, mentira, mentira!
—Se acabó.
—Mejor que no.
—Va, una vez más y ya está. Me lo debes.
—De acuerdo. Empieza.
—Cielo.
—Pájaro.
—Nido.
—Huevo.
—Tortilla.
—Comida.
—Cena.
—Noche.
—Traición.
—Por favor, Juan…
—Traición.
—Macbeth.
—Superstición.
—Espejo.
—Mentira.
—Déjalo, Juan
—¡Mentira!
—Perdóname. Sucedió sin más.
—¡Mentira, mentira, mentira!
—Se acabó.
Escrito por Carles Quílez - Web
Desorden
Lo había intentado muchas veces: en la cocina, en la ducha, que hay que ver cómo la dejó... Pero no, ella siempre llamando la atención. Tenía que ser en el salón.
Mírala, ahí está, inerte, y lo ha dejado todo perdido. Si al menos hubiese recogido las cuchillas de afeitar.
Mírala, ahí está, inerte, y lo ha dejado todo perdido. Si al menos hubiese recogido las cuchillas de afeitar.
Escrito por Javier Puchades - Twitter
Bucle
El mar calmo espera al próximo verano. Hasta ahora su memoria fue admirable. Ángela tiene que hacer esfuerzos extraordinarios, empieza a diluirse, pierde color, olor y detalles. Continúa, eso sí, la memoria añeja, la que deja una huella indeleble y sigue intacta. Espera alcanzar el mar calmo el próximo verano.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web
Los malditos
Cada amanecer repetían el ritual. Entraban en sus ataúdes ataviados de riguroso negro y, cuando sus cuerpos pálidos adquirían rigidez mortuoria, sentían algo parecido a la dicha plena.
Horas después, al descubrirse sobre sus víctimas con las fauces ensangrentadas, recordaban que sólo eran míseras criaturas condenadas irremediablemente a la inmortalidad.
Horas después, al descubrirse sobre sus víctimas con las fauces ensangrentadas, recordaban que sólo eran míseras criaturas condenadas irremediablemente a la inmortalidad.
Escrito por Silvina Palmiero - Twitter
La edad del pavo
Creció sintiéndose la oveja negra de la familia. Y ahora, además, sentía un aleteo constante de mariposas en el estómago que, junto a los pájaros de su cabeza, le impedían dormir bien. Sin embargo, lo guardaba todo en secreto: de sobra sabía que su madre no le dejaba tener mascotas.
Escrito por Margarita del Brezo
Volver
Con la mirada húmeda y llena de impotencia metió en su maleta sus sueños, sus miedos, su nostalgia y sus diplomas.
Atrás quedaron sus planes, su familia y sus recuerdos. Marchó rumbo a lo desconocido buscando un futuro laboral digno que le permitiese volver de nuevo y recuperar su vida.
Atrás quedaron sus planes, su familia y sus recuerdos. Marchó rumbo a lo desconocido buscando un futuro laboral digno que le permitiese volver de nuevo y recuperar su vida.
Escrito por Pilar Alejos Martínez - Twitter
El sonido de la sangre en el llano de abril
Tumbado sin sonar. Como atajado por la mano de la muerte que se lo había bebido con las alpargatas puestas y el sombrero encaramado, como gota de miel de arica castrada por este llanero que cayó perezosa desde el panal levantado sobre la gravedad a un palmo de su boca.
Escrito por Eduardo López Sandoval
Entre bandidos
Al pueblo ha llegado un sujeto sospechoso. Los vecinos, que son muy celosos y no permiten que nadie subvierta el orden, acuden al consejo de honorables y piden mantener vigilado al forastero, cuya presencia por las calles infunde temor: aparenta ser miembro de Los honrados, una banda de hombres peligrosos.
Escrito por Beto Monte Ros - Twitter
Descubriendo América
Se encendió la mecha y con ella mi asombro de no haberme cerciorado antes del verdadero color de tus ojos. Desde entonces ya no hago mas que recordarte endiabladamente, como quien tiene un antojo en plena primavera extasiado por el perfume del florecer coloreado, inmensa y tangible época estival añorada.
Escrito por Montse Díaz - Twitter
Mi EPOC y yo
Miré al médico. Sus ojos eran fríos, duros. Lo soltó así, sin más: "Tiene EPOC con enfisema". ¿Yo? No fumaba, llevaba una vida sana... ¿qué hago? "Si llega al año, hablamos".
Salí de allí, fui a mi cafetería favorita y lloré. Con odio pensé: "Tengo una cita en un año".
Salí de allí, fui a mi cafetería favorita y lloré. Con odio pensé: "Tengo una cita en un año".
Escrito por María
La espera
Una clase repleta de libros. De personas que no saben leer. Son invidentes de las palabras, soñadores del saber. Tratan de sumergirse en los escritos, pero la oscuridad mancha su vista. Esperan ansiosas la llegada de la maestra, del conocimiento, de la vida.
Tarda, sienten que lo han perdido todo.
Tarda, sienten que lo han perdido todo.
Escrito por Esther Moreno Morillas
Lo superfluo
¡Aquel sueño parecía tan real! Cuando llegó a su casa, lo abrazaron sus abuelos y su hermana, hermosa como en el retrato sobre el piano. Él recordó que su valija había quedado en el tren.
—No te preocupes, ya no la necesitas— dijeron, llevándolo al cuarto donde estaba su féretro.
—No te preocupes, ya no la necesitas— dijeron, llevándolo al cuarto donde estaba su féretro.
Escrito por Lucía Flores - Twitter
Túnel
Caía al vacío con el terror de enfrentarse a lo desconocido, los espacios ingrávidos provocan desequilibrio. Y aquel túnel parecía no terminar nunca. Sin embargo, desde allí arriba era incapaz de desenfocar la imagen... Como dormido, tumbado en la camilla del quirófano, era su propio cuerpo ajeno a su presencia.