Funcional
Despertó un día sin recordar quién era.
Cualquier intento fue fútil, y nadie pareció reclamarlo. Su psiquiatra lo animó a superar esa etapa, así que inventó un CV y ahora pica datos en una oficina. Alquila un pequeño apartamento y se permite algún capricho ocasional.
Quizá tenga hijos algún día.
Cualquier intento fue fútil, y nadie pareció reclamarlo. Su psiquiatra lo animó a superar esa etapa, así que inventó un CV y ahora pica datos en una oficina. Alquila un pequeño apartamento y se permite algún capricho ocasional.
Quizá tenga hijos algún día.
Escrito por Álex Garaizar
El tímido reincidente
Desde aquí atrás lo veo todo: las miradas de él, las sonrisas de ella y la piedra redonda para hacer un tiro perfecto. Después el profesor me castigará de nuevo y, aunque sea la sexta vez que a pedradas intento alejar a uno de sus pretendientes, ella seguirá sin mirarme.
Escrito por Luisa Hurtado González - Web
Atrapado en la semana
Anoche, 2 de junio de 2016, se acostó contento, víspera de viernes. Se acercaban dos días seguidos de libertad laboral. Se levantó con optimismo. Miró el gran calendario que tenía colgado en la pared. Y con gran horror constató que el nuevo día, 3 de junio de 2016, ¡era lunes!
Escrito por Hipérbole
El monstruo
Rasgó la carta.
—Tengo que llevaros con el monstruo.
Tiró de nosotros, enrabietada. Mi hermanita lloraba. Bajamos del coche, temblorosos y asustados.
—¡Aquí los tienes, tú ganas, cabrón! Custodia compartida.
Siempre habíamos vivido con ella. Susi no le recordaba.
Sabía que era nuestro padre, y nos quería. Mamá nos mintió.
—Tengo que llevaros con el monstruo.
Tiró de nosotros, enrabietada. Mi hermanita lloraba. Bajamos del coche, temblorosos y asustados.
—¡Aquí los tienes, tú ganas, cabrón! Custodia compartida.
Siempre habíamos vivido con ella. Susi no le recordaba.
Sabía que era nuestro padre, y nos quería. Mamá nos mintió.
Escrito por Carmen Hinojal
La lombriz
La lombriz se envolvió en el río para esconderse del mundo. Mientras llegaba al lecho, lágrimas subían por su frente y empapaban su cabello.
El tiburón despreocupado no tuvo empacho en comerla sin siquiera abrir la boca.
A los pocos días, el poderoso pez moría víctima de una enfermedad desconocida.
El tiburón despreocupado no tuvo empacho en comerla sin siquiera abrir la boca.
A los pocos días, el poderoso pez moría víctima de una enfermedad desconocida.
Escrito por Ana María Caillet Bois
Ha sido la primavera
Me dejó en el suelo y corrió a cerrar el riego. Volvió con el bebé envuelto en su camisa. Estaba feo, manchado de barro. Con los labios azules y los ojos muy abiertos. Lloraba mucho, mi papá, mientras le contaba cómo salvé a las hormigas mientras se inundaba su casita.
Escrito por Belén Sáenz - Web
Escurridizo
Ante la presión de la comunidad para encontrar al escurridizo asesino que tenía aterrorizada la ciudad, la policía decidió contratar a un psíquico: él podría adentrarse en la mente del criminal para entenderlo y así lograr atraparlo.
Ahora buscan a otro psíquico para intentar atrapar a los dos escurridizos asesinos.
Ahora buscan a otro psíquico para intentar atrapar a los dos escurridizos asesinos.
Escrito por Miguel Pineda
Sospechas en el livingroom
"Ese antojo que luce en el cuello el bebé de la mucama es idéntico al de su hijo. Los ojos, igualitos. Si no supiera que es de la cáscara amarga, juraría que...".
Mientras la viuda cavila, el suegro, intranquilo, oculta coincidencias bajo el pañuelo Ascot y las gafas de lectura.
Mientras la viuda cavila, el suegro, intranquilo, oculta coincidencias bajo el pañuelo Ascot y las gafas de lectura.
Escrito por María José Escudero
La perla
Hermosa en su serenidad, contemplé su delicado cuello de cisne al apartarle el cabello.
Entonces, fulguró sobre el lóbulo y su brillo de nácar hizo palidecer al afilado acero.
—Un recuerdo de mi madre —concedió altiva María Antonieta.
—No tema, mi reina —la consolé como verdugo—, caerá en buenas manos.
Entonces, fulguró sobre el lóbulo y su brillo de nácar hizo palidecer al afilado acero.
—Un recuerdo de mi madre —concedió altiva María Antonieta.
—No tema, mi reina —la consolé como verdugo—, caerá en buenas manos.
Escrito por Manuel Bocanegra - Web
Puntos en boca
Tan solo, y por toda herencia, unos puntos suspensivos. Los sustantivos, adverbios, posesivos, determinantes, intransitivos... y hasta las onomatopeyas las disfrutó y consumió en vida. No digamos ya los derechos de autor, que los dilapidó por anticipado. Nada dicen los herederos. Pareciera que su muerte les hubiera dejado sin palabras.
Escrito por Rafa Olivares - Web
Cambio climático
Bajo el sol implacable, Tobías apenas puede caminar ni concentrarse en sus pensamientos. Pero, mientras le recorren gotas gordas de sudor, llega a una sabia conclusión: no va a permanecer, ni un día más, en Alaska. Su próximo destino: Punta Cana. Ya siente el hielo fresquito sobre su cuerpo ardiente.
Escrito por María José Viz Blanco
Obstinación
Luego de una prolongada agonía, el forense por fin certificó la muerte del tío Eddy. Pero ya conocíamos su obstinación: durante la velación, salió del ataúd, bastante molesto.
Ya llevamos tres días tratando de convencerlo de que está muerto, pero él solo balbucea incoherencias, mientras su cuerpo se deshace, putrefacto
Ya llevamos tres días tratando de convencerlo de que está muerto, pero él solo balbucea incoherencias, mientras su cuerpo se deshace, putrefacto
Escrito por Daniel Castillo
Lo último que escuchó
Carlos Castro, adormitado y aturdido, no comprendió lo que había pasado. Sabía que iba a su casa y ahora esto: gente corriendo desorientada, otros llorando desconsolados, socorristas sobresaltados y un hombre que en medio del andén de la estación del metro decía: "¡Él es grande!".
Fue lo último que escuchó.
Fue lo último que escuchó.
Escrito por Daniel Quiroz Castro
Hoy por mí, mañana...
Eran diarias las violentas manifestaciones callejeras, en protesta por la situación desesperante del empobrecido país. Hoy, a diferencia de ayer, estaba frente a los agresivos manifestantes.
Uniformada y constituyendo el cordón policial antidisturbios, no pudo, sin embargo, detener unas lágrimas que le desdibujaban el maquillaje de ojos y amenazaban continuidad.
Uniformada y constituyendo el cordón policial antidisturbios, no pudo, sin embargo, detener unas lágrimas que le desdibujaban el maquillaje de ojos y amenazaban continuidad.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web
Vacaciones míticas
¡Ay, amargas horas romas las que me sirven! Yo, hija de Príamo y Hécuba... Más me hubiera valido haber conocido al Mellizo que arrastrar mis palabras muertas. Ya caíste, ciudad ufana. Me oís hoy 25 y no lo creéis.
Ojalá hubiera perdido la honra que el futuro de mis palabras.
Ojalá hubiera perdido la honra que el futuro de mis palabras.
Escrito por Dipandra - Web
La ruta del círculo polar
Aprendí demasiado tarde que ni el viento duerme bajo la arena del desierto ni los camellos ciegos saben volver a casa. Perdida entre las dunas, pregunto a las rosas de piedra por las estatuas decapitadas, pero han olvidado dónde se esconden. No sé qué hacer, mi capitán, con tu cabeza.
Escrito por Patricia Richmond - Web
Quiero disfrutar
—¿Vas a confesarte, hijo? —preguntó el sacerdote.
—No, padre.
—Si no confiesas tus pecados, si no te arrepientes, podrías acabar en el infierno. Y allí permanecerías para siempre.
—¿Qué encontraré en el infierno, padre?
—Fuego eterno, tortura, pena, dolor...
—No me confesaré, padre. Quiero disfrutar —dijo Leopold von Sacher–Masoch.
—No, padre.
—Si no confiesas tus pecados, si no te arrepientes, podrías acabar en el infierno. Y allí permanecerías para siempre.
—¿Qué encontraré en el infierno, padre?
—Fuego eterno, tortura, pena, dolor...
—No me confesaré, padre. Quiero disfrutar —dijo Leopold von Sacher–Masoch.
Escrito por Plácido Romero - Twitter
¿Cómo encendiste mis deseos?
Mientras dormía ajena a la tensión que flotaba en el aire, él suspiró por un recuerdo lejano.
—¿No siempre hay una única manera de desear? —se interrogó con aire de pensador.
Tras prolongada tensión, el orgasmo sólo le consintió el gemido, el aullido, la expresión infrahumana, pero no la palabra.
—¿No siempre hay una única manera de desear? —se interrogó con aire de pensador.
Tras prolongada tensión, el orgasmo sólo le consintió el gemido, el aullido, la expresión infrahumana, pero no la palabra.
Escrito por Guillermo Arnul Castillo Ruiz - Web
El cementerio de las palabras olvidadas
Por la senda de la ignorancia resbalé, la vaguada era enorme, pero una ciénaga de palabras casi extintas amortiguó mi caída. Agradecido, les llevaba páginas en blanco donde los vocablos se unían bailando historias que alargaban su existencia. Prometí cada día rescatar una palabra. Hoy, "pazguato"; y juré no serlo.
Escrito por Salvador Esteve
¡Abisa a todos compañeros pronto!
Lo han visto a Pedro Rojas, el que solía comer entre las criaturas de su carne. Que su cadáver anda por ahí, aún lleno de mundo —escuchó la Juana—, con sus nos, sus todavías, sus pedazos.
Y —dicen— sigue escribiendo Viban los compañeros con su dedo grande en el aire.
Y —dicen— sigue escribiendo Viban los compañeros con su dedo grande en el aire.
Escrito por Ruperto
40 grados
Agraces melopeas recalaron en sus bocas después de haberse pimplado las seis botellas de ron. Como si esa tarde fuese la última, bailoteaban, tercos, bajo el hiriente sol.
—¡Callad!, ¿no oís? Canta alegre el ruiseñor.
Extasiado, no vio el destello del cuchillo que sajaba su garganta. Aumentaron las salvajes risotadas.
—¡Callad!, ¿no oís? Canta alegre el ruiseñor.
Extasiado, no vio el destello del cuchillo que sajaba su garganta. Aumentaron las salvajes risotadas.
Escrito por Jesús Garabato Rodríguez
Campaña electoral
En plena campaña electoral se perdió un niño en el bosque y a un asesor político se le ocurrió que su candidato debía encontrarlo para ganarse los votos indecisos. Los demás aspirantes, al conocer la noticia, le imitaron. Por suerte el niño apareció a los pocos días; los candidatos, no.
Escrito por Nicolás Jarque Alegre - Web
Cien millones de chinos
A Basilio, sus colegas literatos intentaron convencerlo de que era absurdo meter a cien millones de chinos en un microcuento. Pero él era terco y también rupturista, y no sólo metió en su microcuento a cien millones de chinos; además, añadió diez millones de japoneses y tres millones de camboyanos.
Escrito por Enrique Angulo - Twitter
Fragmento
—Si es mala, la odiaré; y si es buena, la envidiaré y la odiaré más aún... Los escritores somos competitivos. Nunca le muestres tu trabajo a un escritor, ¡nunca!
Así, salió caminando, mientras yo me quedé solo, con mi novela en la mano, totalmente abrumado y sin saber dónde ir.
Así, salió caminando, mientras yo me quedé solo, con mi novela en la mano, totalmente abrumado y sin saber dónde ir.
Escrito por José Luis Troconis Barazarte - Web
¿Te gusta el teatro?
Salí de la casa sola. "No me gusta el teatro", me dijo. La representación empezó y la farsa se transformó en puro goce. Lujuria elevada a la máxima potencia. Los besos encontraron espacios escénicos propicios y las caricias inundaron el escenario, todos los rincones. "Me gusta el teatro", le dije.
Escrito por Mª Luisa Pérez Rodríguez
Ámbar
Las vio desfilar en la pantalla y supo de amores imposibles. Él soñaba con las estrellas del celuloide, ella esperaba una futura reencarnación en otra galaxia. Marilyn podía ser una mosca mordiendo una fruta de otoño en un paraíso con tres lunas que se quedó atrapada en una gota escarchada.
Escrito por Pepe Illarguia - Web
El ausente
Ni siquiera sé mi nombre, aunque todos me dicen Cocoliso. Tampoco sé si mi madre se llama en realidad Olivia o Rosario. La he conocido toda la vida leyendo una y otra vez las mismas cartas, impregnadas todavía del olor a tabaco de pipa.
¿Pero existió de verdad aquel marinero?
¿Pero existió de verdad aquel marinero?
Escrito por Pepe Sanchis
Quasimodo
Temo salir a la calle, más cuando ha llovido. No me gusta ver mi reflejo en los charcos. La gente corre y grita al toparse conmigo. No entiendo, cada tarde miran mi rostro en la pantalla. Soy actor de la teleserie de las tres, los besos no son de verdad.
Escrito por Vicente Varas - Twitter
El presente
Lo desempaqueta con cuidado de no romper nada. Hojea el manual de instrucciones y comprueba que los niveles de carga sean los adecuados. Impaciente, aunque sin apresurarse, pulsa el botón de encendido. Es entonces cuando se confirman todas sus sospechas. La piel solo era el envoltorio. El regalo era ella.
Escrito por José Ramón Sánchez Varela
Cursillo para el cultivo de la escritura
Siembra varias ideas en un folio en blanco y riégalas con tinta cada día mientras van madurando. Una vez que arraiguen utiliza como abono metáforas y otras figuras retóricas. Procura desbrozar las faltas de ortografía y siega la mala sintaxis antes de recoger la cosecha. Termina plantando el punto final.
Escrito por Cadillac Solitario
Aún no era tiempo
A la tardecita escuchó jazz, frente a él Calac y Polanco observaban enojados e insistentes. Entrada la noche, desde el ojo del último escalón se dejó llevar por el humo chocolate de su pipa y escribió un relato en glíglico que luego sería el capítulo 68 de su novela.
Escrito por Sonia Moggia - Web
Castillos en el aire
Siempre quiso ser alguien en la vida, pero jamás hizo nada para alcanzar sus sueños.
Creció imaginando formas en las nubes.
Hoy sabe que lo más cerca que estará de ascender será si el administrador de un grupo de WhatsApp se retira y él es el siguiente en la lista.
Creció imaginando formas en las nubes.
Hoy sabe que lo más cerca que estará de ascender será si el administrador de un grupo de WhatsApp se retira y él es el siguiente en la lista.
Escrito por Inma Carrasco
Abrefácil
Tras intentarlo con los dedos, me puse perdido al rasgar con mis dientes la bolsa por el lugar indicado.
Hecho una furia, salí de la cocina para buscar las tijeras de podar y apliqué un corte certero que partió en dos el maldito envase.
¡La vida tiene momentos muy dulces!
¡La vida tiene momentos muy dulces!
Escrito por Mozasmo
La gargantilla
El collar de ámbar fue un regalo de su amigo David. Lo que ella no sabía es que por cada piedra tenía: una aventura, un sueño, un romance, un éxito y un logro vital. Cuando vio a su gata con el amuleto, la suerte venidera se desvaneció con ronroneos satisfactorios.
Escrito por Esther Moreno Morillas - Web
Dícese de un cuento
Desde el primer beso ella construyó castillos, inventó dragones, aborreció a la madre y mató al padre.
Se encerró en lo alto de la torre. Hacía ejercicio noche y día, y apenas comía para sobrevivir. Todo esto con el propósito de ser perfecta para un príncipe que no llegaría nunca.
Se encerró en lo alto de la torre. Hacía ejercicio noche y día, y apenas comía para sobrevivir. Todo esto con el propósito de ser perfecta para un príncipe que no llegaría nunca.
Escrito por Diani
Objetividad
Tras elegir al modelo se entretuvo en cada facción analizando sus rasgos. Delineó el rictus de la boca, insinuó las incipientes ojeras y extrajo esa chispa que emergía desde el fondo de sus pupilas. Lo perfiló y retocó hasta que se le hizo familiar de tanto observarlo. Lo bautizó "Autorretrato".
Escrito por Mª Jesús Rodríguez
Algo roto
—¿Qué dijo mamá que se había roto?
—Dijo "algo". Algo entre ellos, y lloraba amargamente.
Silenciosas, entran con aguja e hijo al cuarto y observan el abismo entre las dos espaldas. Acaso una puntada aquí y otra allá puedan remendar ese "algo" y así sus padres recuerden cuánto se querían.
—Dijo "algo". Algo entre ellos, y lloraba amargamente.
Silenciosas, entran con aguja e hijo al cuarto y observan el abismo entre las dos espaldas. Acaso una puntada aquí y otra allá puedan remendar ese "algo" y así sus padres recuerden cuánto se querían.
Escrito por Silvina Palmiero - Twitter
Combinación perfecta
Aunque nunca antes se habían visto, ambas se reconocieron al instante. En la puerta del velatorio, los ojos transitaron curiosos el otro cuerpo, el otro pelo, la otra piel.
—Fuimos su combinación perfecta— sentenció por fin la más veterana.
Después entraron juntas para darle el último adiós a su Juan.
—Fuimos su combinación perfecta— sentenció por fin la más veterana.
Después entraron juntas para darle el último adiós a su Juan.
Escrito por Tati Jurado - Twitter
Mi mérito secreto
Tenemos mucho que agradecer al abuelo. Aunque dejó de cobrar su pensión, nos mantiene gracias a las monedas que obtiene a diario como estatua humana. Causa asombro que alguien de su edad pueda mantenerse inmóvil durante horas en posturas inverosímiles. Sólo siento no poder mencionarle cuando busco trabajo como taxidermista.
Escrito por Ángel Saiz Mora
Escrito por Ángel Saiz Mora
Elegido mejor relato de junio de 2016
Amores fugaces
El semáforo en rojo separaba a los dos desconocidos, a cada lado de la calle; esos cincuenta segundos pueden ser un parpadeo o pueden ser eternos; así eran esa vez. Los autos —en una sola dirección— sólo les recordaban la distancia. Un colectivo los separó para siempre... ¿se habrán soñado?
Escrito por Letuner - Facebook
Ósmosis perversa
Ella lo amaba, decía. Se llenó de sus palabras, gestos, momentos y risas. De su tiempo, espacio y sueños. Por último, se llenó de su dinero y de su libertad. Cuando estuvo repleta, dejó de amarlo. Es que de repente, dijo ella, él se le volvió una persona tan vacía...
Escrito por Oswaldo Gómez - Twitter
Lo que él haría por ella
Mientras Manuel seguía recostado como inerte, con una mano le abrió la boca todo lo que pudo y con la otra agarró la Luna y se la introdujo atravesando el tubo esofágico hasta depositarla en su estómago con sumo cuidado.
Solo le quedaba sufrir mientras esperaba que superara el postoperatorio.
Solo le quedaba sufrir mientras esperaba que superara el postoperatorio.
Escrito por Javier Palanca
Una rara avis
Era un hombre de pocas palabras, las justas para un hombre de palabra. Era un hombre de grandes silencios, que aprovechaba para coger al vuelo las palabras que se lleva el viento. Un mal día, asfixiado por la verborrea ambiental, hizo mutis por el foro. Jamás hubo silencio tan elocuente.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web
El albañil de Babel
Queridos padres:
¡He encontrado trabajo! Me ha contratado una empresa que está construyendo una torre aquí, en Babel. Hay miles de albañiles de todo el fendo, tantos que a veces tenemos problemas para martidarnos. Sin embargo, el sueldo es muy grafinio. Espero grafellar pronto a honca. Traceo vuestras motres.
Totilles
¡He encontrado trabajo! Me ha contratado una empresa que está construyendo una torre aquí, en Babel. Hay miles de albañiles de todo el fendo, tantos que a veces tenemos problemas para martidarnos. Sin embargo, el sueldo es muy grafinio. Espero grafellar pronto a honca. Traceo vuestras motres.
Totilles
Escrito por Juan Pedro Ortega Sánchez - Web
Odisea en el espacio
La nave se está acercando al planeta de agua. Tras dos intentos infructuosos, los bebés han salido sanos de sus vainas y han aprendido el lenguaje humano articulado. Nuestros instructores les están inoculando los conocimientos básicos interplanetarios.
Preparados para la tercera y definitiva expedición, la pregunta es: ¿llegarán a tiempo?
Preparados para la tercera y definitiva expedición, la pregunta es: ¿llegarán a tiempo?
Escrito por Carmen Cano - Twitter
Pánico
Abrió los ojos, aturdida, sin recordar dónde estaba o cómo llegó allí.
Buscó desesperadamente por la infecta estancia algo que le resultara familiar.
Cuando le vio surgir de las sombras, las imágenes de la pesadilla aparecieron con toda su violencia; el terror se ensañó con ella.
Chilló angustiada. Él sonrió.
Cuando le vio surgir de las sombras, las imágenes de la pesadilla aparecieron con toda su violencia; el terror se ensañó con ella.
Chilló angustiada. Él sonrió.
Escrito por Argonauta
Silencio
Era tarde. No faltaba ninguno... Allí estaban todos.
Pasaron las horas y nadie entraba, nadie salía, nadie se movía. Y, sin embargo, nadie protestaba, nadie decía ninguna palabra...
Nadie hablaba. No se oía ninguna respiración... ningún murmullo. La puerta metálica permanecía cerrada. En un letrero se leía: Depósito de cadáveres.
Pasaron las horas y nadie entraba, nadie salía, nadie se movía. Y, sin embargo, nadie protestaba, nadie decía ninguna palabra...
Nadie hablaba. No se oía ninguna respiración... ningún murmullo. La puerta metálica permanecía cerrada. En un letrero se leía: Depósito de cadáveres.
Escrito por Salvador Pérez Salas - Twitter
Trucos caseros
—Sumérgela cuanto antes en un balde de agua fría y después frota la mancha con sal —me dijo mi madre.
Y tenía razón, no quedó ni rastro de sangre en la camisa de mi esposo. Lo que no supo decirme es cómo arreglar el agujero que tiene en el pecho.
Y tenía razón, no quedó ni rastro de sangre en la camisa de mi esposo. Lo que no supo decirme es cómo arreglar el agujero que tiene en el pecho.
Escrito por Margarita del Brezo - Twitter
Bailando bajo la lluvia
El agua espantaba las avispas, faltaba poco, la gente se agolpaba, yo solo pensaba en llegar, pero ese zumbido me ponía nervioso.
De repente uno de esos bichos se metió en mi ojo, solté las manos del ataúd, y todos gritaron al ver al muerto, trajeado, deslizándose bajo la lluvia.
De repente uno de esos bichos se metió en mi ojo, solté las manos del ataúd, y todos gritaron al ver al muerto, trajeado, deslizándose bajo la lluvia.
Escrito por Javier Puchades - Twitter
Global Language II
Sorry, señoría, sabía que desde 2029 está prohibido utilizar una lengua distinta al inglés en internet. Pero en mi defensa alego que he escrito este microrrelato para un concurso del año 2016. En ese año se exigía el español para participar y, como no había fecha límite, lo mandé ayer.
A fondo
Frotaba fuerte bajo la ducha hasta enrojecer su piel.
Borraría su olor, el calor de su cuerpo, que tanto asco le daban.
Insistiría en sus labios, eliminaría sus besos, su sabor.
Él desaparecería, junto con la sangre que la salpicó al hundirle a fondo el frío metal en su corazón.
Borraría su olor, el calor de su cuerpo, que tanto asco le daban.
Insistiría en sus labios, eliminaría sus besos, su sabor.
Él desaparecería, junto con la sangre que la salpicó al hundirle a fondo el frío metal en su corazón.
Escrito por Pilar Alejos Martínez - Twitter
El caso del lector enamorado
Fue en una calle desierta, conseguí un libro nuevo. Al avanzar en el proceso de lectura me fui enamorando y no resistí las ganas de verte. Debí escribir esto antes, así habría evitado que me golpearas al llegar a tu oficina, y que me confundieras con un acosador de escritoras.
Escrito por Óscar Quijada Reyes - Web
Caja cerrada
Era la primera vez que se alegraba al ver una caja cerrada.
Era su turno. Caja rápida, y había puesto especial atención en llevar solo diez artículos.
Pero no pudo reprimir una sonora carcajada, ni disimular su educación clásica, cuando leyó el nombre en la placa de la dependienta: Pandora.
Pero no pudo reprimir una sonora carcajada, ni disimular su educación clásica, cuando leyó el nombre en la placa de la dependienta: Pandora.
Escrito por Neldai - Twitter
Arcángel
Cayó fulminado. La sangre había teñido de rojo las inmaculadas alas blancas. Al impactar contra el suelo, el cuerpo desnudo quedó tan destrozado que era imposible distinguir el sexo del cadáver.
Tras disparar a las perdices que volaban, el cazador, desconcertado, miraba horrorizado aquel ser que había caído del cielo.
Tras disparar a las perdices que volaban, el cazador, desconcertado, miraba horrorizado aquel ser que había caído del cielo.
Escrito por Encarna Cuesta García
Vita-ae
—Colorín, colorado, este cuento se ha terminado.
—Papá, más, quiero más.
—Colorín colorado, esta historia se ha acabado.
—Papá, más, un poco más.
—Colorín colorado este drama ha...
Ella ha entornado los ojos, se ha dormido. El padre, con un manto de tierra, abriga el cuerpo yerto de la anciana.
—Papá, más, quiero más.
—Colorín colorado, esta historia se ha acabado.
—Papá, más, un poco más.
—Colorín colorado este drama ha...
Ella ha entornado los ojos, se ha dormido. El padre, con un manto de tierra, abriga el cuerpo yerto de la anciana.
Escrito por María Jesús Briones Arreba
Instrucciones para volar
Enchufe los audífonos al dispositivo, coloque las orejeras cómodamente.
Reconfórtese.
Siéntase libre de elegir esa canción que tanto ha tarareado en los últimos días.
Súbale el volumen a sus emociones y permítase divagar. Que el ritmo le transporte a ese lugar que añora, a ese mundo que tanto ha soñado.
Reconfórtese.
Siéntase libre de elegir esa canción que tanto ha tarareado en los últimos días.
Súbale el volumen a sus emociones y permítase divagar. Que el ritmo le transporte a ese lugar que añora, a ese mundo que tanto ha soñado.
Escrito por Cristopher Josué Escamilla Arrieta - Twitter
Olvido
Llevaba siglos sumergida en el vacío. Había olvidado hasta mi nombre. Lo había perdido todo. Un día alguien puso sobre mis rodillas una cosa blanda, caliente y rosada, que no dejaba de moverse y hacer ruido. Olía... Lo olí y recordé todo de pronto. Olía como mis hijos recién bañados.
Escrito por Lavanda
Fuck you
Los primeros kilómetros corrió sonriente. A partir del 20, apretó los dientes como cuando las agujas inyectaban veneno en sus venas para salvarlo. En el 38 devolvió como solía hacerlo cuando volvía del hospital. Al cruzar la meta, entre lágrimas, le salió del alma un sonoro y desafiante: "¡Jódete, leucemia!".
Escrito por Stbn
Perspicacia
El actor guapo dice:
—Es hora de sacar al perro, Samy —enseñando, al coprotagonista amigo, un micrófono oculto en el teléfono.
El hombre, que ve la película en la televisión, raudo marca un número de teléfono.
—Avisa a Carlos, tenemos que volver a la casa. Nos hemos olvidado del perro.
—Es hora de sacar al perro, Samy —enseñando, al coprotagonista amigo, un micrófono oculto en el teléfono.
El hombre, que ve la película en la televisión, raudo marca un número de teléfono.
—Avisa a Carlos, tenemos que volver a la casa. Nos hemos olvidado del perro.
Escrito por Maite Moreno
Día de ensayo
¡¡Tantarantán!! El tambor se adelantaba... otra vez. El director, encolerizado, reclamaba una batuta aún más sólida. Ni en las cuerdas ni en el viento madera podían explicarse aquella insólita situación. Marcos siempre destacó como un instrumentista competentísimo. Ignoraban cómo la noche antes había descubierto al fagot "soplándose" a la trompeta.
Escrito por José Antonio Barrionuevo
Fondo de armario
Advertida por su madre y aconsejada por su estilista, guardaba dos básicos para el día a día, otro negro para actos importantes y uno extravagante para eventos divertidos.
Amante de los modelos, decidió ampliar el vestidor sin gastar demasiado dinero. La sorpresa fue encontrar a su marido haciendo la chapuza.
Amante de los modelos, decidió ampliar el vestidor sin gastar demasiado dinero. La sorpresa fue encontrar a su marido haciendo la chapuza.
Escrito por Malu
Don Juan emérito
El guante cruzó su cara con violencia. No era el primer marido despechado que le retaba y, lejos de sorprenderse, se puso en guardia con un rápido movimiento para clavar su daga en el corazón del ofendido. Los años no pasan en balde y no estaba ya para lances desiguales.
Escrito por Jukebox
Labores
Días y noches pasó Teseo dando vueltas dentro del laberinto en busca del extraño ser, primero soltando lana, luego recogiéndola para volver junto a su amada.
Días y noches pasó Ariadna temiendo por su amado mientras tejía una larga y hermosa bufanda. Hasta que la terminó y cortó el hilo.
Días y noches pasó Ariadna temiendo por su amado mientras tejía una larga y hermosa bufanda. Hasta que la terminó y cortó el hilo.
Escrito por M. Carme Marí - Web
Cambio de hábitos
Se quedó cortado al comprobar que, desde que estaban los tres juntos, había cambiado. Sí, realmente se sentía distinto. No era el mismo de siempre. Todos lo habían notado y por sus caras parecía que lo preferían así: más dulce y menos oscuro, había dejado de ser un café solo.
Escrito por Flor Belmonte
Esto no es un país, es un rebaño
—Siento indiferencia —dijo clavando la vista en la hierba.
—¿Indiferencia? Yo creo que es más complejo borreguil. Comportarse como miembro de un manso y servil rebaño tiene consecuencias: que te traten como a una oveja —dije rascándome la oreja.
—Es que soy una oveja.
—Y yo, un perro, ¿y qué...?
—¿Indiferencia? Yo creo que es más complejo borreguil. Comportarse como miembro de un manso y servil rebaño tiene consecuencias: que te traten como a una oveja —dije rascándome la oreja.
—Es que soy una oveja.
—Y yo, un perro, ¿y qué...?
Escrito por Olga Noya
Tiempo de pasada
Por ella nunca detendría el tiempo, ni el de espera. Aunque no aparcaba la desesperación, seguía progresando envuelto en enredos que él mismo hilaba.
Hoy, enhebrando otro episodio, se encontró del todo solo ante el peligro. No estaba ella para socorrerlo, no sólo con su ávida vista, con su paciencia.
Hoy, enhebrando otro episodio, se encontró del todo solo ante el peligro. No estaba ella para socorrerlo, no sólo con su ávida vista, con su paciencia.
Escrito por Antonio Ortuño Casas
Nos vemos cuando quieras (Adpotada I)
Años de espera e indagaciones en la agencia y resulta que su padre biológico era aquel gordo. Quiso irse, pero ya habían pedido las bebidas. Pensándolo bien, él había sido amable, le había dicho que le explicaría. Todo en él temblaba: sus manos, su voz...
Ella empezó a sentir ternura.
Ella empezó a sentir ternura.
Desaparecidos
Cuando la conocí, le dije:
—No he sido piloto ni bombero. Tampoco se me ha roto ningún hueso. Me he perdido siempre por las nubes.
Luego le pregunté por sus vicios.
No hemos dejado de practicarlos hasta hoy, que celebramos nuestras bodas de oro, en el infierno. No nos busquéis.
—No he sido piloto ni bombero. Tampoco se me ha roto ningún hueso. Me he perdido siempre por las nubes.
Luego le pregunté por sus vicios.
No hemos dejado de practicarlos hasta hoy, que celebramos nuestras bodas de oro, en el infierno. No nos busquéis.
Escrito por Gil Hernando de Santiago
Un ángel
En el hospital donde le ingresaron, descubrí con recelo dos pequeños bultos en la espalda de mi padre. Crecían causándole fatiga, hasta que un día se desplegaron y pudo volar, por fin, liviano.
Desde entonces, siento querencia por las torres, los tejados, y por los campanarios de todas las iglesias.
Desde entonces, siento querencia por las torres, los tejados, y por los campanarios de todas las iglesias.
Escrito por Paloma Casado Marco
Igualdad de condiciones
Iba una vez un hombre buscando a su mujer por la calle, todo él hecho un mar de celos. Cuando al fin dio con ella, furioso le preguntó:
—Señora, ¿cómo le ha ido con el lechero?
A lo que la audaz mujer respondió:
—Igual que a usted con la secretaria.
—Señora, ¿cómo le ha ido con el lechero?
A lo que la audaz mujer respondió:
—Igual que a usted con la secretaria.
Escrito por Andrés Galindo - Web
Tren de cercanías
Rosa está en el andén número trece. Llega el tren. Se detiene, se abren las puertas. Corre, mira, una, otra, otra, más. No ha llegado. La gente desparece. Decide irse. Es entonces cuando le tocan en el brazo con suavidad. Se gira y una gran sonrisa borra una lágrima peregrina.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web
Cuestión de palabras
Hablamos con las miradas y las palabras, hablamos de los espíritus, de los pensamientos, de lo cotidiano y lo mundano, del equilibrio del horizonte, de las cuestiones de la vida y nos fuimos enredando entre miradas y palabras calladas a la luz tenue y en cuanto pude me casé contigo.
Escrito por José Juan González & Carolina Arjona
Para la flor más bella
La agencia semejaba un ring de boxeo. Azucena abofeteaba a Camelia; Lila y Rosa se tironeaban y arrancaban el pelo; Margarita y Amaranta rodaban por el suelo y Melissa gritaba a Violeta que la manzana dorada le pertenecía.
Y a lo lejos, la modelo griega Eris contemplaba sonriente la escena.
Y a lo lejos, la modelo griega Eris contemplaba sonriente la escena.
Escrito por Jean Durand - Web
Anestesias generales
—Pablo es el culpable —dijo Pedro.
—Pedro es el culpable —dijo Pablo.
—Esh el vecino quien elige al alcalde. ¡No hay crishish! ¡No shomosh corruptosh!
El público aplaudió. Mariano sonrió. El 26 de junio, con el calor y el sol, el cielo estaba tan azul como el partido que venció.
—Pedro es el culpable —dijo Pablo.
—Esh el vecino quien elige al alcalde. ¡No hay crishish! ¡No shomosh corruptosh!
El público aplaudió. Mariano sonrió. El 26 de junio, con el calor y el sol, el cielo estaba tan azul como el partido que venció.
Escrito por F. Javier Pérez Terán
Piel de mar
La tía Yanira vivía muy lejos del mar, pero lo sentía en su piel. Todas las noches llenaba de sales su bañera y, con los ojos cerrados, se sumergía en ella.
Cuando desapareció, nadie reparó en el rutilante reguero de escamas que, detrás de su casa, llegaba hasta el río.
Cuando desapareció, nadie reparó en el rutilante reguero de escamas que, detrás de su casa, llegaba hasta el río.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web
Justicia
Las lleva prendidas como piojos, haciendo moda. Al peso se acostumbró hace lustros y pocos se espantan ya de su reflejo. Ella, por el contrario, rehúye contemplar su imagen. Prefiere mirar hacia otro lado, hacia nosotros, y observar incrédula cuántas de turco más le colgaremos de nuevo en su nombre.
Escrito por *L* - Blogger
La losa de la soledad (Trilogía de un reencuentro I)
Lo encuentran mirando al techo, sin parpadear, abrazado a su foto de boda, con la soledad aplastándole el pecho. Una respiración imperceptible y un pulso sumergido bajo su pálida piel certifican definitivamente su fallecimiento.
Lento, débil, lento...; dentro de su átono cuerpo aún palpitan recuerdos, pero nadie se da cuenta.
Lento, débil, lento...; dentro de su átono cuerpo aún palpitan recuerdos, pero nadie se da cuenta.
Brindis
Nicolás sabe muy bien que la gravedad es un invento divino para controlar las ilusiones; y cuando alguien levanta su copa para brindar, él levantaba su mentón mirando al cielo. Después, lo deja caer sobre su pecho y vuelve a dar un nuevo impulso a las ruedas de su silla.
Escrito por Luis San José - Web
Último rescoldo
Mi madre acostumbraba a encender una hoguera cada veinticuatro de junio. Decía que era para purificar nuestra alma castigada durante el año. Permanecíamos junto a ella toda la noche y tiznábamos nuestro calvario con sus pavesas.
Este año no hubo fuego, solo las cenizas de papá bullendo en el olvido.
Este año no hubo fuego, solo las cenizas de papá bullendo en el olvido.
Escrito por Mª Belén Mateos Galán
Carnaval
Se conocieron en una fiesta de carnaval. Paula disfrazada de hoja de libreta de anillas y Rubén, de pluma estilográfica. Aquella misma noche él le escribió "te quiero" abrazados encima de la cama del hotel.
Meses más tarde, en el bautizo, la azulada niña se deshizo al echarle agua bendita.
Meses más tarde, en el bautizo, la azulada niña se deshizo al echarle agua bendita.
Escrito por Josep Sebastián - Web
Veinte minutos
Inhalo, exhalo, lentamente, respiro, me concentro, yoga. No estoy aquí.
Este túnel me ahoga. Abro los ojos, mejor cerrados.
Martillazos, tenues, lentos, fuertes, muy fuertes, rápidos, más rápidos, más rápidos.
Pitidos, agudos, hirientes, agresivos.
Taladros, atraviesan mis oídos, invaden salvajemente mi reducido espacio.
Se acabó. La resonancia magnética ha terminado.
Se acabó. La resonancia magnética ha terminado.
Escrito por La hija del Ferroviario
El divorcio de Narciso
El reflejo de Narciso estaba harto: "Siempre lo mismo. No me busques más ni en el agua ni en ninguna otra parte; quiero el divorcio".
Narciso, abandonado por su reflejo, se convirtió en vampiro.
Su reflejo, liberado y más vanidoso y depravado que nunca, se dispersó por toda la humanidad.
Narciso, abandonado por su reflejo, se convirtió en vampiro.
Su reflejo, liberado y más vanidoso y depravado que nunca, se dispersó por toda la humanidad.
Escrito por Sandra Rebrij - Web
Cenicienta
Al dar las doce, Cenicienta huyó del salón.
La carroza no la esperaba. Corrió saltando de gozo con la certeza de que el príncipe la encontraría.
No se dio cuenta cuando perdió la zapatilla de cristal, ni de que lo hizo junto al contenedor desbordante, rodeado de vidrio para reciclar.
La carroza no la esperaba. Corrió saltando de gozo con la certeza de que el príncipe la encontraría.
No se dio cuenta cuando perdió la zapatilla de cristal, ni de que lo hizo junto al contenedor desbordante, rodeado de vidrio para reciclar.
Escrito por Georges
In Broadway
¡Riiing!
—Dígame
—Eduardo, ¿sabes?, terminé con Juan en noviembre.
—¡Nooo...!
—Desde que vives en Nueva York, solo hablaba de tu suerte, tu carrera, éxitos... —Joder.
—Solo quería decírtelo, tengo que colgar, adiós.
—Chao.
—¿Quién era?
—Gloria.
—¿Y?
—Que habéis terminado.
—Bueno, decidamos, ¿compramos entradas para Priscilla o Mamma Mia?
—Dígame
—Eduardo, ¿sabes?, terminé con Juan en noviembre.
—¡Nooo...!
—Desde que vives en Nueva York, solo hablaba de tu suerte, tu carrera, éxitos... —Joder.
—Solo quería decírtelo, tengo que colgar, adiós.
—Chao.
—¿Quién era?
—Gloria.
—¿Y?
—Que habéis terminado.
—Bueno, decidamos, ¿compramos entradas para Priscilla o Mamma Mia?
Escrito por Ismael González Martín
El mapa estaba en su cabeza (Cine V: Aventuras)
Corrió hacia el viejo vagón. Apretó una palanca. El techo comenzó a derrumbarse.
—¡A por ella, que no escape con mi cabeza! Los cascotes sepultaron a varios piratas.
—Vía libre —suspiró.
Pero la vía estaba cortada. Caían precipicio abajo...
—¡¡Ahhh!!
...cuando el géiser que había activado los impulsó a salvo.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros
—¡A por ella, que no escape con mi cabeza! Los cascotes sepultaron a varios piratas.
—Vía libre —suspiró.
Pero la vía estaba cortada. Caían precipicio abajo...
—¡¡Ahhh!!
...cuando el géiser que había activado los impulsó a salvo.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros
Terror | Western | Thriller | Road movie | Aventuras | Bélico
Treguas traicioneras
—¡Bebamos! —ordenó el superior al mando—.
No éramos más de diez, pero la algarabía debía de escucharse tras los muros. ¡Qué manera de celebrar! Parecía que el mundo iba a acabar mañana...
Cuando despertó el alba, sólo estaba yo y mi circunstancia. Atisbando por la tronera del refugio olí muerte.
No éramos más de diez, pero la algarabía debía de escucharse tras los muros. ¡Qué manera de celebrar! Parecía que el mundo iba a acabar mañana...
Cuando despertó el alba, sólo estaba yo y mi circunstancia. Atisbando por la tronera del refugio olí muerte.