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Le narraba un cuento —siquiera uno muy breve— cada día, desde que nació; aunque hubieran discutido, por teléfono si se distanciaban o incluso vía post-it.

A sus casi 15 años, Laia no sabía cómo hablarlo con su padre cuando él se acercó:

—Hoy no tengo cuento... ¿Me cuentas uno tú?
Escrito por Álex Garaizar

Todo a 50

Permaneció frente al escaparate intentando olvidar que era el último día, hipnotizado por las reliquias que lo adornaban. Quizá las dejara allí para siempre, sin hacer el inventario, tal como estaban. Con la mirada perdida, se marchó muy despacio, sin cerrar la puerta, volviendo la cabeza de vez en cuando.
Escrito por Pablo Núñez

El relevo

Al cruzar la plaza saludas, como siempre, al anciano de bronce que ocupa el tercer banco. Alegremente tomas asiento al lado y bromeas sobre los beneficios de estar solo.

Sólo cuando empiezas a notar rígidas las manos, la cara, el anciano se incorpora y marcha; no sin antes desearte suerte.
Escrito por Ignacio Urtiaga

Conjuro

Vuelve al jardín de cristal. Siembra palabras sobre los vidrios rotos. Cuando brote un torbellino de mil colores, agita los espejos. Despertará un eco olvidado que te preguntará quién eres. ¿Recuerdas a los héroes, las brujas y las princesas tuertas que escribí? Serás uno y todos... otra vez, para mí.
Escrito por Patricia Richmond

Latidos cercanos

Agitada, se acostó muy tarde. Emocionada, rememoraba los mágicos e increíbles momentos que habían compartido. Mientras tanto, el móvil recibía mensajes continuamente.

Desvirtualizar a sus compañeros de letras había merecido la pena. Instantáneamente el calendario se llenó de citas; los cuadernos, de relatos; y su cara, de sonrisas y lágrimas.
Escrito por Malu

La sepia que en las fotos salía en color

Era el último partido y quería contentar a alguno de aquellos fichajes fallidos. Relatos insulsos, lugares comunes, ideas truncadas... Los observé durante el entrenamiento, pero seguían sin convencerme.

—¡Tú! —acabé señalando, al azar—, que sepas que mañana cuento contigo.
—¿Iré convocada, míster? —preguntó sorprendida—.
—Mejor aún —le aclaré—: serás titular.
Escrito por Enrique Mochón Romera

Puntos suspensivos

Aquel local de copas tenía una clientela satisfecha, gracias a los consejos de su sabio propietario. Años después tuvo ocasión de trasladar su magia a la cafetería de la Casa Blanca. El presidente del país más poderoso del mundo modificó entonces sus decisiones erráticas. Después vendrían el Kremlin, el Vaticano...
Escrito por Ángel Saiz Mora

Pérdidas inaceptables

Los lunes telefonea a su difunto padre. Todos los domingos lleva flores a la residencia donde su madre vivió sus últimos días. Los sábados busca, por el Barrio de las Letras, algún escritor para hacer una microquedada.

Cada día su e-mail le vomita el relato que envía a Cincuenta palabras.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa

Cincuenta palabras tan solo

Arrugó otra y, furioso, la lanzó a la papelera, errando de nuevo. La enésima cuartilla que desechaba. Como todas las anteriores, quedaba también esparcida por el suelo. Cogió una más y comenzó a escribir y a enumerar los vocablos que fluían, ahora sin apenas esfuerzo, hasta poner aquel punto final.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

Profugus animae

Palpito, me estremezco. A la vez, convulsiono, me ahogo. Quiero vivir pero siento que muero, y no me importa. Trémulo, alcanzo a notar el ligero pellizco de lo que ya no podrá ser poseído. Me convenzo. Te diré adiós en el mismo instante que sueñe tu irrealidad y tu deseo.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez

Derechos al autor

Al enterarse del cierre de su página favorita en Internet, aquel temperamental cincuentista arrojó su maltrecha libreta de relatos por la ventana. No tardó en sonar el timbre de su casa. Conteniendo la respiración, observó por la mirilla al tiempo que escuchaba: "Abra, solo queremos reconocerle sus derechos de autor".
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza

BOG-BCN IB6517

Algunos días, robaba maletas en el aeropuerto. En casa, las abría y se ponía las ropas que encontraba. Con ello decía era como si pudiera vivir otras existencias.

La cocaína que la policía encontró en el doble fondo de aquel maletín le permitió, ciertamente, experimentar la vida de un recluso.
Escrito por Carles Quílez

La cigarra en la hormiga (de fábula III)

Aborrecía la línea recta tanto como palpar con sus antenas el culo de la compañera siguiente. Le encantaba cantar, y al ser acallada por enésima vez, de su tedio brotaron alas que empezaron a vibrar como acordes de guitarra. Rompió la fila hacia un azul incierto, pero de tres dimensiones.
Escrito por Antonio Bolant
Dedicado a Álex Garaizar - Parte I | Parte II | Parte III

Tiempo después

Año 9177. "¡Eureka!", se oye, cotidiana y consuetudinariamente, en el tercer local de arqueología del único edificio del planeta, el de la población activa. Han descubierto en las redes sociales del siglo XXI un tesoro, el blog Cincuenta palabras. Mientras, en las chabolas de parados, se trafica con sus micros.
Escrito por Rafa Olivares

El cenicero

Por fin podré ser esa chica que nunca me dejaste ser. Conseguiré recuperar la sonrisa y desconectar el GPS que me colocaste al conocernos. ¡Ah!, y escucha: volveré a fumar. Y empezaré con diez cartones de un tirón, para ir sacudiendo los cigarrillos en la urna que guarda tus cenizas.
Escrito por Luis San José

Y dos huevos duros

Un barquito de papel emprendió su travesía. Enrolaba nuevos grumetes y crecía, cada 50 olas, convertiéndose en bravo navío. Pronto llegará a puerto y descenderá la tripulación con su variopinto equipaje: gallinas, sombreros, plumas, tinta, lirismo, guitarras, libros, superhéroes, puertas, amaneceres, enhorabuenas, besos y abrazos.

Sonrío. Soy una de ellos.
Escrito por M. Carme Marí

Documento inédito

Se exhibe en la sala principal del mayor museo del país. En una urna. Rodeado de cuatro vigilantes. 

Se admira desde lejos. No se permiten ni fotos ni vídeos. Sólo se puede leer. Aunque la mayoría de los visitantes no lo entiende.

¿Por qué esas cincuenta palabras son tan relevantes?
Escrito por Maest

A la oficina del olvido llegan todas las almas perdidas

Para la última reunión quedaron en La oficina del olvido. Poco a poco fueron llegando los cincuenta. No estaba el dependiente, pero dejó una nota: En el baúl de al lado están todos sus recuerdos. Lo abrieron y encontraron un revólver y cincuenta balas.

Acá se sigue bailando, no tarden.
Escrito por Andrés Galindo

La eternidad de un abrazo

Se acercó a él de frente, mirándolo. Respiró su aire mientras lo abrazaba por dentro. Pensó en aquellos despertares juntos, en las lecturas regaladas, en los vaivenes del tiempo, en él...

A través de la ropa le regaló su corazón y dijo: "Hasta siempre".

Tan solo habían transcurrido veinte segundos.
Escrito por Salvador Pérez Salas

Estábamos parados los cincuenta mirando el cadáver de Álex Garaizar

Teníamos frío y miedo.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Patricia.
—Busquemos al culpable —propuso Pablo, creyéndose Frederick Abberline.

Ignacio no dejaba de sollozar.

—La mejor forma de honrarlo es dar a conocer su legado por todo el mundo —dije.

En silencio todos asintieron. Luego nos separamos.

...Y así comenzó la leyenda.
Escrito por Jean Durand

A la deriva

¡Capitán! ¡Capitán! ¡Mira, la tripulación ya ruge, el camarote se amotina! ¿Por qué te has tirado por la borda? ¿Por qué los has abandonado? Ahora no son más que náufragos a la deriva. Después sacarán los cuchillos y se matarán por un bote salvavidas, pero ¿quién los oirá en altamar?
Escrito por Gil Hernando de Santiago

Las aparecidas

El lector esperaba en la acera la señal del semáforo. Sintió un leve roce, como un ruego que le tiraba de la manga. En su voz, versos luminosos.

Esto ocurre muy a menudo en su calle. Cada cuerpo transparente viene del más allá, del monte Parnaso: son las poetas olvidadas.
Escrito por Carmen Cano

Amor platónico

En la portada del número veintiuno de la colección Capitán Trueno Extra, Goliath y él peleaban con un león. Disfrazado de Crispín entré en busca de Sigrid. Cuando volví a ojear la revista, seguían solos luchando, y ella, ajena, leía la carta de amor que escribí solo con cincuenta palabras.
Escrito por Crispín (Ezequiel Barranco)

Hasta siempre, cincuentistas

Existía una vez un grupo de grumetes unidos por el amor a las palabras, capitaneados por un valiente capitán.

Pese a sus pocos años, llevó su nave con destreza a buen puerto, surcó mares bravíos, siempre venturosos, ya que nunca faltó entre ellos la admiración, el respeto y la amistad.
Escrito por Gloria Arcos Lados

Y fueron infelices

"Vienes borracho, has estado con tus pelanduscas y tus amigotes de juerga", le dijo Blancanieves al príncipe. Él le dio una bofetada. Ella, sollozando, fue a las cocinas, cogió todas las perdices, subió con ellas hasta la torre más alta del palacio y las arrojó al vacío una tras otra.
Escrito por Enrique Angulo

Se alquila

Hoy por fin tengo nuevos inquilinos.

Aun habiendo rebajado el precio poca gente se interesaba por esta casa. No deberían escuchar los rumores que difunden mis vecinos.

Escondido en el sótano les observo, embelesado. Parece una familia perfecta. El marido se llama Álex.

¿Será el primero que venga a verme?
Escrito por Pepe Sanchis

La evacuación de las élites (La ciudad sin alma VI)

Intentaba huir en la nave.

—¡No fue premeditado, Martín! —suplicó por su vida.
—¡Lucía murió!

Podría haberle matado en ese instante. Saavedra había destruido todo el mundo que yo había conocido... Que había amado alguna vez...

Alguien disparó.

Entró por mi espalda. Mientras, una marabunta descontrolada se abalanzaba hacia nosotros.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros
Parte I | Parte II | Parte III | Parte IV | Parte V | Parte VI

Había creado un monstruo

Dejaba notas sublimes de exactamente cincuenta palabras junto a los cadáveres. Los comisarios, y muchos ciudadanos, querían que no dejará de asesinar para así poder leer más, en una espiral demente. Hasta que, al fin, descubrieron un cuerpo junto a una carta de suicidio de exactamente  exquisitas cincuenta palabras.
Escrito por La Marca Amarilla

Cuento de Navidad

Pedí un café y me dispuse a escribir. Era seis de enero.

Preguntó si podía sentarse, su mirada infundía paz. Se llamaba Gaspar. Compartimos confidencias y soñamos. Le prometí leerle mi cuento.

Aparecieron ellos y se lo llevaron a su residencia, el psiquiátrico. Las luces de Navidad se apagaban lentamente.
Escrito por La hija del Ferroviario

Buenos días

Ella es una mujer que vuela moviendo las manos como si nadase. Él es un hombre con capa que protege la ciudad desde las azoteas. Cuando Morfeo los libera de su abrazo, abren los ojos al mismo tiempo. Sonríen y se besan. Dos cabezas despeinadas y enamoradas sobre la almohada.
Escrito por Aurora Rapún Mombiela

Geometría de un asesinato

Lo que solo conocía su círculo más cercano llegó a las altas esferas, y las sinuosas curvas de un triángulo amoroso atraparon al agente del Pentágono en una espiral, cuyo eje oscilaba entre Pekín y Moscú. Quizás cruzó la línea roja. Lo encontraron asesinado en un polígono industrial de Virginia.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

Mágico Baltasar

Ella volvía de pasar la fiesta de rayes con su familia. Hacía tiempo que no se veían y había sido muy especial. Cuando abrió la puerta de su habitación, él le había preparado una sorpresa.

La carta de su Rey Mago Baltasar estaba en la mesa esperando a ser leída.
Escrito por Mar Montera Villahermosa

Mágico Western

El tipo de la chistera sonríe descubriendo la escalera que despacha la partida. Hace trampas. Es evidente. Así que Billy responde desenfundando su revólver, pero el miserable chasquido que suena al accionar el gatillo le confirma que ha dejado de ser el pistolero más rápido a este lado del Misisipi.
Escrito por Ignacio Urtiaga

Sin palabras

Ninguno de los dos musitó ni una sola palabra. En un arranque de furia, todo se dijo en un instante. Todas esas falsas sonrisas terminaron en el bote de la basura. La ventana se cerró de golpe. Quizás mañana ya habría tiempo para que el sonido volviera a la vida.
Escrito por Patricia J. Dorantes - Twitter

La magia de un instante

Se sentía afortunado por haber sido trasladado a aquella ciudad de ensueño. Disfrutaba de sus jardines, calles, plazas; de nuevas amistades. Tan solo le apenaba la inmensa distancia que lo separaba de una vieja estación de metro donde, cada mañana, se le derretía el corazón al cruzarse con su mirada.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

Sin perder la compostura

La fastidiosa mosquita no dejaba de enredar entre los asistentes. Intentaban que no se les notase, miraban a todas partes y, cuando nadie les veía, daban manotazos en el aire, de forma cómica, para espantarla.

Luego, circunspectos, como personas serias, retornaban a su rígida postura de asistentes a un entierro.
Escrito por Gloria Arcos Lado

Desacierto

Después de una desilusión se prometió a sí misma nunca más volver a amar. Antepuso la razón antes que el corazón, se aisló por completo del mundo, mas había cometido un grave error. Aunque echó cerrojo al órgano dejando la mente abierta, recordó que él se había llevado la llave.
Escrito por Ma. Gloria Carreón Zapata - Facebook

Poner una vela y rezar

No podemos hacer más. Está en el hospital, malherido tras el impacto de una maceta caída del balcón. Sólo nos queda rezar al diablo para que se lo lleve. Ya le dije a Andrés que lanzaba el tiesto demasiado pronto. Mala hierba... No nos desharemos del jefe fácilmente. ¡Maldito cabrón!
Escrito por M. Carme Marí - Web

Clase de música

Me senté frente al coro del colegio. Estaban los niños perfectamente dispuestos, salvo un hueco en el cuarteto de contraltos.

Parecía que nunca iban a empezar a cantar, hasta que el director se volvió y me gritó: "¡Venga, vuelve ya!".

Miré al suelo y me reencontré con mis pantalones cortos.
Escrito por Crispín

Perdiendo nuestro tiempo

Avanza hacia adelante. Incluso las horas se cambian. Y se celebran los cambios con fiestas, brindis y fuegos artificiales. Y vamos en busca de ese tiempo, siempre hacia adelante.

Pero las noticias en ocasiones indican lo contrario.

—¿El siglo XXI, por favor?

A veces no saben contestar esa sencilla pregunta.
Escrito por Maest

El primer libro

Se escondió de los tiros y las balas, en el lugar más recóndito del planeta; ahí donde aún crecían, a tientas, las flores. Llevaba algo guardado, en algún sitio, desde hacía mucho tiempo. Lo sacó y comenzó a hojearlo. El primer libro de la tierra pudo leerse por primera vez.
Escrito por Dra. J - Twitter

Francotirador

Solo era cuestión de tiempo. Oculto, observador y silencioso se arrastraba sobre su vientre el Troll hasta colarse en una nueva web. Entre los comentarios, escondido, sopesaba cada palabra escrita. Elegida una con sumo cuidado la utilizó y tergiversó para instilar, una vez justificado, su odio militante, atroz y fratricida.
Escrito por Manuel López Muñoz

El precio de la libertad (de fábula II)

El figura había sacado una espada, así que improvisé una huida e intenté encaramarme a la grupa de un parapetado equino que, malinterpretando mis intenciones, de una coz pulverizó toda mi bravura. 

Tuve suerte y decidieron devolverme a la dehesa donde seguiré envejeciendo, aunque ahora muja dos octavas más agudo.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter
Parte I | Parte II | Parte III

No os fiéis de los escritores

Cuando se corrió la voz de que al coronel no había quien le escribiera, ocurrió que todos compramos sobres y papel de cartas. Así quisimos consolar al viejo militar, pero nadie encontró la dirección donde remitirlas. Todo fue un truco publicitario y tramposo de Gabriel García Márquez. Macondo no existe.
Escrito por Juan Badaya - Web

Recuerdos digitales

Aquel sería el viaje de mi vida visitando lugares únicos a los que no volvería. Provisto de un palo selfie comencé a fotografiarlo todo buscando un buen ángulo, aislándome del grupo sin escuchar al guía. El último día mi móvil cayó por la borda.

Mis recuerdos quedaron en el mar.
Escrito por Javier Velasco Eguizábal

Fauna salvaje

Junto a bandadas de gaviotas planea sobre la península ibérica la silueta del poderoso buitre financiero. Aprovechando la simbiosis del relaxing cup, captura sus presas en el desprotegido ecosistema público. Depredador por naturaleza, se alimenta del tejido social privatizando viviendas y hospitales, haciendo peligrar el delicado equilibrio del hábitat democrático.
Escrito por Manuel Bocanegra

Nueva en la ciudad

Se levanta y lo primero que hace es mirarse al espejo. Se ve fea, envejecida, vacía de esperanzas y vida. Algo de base, sombra de ojos, rímel, pintalabios y a volar. Se calza esa sonrisa falsa de me va todo fenomenal. Dulce hipocresía, si no aparenta no se puede integrar.
Escrito por Sara

El mejor recuerdo

—Sr. Urban, ¿cuál es su mejor recuerdo de su paso por nuestra redacción?

—El día que me echaron, por aquel artículo sobre la autoadulación. No hacían más que alabarse a sí mismos. Apenas aparecía un artículo sobre alguien ajeno al grupo. El premio Nobel me ha abierto muchas puertas. Gracias.
Escrito por Gil Hernando de Santiago - Web

Pecados mortales

Dejó sus premisas al pie de la cama. Primero, respeto; segundo, nunca humillar; tercero, sin sumisión; cuarto, libre de cardenales; quinto, sin mordiscos; el sexo, ausente de violencia; séptimo, enmudecer los insultos; octavo, orfandad de golpes; noveno, sin amenazas.

El décimo, releerlo como un responso al pie de su sepultura.
Escrito por M. Belén Mateos Galán

Mentes duales

Iba acariciando la idea de matarla. Un accidente, pastillas, veneno... Ante ella solía mostrar afecto, no quería que su esposa notase sus intenciones en absoluto. Tras intensas meditaciones se decidió a hacerlo, no tenía más ganas de fingir... Cogió el cuchillo afilado y le rebanó el pescuezo a su marido.
Escrito por Daniel Canals Flores - Web

Anuncios por palabras

MARCELO JESÚS, treintañero, busca chica, con gusto por la conversación y la vida contemplativa para rehacerse de relación extenuante. No necesariamente sexo. Ref.: 1425.

SEXO GRATIS. Mónica, joven exuberante, fiel, apasionada, selectiva y dominante. Absténgase quien no se llame Marcelo Jesús y su DNI no termine en 745V. Ref.: 1426.
Escrito por Rafa Olivares - Web

El fondo de la maleta

—Permítame, señor...
—Álvarez, señor Álvarez...
—Señor Álvares, permítame su pasaporte. ¿Viene de turismo?
—Soy señor Álvarez, y vengo para asistir a un entierro.
—Oh,cuánto lo siento. ¿Viene solo?
—No, con mi mujer.
—¿Dónde está su mujer?
—Está en el fondo de la maleta.
Escrito por María Larralde - Web

Aterrizaje forzoso

En un instante de vida o muerte, el piloto se aferra con fuerza al timón; los controles se encienden y apagan, el motor se ahoga, la nave en vuelo se sacude monstruosamente y desciende en picada.

—Hijo, es hora de bajarse, ahora es turno de otro niño en el avioncito.
Escrito por Selene Argueta - Twitter

Supercalifragilisticoespialidoso

Identidad del pobrecillo recién nacido:
Jon Agirregomezkortabarrenetxeaurribeitiagogeaskoa Gil. 

Aquí la broma pesada, bien que involuntaria, le viene impuesta a la criatura por su padre. La madre, casada con él más que nada para "compensar", lo tuvo presente asimismo en la elección del nombre. 

Una firma sólo viable en hojas apaisadas...
Escrito por Carmelo Carrascal

Manías, tics y extravagancias

Sufrí, por un tiempo, el impulso inevitable de rozar un enchufe del baño al salir de la ducha.

Luego, adquirí la obsesión de girar mi cabeza hacia atrás mientras conducía mi coche.

Ahora, cada mañana, giro el tambor del revólver con una sola bala, muerdo el cañón, rezo, aprieto y...
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

Relatividad cotidiana

Según Marta, la mosca habría estado meses sorbiendo mi café esta mañana, años sobrevolando la cocina y semanas en mi puño antes de huir despavorida.

"Va para dos minutos que no respondes a mis mensajes —le he bromeado en el último—, considerando como un solo día toda la era cristiana".
Escrito por Enrique Mochón Romera - Twitter

Presagio

En mi sueño, el fatídico mensaje era claro: así terminaría nuestra relación; vaya, ¡qué tristeza, las palabras del cura se hicieron realidad!

Pero, ¿quién se imaginaría que todo se cumpliría, que los frenos del coche fallaran y, tras estamparnos, los dos saliéramos proyectados por el parabrisas para cumplirse aquella premonición?
Escrito por Cristopher Josué Escamilla Arrieta - Twitter

El día que fui hacia la luz

Un hombre extraño me dio a elegir un instante de mi vida para pasar la eternidad. Tardé en escoger, pero me decanté por aquella tarde en Cádiz, la única, en la que paseamos de la mano. No recordaba que ya te echaba de menos entonces.

O algo así debió ocurrir.
Escrito por Miguel Ibáñez

Penas

Anita nunca ha estado en la cárcel en la que vive su papá. Únicamente lo conoce por fotos. Ayer escuchó a la abuela Alfonsina susurrar: "Esta niña es igualita a nuestro Alfonso, qué pena". Anita no entiende qué tiene de malo parecerse a un tío, aunque lleve mucho tiempo muerto.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

Tardes y whisky y besos

Llegaron para quedarse las tardes de whisky barato y besos. Acompañadas de noches de pasión y sexo. Su otra cara eran las mañanas de jaqueca y mareos pero con risas y sonrisas. Llegaron tiempos felices que quise atesorar hasta que un día sin previo aviso la cama amaneció completamente desierta.
Escrito por Bufón Loco

Viejos, nuevos tiempos

Aquel domingo el pueblo amaneció con un solo candidato.

—Apenas se asomó, se apuraron pa' que no vuelva a dentrar. Cayó sin que haiga ruidos. Al Tomás lo desaparecieron —continuó la voz cómplice—. Es la importancia de averiguar alguna secreta debilidad del enemigo.

En esa habitación se respiraron inútiles remordimientos.
Escrito por Ruperto

Teletienda

Hoy no me recibe al llegar a casa.

Está bajo la cama, inmóvil. Acaricio su lomo frío. En un intento desesperado por salvarlo intento activar sus entrañas. Constato lo que temía. Siento deseos de hincar el destornillador en mi corazón.

Enciendo la televisión. Me apresuro a encargar otro robot aspirador.
Escrito por Ángel Saiz Mora

Acceso de nobleza

Su amor era un invento; su vida, una mentira. No tenía trabajo ni familia. Su coche era robado. Siempre llevaba peluca, y tenía la mirada azul porque utilizaba lentillas. Pero cuando aquella muchacha ingenua quiso hacerle compañía, le confesó, sinceramente, que bajo el traje prestado latía un corazón de plastilina.
Escrito por María José Escudero

Malas noches

Sin unas manos cálidas para arroparle, ni osito de peluche al que abrazar; sin ese susurro de cuento para vivir un sueño, y la botella de agua hecha añicos por falta de luz, Adolfito se reducía, mientras el monstruo de sus pesadillas aumentaba, en aquella lúgubre noche de cristales rotos.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

Voces

Está sentado en el sofá con los ojos clavados en la cajita y tapándose los oídos inútilmente. 

"¡Escúchame bien!, sé que sigues aquí. Aún estás a tiempo. No tomes más pastillas y podremos continuar hablando... ¿Me oyes?".

Él no responde, seguro de que nunca más se olvidará de una dosis.
Escrito por Josep Maria Arnau

La escena de un crimen

Las herramientas ya no estaban en su lugar, faltaban algunas. El sitio presentaba señales de un gran forcejeo. Al presenciar semejante desorden, sintió que sus esfuerzos habían sido inútiles. Las lágrimas recorrieron su rostro al confirmar sus sospechas: el robot yacía en el suelo, detrás de la barra, completamente desarmado.
Escrito por Óscar Quijada Reyes - Web

Identidad

Alguna vez fueron felices. Ella le escribió los cuentos de la Ciudad Mágica. Él la amó del único modo que sabía, manipulador, posesivo.

Ella se despertó del trance. Se miró desde fuera. Se retomó a sí misma y escapó, sin él, para vivir la magia que antes sólo había escrito.
Escrito por Marina Lagarda

Asimetría

Blanca desconfiaba porque al pensar mal acertaba. Irene confiaba porque al pensar bien no sufría. Un día decidieron intercambiarse los caracteres.

Como el resultado fue que abusaban de la confianza de Blanca y perdían la paciencia de Irene, optaron por devolverse las personalidades, pero solo una retomó su antiguo carácter.
Escrito por Tahel6

Palabras tristes

Perdóname hijo, no podré ir al festival escolar.

Recibí una carta. En el centro tenía la imagen gris de un cementerio. Había algunas personas reunidas junto a un sepulcro. Identifiqué varios de mis familiares y amigos. De pronto, recordé que era la fecha de mi muerte. Tuve que partir.

Mamá.
Escrito por Salomé Torres - Twitter

Jump and drop

Me encanta que tengas miedo al vacío. El miedo tiene la función de evitar tonterías. Yo me creía superior a los demás mortales sólo porque estaba dispuesto a arriesgar. Y arriesgué demasiado... 

Ahora no sé si he vivido este último año 365 días, o he vivido ese día 365 veces.
Escrito por Olga Noya

Testigo mudo

Escucho cómo vacía los armarios y el estruendo de platos y cubiertos al estrellarse contra el suelo. Entra en la habitación y pide a gritos el dinero, me golpea. La enfermera cree que fue una suerte que mi hijo llegase a tiempo, él calla nervioso tras sus gafas de sol.
Escrito por Yoya Muiños Alonso

Jamás regresé al tiempo que quise volver

Después de veinte años volví, algunas casas se habían ido, algunas callejas marcaban su vacío, luego se presentaron rostros. Busqué las rosas, y el tiempo se las había llevado. Tuve noticias, pero nada volvió. Las miradas de la gente eran desconocidas, entonces borré la esperanza que se sueña al volver.
Escrito por Edwin Antonio Gaona Salinas

My teacher is Rich

Despertar a la magia es algo que pocas personas consiguen. Dicen que fue casualidad, pero el destino quiso que aquel rayo preciado, escapado de la estrella que le ilumina, pasara a mi lado. Sin pedir permiso me agarré fuerte a su destello y, desde entonces, admiro embelesada sus apariciones estelares.
Escrito por Malu

Conocimiento carnal

—Guillaume, durante todos esos años que pasaste en Tierra Santa, ¿no me añoraste?
—Por supuesto que sí, Éléonore.
—¿Y no soñaste conmigo?
—Te soñé.
—¿Y no imaginaste que teníamos conocimiento carnal?
—Tengo que admitir que sí, Éléonore. Muchas veces.
—Pues fue una de esas veces, Guillaume, cuando me quedé encinta.
Escrito por Plácido Romero - Twitter

Extraña mente

El rodar de la rueca resonaba en el aire arrastrando silencios imposibles. El monótono ruido renacía incesantemente. No había princesas en su imaginación. Sin embargo, las lagartijas entraban y salían por las rendijas de su mente. La mariposa echó a volar. Cerró los ojos. Solo quería descansar.

La araña tejía.
Escrito por Salvador Pérez Salas - Twitter

Poncio, el Magnánimo

—No veo rey, sino hombre. El nazareno, pues, queda libre.

Las palabras del gobernador fueron latigazos en su espíritu. Sintió pánico.

Las preguntas se agolpaban en su mente, y miró al cielo buscando amparo.

Su destino era el sacrificio, la muerte. Su padre no le había preparado para la vida.
Escrito por Salvador Esteve

Arruinando el paisaje

―Y la humanidad colonizó la Luna y luego Marte y después el resto de planetas y lunas del sistema solar y el espacio se llenó de cohetes y naves espaciales que iban de un planeta a otro.

―Es el progreso, ¿qué es lo que no te gusta?

―Las vallas publicitarias.
Escrito por Luis Goróstegui - Twitter

Síntomas

Para Beatriz la brisa de la mañana siempre es igual. Su cuerpo camina estirado como si tuviera un hilo en la cabeza que tirara de ella hacia arriba. Se mantiene en un equilibrio ficticio que la sujeta al mundo cruel que le ha tocado vivir. Indicios de enfermedad nada rara.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web

La estatua

El escultor logró otro premio. Su virtuosismo con el cincel era indiscutible. El realismo que mostraban esos cuerpos marmóreos estremecía.

Pero tras su ambición ocultaba su secreto. ¡Qué habilidad para inocular melancolía a sus modelos! Si miraban atrás, quedaban petrificados y surgía otra obra de arte... con sabor a sal.
Escrito por Francisco Rubio Yepes - Web

El proceso del amor

No se habían visto nunca, solo en imágenes fotográficas, pero estaban seguros de que se querían. Todo fueron palabras, juramentos... por e-mail. Al encontrase, cambiaron letras por besos. Frases por caricias. Soledad por compañía. Eternidad por momentos. Promesas por gritos. Fidelidad por mentiras. Pero estaban seguros de que se querían.
Escrito por Mª Luisa Pérez Rodríguez

Una puerta para Malu

Tiene la piel color canela y los ojos grandes, es una niña y se llama Malu. La directora del orfanato le dice que abra una puerta, al hacerlo, ve a su nueva familia. Corre hacia ellos y los abraza mientras unas lágrimas dulces, no amargas como antaño, inundan sus ojos.
Escrito por Enrique Angulo - Twitter

Insomnio

De noche, con la luz del dormitorio apagada, escribo palabras en el aire que busquen a oscuras tu nombre y aquellas miradas enredadas, palabras que unan aquel amor que no estaba lejos pero que nunca alcancé. Palabras que no desvanezcan mientras recuerdo lo efímero que son los versos en verano.
Escrito por José Juan González

El puente

Ella era hermosa como el resplandor de la luna sobre la serenidad del mar. Esa noche, sin decir palabra alguna, tan solo con inquietas miradas, nos propusimos conocernos más. Debo admitir que recorrí con frenesí todos los caminos de su cuerpo, pero, lamentablemente, jamás encontré el puente hacia su corazón.
Escrito por Manuel Sedamano Ballesteros - Twitter

Con estilo

Probó diversas modalidades de saltos; del Ángel, caída libre, con tirabuzón, doble mortal hacia delante y hacia atrás... ninguno le satisfacía. El problema era siempre la llegada. Buscaba la perfección.

Ese día tenía que ser impecable. Solo tendría una oportunidad para llevar a cabo su objetivo.

Dejar un bonito cadáver.
Escrito por María Galerna

Respuestas

Comenzó ensalzándolo su simpático jefe. Después, su mejor y más viejo amigo. El tercer panegírico, tan emotivo que desató el llanto de los asistentes, fue pronunciado por su amada esposa. 

Paradójicamente, ellos fueron los primeros en salir corriendo del templo cuando se escucharon unos golpes en el interior del féretro.
Escrito por Rafa Sastre

La tentación de la carne

Dudó, pero era ella quien lo tentaba con su carne sonrosada. Lo pedía a gritos. No era la primera vez y no sería tan terrible. Separó sus pliegues delicados, pero se entusiasmó y empezó a morder, rasgar y chupar. Al final, como siempre que comía granadas, terminó hecho un asco.
Escrito por Valle

El alma también llora

Miedo a la vida, inseguridad a la libertad, el bienestar lejos del hogar, el dolor cada tarde, cada cena... hasta en cada suspiro. La felicidad se escapó, la esperanza se desvaneció.

Hoy prefieres la triste soledad al amargo acompañamiento que ofrece aquel hombre del ayer al que hoy no reconoces.
Escrito por A. R. Payán - Facebook

Triple misión desde Andrómeda

En su primera visita dominaban unos gigantescos animales.

La segunda vez encontraron aquellos incomprensibles seres humanos, ya divididos en poseedores y desposeídos.

En el tercer y último viaje, todas las pantallas del arrasado planeta presentaban una doble imagen congelada en el tiempo: el americano con tupé y el coreano gordo.
Escrito por Pepe Sanchis

A flor de piel

Reunió a todos en el desván y les regaló la mirada más tierna, profunda y llena de amor que jamás hubieran soñado.

Después salieron al jardín, bailaron y rieron mirando al cielo, girando al compás de la música mientras las cálidas gotas de lluvia de verano dibujaban sus eternas sonrisas.
Escrito por Pilar Garrido Aláez

¿Por qué lo llaman amor?

Me miro al espejo. Es viernes. Es raro si un fin de semana no consigo traerme algún tipo a casa. No me importaría repetir, pero nunca surge. Por eso, los días en que la soledad me aprieta, miro debajo de la cama, por si quedó escondido alguno de esos monstruos.
Escrito por Marian Peyró - Twitter

Esperanza

Aquel día, entro en la sala, se sentó enfrente de mí. Su cabeza la cubría un precioso pañuelo de alegres dibujos y colores. Sus bonitos rasgados ojos negros de mirada penetrante irradiaban felicidad.
Levantando la mirada me dijo: "Juan, hoy es mi última sesión de quimio".

Asentí, los dos sonreímos.
Escrito por JuanAn

Sueños

Al despertar, veo suspendidos del techo de mi habitación los sueños que tengo mientras duermo. Flotan como globos de colores a la espera de poder usarlos. Cuando se amontonan, abro la ventana y los dejo escapar.

Entonces, escucho sonreír a los vecinos. Son felices al conseguir cosas que nunca imaginaron.
Escrito por Pedro Rodríguez

A causa de la lluvia

El visitante observó el desperfecto; coligió que el milenario muro que rodeaba la fortaleza se estaba desmoronando. Uno que pasaba por allí le sopló que "a causa de la lluvia"; pero él no entendió si se refería a la recientemente caída o a la que había estado cayendo durante siglos.
Escrito por Salvador Cortés Cortés

La Creación

Tras seis días de duro trabajo, el séptimo descansó.

El Edén era un lugar ameno, exento de sufrimiento. El primer hombre y la primera mujer gozaban de una naturaleza prístina. Pero Eva sentía que el mundo todavía no estaba completo. Por eso inventó lo de la serpiente, el primer cuento.
Escrito por Carmen Cano - Twitter

Manos libres o la estática del corazón

A veces, cuando hablamos por teléfono, escucho el eco lejano de mi voz. Generalmente ocurre cuando estoy triste e intento disimular lo que siento. Al imaginarte a la distancia descubro que es imposible engañarte.

Tal vez sólo sea que estás usando el altavoz, o una trampa nueva de mi corazón.
Escrito por Silvana Alexandra Nosach

Método de riesgo

Entrelazados, rodamos pendiente abajo, absortos en nuestros deseos y sensaciones. Las terminaciones nerviosas estaban tan activadas que cualquier golpe o magulladura de la caída nos pasaron totalmente inadvertidos. Nuestros cuerpos solamente respondían a los estímulos que nos regalábamos. Ninguno reparó en la cercanía del precipicio. El coitus interruptus fue brutal.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez - Twitter

¿Bueno?

Aún me quedan silencios, los anuncio por el periódico pero nadie llama. Entro de puntillas a mi habitación, pues no quiero que se desmoronen.

El teléfono suena (un decir, pues ante la protección de mis productos coloqué una pequeña luz que me avisa), descuelgo y ella me entrega más mercancía.
Escrito por Luis M. Reza - Twitter

Pepe ya no está

Este año la Navidad sin Mónica, Manolín y tantos niños y niñas que no volverán a sentarse en su regazo, no será como siempre. Desde la esquina mira su trineo con nostalgia. Le gusta escuchar sus risas, contemplar sus caritas. A Pepe González, Santa para los amigos, le han jubilado.
Escrito por Marisa Martínez Arce

¡Cortamos por lo sano!

El cepillo camina por la mata rizada. Un nudo frena bruscamente el recorrido vertiginoso hacia las puntas. No se desenreda con delicadeza, ni con acondicionador. Para evitar tirones y alaridos, sentenciamos cortar el nudo. Cogemos del neceser de mamá las tijeras con las que le cortó las alas a papá.
Escrito por Manuela Balastegui

Lectura prohibida (II)

Cerró el libro violentamente pero era demasiado tarde: la lectura le había calado hasta los huesos. Aunque intentó abrirlo por el final, siempre había más páginas. Trató de arrancarlas hasta que, con el cabello revuelto y los ojos enrojecidos, se dio por vencida. Aquel libro prohibido permanecía íntegro e infinito.
Escrito por Aurora Baeza
Parte I | Parte II

Bailaré sobre su tumba

"Ante todo, mucha calma", recalcaban Siniestro Total. Entonces, disfrutábamos de la movida, del futbol, de los viajes... También del cine. Ahora, aunque la peli sea una comedia, sufrimos. Basta con que un adolescente maleducado comience a berrear estupideces. Por suerte, a mis años, nadie me obliga a mantener aquella calma.
Escrito por Jesús Garabato Rodríguez

En busca del Doctor Hellzer (La ciudad sin alma V)

Las temperaturas no pararían de bajar.

El frío era insoportable, un frío blanco, aterrador. Los océanos estaban recubiertos de escarcha, pero lo realmente angustiante era la falta de víveres y oxígeno que estaba por llegar. Hacía días que no veía una sola planta. Debía encontrarlo, él tenía todas las respuestas.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros
Parte I | Parte II | Parte III | Parte IV | Parte V | Parte VI

Cuántica

Estás aquí y, al mismo tiempo, no estás. Mientras preparo la cena, saco el tema del bebé, mas, al parecer, no existo, pues ni siquiera me miras. Me sales otra vez con tus teoremas y tu prometedora carrera en la Universidad.

Lloro, pero no lloro, pues no ves mis lágrimas.
Escrito por Carles Quílez

El último viaje

Sintiendo cercano su final, ordenó los papeles, descargó su conciencia y, rechazando engorrosas despedidas, se desvaneció en el misterioso túnel de luz. Como experimentado marino, siempre pensó en el "más allá" con cierta distancia. Soñaba con el regreso, pero la velocidad de la luz se opuso a tan peregrina veleidad.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

Pito

Pito presumía de su nombre ante todo el mundo. Siempre le habían llamado así, desde que nació. La gente que no lo conocía se mofaba. Él se sentía orgulloso de ser diferente. Por eso, Pito jamás podría comprender que, en el día de su entierro, lo convirtieran en don Agapito.
Escrito por María José Viz Blanco

Mi recorrido

Mi recorrido por el río transcurre tranquilo, paso por diversos filtros, me analizan, y entro en una estación potabilizadora. El ciclo sigue con distintos tratamientos con carbón activo, ozono, cloro... 

Seguidamente, supero diferentes procesos de purificación, me bifurco por las tuberías, penetro en los hogares... y acabo en un vaso.
Escrito por Luis Toyos

Pasiones espurias

Perséfone, la gata birmana de Felicitas Campos Arostiaga, está preñada de Paco, el gato zaparrastroso y malentretenido de Doña Asunta.

Fue la ocasión, el balcón entreabierto... Perséfone salió, Paco saltó...

Yo los vi desde mi ventana y oí a Perséfone maullar refocilándose de placer, como ahora aúlla de horror Felicitas.
Escrito por Elisa Mancuso

Sweet Lolita

La observé a hurtadillas, como quien mira de reojo el escaparate de la pastelería mientras la mente le advierte del peligro inminente. Esa falda escocesa, esas trenzas, esa sonrisa inocente...

En cuanto marchó pude respirar. Cerré la persiana y me propuse crear el mejor pastel del mundo. Lo llamaría nínfula.
Escrito por Fernando da Casa - Web

Gente civilizada

Finalmente alcanzaron un acuerdo tras someter sus diferencias a votación y a algún golpe bajo: un ojo por aquí dañando un dedo de una mano, mechones de pelo al viento por allá, y varias piezas dentales rodando por el suelo en busca de vida propia. Lo normal entre gente civilizada.
Escrito por Ventura Panisse - Twitter

Impaciente

Tras el obturado ventanal vislumbra el beso del mar y la ensenada, amantes en perpetuo tira y afloja. El tránsito del sol por el lienzo celeste nunca le ha parecido tan exquisito. Ni qué decir del ocaso: sublime. Suero, calmante, palabras de aliento... hacen el resto.

Mañana regresará a casa.
Escrito por Loli Regs

Lenguaje de signos

Sentado en un banco del parque, mecía lentamente los pies si quien pasaba junto a él le resultaba indiferente, mas los iba acelerando cuando la persona era de su agrado. Al hacerlo su nueva vecina, se enredaron en un baile tan fulgurante que empezó a volar sin visos de aterrizaje.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

Humor blanco

Esa mañana salió dispuesto a llegar al polo Norte. Ató a Luky al trineo y se deslizaron ambos por la nieve reciente. Al llegar la noche aún no habían regresado. Salieron a buscarlos con linternas, pero no hallaron nada. Su familia lloró sin consuelo. Años después llegó una postal: "Llegamos".
Escrito por Antonio Toribios

Mejor relato de 2018

23 autores habéis ordenado de más a menos favorito los 12 finalistas. Por cada votación, se les ha asignado 15, 12, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 punto. Estos son los resultados:

1º. Encarna, de Miguel Ibáñez - 207 puntos
2º. Lindísima, de Matrioska - 189 puntos
3º. Gracias por las flores, de Manuel Bocanegra - 181 puntos
4º. Caso abierto, de Pablo Núñez - 168 puntos
5º. Cambio de rasante, de La Marca Amarilla - 159 puntos
6º. Secretos acuosos, de Juana Mª Igarreta Egúzquiza - 148 puntos
7º. El efecto etílico, de Isidro Moreno Carrascosa - 147 puntos
7º. Estirpe, de Ángel Saiz Mora - 147 puntos
9º. Mensajes, de Ángel Saiz Mora - 144 puntos
10º. United Colors, de Manuel Menéndez Miranda - 140 puntos
11º. Black is black, de Manuel Menéndez Miranda - 134 puntos
12º. Mack the dead, de Pablo Núñez - 121 puntos

Noches de braun

Casi todas las noches teníamos como cómplice la diosa Luna. Los brauns de ron con cola nos hacían ser un poco mas lujuriosos. Nuestras bocas se fundían en un loco acto de amor y sexo, recorriendo nuestros cuerpos hasta que el dios Sol del amanecer nos despertaba embriagados y exhaustos.
Escrito por Mar Montera Villahermosa

4520 d. C.

En el museo estaba expuesto el cuadro de un caballero luchando contra un dragón. Parece ser que los documentos de los acontecimientos reales se mezclaron con historias de ficción. La gente pensaba que realmente la humanidad luchó con dragones. ¿Alegoría de nuestra civilización contra los temores de la ingeniería genética?
Escrito por Víctor Andrés Parra Avellaneda - Web

Game over

La realidad sobrepasaba a la que aconteció por medio de sus lentes del videojuego. Pensó mataba al último jefe, un demonio que se disfrazaba de ángel. La realidad, asesinó al padre que le violaba. Todos dicen que comenzó desde que un conejo le hablaba al oído.

Alicia terminó el juego.
Escrito por Ricardo Rodríguez Sánchez

La cajita fea (de fábula I)

Alguien recoge una cajita de plástico, negra, con botones, extraviada hasta entonces, mientras, perfectas, decorativas, las cajas vecinas cuchichean; menosprecian de nuevo.

La conecta a un altavoz y apaga la luz. Envuelta en lagos de cisnes, la música surge de su interior. Aquellas cajas oscurecidas detuvieron sus burlas, en seco.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter
Parte I | Parte II | Parte III

Unidad bloqueadora

Tras muchos años, se produjo el desastre; mi MP3 murió. No tardé mucho en volver a escuchar voces extrañas, diálogos en alto sin interlocutor aparente, lamentos, carcajadas y toda suerte de improperios.
Nada tenía que ver conmigo. Autobuses y metro convertidos en avasalladoras cajas de resonancia, mostrándome individuos autoparlantes, desquiciados.
Escrito por Manuel López Muñoz

Culto a la belleza

Era un escultor tan bueno que creaba obras de un hiperrealismo colosal. Fue consciente de ello el día que tuvo que llamar a la ambulancia para que atendieran a su modelo. La pobre tenía clavado un escoplo en una cadera. "Quise hacer más esbelta su figura", explicó a los sanitarios.
Escrito por Juan Badaya - Web

El regreso

La ráfaga que desencadena el portazo. Una guindilla oculta en el guiso. Así, y de mil otras maneras era mi vecina. Tremenda, expansiva, desde su boca parlera hasta el taconeo musical. El día que a su ex le dieron la condicional me costó descifrar su figura empequeñecida en el ascensor.
Escrito por Belén Sáenz

Menú del día

Conocía bien ese lugar de comidas. Era uno de esos sitios de "sírvase usted mismo", sin manteles de lujo. En estas fechas señaladas los camareros dejaban viandas de mejor calidad. Mirando tímidamente alrededor elegí algo envasado y fruta, quizá demasiado madura.

Cuando me retiré, la tapa del contenedor cayó violentamente.
Escrito por Javier Velasco Eguizábal

La vida sigue igual

Terminada la cena tomó el móvil y enviando un whatsapp al grupo Los discípulos anunció su advenimiento. Pedro negaría tres veces en Twitter haberlo recibido, pero identificado en el selfie donde Judas besa su mejilla tras saltar la valla de Ceuta, el Gobierno de España decretó su expulsión en caliente.
Escrito por Manuel Bocanegra